¿Era Baroja realmente un vago? Sospecho que un poco por la tendencia natural de su alma y otro poco por misantropía efervescente, su ideal fue ser un vago integral, pero para su desgracia, no tenía otra manera de espantar a los fantasmas que poblaban su imaginación que la de escribir sus historias. Ahora bien, esa aspiración por la vagancia fue puliendo su escritura, a la que libró poco a poco de adjetivos y a veces (no pocas, por cierto), hasta de las cadenas de
En cualquier caso, para don Pío ser vago no era cualquier cosa, como vemos en sus cuentos no todos, ni mucho menos, son bendecidos por los dioses con el don de la vagancia cabal.
1. Es imprescindible para ser vago tener una farola en la que apoyarse, con ademán indolente, mientras se mira entretenido a la gente.
2. El vago no es un desarrapado, aunque no le preocupe demasiado ir bien vestido.
3. Se limita a estar, sin esperar nada de nadie. Como mucho, sonríe. Lo que le gusta es mirar, porque tiene, como Shanti Andía, "la avidez en los ojos".
4. No tiene empleo, ni renta ni beneficio. Su industria es la de vivir sin trabajar.
5. Ante los ojos de los moralistas pasa casi por criminal. Pero ser vago es una cosa dificilísima. “Ser vago es casi ser un filósofo, es algo más que ser un cualquiera”.
6. No es vago aquel que va por la vida a grandes zancadas, como si hubiese algo en ella por lo que valiese la pena correr. El vago deja correr la vida y no tiene inconveniente en pasarse horas y horas contemplando el desfile de una nube o el correr del agua de una fuente.
7. “El vago será una bagatela, pero no es una escoria. Una bagatela puede ser trascendental.”
8. Tiene pocos amigos. “Quizás ninguno. Señal de inteligencia. El mayor número de amigos marca el grado máximo en el dinamómetro de la estupidez.”
9. “Se le habla de política…, sonríe; se le habla de literatura…, sonríe; se le habla de cualquier cosa…, sonríe.”
Así concluye Pío Baroja su descripción de un vago de la Puerta del Sol:
“El otro día me dijo uno de él que debía ser un imbécil.
Pero es lo que pasa en estas sociedades sin freno; se empieza a hablar mal de las personas serias, y se llega a hablar mal hasta de los vagos.”
Tengo pues a Baroja por un misántropo que no podía dejar de soñar. Y como para soñar necesitaba de personas que poblasen su imaginación, se vengaba de ellas inmiscuyéndose en su interior. Por ello encontramos siempre la mirada de don Pío tras las máscaras de sus protagonistas de historias ajenas. Su mirada de contemplador indolente, y con una pizca de resquemor, de un mundo inaprensible.
uff, que bien me está cayendo este tío :)
ResponderEliminar:)
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besos :)
Nadha: Me temo que son más -mucho más- tratable las obras que el autor. Los arrebatos de furia de los baroja no tenían nada que envidiar a los de Neptuno, que sacudía la tierra.
ResponderEliminarNo se si tendrá que ver con la idea del vago, que no tiene que ver con el perezoso, pero apunté de Baroja, y no se de donde, esto, que siempre me ha gustado como definición de lo útil:
ResponderEliminar"Yo creo que para ser escritor basta con tener algo que decir en frases propias o ajenas"
Pero don Gregorio tiene que entenderme usted: me serían muy familiares, también. No creo que fueran a superar los de mi familia vía paterna, sobre todo. Tampoco viviría con ellos. Pero me serían familiares ;)
ResponderEliminarAdemás yo tampoco soy una perita en dulce, que mi vocecita engaña. Y mi señor padre me ha asegurado que la última vez que pasó auténtico miedo... se lo di yo. Claro, que aquella fue la última vez que yo también pasé tanto :))
ResponderEliminarHay que ver cuanto trabajo para ser vago.
ResponderEliminarEntre vago, perezoso y holgazán, mi término favorito es gandul.
Y Onetti, entonces qué era?
ResponderEliminarOnetti, Celia, es el Arcángel San Gabriel de los vagos. Por cierto que estoy pensando en que el Santo Patrón de las Españas, Santiago, hizo el viaje hasta Compostela mientras estaba en pleno descanso eterno, dejándose llevar por las aguas, sin dar ni un solo golpe de remo. Y claro, a tal patrón, tal parroquia.
ResponderEliminarAlicia: No está mal visto, por lo que tiene gandul de truhán y tunante.
ResponderEliminarLuis: Y a don Pío, que quería ser vago, le bailaba la lengua y el ritmo se le transmitía a la pluma que tenía pegada a los dedos.
ResponderEliminarNadha: No pienso permitir que la realidad modifique ni un pelo la imagen que tengo de usted. ¡He dicho!
ResponderEliminarUn día me presentaré en una de sus conferencias don Gregorio y haré algo horrible, por ejemplo. Como levantarme y gritar haciéndome la ola: ¡CAMPEONES!
ResponderEliminarBesos :))
(no es broma: cuando me dejan distancia de fuga, soy extremadamente pacífica)
A mi me gusta San Isidro por eso, dejar el campo, ir a misa y que los ángeles labren tu tierra. Yo también opto por gandul, en catalán es la más usada, después ya pasas a dropo. Y sí, no nos dejemos engañar por la obra, que don Pío era un buen elemento.
ResponderEliminarNadha: Bien sabe usted que el órgano más eréctil del hombre es el ego...
ResponderEliminarJúlia: Ese santo vago debe ser la envidia de el martirologio cristiano. ¡Los hay que nacen con estrellas!
ResponderEliminarSí, por ahí se abre una buena vía para no volver a recaer en nuevos pecados :))
ResponderEliminar...¿istmo?
ResponderEliminar(he cambiado de idea: no voy a hacer la ola: voy a hacer el ritual haka, pues)