I
El maestro de Nietzsche, Burckhardt, solía decir que el verdadero magisterio tiene el deber moral de incubar deslealtades.
II
El magisterio de Parménides sobre Platón incubó la mayor de las deslealtades: la filosofía, o sea, el parricidio intelectual. No hay filósofo relevante que no haya sido, cabalmente, un parricida; a diferencia del que tiene vocación de hijo adoptivo, mero comentador, escoliasta del texto ajeno.
III
En Occidente, la dignificación del parricidio ha engendrado a un bastardo obsesionado estética, más que intelectualmente, con el ejercicio de la transgresión, que es una pose de sofista.
IV
En el caso concreto de la ética lo que hay no es un parricidio, sino un suicidio. El hombre ético o tiene vocación de suicida o no es ético. María Zambrano insistía en que el nacimiento biológico era solamente el comienzo de nuestro nacimiento. La grandeza del hombre es que puede nacer de nuevo al hacerse su biografía, ganándose el ser a través de
V
La ilusión de devenir otro es la quimera favorita del hombre ético, y sobre ella cabalga como un pobre loco.
VI
Escribió Stirner en "El único y su propiedad": “Porque no hay nada más serio que el loco cuando se pone a cabalgar en su quimera favorita”.
VII
“Existe un trabajo –dice María Zambrano- que es más inexorable que el de ganarse el pan. Es el trabajo para ganarse el ser a través de la vida”.
VIII
Esta idea del segundo nacimiento no es original de Zambrano, sino de William James, que distingue entre aquellos que han nacido de una vez y para siempre y los que están dispuestos a nacer de nuevo.
La ética es en sí suicida. Sus respuestas son intrínsecamente temporales, aplicadas al momento. Quien pretenda lo contrario simplemente es un fundamentalista o un soñador.
ResponderEliminarO se ha dormido en clase de geología.
ResponderEliminarPrisas. Uff el supuesto 6. Toca alma.
ResponderEliminarAlgún hácker cándido tendría que estampar el supuesto III en todos los blogs de opinadores con ínfulas de verdad. Últimamente ploriferan como ratas impunes.
ResponderEliminarlas prisas no me han dejado explicarme correctamente. Algunas de las afirmaciones del post ya lo dicen, mi comentario se refería a la obligación que tiene toda ética a regenar sus contenidos comforme la realiad así lo pide, cosa que no quiere decir que lo único que podamos hacer es una ética relativa a los acontecimeintos. Creo que el hecho de que siempre nos veamos inclinados a formular nuevas respuestas éticas a problemas presentes tiene que ver con la estructura básica que consituye al humano, una estructura relacionada con el ethos de cada uno, que es cambiante a la vez que permanece.
ResponderEliminarPeor que el loco cabalgando sobre su quimera, son los cuerdos que lo siguen aun sabiéndolo loco.
ResponderEliminarNo acabo de entender por qué ha de ser mortal el ser otro, el salir de uno mismo. Eros hijo de Poros y Penia nos hace escapar de la mortalidad. Para mí, lo mortal es la repetición. El triunfo de Thanatos nos disuelve absoluta y definitivamente.
ResponderEliminarJordi: Sería mortal para el que uno deja de ser.
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