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miércoles, 31 de enero de 2018

Serge en Acolman y una canción desde París

Ayer me llegaron dos sorpresas.

La primera, desde Amsterdam, esta reproducción de una foto de Serge y Malaquais en Acolman, en el Valle del México.  Digamos que me pareció un bonito detalle por parte de la persona que me la envió, especialmente porque junto a la foto encontré 100 páginas de correspondencia entre Serge, Malaquais, Gorkin...


La segunda... amigos, la segunda... esto ya son palabras mayores: que una parisina te envíe este vídeo es algo que uno no había creído poder merecer nunca. Aún no he recuperado mi ritmo cardiaco habitual

martes, 30 de enero de 2018

En el negocio de las cremalleras

Verán ustedes: cuando creo que ya me toca cortarme el pelo, me voy a Barcelona. No tengo ninguna peluquería en particular a la que ir. Simplemente tomo una dirección al azar y la sigo hasta encontrar una que me pueda atender en ese momento. Un día contaré mis experiencias sobre este asunto, que son muchas. Dan, incluso, para un libro. 

Ayer me bajé del cercanías en el Arco de Triunfo y me fui zigzagueando hacia la Plaza de la catedral. Al segundo intento, me dijeron que adelante. Se trataba de una peluquería moderna, espaciosa, atendida por dos jóvenes extrovertidas y con una decoración excesivamente pretenciosa. Estaba libre la más joven y, lamentablemente, tenía más ganas de hablar que yo, así que decidí seguirle la corriente.
- ¿Es usted del norte?
- Así es.
- A ver... ¡No me lo diga! ¡De Bilbao!
- ¡Vaya, a la primera! ¡Qué oído!
- ¿Y qué hace por aquí, es empresario o algo?
- Empresario.
- ¿Y cómo ha entrado aquí? Así, sin más...
- Sin más.
- Pues le daré gratis un masaje en la cabeza.
- Muy bien.
- Así que es usted empresario... 
- ¡Las acierta usted todas! He venido a hacer unas gestiones y tengo una entrevista aquí cerca dentro de una hora.
- ¿Viaja mucho?
- ¡No paro! Me han cortado el pelo en más ciudades de Europa de las que puedo recordar... Y la ropa que llevo encima está, al menos, comprada en cuatro países.
- Tiene que ser cansado....
- Uno se acostumbra a todo...
- ¿Y le puedo preguntar qué hace, o qué vende?
- ¡Claro!
Un largo silencio.
- Pues eso, ¿qué hace o qué vende?
- Cremalleras.
- ¿Cremalleras?
- Eso es.
- No hubiera dicho nunca que vendiendo cremalleras se pudiera ganar una la vida.
- Las fabrico y las vendo.
- Eso es otra cosa.
Y así, hasta el final, Efectivamente, tras cortarme el pelo me lavó la cabeza y me dio un masaje estupendo.  Total: 15 €.

Frankenstein

El martes que viene estaré en Soria, con mi entrañable "Círculo Filosófico Soriano", hablando de Frankenstein o El moderno Prometeo. Llevo al monstruo conmigo desde que un día lo vi en la pantalla dándole la mano a un niño que era yo. Después descubrí que le había pasado lo mismo al gran poeta mexicano Homero Aridjis:

Soy Homero Aridjis
nací en Contepec, Michoacán,
tengo cincuenta y cuatro años,
esposa y dos hijas.

En el comedor de mi casa
tuve mis primeros amores:
Dickens, Cervantes, Shakespeare
y el otro Homero.

Un domingo en la tarde,
Frankenstein salió del cine del pueblo
y a la orilla de un arroyo
le dio la mano a un niño, que era yo.

El Prometeo formado con retazos humanos
siguió su camino, pero desde entonces,
por ese encuentro con el monstruo,
el verbo y el horror son míos.

Escribí un libro sobre Prometeo pensando en Mary Shelley e incluso intenté mantener vivo un blog titulado Frankenstein y yo. El día, lamentablemente, sólo tiene 24 horas y no se puede llegar a todo. Pero nunca me olvido... de la criatura que quería ser feliz para poder ser virtuoso.

Este año se cumplen doscientos años de la aparición del libro y en Ariel han publicado la que han dado en llamar "edición del bicentenario" que es, se lee en la portada, una "edición anotada para científicos, creadores y curiosos en general". Es, podríamos decir, la edición STEM del clásico de Mary Shelley.


Por una parte el de Frankenstein es quizás el único mito digno de este nombre que hemos creado los modernos, pero por otra, este mito nos remite a una tradición precristriana, la de Prometeo, que siempre ha estado viva en las venas de Occidente. Tengo una buena colección de libros relacionados con Mary Shelley y con su novela, que he leído varias veces. Ayer mismo acabé esta edición de Ariel. Cada lectura me ha producido un sabor distinto. En esta última he sentido intensamente el sabor de Rousseau y de Calderón de la Barca. Y de esto, básicamente, voy a hablar en Soria.

domingo, 28 de enero de 2018

La familia

La familia, como decía Armando Palacio Valdés en su Testamento literario, es “el regazo en que caemos al nacer”. Necesitamos el calor de este regazo para mantenernos cálidos a lo largo de nuestra vida. Tanto es así que aquél a quien el hado le ha deparado “un nido helado, nunca podrá echar de sus huesos el frío”.

sábado, 27 de enero de 2018

Historia y causalidad

Aceptemos que una parte de lo que nos sucede tiene razones históricas de peso detrás que justifican su suceder; soy más escéptico sobre la posibilidad de conocer todas las variables que hay detrás de lo que acabo de llamar "razón histórica". 

Sospecho que las razones de otra parte de lo que nos sucede, en un porcentaje nada desdeñable,  no hay que ir a buscarlas a los motores de la historia, sino al inmenso caladero de la estricta estupidez humana. Este porcentaje era para Tolstoi del 90%. ¡Cuántas cosas hacemos porque en un momento determinado nos arrastró un capricho, o la ignorancia, o el despiste! En agosto del año 2006 en Leicester un joven de treinta y tres años llamado Darren, fue encontrado muerto en su casa, en medio de un charco de sangre, con un cuchillo a su lado. La policía estuvo manejando varias hipótesis, pero una tras otra, conducían a un callejón sin salida. Finalmente la viuda de Darren confesó avergonzada que su esposo, ansioso por saber si su nueva chaqueta podría resistir las heridas de un arma blanca, se apuñaló a sí mismo.

viernes, 26 de enero de 2018

La ventana indiscreta

La burbuja de la pedagogía innovadora

Según me aseguran los que saben, los libros relacionados con la educación, especialmente, los que propugnan innovaciones han dejado de interesar al público lector. La innovación ha dejado de ser editorialmente glamurosa. Me muestran los datos de ventas de unos cuantos libros aparecidos recientemente y, efectivamente, comparando lo que algunos venden con lo que hasta hace poco vendían, algo está pasando. ¿Ha comenzado la innovación a repetirse o a oxidarse? 

Hay otros indicios que apuntan en la misma dirección. Hablo con mucha gente del mundo educativo y ya había comenzado a notar por una parte, un creciente escepticismo con las recetas innovadoras y, por otra, un intento de restringir el vocabulario de la innovación a la publicidad en el momento de las matrículas, mientras la práctica se maquillaba ligeramente.

Parece, pues, que ha reventado la burbuja. Me alegro, porque así podremos recuperar un verbo imprescindible, el verbo "mejorar", que había quedado sepultado por el ruido del verbo "innovar".

Eso no quiere decir que una cierta cursilería pedagógica tarde en darse cuenta de que no es lo mismo prometer que dar trigo. Hace dos días me llegó publicidad de una institución que anunciaba "las propuestas pedagógicas innovadoras para la próxima temporada". Obviamente, me niego a hacerle propaganda.

jueves, 25 de enero de 2018

Un aire de tormenta

...
Hay en todas las cosas un aire de tormenta,
algo que se presiente... 
... parece
que en mi cerebro hay alguien que de muy lejos viene
...
Si yo hubiera sido Vicente Huidobro -cosa que está muy lejos de mis posibilidades- hubiera hecho de mí un poeta fragmentario:

Monotonia de las tardes nubladas: 

Esta tarde de lluvia amodorrada y lenta
Se me ha caído al alma como una maldición,
Hay en todas las cosas un aire de tormenta,
Algo que se presiente y ahoga de emoción.

Y pienso en esa noche en que al volver una esquina
Me cayeron encima dos fuertes campanadas,
Campanadas que injurian en su lengua broncina,
Que parecen anuncios, que son como pedradas.

Esta tarde ojerosa con alma de cartujo
Me tortura, me inquieta, me tiene incomodado.
Esta tarde nublada, sin bullicio, sin lujo,
Con tristeza, con ese algo cielo esmerilado.

El farol de la calle ¡qué afán de molestar!,
Petrificado en esa completa rigidez.
Cuando salgo parece me fuera a saludar
Con su cachimba roja, con su facha de inglés.

Esta tarde me enferma, me enloquece;
Esta tarde me hastía: yo no sé lo que tiene.
No sé si son recuerdos que resurgen; parece
Que en mi cerebro hay alguien que de muy lejos viene.

En la estufa de leña las llamas piruetean
Y dan saltos clownescos y se acuestan un rato.
Las sombras ambarinas se alargan, fantasean
Y alcanzan a lamerme con lamidos de gato.

Hay en todas las cosas como un barniz de alvidrio,
Y en la quietud tremenda de todas esas cosas
Van cayendo las horas silenciosas
Como las gotas de agua por un vidrio

Los olvidados

Mi artículo en The Objective

miércoles, 24 de enero de 2018

El tiempo relegado

Para un libro como El tiempo regalado, me ha parecido más adecuado escribir un epílogo que un prólogo. Lo he titulado El tiempo relegado.


martes, 23 de enero de 2018

Mis espías nunca vuelven sólo una vez

Esta tarde he participado en la presentación de un libro de Pep Masabeu: 20 històries de superació al Raval. Al terminar se me acerca un señor a la mesa. Me saluda y me dice que no viene a hablar de educación, sino de historia, porque conozco a un miembro de su familia mejor que la misma familia.
- Tu dirás.
- ¡A Caridad Mercader?
- ¿Eres un Mercader?
- Mi abuela.
- Me gustaría tomar un café con ella...
- Ya ha muerto. Ella era la que sabía, porque lo había vivido. Mi madre sabe algo de oídas.
- ¿Y qué sabía?
- Que era una auténtica señora burguesa de Sant Gervasi, pero pasó de lucir ropas a lucir dos pistolas.
- ¿Llevaba dos pistolas?
- A la cintura, o eso se ha dicho siempre en casa.
- No sabía pasar desapercibida.
- Pero mi abuela durante la guerra comió gracias a ella.
- ¿Qué quieres decir?
- Vivíamos cerca del Colegio del Sagrado Corazón, que ella se incautó, para el PSUC, donde había un cuartel.
- Sí. Primero se llamó Graells y después Carlos Marx. Allí estaba también Ramón.
- Pues cada día le llevaba comida a mi abuela desde el cuartel.
- ¡Y eso que era Mercader!
- El Pablo Mercader, pobre, su marido. Se casa con una gran burguesa y un día se despierta y su mujer le ha puesto una bomba en la fábrica y se ha hecho revolucionaria.
- Era un buen hombre.
- Muy cristiano, muy de derechas, conservador. Para él la familia y los hijos eran lo primero. Ella era muy culta, encantadora, como sus hijos.

Le he dado mi tarjeta  hemos quedado para tomar un café y hablar despacio.

Neurociencias

Me pide una amiga que le diga mi opinión sobre las "neurociencias". Le digo que no sé muy bien, en el estado actual del conocimiento, dónde comienza lo científico en las neurociencias y dónde lo mítico o, mejor dicho, quizás las neurociencias sean rigurosamente científicas, pero me encuentro con algunas personas que se presentan pomposamente como neurocientíficos, que me resultan un poco cantamañanas, aunque sean recibidos por los medios como si fueran los gurús infalibles de lo que somos. 

Le resumo de esta manera mis tesis:

1. Si el cerebro es una unidad funcional, intentar explicar el todo cerebral por el comportamiento de una estructura neuronal específica es, al menos, arriesgado.

2. Una cosa es comprobar que cuando hacemos determinadas cosas se colorean con una cierta tonalidad algunas partes del cerebro y otra muy distinta es deducir que eso que hacemos se explica porque pasa tal y tal cosa en el cerebro.

3. El salto de lo neuronal a lo conductual ha de hacerse con pies de plomo. El hombre es un ser complejo.

4. Constato que cuanto más pegado está un neurocientífico a la experimentación y a la investigación directa en el laboratorio, más prudente es hablando y más le cuesta realizar generalizaciones.  

5. La neurociencia está en pañales. No parece muy científico empeñarse en hacerle decir con rigor sintáctico lo que aún sólo está balbuceando.

6. No todo lo que nos dicen los que se presentan como neurocientíficos es coherente entre sí.

7. Cuando oigo a un neurocientífico hablar de emociones, desconecto. ¡Qué manera más grosera tienen de hablar de algo tan complejo y sutil! No existen las emociones, existen las personas emocionadas y, con frecuencia, confusamente emocionadas.

8. El comportamiento humano es sumamente complejo y no puede ser explicado solamente reduciéndolo a sus causas eficientes (al por qué). Las causas finales (el para qué) son humanamente determinantes. En el hombre, las causas finales pueden tener un enorme poder movilizador de la conducta.

9. Una paradoja pedagógica: las neurociencias nos dicen que para crear conexiones neuronales estables lo importante es la repetición sistemática, coherente y programada (de lo simple a lo complejo) de una conducta. O sea, que el hábito es importante. Pero la insistencia en la repetición puede ser aburrida, monótona y cansada, por lo que hay que introducir novedades en ella para que sea realmente eficiente. Este es un problema didáctico, no neurológico.

10. Yo –al menos yo- no soy sólo mi cerebro. Yo soy yo y mis circunstancias y una de estas circunstancias, sin duda muy importante, es mi cerebro.


Y, por cierto:

lunes, 22 de enero de 2018

Mis espías siempre vuelven

Me escribe Boris Volodarsky, que me proporcionó información relevante para mi libro sobre Caridad Mercader. Esto es lo que me dice:
Dear Mr. Luri, 
I have read your piece about Carmen Brufau with great interest. In Moscow you probably talked to General Vitaly Pavlov and he, of course, could not tell you anything of any value about his former agent.  
She was recruited in Barcelona by Naum Eitingon (codenamed TOM) with the help of Caridad Mercader. He was heading the NKVD substation in Catalonia. Please have a look at my book Stalin's Agent (Oxford, 2015). 
I wonder what documents related to Carmen's activities you managed to dig up in Switzerland. 
Please advise.
Kind regards,
Dr Boris Volodarsky, LSE
Esto es lo que cuenta Volodarsky en su Stalin's Agent sobre Carmen Brufau:





domingo, 21 de enero de 2018

Larrea

"Uno no es más que un balón, recibe patadas de un lado y de otro hasta que alguien un día grita gol".

Larrea, entrevistado por Joaquín Soler Serrano.

La universidad

"La Universidad no es política, ni liberal, ni conservadora, ni escolástica, ni socialista, ni individualista, ni transformista; la Universidad es científica, y, por lo tanto, no sabe nada particularmente de todos esos aspectos, no tiene más vínculo de unión que ese acendrado amor a la verdad."

- Gumersindo de Azcárate

sábado, 20 de enero de 2018

El primer lord Liverpool

"... el primer lord Liverpool, de quien Acton dijo: 'El secreto de su política es que no tenía ninguna' y de quien un francés dijo que si hubiese estado en la creación del mundo habría dicho: 'Mon Dieu, conservons le chaos'"

- Michael Oakeshott, Ser conservador y otros ensayos escépticos.


viernes, 19 de enero de 2018

La muerte de Yesenin

En un artículo publicado en la revista Politics (junio de 1944) Victor Serge cuenta lo siguiente sobre el suicido del poeta ruso Serguéi Yesenin, ocurrida el 28 de diciembre de 1925: 
El teléfono sonó: “Ven rápidamente, Yesenin se ha suicidado.” Salí corriendo, perplejo. Subí a su habitación en el Hotel Internacional. Apenas podía reconocerlo. No parecía el mismo. La tarde anterior habíamos estado bebiendo juntos y se mostraba normal. Cuando se despidió dijo: “Quiero estar solo…”. Se despertó con tristeza y sintió la necesidad de escribir algo, pero no tenía ni lápiz ni pluma. Tampoco había tinta en el hotel, pero encontró una cuchilla de afeitar con la que se  hizo un corte en la muñeca y con una pluma oxidada mojada en su propia sangre, Yesenin escribió sus últimos versos:  
“Adiós, amigo mío, adiós…
… No hay nada nuevo por lo que morir en esta vida,
pero no parece haber tampoco nada nuevo por lo que vivir”. 
Lo encontraron colgado, con una correa de maleta alrededor del cuello, su frente se había magullado al caer, una vez muerto, contra una tubería. 
“Podría pensarse en él como en un joven soldado que muere solitario”, me dije, “tras haber sido amargamente derrotado”. Treinta años, en la cumbre de su fama, casado ocho veces… Era nuestro gran poeta lírico, el poeta de los campos rusos, de los cafés de Moscú, el cantante bohemio durante la revolución. 
Vladimir Mayakovsky, segundo en popularidad tras Yesenin dijo en su despedida: 
"Este mundo no está muy bien equipado para la felicidad
Debemos buscar la felicidad  en algún tiempo futuro"
Mayakovsky no tardó en matarse a sí mismo con una bala en la cabeza; pero esta es otra historia. A través de la noche nevada, llevamos el cuerpo de Serguéy Yesenin. No es este un tiempo adecuado para sueños o poemas. Adiós, Yesenin.

¿Qué es un clásico?

Alain Finkielkraut, L'Identité malheureuse (2013): 

Qu'est-ce qu'un classique, en effet? C'est un livre dont l'aura est antérieure à la lecture. Nous n'avons pas peur qu'il nous déçoive mais que nous le décevions en n'étant pas à la hauteur. Nous admirons avant de comprendre et, si nous comprenons, c'est parce que l'admiration a tenu bon et forcé tous les obstacles.

miércoles, 17 de enero de 2018

Gorgonio Esparza, el matón de Aguascalientes

El 1 de mayo de 1943, anota Victor Serge en su diario: “Díaz de León, en casa de los Pivert cuenta la historia de “mi tío Gorgono” –su tío verdadero-, personaje famoso en Aguascalientes. A los 17 años engañó a una tía. Se puso a frecuentar un cabaret famoso en el que los jóvenes del pueblo medían su valor apagando las luces a tiro limpio para pelear en las tinieblas a navajazos. Una vez en un exceso de valentía uno se abrió el vientre y se puso a masticar sus propios intestinos… Gorgono mató pronto a una mujer golpeándole la cabeza con una piedra y tiró su cuerpo a un arroyo. Condenado a muerte, el abogado no vio otro medio de evitar la ejecución que el de aconsejarle que matara a alguien en la prisión a fin de pasar por segunda vez ante los tribunales y ganar tiempo. En la prisión de Aguascalientes, Gorgono era zapatero y se ganó el respeto general. Mató de un fuerte golpe a un detenido que le había faltado el respeto. Condenado de nuevo, permaneció mucho tiempo en la cárcel. La revolución lo liberó. Volvió a su casa con una barba con forma de río y constató que ya no le quedaba vivo ningún familiar. Se acordó que había matado a todos hacía tiempo. Se puso en la boca un cartucho de dinamita y encendió la mecha. Los hijos de Gorgono aún viven en Aguascalientes rodeados de admiración. Díaz de Leon escribió con esta historia una pieza de guiñol que el público consideraba inmoral.

La prisión de Aguascalientes, por otra parte, no tenía ni grillos ni guardias. El criminal era conducido a ella por la policía. El jefe de la prisión salía a recibirlo y, con un cuchillo, trazaba vivamente en el suelo la línea en la que estaba la entrada y el prisionero daba su palabra de no traspasarla. 

Díaz de León cuenta también una leyenda de México. En la calle Juan Manuel, que hoy es una prolongación de la Venustiano Carranza, vivía un hombre rico que salía por las noches, pedía la hora a un transeúnte y cuando se la daba, exclamaba: “Dichoso tú, que conoces la hora de tu muerte”. Y lo mataba.”

Podemos confirmar que existió un Gorgonio Esparza en Aguascalientes. Nació el 9 de septiembre de 1880. Debió ser una buena pieza, porque de él se decía que lo protegían “los espíritus del mal”. El escritor Antonio Acevedo Escobedo, basándose en su leyenda, compuso una “farsa popular para el teatro guiñol” titulada “Ya viene Gorgonio Esparza! El matón de Aguascalientes.”

Acevedo sitúa el primer acontecimiento sangriento de la vida de Gorgonio en la cantina “El hombre libre”, donde se juntaba con el Bigotes y el Pataseca, a la luz de un aparato de Petróleo. Pataseca solía presumir de las muchas muertes que había causado, entre ellas los quince miembros de una familia. Un día Gorgonio le pidió a un músico que le tocara “esa canción del silencio de la noche”, que le gustaba tanto y él mismo comenzó a cantarla, lo que provocó las bromas de Pataseca que le dijo “con esos gemidos hasta parece marica”. Gorgonio retó a los tres a una pelea con la luz apagada. Acevedo le hace decir a Gorgonio en un verso que dirige a Pataseca: “Ora, recoja sus tripas, porque ya me tropecé”, a lo que responde el interpelado: “Válgame mi mala pata, ya no me levantaré”. Cuando se hizo el silencio, se encendió la luz y se encontraron tres cadáveres junto a Gorgonio. Pero no fue detenido por esto, sino porque las autoridades encontraron a su mujer muerta en un pozo de su huerta. Le había partido la cabeza con una piedra al descubrirla riéndose con un cuñado suyo. En la cárcel aprendió el oficio de zapatero. Mató a otro preso y lo sentenciaron a muerte. Estando frente al juez para conocer su sentencia, estalló la revolución. Gorgonio aprovecho el jaleo para golpear al juez y escaparse.

Por lo que sé, a Francisco Díaz de León lo llevó su padre a la cárcel de visita siendo aún un niño y allí conoció personalmente a Gorgonio. Una vez adulto, rescató su sangrienta vida del olvido escribiendo un resumen de la misma. Antonio Acevedo se basó en él para escribir su obra. En la última escena, muestra a Gorgonio lamentándose de la soledad a la que lo ha condenado su mala vida. Sólo le queda un familiar, Pancho Díaz de León. Decide suicidarse, pero no encuentra más arma que un petardo que le sobró de las fiestas del pueblo. Se lo metió en la boca y lo hizo estallar.

Díaz de León prologó en 1944 la farsa “Ya viene Gorgonio Esparza!” de Acevedo, que se había estrenado el 13 de junio de 1941.

¿Cómo no comprender a Dalí cuando en una visita a México aseguró que no pensaba volver nunca más porque no soportaba que existiese un país más surrealista que sus pinturas?

lunes, 15 de enero de 2018

Poema amoroso

... I like to kiss you with tongue, with gusto
with socks still on. I love you like a vulture loves
the careless deer at the roadside.
...

- Traci Brinhall, "Love Poem Without a Drop of Hyperbole in It"

Personalidad

"Personalidad": así titula Victor Serge la entrada de su diario del 25 de enero de 1943:
Una mujer me dice: "Considero que este tipo de arte no vale nada, etc." Tengo ganas de responderle: "Está muy bien que piense, señora, pero sería mejor que pensara bien. Pues su pensamiento -admitiendo que eso sea pensamiento- no vale a causa de usted, sino usted la que debería valer a causa de su pensamiento". 
En todas las cosas hay una verdad que no es de ninguna manera personal, que expresa necesidades independientes de nosotros y, por eso mismo, hay que esforzarse en comprender antes de hablar. El pensamiento superficial, que sólo es apariencia, simulacro, juego de conversación o una manera de colmar el vacío de uno mismo admirándose en un espejo intelectual de pacotilla, se complace oponiéndose a los conformismos con pequeños esquemas de pensamiento ya hechos.  No inventa su propio pequeño conformismo y sólo alcanza a desarrollar un juego social poco interesante. La verdadera victoria sobre esta inercia (el conformismo) es el fruto del rigor desinteresado, impersonal, en el conocimiento de la realidad, la búsqueda de la verdad. Así se afirma una personalidad real.
Leo el texto un par de veces. La primera pienso que Serge está jugando un juego peligroso, a borde del narcisismo intelectual. La segunda, concluyo que es honesto, y eso me inquieta más, porque todo lo que aparenta honestidad tiende a ganar verosimilitud. ¿Es acaso realizable el programa intelectual y moral que propugna Serge? ¿Y, si no es realizable, por qué encontramos a tantos intelectuales bien intencionados y honestos que siente necesidad de defenderlo?

¿La honestidad también puede ser una forma del conformismo que critica Serge? Recordar a Nietzsche, etc...

Todos nos rendimos más de una vez al día a la impaciencia de la opinión. A veces, nos rendimos criticando la impaciencia de la opinión. 

Efectivamente, nuestro pensamiento no vale porque sea nuestro. El problema es que en la vida cotidiana no podemos pararnos a reflexionar si todo aquello que decimos es estrictamente verdadero... 

¿Qué sería de nosotros sin todos esos pequeños conformismos que el hábito ha ido adhiriendo a nuestro lenguaje?

domingo, 14 de enero de 2018

Nietzsche sobre España


El 4 de agosto de 1949, Joaquín Maurín le escribió una carta a Vlady, el hijo de su buen amigo Víctor Serge. En ella le decía entre otras muchas cosas: "Estoy en discrepancia con la mayor parte de mis antiguos amigos políticos [los militantes del POUM]. (...) Últimamente he publicado en el órgano del partido socialista español, EL SOCIALISTA, un artículo sobre De los Ríos que ha tenido la virtud de indignar a muchos de mis antiguos amigos. Pero, ¿qué puedo hacer? Entiendo que mi deber moral es expresar claramente lo que pienso."

El artículo al que se refiere es sumamente interesante. Con el título de "Don Fernando de los Ríos" apareció el 14 de julio de 1949. Extraigo tres párrafos del mismo. Sin duda el que más indignó a sus antiguos camaradas fue el segundo.

I
"Me preguntó [Fernando de los Ríos] si había leído su libro "El sentido humanista del socialismo".
- Lo leí en la cárcel de Bilbao en la primavera de 1927.
-¿Y qué opina de mi tesis?
- La experiencia de la Revolución rusa va dando cada vez más valor a su libro. En efecto, el socialismo debe partir del hombre. Si ha de anularlo, como ocurre en la Rusia de Stalin, el socialismo encarna un retroceso moral, un retorno a la barbarie, que nada tiene que ver con la interpretación que le dieron sus fundadores.
-Veo con sorpresa y satisfacción -comentó- que estamos aún más cerca de lo que creía.
"El sentido humanista del socialismo" no es un libro muerto. Muy al contrario. Conviene desempolvarlo y hacer que lo lea la nueva generación obrera.
Si se tiene en cuenta que la desgracia de la España contemporánea ha sido la división del movimiento obrero en dos bandos antagónico: los socialistas marxistas y los socialistas libertarios, quizás De los Ríos ha sido quien ha calado más hondo teóricamente, puesto que ha formulado una doctrina en la que pueden converger libertarios y socialistas.

II
Uno se pregunta: ¿Por qué De los Ríos no fue presidente de la República? La elección de Alcalá Zamora, el primer presidente, fue un grave error político, porque dejó a las derechas republicanas sin un gran líder. A la caída de la República contribuyó en gran medida la falta de un fuerte partido republicano de derecha, que contrapesando adecuadamente a la izquierda, ayudara a establecer el equilibrio de las instituciones republicanas. La elección de Azaña, el segundo presidente, fue igualmente otro error político por toda una serie de razones.

III
"Me recordó [de los Ríos] que a comienzos de siglo, siendo estudiante en Alemania, hizo una excursión a Weimar con el exclusivo objeto de visitar a la hermana de Nietzsche. Una curiosidad juvenil le impelía a ver los lugares donde el autor de "Así hablaba Zaratustra", apagada la razón, pasó los últimos años de su vida. La hermana del filósofo le dijo que Nietzsche, en uno de sus momentos de lucidez, como oyera que hablaban de España, exclamó: "España es un pueblo que ha querido demasiado...".
- Sí, hemos querido demasiado... -comentó De los Ríos.

sábado, 13 de enero de 2018

Finlandia: ¿el juguete roto?



Memoria histórica

“Con una maleta a la espalda, atada a la gabardina y a paso de marcha avanzamos hacia el sur dejando detrás de nosotros miles de vehículos paralizados, la carretera no es suficientemente ancha para ellos. Unos ríen, otros lloran… El día 13, creo, o sea, un día antes de que los nazis entren a París”. 

El anterior es un fragmento del diario de un joven republicano español que tras muchas peripecias, pasó la frontera francesa en 1939 y, tras una temporada en un campo de refugiados, creyó ingenuamente haber encontrado un futuro en París. Su huida hacia el sur acabará en otro campo de refugiados y, tras escaparse del mismo, en Marsella, en Casablanca, en Veracruz... hasta que vuelva anciano y ciego a España. Sus cenizas se dispersaron en el Mediterráneo.

Ya sé que el pasado está condenado, porque el presente se alimenta más de esperanzas de futuro que de recuerdos de lo pretérito y que vivir es en buena manera olvidar, pero leyendo experiencias como las de este compatriota, me pregunto si es inteligente olvidar tanto como olvidamos y, sobre todo, si es inteligente utilizar la memoria como arma arrojadiza en lugar de hacerla servir para comprendernos más cabalmente a nosotros mismos y a nuestras fuerzas. Pero también me pregunto si no hay un deber moral de memoria, si no somos moralmente responsables de tanto olvido.

martes, 9 de enero de 2018

El archivo de Angelica Balabanova

En el archivo de Angelica Balabanova, revolucionaria italiana que fue la primera secretaria de la III Internacional, se encuentra su testamento, en el que puede leerse lo siguiente: "Por favor, destruid todas las cartas y el resto de papeles" (inventario num. 5). Por supuesto, gracias a que no le hicieron caso, existe este archivo.

Un texto muy interesante de Balabanova: "Reflexions sur Lenine".

lunes, 8 de enero de 2018

Sevilla

Ortega lo dice de Sevilla en su Introducción a un don Juan pero podríamos decirlo también de todas esas ciudades a las que no querríamos llegar como extranjeros: Granada, Córdoba, Toledo, Santiago...: 

“En una ciudad milenaria como Sevilla, que ha servido de lecho y de cauce a tantas civilizaciones, se halla todo impregnado de densas advertencias: cada cosa palpita cargada de mil alusiones, y es para el viajero sensible llegar a Sevilla penetrar en un sonoro enjambre de abejas espirituales, hechas de oro y de temblor, que le asaltan presurosas e innumerables y aspiran a dejar en el alma transeúnte, a la vez, su aguijón y su miel.”

sábado, 6 de enero de 2018

Sigamos con Sagasta

El rey Don Amadeo de Saboya –a quien Ocata le debe, por cierto, grandes favores, entre otros, su apeadero-, como buen ‘galantuomo’ que era, se trajo de Italia una joven que, según decían, vivía más tiempo en palacio que en su hotel. Los ingeniosos aseguraban que le leía al rey los cuentos de Bocaccio “de corrido”. El caso es que la reina estaba a punto de llegar a Madrid y para evitar el escándalo en aquella situación constitucional tan precaria, Sagasta, entonces ministro de gobernación, se decidió a aplicar aquello de a grandes males, grandes remedios. 

Al entrar un día la italiana en palacio, varios polizontes la detuvieron y la introdujeron primero en un coche y después en el tren que la llevaría a la frontera. Media hora después, don Práxedes se presentó a despachar con el rey las cuestiones corrientes. Pero esta vez apareció con cara compungida y le contó al monarca que se había abortado un complot contra su real vida. “Ya se sabe”, le añadió, “que en toda conspiración, a la fuerza ha de figurar una mujer. La buscamos y la encontramos cuando ya había entrado en Palacio, posiblemente tras haber sobornando a algún servidor de la entrada. 
- ¿Está presa? –preguntó don Amadeo.
- En la madrugada llegará a la frontera, custodiada por dos agentes de confianza del gobierno.

Pasaron los días, llegó la reina; pasaron más días y el rey se encariñó con otra joven, en este caso española. Pero como los días continuaban pasando, el rey se aburrió de su compañía y llamó a Sagasta, pidiéndole que la desterrase en cuanto pudiera.

- ¿Y los derechos individuales? ¿Y la inviolabilidad del domicilio? ¡Si V.M. supiese los disgustos que me dan estas cosas en las Cortes! -le respondió muy dignamente Sagasta. Conviene aclarar aquí que estaba bromeando sobre sí mismo, pues más de una vez se refirió a los derechos individuales llamándolos derechos inaguantables.


¡Qué gran Sagasta! Quizás no haya habido otro parlamentario más brillante, más ágil, más mordaz que este riojano. Se llegó a decir que no había nacido en toda la historia de Andalucía un gitano más gitano que él. Nadie ha contado más chistes que Sagasta desde la tribuna de las Cortes. Siempre tenía una anécdota para ilustrar un argumento. Nadie hizo reír más a sus partidarios y nadie desarmaba dialécticamente con más facilidad a sus adversarios políticos. Uno está tentado a decir que políticos como Sagasta, Cánovas, Pi Margall, Salmerón o Castelar se merecían otro país. Claro que si me leyera lo que acabo de escribir, Sagasta se reiría a carcajada limpia de mi, como se rió de Moyano en aquella ocasión en la que este último se interesaba por lo que hubiera ocurrido de no haberse producido la revolución del 68. Sagasta le contestó: “S.S. me recuerda lo que le pasó a uno que se entretuvo toda su vida escribiendo una obra de muchos volúmenes para demostrar los milagros que hubiera hecho un santo, si tal santo hubiera venido al mundo.”

viernes, 5 de enero de 2018

Los que prometen lo que no pueden cumplir

Sagasta a Silvela en el Congreso, el 12 de mayo de 1876: 

“Esto me recuerda el cuadro de un pobre loco que víctima de la manía de creerse un gran pintor, tenía en la celda que le estaba destinada en el manicomio un gran lienzo tapado con una gran cortina. Cuando alguno de los que visitaban el establecimiento se llegaba a aquella celda, y era persona digna, en opinión del loco, de admirar aquella maravilla, le llamaba aparte y le decía con mucho misterio: "voy a enseñar a Vd. un gran cuadro;" y tomando todas las precauciones necesarias para que ninguna otra persona le sorprendiera, iba poco a poco descubriendo el lienzo, en el cual no había ni una línea, ni un trazo, ni una pincelada; y cuando lo había descubierto todo, decía muy satisfecho a la persona que le acompañaba: 
- Aquí tiene Vd. el paso del mar Rojo.
El visitante, atónito al no ver nada, le preguntaba: 
- Pues, ¿y el mar?. 
- El mar se ha retirado -contestaba el loco-, para dar paso a Moisés.
- ¿Y los israelitas?
- Todos han pasado ya. 
- ¿Y has huestes de Faraón? 
- Esas todavía no han llegado.

jueves, 4 de enero de 2018

Una odisea

Aviso para navegantes:

Mi amiga B. me ha enviado desde París un libro. Pero si ella lo envía, no es sólo un libro.

Si algo es evidente es que B. da siempre en la diana. Tenerla a ella de consejera literaria es como disponer de un embajador en el Parnaso. Libro que me recomienda, libro que está condenado a tener éxito de manera inmediata. 

Quede constancia, pues, de lo evidente.



Gracias, B.

Al comenzar a leer el libro me ha sorprendido lo familiar que me resultaba el texto. ¿A qué se debía? Al finalizar el primer párrafo, no tenía duda: yo había leído eso. ¿Pero cómo podía ser posible si estaba seguro de no haber leído el libro? De repente he caído en la cuenta: El 19 de abril del año pasado escribí en un post: Esta mañana he encontrado esta joya en The New Yorker que me permite comprobar, de nuevo, la actualidad de los clásicos:

By Daniel Mendelsohn

Y así se cierra el círculo, permitiéndome constatar, de nuevo, que todo lo que rima es verdadero.

El conservador es moderno, pero no sólo

En la Red Floridablanca

Sus Majestades los intocables Reyes Magos

A los Reyes Magos no hay que alterarles ni una coma.

Y punto.

Hay cosas que son sagradas, los Reyes Magos o el caballo blanco de Santiago, por poner dos ejemplos. En esto último coincido con Maeztu, que consideraba necesario defender la participación del apóstol Santiago en la batalla de Clavijo sobre un caballo blanco, sin transigir ni con que fuera tordo. 

Maeztu, hoy tan olvidado, era, según aseguraba Ernesto Giménez Caballero, un ciudadano de tal honestidad “que se iba a protestar al Ayuntamiento de Madrid porque le cobraban poca contribución, y de esta manera no podría tener nunca bien arregladas las calles.”  

Los que no entienden el valor de las tradiciones suelen destapar lo olvidado de su origen. Los que las respetamos sabemos que, como defendía Hume, es altamente conveniente someterse a las tradiciones que hemos encontrado establecidas en el país en que nos tocó vivir, sin entrometernos demasiado en su origen.

miércoles, 3 de enero de 2018

Convocando al terror desde el fondo de los pulmones

Sostenía recientemente un buen amigo que la democracia se sustenta en la cultura y que, en consecuencia, a más cultura, más democracia. Debió leerme en la cara un tic escéptico, porque me preguntó si no estaba de acuerdo.

No lo estaba,

"Creo -le contesté con la intención de provocarlo- que la necesidad de una moralidad básica, de una decencia común,  no puede ser suplida por un bombardeo masivo de la población con sonetos".

Nos enzarzamos en un largo debate en el que yo le iba poniendo ejemplos de grandes intelectuales -filósofos, poetas, novelistas, artistas...- que apoyaron a tiranos y de países cultos que se rindieron incondicionalmente a dictadores y él iba modificando el significado de la cultura.

Me guardé para el final el argumento definitivo, Aragon, el poeta -gran poeta- que ensalzaba el terror y cantaba a la terrible GPU:

Il s'agit de préparer le procès monstre
d'un monde monstrueux
Aiguisez demain sur la pierre
Préparez les conseils d'ouvriers et soldats
Constituez le tribunal révolutionnaire
J'appelle la Terreur du fond de mes poumons
Je chante le Guépéou nécessaire de France

Por supuesto, no convencí a mi amigo, porque lo que en el fondo daba por evidente es la existencia de una relación, para mi incomprensible, entre incremento de la cultura y de la moralidad, con lo cual, de hecho, estaba condenando a los iletrados a la inmoralidad y a los catedráticos universitarios a la excelencia moral.

Si Leo Strauss es, a mi parecer, uno de los grandes filósofos del siglo XX es por haber visto con más claridad que nadie el ambiguo papel político que juegan los intelectuales.

martes, 2 de enero de 2018

lunes, 1 de enero de 2018

El Mesías

Una afirmación de Marcelino Domingo, que encuentro en su libro Libertad y autoridad (1928), me retiene: "El espíritu dispuesto a recibir al Mesías es el Mesías". 

Marcelino Domingo no está hablando de religión, sino de política pero es difícil no dejarse llevar por la interpretación religiosa de estas palabras. 

Unas líneas más adelante aclara un poco su pensamiento: "No hay Mesías que redima a los pueblos que no ponen su voluntad en redimirse". 

Cierro el libro y me quedo con el paladar inundado por el fuerte sabor de esta idea. El sol entra a raudales por la ventana de mi cuarto este primer día del año. El cielo es de un azul cansado, desgastado, desvaído. Una ligera brisa mueve las copas de las jacarandás de la calle. El aroma del cocido que está hirviendo en la cocina inunda la casa. Marcelino Domingo me ha provocado un ataque de historia.

El árbol de la ciencia y el árbol de la vida

I Byron, Manfred : «El árbol de la ciencia no es el árbol de la vida».  II Me molesta mucho, cuando un periodista me entrevista, que dé por ...