¡Cachis con la utopía!
Otro mundo es posible, efectivamente. Y eso es lo que da miedo. Porque comienzas a soñar con ese mundo posible e inmediatamente aparece un mal amigo a advertirte:
- Pero Gregorio… ¿No te das cuenta que en ese mundo tendrían que vivir también nuestras mujeres, hijas, madres y hermanas!
Me despierto de golpe de la siesta de la razón y rebobino (quizás en este Café debiera decirse “re-bovino”). Hay que analizar despacio los efectos imprevistos de nuestras fantasías.
Me había puesto a soñar por culpa de Nuria Roca, que en la presentación de su libro, titulado “Sexualmente”, sostiene que la fidelidad es "antinatural" y conlleva renunciar a muchas cosas. Ya que no habla de ventajas, supongo que para ella mantener la fidelidad a la palabra dada es una conducta masoquista que no proporciona ventajas más que a los amantes de llevar una vida desventajosa.
Por un momento me ha cruzado por la imaginación aquella sublime escena de “La reina de África” en la que Katharine Hepburn, muy digna ella, le dice a Bogart: “La naturaleza, señor mío, es lo que hemos venido a este mundo a superar” (y si no es esto es algo muy semejante a esto). Pero borro inmediatamente esta imagen. Parece demasiado de derechas.
Lo guay y moderno es lo que dice Nuria Roca: "El sexo es lo que nos iguala a todos, nos hace de la misma condición, tengamos un pensamiento u otro, porque todos lo practicamos en mayor o menor medida, es tremendamente democrático."
¿Es el sexo democrático? Sí, si la democracia es una cosa privada. Si la democracia es una cosa pública, el sexo democrático es sólo el sexo público. ¡Qué endemoniadamente complicadas son las cosas!
Así pues quien practique públicamente el sexo, que no me siga leyendo, ya le digo que soy un conservador mayúsculo. Tan conservador que eso del sexo me parece más confortable en la intimidad, y lo político más legítimo a plena luz. Incluso creo en la existencia de un conflicto inevitable entre el sexo y la plaza pública. De ahí, por ejemplo, que nos hagan tanta risa los chistes escabrosos cuando estamos reunidos y que Diógenes, al que le encantaba masturbarse en el ágora, fuese un enemigo declarado de la política.
Cuando Marx se imaginó una utopía en la que la vida humana estuviese completamente politizada, se dio perfectamente cuenta de que no se podría abolir la división del trabajo mientras existiesen conductas humanas reticentes a la luz pública. El joven Marx ya se había dado cuenta de que la raíz de la división del trabajo es la sexualidad humana. La conclusión lógica de ello (a la que Marx, que yo sepa, no llegó) sería que el perfecto comunismo debería abolir la diferencia sexual y producir hombres en tubos de ensayo. Mientras esto no sea una realidad, el comunismo tiene pocas posibilidades de realizar la utopía que propone.
Aristófanes basa todas sus comedias en el subrayado irónico del conflicto entre la ley y eros. Nada hay que le interese menos a eros que la legalidad o
Hablabas de Platon; Leibnitz, incluso ¡Kant; y bueno, daba algo de primor.
ResponderEliminarLuego los animalitos.
Ahora, esto.
¿hablaremos de salsa rosa, en breve?
No debiste abandonar tan pronto la medicación.
Claudio
ResponderEliminarEsta pregunta sí que es privada: ¿qué falta hace ir a la presentación de un libro de Nuria Roca?
Me ha decepcionado usted, don Ignacio. ¡Yo que pensaba que precisamente un valenciano radical como usted estaría en condiciones de comprender mi proyecto de reinventar el diálogo platónico posible en el siglo XXI!
ResponderEliminarRespecto a la salsa rosa, temo de fraudarle. Soy más partidario del clásico aceite y vinagre para las ensaladas, de la salva verde para según qué guisos,de la salsa de roquefort para según qué carnes, e la bechamel para las croquetas y la coliflor al horno. Añada usted el alioli, la mayonesa y algunas reducciones (como la de Pedro Ximenez) y agota usted todo mi repertorio.
Claudio: La noticia la recoge La Vanguardia de ayer literalmente de EFE.
ResponderEliminar¡¡¡Ayayay¡¡ Con EROS hemos topado...
ResponderEliminarEros, aparte de otras cuestiones, está vinculado a nuestro cerebro más arcaico, a lo filial, a la niñez, a nuestra naturaleza animal, a lo instintivo. Según Paul Mac Lean, tenemos un cerebro triuno. Aparte del instintivo, hay un cerebro afectivo, emocional, maternal... y un cerebro cognitivo (razón, ley, deber). Los tres están interrelacionados. Si no damos salida adecuada a nuestro eros, nuestra afectividad se verá maltrecha y si damos más campo de acción a lo cognitivo puede que la "racionalidad" impida la expresión tan sana de lo filial y lo afectivo.
Así que... ¡Viva la naturaleza erótica - afectiva que nos lleva a ser seres equilibrad@s¡
Un buen amigo dice que no hay nada mejor que darse "homenajes dionisiacos" para estar de buen humor y ser creativo.¡No es utopía¡
Apenas comenzar a leerle, se me dispara la imaginación. Pues, pienso que ¿no es la democracia, el derecho universal a ejercer el voto? Sí es así, profesor, ¿no piensa usted automáticamente en la escena del votar?. Y esa escena, no es una acto pudoroso, donde se realiza tal acto en la intimidad, desvirgando un sobre impoluto. ¿No hay una cabina para tal efecto, junto a las mesas electorales?. Sí es así supongo cree, entonces ¿no necesitamos de esa intimidad? con apenas luz, la cabina oscura nos llama a ejercer el acto, de votar. En esa semipenumbra, es cuando corremos la cortina, y estamos entonces, procediendo al ritual del acto privado.
ResponderEliminar¿No es la papeleta, nuestra fuerza o energía más íntima, introducida como germinación dentro de un sobre embrionario, que dará luz a un diputado/diputada en la cámara democrática.? La buena nueva, entonces sí se hará pública tras el análisis de todos los votos. Entonces, a toda voz, desde el ágora pública se hará público el recuento de los embriones que darán a luz según la ley de oms, a tantos nacimientos.
¿No es también el votante infiel a la papeleta? Pues varía según la elección, o según la coyuntura su decisión a fecundar o no el sobre con una u otra opción.
¿Es que el Diógenes de nuestro siglo, no es aquel que enseña y vocifera con aspavientos, la opción que acaba de votar, en la misma entrada del colegio ante un encuestador de turno?. ¿No muestra esta metáfora, que el sexo se practica también votando?
Enrri
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ResponderEliminarEnrri, perdone mi intromisión: vistas así "las cosas del votar" ¡No creo que nadie sea capaz de abstenerse¡
ResponderEliminar¡Qué indecencia! ¡Política en público!¡Dónde vamos a llegar!
ResponderEliminarSr. Ignacio,sí señor ha dado usted toda una clase magistral de retórica con su falacia de reduction ad hominem,de antiguo se sabe lo que hay detras de este tipo de de argumentación.
ResponderEliminarMe perdonarán ustedes a mi que no entiendo de ciertas cosas y no alcanzo su nivel, pero yo la única conclusión que he sacado de todo esto es que mi paisana Núria es un zorrón de cuidado. Un saludo.
ResponderEliminarA Neelam, que me ha hecho pensar y llegar a una conclusión un tanto insólita.
ResponderEliminarEl abstemio del voto, no es lo mismo que votar absteniéndose.
Votar absteniéndose, es votar en blanco. Y eso es penalizar a la clase política diciéndole con el leukovoto, que no confía en nadie.
El abstemio del voto, es aquel que por el contrario no ejerce el voto, ni tan siquiera ese votar en blanco. El abstemio político es el “abstencionista”. Y el abstencionista, hace uso, no de su potencia sino de su privación. Y el que disfruta de la privación, es el que disfruta de la negatividad, de la ausencia, del no-ser, o del no-ejercer. Y el que disfruta en su privación, también se achanta, se ayuna, se calla, se inhibe, se prescinde, se excluye. La inhibición, es como el “no dejarse afectar”, es decir “no dejarse erotizar o seducir”. Por eso, abstenerse es como bien dice, sobretodo: no dejarse erotizar.
De ahí, podríamos deducir, que en realidad la política y la democracia en concreto, es el sistema fundado sobre la “erotización de los ciudadanos”. Hecho, que vuelve a contradecir las tesis del profesor.
Enrri
HArtos espero que no cuentes aquello; se ponga coo se ponga la iondividua en cuestión, el niño no e s mío.
ResponderEliminarMe parece a mi que en este blog hay algo de desesperación carnal, por tora parte, sublimada a la pàge.
Enrri: así las cosas... me quedo con la erotización, sea cual sea y hago "mutis por el foro"
ResponderEliminarHe vuelto a escena porque me he dado cuenta que estoy sola entre tanto caballero ¿Será "causalidad"?
ResponderEliminarLa verdad... ¡Es un verdadero placer¡
Toda la teoria se va al garete sólo con mirar lo que la foto aprisiona y enaltece
ResponderEliminarNo neelam ha sido suerte. Que lo que yo escribí no ha querido dejármelo verter el verificador de palabra. Y luego ya lo recapacité :)
ResponderEliminarLuri: en tu blog me han llamado falaz.
ResponderEliminarLo cual demuestra dos cosas:
Como ya demostré dum paucos dies, demasiado analfabeto en España que no sabe leer más que lo inmediato.
Como ya demostró un lector mio, la inteligencia es constante, mientras que la población aumenta.
Acudo a poner paz:
ResponderEliminarDon Ignacio hay distintos niveles de interpretación de las cosas, como usted, que es lúcido hermeneuta, sabe bien.
"Fallax" quiere decir en el nivel superficial "embustero" o "falso". En un nivel un poco más profundo significa "que halaga y atrae con falsas apariencias".
Ahora bien, en el nivel más profundo, hasta el cual, sin duda, alcanza de sobras su inteligencia, el verbo "fallo" da mucho juego.
Por ejemplo:
1) "Haud falsus sum": se traduce por "no me engaño"
2) "Vino et somno fallo curas": Hacer callar las preocupaciones con el vino y el sueño
3) "Non fallebat duces impetus militum": NO pasaba inadvertido a los jefes el ardor de los soldados.
4) "Me non fallit": NO ignoro que, si no me falla: "si mea me non fallit memoria, tum enim praesens confessionem recitatam audivi"
Concluyo cediéndole la palabra a Agustinus Hipponensis: "Non solum ad hoc respondere noluisti, sed si me non fallit quod audivi, magis Spiritum Sanctum per Christum illuminare dixisti."
Ignacio: Por ora parte, guardo impresa con indeleble furia sus acérrimas palabras: "Me parece a mi que en este blog hay algo de desesperación carnal, por otra parte, sublimada a la pàge."
ResponderEliminar¡Le parecerá a usted bonito!
Claro , la naturaleza , la biologia es promiscua ...y nunca ninguna cultura la domara .Asi nos va ...
ResponderEliminarEl sexo no es ni igualador -al basarse en la sumisión de una parte- ni igualitario. Los hombres y las mujeres eligen a sus compañeros de cama por razones estrictamente biológicas o meritocráticas. Y, si se me permite añadir algo bien sabido, diré que las hembras humanas sienten una atracción particular por los comportamientos bestiales (hoy diríamos "fascistas"). De ahí su flirteo con las serpientes.
ResponderEliminarRespecto a la fidelidad, me hago cargo de que Nuria Roca la juzgue de una manera tan desdeñosa. Aprenderá a valorarla con las primeras arrugas.
jajajajajajajajaja (Irichc es muy malo.)
ResponderEliminarPero con lo buscados que van los polvos y los sueldos de mileuristas -serán pobres pero adictos a una vida de caprichos- una ciruela pasa tiene muchas posibilidades de hacerse con cuerpos esbeltísimos.
Hablando de ciruelas y de sexo, he leído recientemente esto de Rodney Dangerfield: "I'm on a new diet - Viagra and prune juice. I don't know if I'm coming or going".
ResponderEliminarTumbaíto: Irich es a lo políticamente correcto lo que la serpiente al árbol de la ciencia.
Nos conocemos. Fíjese que yo le tengo en mis vínculos y yo en los suyos.
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