sábado, 30 de junio de 2018

Mort du Vieux


El 22 de agosto de 1940, Serge, que esta intentando huir de Francia y en estos momentos se encuentra cerca de Marsella, se entera por la radio a la 1 de la madrugada que ha muerto Trotsky.

viernes, 29 de junio de 2018

Conocer es domesticar

Tengo en mi poder algo que me produce una emoción tan grande que me resulta difícil trasmitir, porque además de su valor intrínseco, es el fruto de muchos, muchos meses de búsqueda. Se trata de las agendas personales de Victor Serge desde 1939 a 1947, año de su muerte.

Me he preguntado muchas veces qué demonios quiere decir "conocer" y he llegado a la conclusión de que conocer es domesticar, es decir, hacer que algo o alguien pase a formar parte de nuestra casa, que sea una presencia habitual en nuestra vida. Al principio el encuentro con el desconocido siempre es difícil porque se producen malentendidos frecuentes y no sabes en qué lugar exacto de tu casa debes ubicarlo, pero poco a poco él va encontrando su lugar natural en tu vida y el diálogo comienza fluir con franqueza. Entonces empieza el verdadero conocimiento. Debo añadir que a veces el desconocido habla lenguas que no dominas bien (o no dominas en absoluto), o escribe de una manera jeroglífica o te descubre datos que te hacen ver que hay aún muchas facetas ocultas en él. Por eso no se puede conocer si se carece de amigos. Con amigos como B., que, desde París, me descifra sin problemas la letra más enrevesada o como V., que desde Moscú, me aclara lo que tenga que ver con el ruso; o... 

En definitiva, conocer es domesticar... siempre que tu casa sea también la casa de tus amigos.


Aquí, en las agendas hay algo que no se encuentra en los artículos o en la autobiografía del autor. Aquí hay algo muy personal que, en cierta forma, te convierte en un intruso en su vida. Aquí está ese apunte inmediato, arrancado al lápiz o a la pluma como un grito, un lamento, una alegría... según sea el caso.

Limitándome a la agenda de 1939, descubro, por ejemplo, esas notas del jueves 26, "Chûte de Barcelone", y del viernes 27, "À La Vaudoué avec Liuba." Liuba Russakova era la mujer de Serge, que estaba cayendo en el pozo negro de la locura, del que no saldrá.


O la anotación, que es como una herida, en la que Serge deja constancia para sí mismo de que su amigo Ernst Toller se ha suicidado en Nueva York.


Aquí el lector descubre la presencia continuada de E. Mounier...


... de Gorkin y de otras personas del POUM...


... del pacto entre Hitler y Stalin...


... de un nuevo encuentro con A. Gide...


... o con Jean Malaquais, cuyo "Planete sans visa" (edición de 1947) está aquí, al lado de las agendas, esperando que tenga tiempo para ponerme a leerlo...


... con esas anotaciones en las que una vida, al final, se resume: "reçu" y "payé".


Vuelvo al principio. Conocer es domesticar, pero es algo más: es una actividad aventurera. En ella un humilde cuarto de trabajo se va ampliando y ampliando hasta abarcar una parte del mundo y de su historia. Al mismo tiempo que tú domesticas lo nuevo, lo conocido te transforma, rehabilitando tu casa.


"¿Por qué dejaron entrar a Jacson?"

Después de que la ambulancia se llevara a Trotsky hacia México [es decir, de Coyoacán a la Ciudad de México], el comandante Galindo se dirigió hacia Sylvia [Ageloff] y le dijo: "Está usted detenida". Logré convencerlo de que me dejara subirme al auto de la policía en que la hizo subir. Adelante estábamos el chófer, Sylvia y yo; atrás el comandante Galindo y dos de sus agentes. Yo conocía a Sylvia desde 1934. Empecé por lo tanto a tratar de hablar con ella. Ella lloraba, sufría un ataque de histeria, y sólo decía algo que repetía y repetía: "¿Por qué dejaron entrar a Jacson?" "¿Por qué dejaron entrar a Jacson?" Y yo le decía: "Pero Jacson es tu marido, ¿no?". "¡Sí! -repetía sin cesar-, pero ¿por qué lo dejaron entrar?" Entonces comprendí que ella sabía algo, que conocía al menos una razón por la que no deberíamos haber dejado entrar a Jacson en la casa. Ante mis incesantes preguntas no pudo responderme más que una cosa: que sabía que estaba mezclado en 'asuntos sospechosos' con un tipo llamado Bills o algo así que se encontraba en el Edificio Ermita... "Pero si lo sabías, si fue publicado después del proceso que Siqueiros tenía su despacho en el Edifico Ermita ¿por qué no nos previniste?" No me contestaba nada. Llegábamos ya a la Jefatura, se la llevaron, ya no pude hablar más con ella.

- Declaraciones de Octavio Fernández a Olivia Gall recogidas en el libro Trotsky en México (1991).

El tapado


El tapado soy yo. A mi derecha, mi nieto y mi hijo. Sobre nosotros, el cielo explotando. A veces la condición de abuelo te obliga a arrostrar compromisos de heroicidad. 
La fotógrafa, mi Agente Provocador.

martes, 26 de junio de 2018

Diego Rivera

Me traje de México montones de documentos relacionados con Diego Rivera y su entorno, pero he estado tan saturado de trabajo que hasta ayer no he podido comenzar a repasarlos despacio. Me estoy encontrando con cosas muy relevantes, especialmente registros de entrevistas a personas como Teresa Proenza, Costa Amic o Vlady. El siguiente texto es parte de una declaración de Teres Proenzas:

Aquí algunas confesiones del arquitecto Carlos LeDuc que, por cierto, acompañó a Caridad Mercader a Nueva York en 1937:

1) Sobre la desbordante imaginación de Diego Rivera:


2) Diego casa simbólicamente a su hija Ruth con Enrique Yáñez:



Diego Rivera, autorretrato

viernes, 15 de junio de 2018

Steven Pinker que estás en los cielos

Cuando abro la puerta de casa tengo a la izquierda una pequeña terraza y a la derecha unas escaleras que descienden hasta la puerta metálica que da a la calle. Serían las 11 de la mañana cuando estaba bajando estas escaleras y de repente me ha caído un paquete del cielo. Menos mal que no me ha dado. Lo he abierto y contenía el último libro de Steven Pinker, En defensa de la Ilustración. Estaba intentando resolver mi perplejidad cuando me ha sonado el teléfono. Un empleado de una agencia de transporte me ha informado que había llamado al timbre de mi casa y al no contestarle nadie, había decidido  tirar el libro por encima de la puerta de la calle. 

La Ilustración en el fondo es esto: dado que con frecuencia vienen a nuestro encuentro las respuestas que resuelven nuestras perplejidades, ha de haber respuestas para todas nuestras perplejidades. O sea, el desencanto del mundo.

A mi Pinker me parece un tipo simpático que utiliza con gran agilidad los arguments que le convienen, que vienen a ser todos aquellos que apoyan su fe en que la verdad nos hará libres, que es, por cierto, una fe evangélica, de la misma manera que la probidad intelectual es una fe bíblica. Fue Heidegger quien, en Davos, le dirigió a esta fe la pregunta para la que aún no tiene respuesta (se la dirigió al ilustrado Cassirer, pero ustedes ya me entienden): ¿Y por qué la verdad ha de ser consoladora?

Los que hemos leído a Strauss sabemos que eso de la iLustración se dice de varias maneras y que a la Ilustración de Spinoza se le puede oponer la Ilustración de Maimónides. Si le hacemos caso, no tardamos en descubrir que Maimónides sabe todo lo que sabe Spinoza y un poco más. Este poco más tiene que ver con la función política de la verdad.

Bueno, que agradezco mucho a la editorial Paidós que me haya hecho llegar este libro, del que ya me he leído los tres primeros capítulos y el apartado -lamentablemente no muy bien informado- que dedica al "Efecto Flynn". Gracias sinceras, pero yo soy más de Strauss que de Pinker.

jueves, 14 de junio de 2018

Como un borracho a caballo


De Madrid al cielo (casi)

A las 9:10 de la mañana me suena el móvil justo cuando estaba dejando la habitación en el hotel Miguel Ángel de Madrid.
- ¿Señor Gregorio Luri?
- Sí, soy yo.
- Soy el taxista de cabify. Le espero en la puerta del hotel.
- Bajo en dos minutos.
- Está bien.
Cuando abandono el hotel veo que hay varios coches esperando en la calle. Pregunto uno por uno, pero ninguno es el mío. Hay también un coche negro sin nadie adentro. Me esperan para grabar un vídeo y no me quiero retardar, pero obviamente allí no está el coche que debía estar. Pasados unos minutos llamo al teléfono desde el que me habían llamado anteriormente.
- Hola, soy Gregorio Luri.
- Perdone usted, pero es que me encuentro muy mal.
- ¿Qué?
- Muy, muy mal. ¿puede llamar a una ambulancia, por favor?
Me cuelga.
¿Qué hago?
Debo llamar a una ambulancia, pero ¿a dónde le digo que tiene que ir? Obviamente al Hotel Miguel Ángel, no. Aquí no está. 
Vuelvo a llamar. Nadie contesta.
Intento encontrar algún policía municipal para contarle lo que pasa. No veo ninguno. ¿Y si al hombre le está dando un ataque al corazón?
Llamo a la empresa que hace el vídeo. Les cuento lo que ocurre y les ruego que se pongan en contacto con cabufy. Me dicen que me envían otro taxi.
Suena el teléfono. 
- Señor, me encuentro un poco mejor. He llamado yo a una ambulancia. ¿Puede usted dar de baja el servicio? Por favor, ¿Puede dar de baja el servicio?
Respiro un poco más aliviado.
En este tiempo al verme con una maleta a las puertas de un hotel, se han parado varios taxis preguntándome si necesitaba sus servicios. Al primero le he dicho que esperaba un coche de cabify y prefiero no reproducir aquí sus exabruptos.
Suena una sirena. Sí, es una ambulancia. Viene por Castellana. Gira en Gregorio Marañón y se detiene frente al hotel. Se bajan dos enfermeros. Miran a su alrededor sin ver a nadie. Me acerco para contarles lo que sé. En ese momento un hombre de unos 50 años que está sentado en las escalerras del hotel con un móvil en la mano, levanta el brazo. Es el taxista. He estado todo el tiempo a su lado sin fijarme en él. Lo introducen en la ambulancia.
A los pocos minutos llega el segundo coche de cabify. Le cuento al nuevo taxista lo ocurrido y va a la ambulancia. Vuelve preocupado. Intenta llamar a alguien sin éxito. Poco después se nos acerca un enfermero.
- Parece que está bien. Saldrá por su propio pie. Se va él. Ya está bien.

miércoles, 13 de junio de 2018

Sueños al pie de una cuna

Emilia Pardo Bazán le escribió una carta a Manuel Cossío el 3 de septiembre de 1894 en la que, además de felicitarle por su reciente paternidad, le hacía este comentario: "Sé todo lo que se sueña al pie de una cuna. Creemos que allí va a realizarse lo que nosotros, por torpeza, no hemos podido o sabido conseguir y este mesianismo sostiene a la humanidad, que si no tuviese ilusiones, se daría a los demonios. Y, sin embargo, estas ilusiones rara vez dejan de ser vanas (...). En lo electivo el ideal puede encontrarse, y, por lo menos, cabe correr tras él, pero en lo que impone la naturaleza, hay que estar, como dicen los jugadores, a la que salte. Ese cariño es instintivo, animal (ustedes [los de la ILE] no se asustan de la palabra) y así resiste a los desencantos, o, mejor dicho, no los conoce."

viernes, 8 de junio de 2018

Viajando por la Mancha

Hubo un ministro de Fomento que, viajando por la Mancha, mientras veía deslizarse los paisajes del Quijote, imaginaba lo que sería todo aquello con un buen plan hidráulico. De pronto, ordenó al chófer que se detuviera junto a lo que llamó “una hermosa flora”. Tras exclamar extasiado que las flores, las avecillas y las mujeres nos reconcilian con la vida, se lamentó de que hubiera incontinentes que tratasen la tierra manchega de inculta, cuando era capaz de dar esas maravillas florales. “Baja y recógeme una de esas florecillas”, le ordenó al chófer. Este le trajo tres. El ministro eligió la que más le placía y se la puso en el ojal. “Si estas flores se llevasen a Madrid –añadió- podrían ser una fuente de riqueza para la comarca”. El chófer se atrevió a plantear una tímida objeción: “Señor, pero si arrancasen esas flores para venderlas, los campesinos perderían la cosecha de las patatas…”. El ministro –digamos su nombre: Rafael Gasset- mandó poner el coche en marcha y comenzó a ensalzar el cultivo de la patata.


jueves, 7 de junio de 2018

Don Miguel


Esta tarde escribía en otro sitió que los de la llamada "generación del 98" anduvieron debatiendo que si don Quijote o Sancho, cuando lo figura a reivindicar era la de Cervantes. Esta noche, ahora mismo, don Miguel, comienzo una relectura del Quijote

miércoles, 6 de junio de 2018

La desmedida vida de Adolphe Sax, inventor del saxofón

Adolphe fue un niño alarmantemente propenso a los accidentes. Antes de cumplir dos años, se cayó por las escaleras y se rompió la cabeza al chocar contra el suelo de piedra. Con tres años, casi muere al echar un trago de una mezcla de vitriolo y agua que confundió con leche, se salvó gracias a que le hicieron beber una buena dosis de aceite de oliva. Le siguieron un envenenamiento con plomo, otro con óxido de cobre y un tercero con arsénico. Además se tragó un alfiler. Una explosión de pólvora le provocó quemaduras severas y lo arrojó a una distancia considerable. Se quemó con una sartén. Le cayó una piedra del techo que le hizo una cicatriz en la cabeza. En otra ocasión se durmió en una habitación en la que se estaban secando varios objetos recién barnizados y lo encontraron poco antes de que muriera asfixiado por los efluvios. Cuando lo sacaron medio ahogado de un río en el que había caído, su madre dijo: “Este niño está condenado. No vivirá mucho tiempo”. Pero murió a los 79 años. 

El azar es el azar, y poco sabe de bondad o de maldad. Simplemente actúa como un niño. Así lo entendió aquel conocido de Bertolt Brecht que perdió en un tren el manuscrito de un tratado de moral que acababa de escribir. Tras reflexionar sobre lo que le había ocurrido, volvió a escribirlo, pero esta vez hizo del azar el eje central de su sistema ético. 

martes, 5 de junio de 2018

En compañía de los mejores que yo


"En Las cosas que no son. Los aforistas y Dios se reúnen aforismos de Gabriel Insausti, Gregorio Luri, Ander Mayora, Jesús Cotta, José Manuel Camacho Vázquez, Juan Kruz Igerabide, Enrique García-Máiquez y Felix Trull, así como un somero repaso acerca de los aforistas que han abordado esta figura en sus letras más breves: Pascal, Joubert, Gómez Dávila, Camón Aznar y Ortiz-Osés."

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lunes, 4 de junio de 2018

Sánchez

I
Después de un año de sequía en el que los agoreros no paraban de advertirnos de que teníamos que acostumbrarnos a los pantanos vacíos, una primavera lluviosa, para confirmar que el futuro es muy suyo y no se rinde así como así, por mucho que lo cortejen los profetas.

II
A Sánchez, por supuesto, le deseo suerte. Y a todos los que por las redes sociales están esperando que le crezcan los enanos, les concedo el derecho a gestionar su frustración como mejor les parezca, pero nada más. España necesita gobernantes que den la sensación de que no se limitan a ver pasar la historia más allá de su ventana, y que se atrevan, como aconsejaba Maquiavelo, a embridar a la fortuna.

III
Yo tengo al PP por un partido socialdemócrata. Lo que pasa es que él no lo sabe, pero es fácil que el PSOE, sí, por lo cual buscará su diferencia en la gesticulación, aunque de gesticulación, en España, vayamos bien sobrados.

IV
Hay algo en Sánchez que me atrae: su coraje y su ambición. Su maquiavélica manera de lidiar con la caprichosa Fortuna. Se ha enfrentando a mucha gente importante dentro y fuera de su propio partido y ha triunfado en contra de todos los que le anunciaban una larga sequía.  Ha demostrado ser un corredor de fondo. No se le ve pusilánime, desde luego, y parece que está aprendiendo rápido. ¿Habrá llegado ya a la lección en la que se demuestra que quien gobierna sólo para los de su partido no gana elecciones?

V
El pasado 8 de abril escribí un post en este Café en el que sugería que en Cataluña se estaba elaborando un relato sobre el proceso que sostendría la tesis de que la culpa de todo lo que nos ha pasado la tuvo Aznar y que todos -menos él y los suyos- hemos sido víctimas. De aquí, añadía, se deduce que, puesto que Rajoy es el sucesor de Aznar, la posibilidad de un acuerdo pasa por un gobierno de la nación en el que no esté el PP. Intuía yo entonces que se estaba intentando construir un terreno ideológicamente neutralizado que permitiera a los contendientes no darse ni por derrotados ni por vencedores, pero para ello había que colocar al PP en fuera de juego. Concluía así: "La actual debilidad del PP parece incapaz de impedir su propia neutralización, condición indispensable para la neutralización del posible espacio de encuentro".

VI
En política la piedad es una diosa extranjera; la prudencia, el arte de aprovechar el momento adecuado y el prestigio, lo que decide la suerte. 

sábado, 2 de junio de 2018

Adiós, Rajoy

I
Todo ha funcionado de acuerdo con la Constitución. Quienes han apoyado a Sánchez lo han hecho  acatando la Carta Magna. Esto se llama democracia parlamentaria.

II
Los señores parlamentarios han decidido valorar más las corrupciones evidentes del PP que las corrupciones evidentes del PSOE, lo cual pone de manifiesto que cuando no dispones de mayorías parlamentarias, es aconsejable contar con alianzas firmes y no meramente coyunturales. El gran defecto de Rajoy es que, teniendo el poder, no ha sabido ganarse aliados.

III
A pesar de que los consejeros de Rajoy llevan tiempo hablándole de la nueva política -o sea, de la post-política-, lo que hemos visto es el parlamentarismo de toda la vida en acción. Lean a Romanones y se encontrarán abundantes casos de este tipo en nuestra historia parlamentaria.

IV
Sánchez no lo tiene fácil, pero le basta con  no meter la pata (o meterla sin estridencias) y llegar de Presidente de Gobierno hasta las próximas municipales. El PSOE parecía hundido. Ya no.

V
Se demuestra una vez más que en el discurso político no rige el principio de no contradicción. O, dicho de otra manera: el discurso de no contradicción nos e aplica a los nuestros.

VI
El PP vive en un barullo. Parece noqueado. Ha llegado el momento que posiblemente Aznar menos hubiera deseado: el momento de Aznar. Sólo él parece capaz o de poner orden o decretar el desorden y la emigración del alma del PP a otro(s) cuerpo(s).

VII
Ciudadanos da la sensación de que en las pequeñas crisis se crece y en las grandes se achica.

VIII
El PNV siempre es más listo que Convergentes y neoconvergentes.

IX
Hay una buena noticia en todo esto que debe ser resaltada: el sistema judicial funciona y lo hace de forma independiente. La división de poderes es en España un hecho... aunque no las guste a los condenados (sean del color que sean).

X
"¿Qué hará usted -venía a preguntarle Rajoy a Sánchez- cuando comiencen a salir sentencias de corrupción que culpabilicen al PSOE?" La respuesta es fácil: convocar elecciones (pero sin demasiada urgencia).

XI
Se va Rajoy y hay como una sensación de alivio colectiva... incluso en algunos sectores del PP. Siempre he dicho que el electorado -y no digamos nada del los militantes- es tremendamente narcisista y necesita políticos que le ayuden a vehicular ese narcisismo. Rajoy no lo ponía fácil.

XII
Podemos, ese partido patético. De "pathos": sufren ellos mucho (Iglesias echando las campanas de sus lágrimas al vuelo) y nos hacen sufrir a los demás (aunque de forma tragicómica).

viernes, 1 de junio de 2018

De Santa Coloma de Queralt a Sant Martí de Maldà


Ayer por la tarde mi agente provocador y yo nos fuimos a Sant Martí de Maldà. El viaje obedecía a compromisos contraídos hace algún tiempo, pero nada nos impedía llegar por el camino más lento para disfrutar del trayecto. 


El viaje digno de este nombre comenzó en la iglesia gótica de Santa Coloma de Queralt, a los pies del Retablo de San Lorenzo, obra de alabastro del siglo XIV de Jordi de Déu. Tras Santa Coloma nos esperaba el Valle del río Corb, una delicia que hicimos sin sobrepasar los los 40 kilómetros por hora. Fue esta una zona fronteriza con tierras musulmanas durante muchos años y abundan los pueblecitos en lo alto de montículos, coronados por la torre de un antiguo castillo compitiendo con el campanario de la iglesia. 


La siguiente parada, Vallfogona, ciudad del insigne Rector.


La parada en Guimerà, obligatoria, claro, incluyendo la ascensión castillo. Atardecía. 









Y, finalmente, Sant Martí de Maldà. 

El valle del río Corb en primavera es un lujo, créanme. Trigos que encañan, amapolas rompiendo con su puntillismo rojo el mar verde de los campos, las hojas nuevas de los árboles, bajo el cielo eterno y siempre nuevo, nubes compactas, densas, en explosiones congeladas de blancura, el rumor germinal que lo inunda todo...

Nada más escribir lo anterior, ha sonado el timbre. Era la cartera, que me traía esto:





El guionista caprichoso

 I A eso de las cuatro de la tarde ha sonado el teléfono. Era una de esas llamadas que esperas que nunca lleguen y que cuando llegan, siempr...