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martes, 31 de octubre de 2017

La realidad y su relato

Ya lo he contado otras veces, pero lo contaré una más: Aseguraba Leo Strauss que su abuela le solía decir: “Te sorprenderías, hijo mío, si supieras  con qué poca sabiduría está regido el mundo”. Yo estoy de acuerdo con la abuela de Strauss. Estoy convencido de que la realidad de las cosas humanas es demasiado compleja y desabrida como para que quiera someterse con docilidad a nuestros esquemas explicativos. O sea, que nuestra inteligencia política no puede ser sino escasa y que por eso es bienaventurado el país cuyos dirigentes saben elegir el mal menor.

Como muestra de la rebeldía de la realidad, sirvan estas cuatro historias:

La primera. La cuenta Iván Bunin en Días malditos: “Buena parte de lo que sucede tiene su origen en la mera estupidez. Tolstoi decía que nueve de cada diez locuras perpetradas por los hombres, se debían, simplemente, a la estupidez. Solía contar lo siguiente:
- Cuando era joven teníamos un amigo, un tipo muy pobre, que se compró un canario de latón con las últimas monedas que le quedaban. Nos rompíamos la cabeza buscándole una explicación a ese proceder tan absurdo, hasta que nos acordamos de que nuestro amigo no era más que un terrible imbécil”

La segunda, recogida en la prensa. Ocurrió en agosto del año 2006 en Leicester. Darren, un joven de treinta y tres años, fue encontrado muerto en su casa, en medio de un charco de sangre, con un cuchillo a su lado. La policía estuvo manejando varias hipótesis que, una tras otra, la conducían a un callejón sin salida, hasta que la viuda confesó avergonzada la clave del misterio: su esposo, ansioso por saber si su nueva chaqueta podría resistir las heridas de un arma blanca, se apuñaló a sí mismo.

Esta la cuenta Erich Arendt en Los papeles de España. En la guerra civil española un corneta se vio atrapado en el fondo de un pequeño valle de la Sierra de Alcubierre por el fuego cruzado de los dos bandos. No se le ocurrió nada mejor que tocar la orden de ¡alto!, que inmediatamente fue acatada por todos, de manera que pudo volver tranquilamente con los suyos.

La última la recojo de Hans Magnus Enzensberger, tal como la cuenta en Tumulto. Asegura que el escritor francés Armand Gatti hizo un viaje a Pequín junto a un grupo de intelectuales europeos a finales de los sesenta. Todos fueron recibidos por el Gran Timonel, Mao Zedong, que les autorizó a hacerle preguntas. Gatti se interesó por el futuro. Mao metió su mano en un bolsillo, sacó una carpeta, buscó una hoja en blanco, la arrancó y se la entregó. Durante meses, Gatti conservó aquella hoja en blanco entre las páginas de un libro. Un día sus hijos sacaron el libro de la estantería, encontraron la hoja y la llenaron de garabatos indescifrables. 

Dado que la realidad es así, el arte de la política consiste en hacerle creer a la población que no es exactamente así. En la política lo que cuentan no son los hechos, sino el relato que se puede construir con ellos. El relato vencedor es el que hace creer a la ciudadanía que el político que la representa es capaz de domesticar la historia.

Añado el enlace a un artículo que firmo en El Mundo titulado Nosotros somos... ¿nosotros?

viernes, 27 de octubre de 2017

Un ataque de historia



Esta tarde he ido a Vic. Tenía una entrevista en la televisión comarcal y después una charla en Centelles. Para mí Vic es, sobre todo, Costa Llibreter, una de las mejores librerías de viejo de España. Cada vez que paso por allí me dejo una pasta en libros. Pero hoy el genio del lugar ha andado jugando conmigo y una y otra vez ponía entre mis manos títulos como los siguientes:








Creo que no se sorprenderán si les aseguro que he salido con un ataque de historia... y dos libros, España en crisis, de Adolfo Posada, y las Cartas sobre política europea de Castelar.

jueves, 26 de octubre de 2017

Efectos colaterales

Llevo un rato tarareando esto... efectos colaterales de la jornada, sin duda (espero que algún día me perdone Shostakovich)

Homo sibi dissimilis

"Leo tus cosas", me dicen algunos, "pero no estoy de acuerdo con todo lo que dices". "No hacía falta que me lo dijeras", suelo añadirles, "ya lo daba por supuesto".

La verdad es que espero que el día de mañana me traiga bajo el brazo algún desacuerdo intelectual con el día de hoy, porque esa es la gracia del pensamiento: pensar contra uno mismo. Ser un "homo sibi dissimilis" no es ninguna desgracia... siempre que esa disimilitud se desarrolle en la diacronía y no explote en la sincronía.


E.P. BOS (ed.), Medieval Supposition Theory Revisited, Brill, 2013.

miércoles, 25 de octubre de 2017

Y ahora, la paradoja de Zenón

La desmemoria histórica


Esta tarde tenía un debate a las 16:30 con Victoria Camps sobre el "proceso" y camino del lugar en que ha tenido lugar, he entrado en una librería de viejo. Me he encontrado con este libro, que llevaba tiempo persiguiendo. Se editó en 1939 en Barcelona y, en mi opinión bien merecería una edición crítica, aunque sólo fuese por respeto a la memoria histórica.


El rap de Parménides, o sea.

martes, 24 de octubre de 2017

La aventura en la puerta de casa


Comento en el Elogio de las familias sensatamente imperfectas que ya no existen espacios aventureros para los niños, esos lugares en los que puedan tomar iniciativas, no exentas de riesgos, pero reales, fuera de la supervisión constante de los adultos. Me alegra comprobar que no en todos los países económicamente desarrollados es así. Véase este parque infantil vedado a los padres, donde los niños pueden correr el riesgo de romperse un brazo, ciertamente. ¿Pero un niño que no ha corrido nunca este riesgo, ha tenido infancia?

De la importancia de la errorología

Llevo años insistiendo en la importancia de la "errorología", es decir, del estudio de la lógica del error que subyace a la respuesta supuestamente errónea del alumno. No me parece que un profesional de la instrucción deba limitarse a decir si el alumno ha actuado de acuerdo con lo que él -el profesional- esperaba, sino que debe llevar a cabo un análisis de lo que el alumno espera de sí mismo. No puede -no debe- contentarse con poner un bien o un mal, porque se supone que está ahí para ayudar a mejorar. ¿O no? Mi hipótesis es que el alumno suele dar la respuesta correcta a la pregunta que se hace él mismo.


La estructura superficial de un problema no siempre admite una comprensión unívoca de su estructura profunda. Este ejercicio nos está diciendo algo sobre la comprensión del concepto "contrario" por parte del niño (también nos está diciendo algo sobre la comprensión que tiene el profesor de las normas de acentuación, pero este es otro tema).


Aquí la "solución" puede interpretarse de varias maneras, según se entienda como la solución al problema matemático o al problema práctico que suponen esos caracoles exploradores.


En este caso al profesor le parece evidente que la expresión "los siguientes números" sólo se puede entender de una manera. Pero el alumno ha puesto en cuestión esa evidencia al entender que debe escribir los números que siguen a cada uno de los de la lista. Si el profesor se limita a tachar la respuesta, está diciéndole al alumno que su lógica es errónea sin explicarle por qué. ¿Pero es, de verdad, errónea? ¿Es que al diez no le sigue el once?

En la Ratio studiorum de los jesuitas (de 1599) se hablaba de la "felix culpa", el error afortunado. Lo que los jesuitas les decían a sus alumnos venía a ser lo siguiente: "Eres afortunado de equivocarte en la escuela, porque podrás analizar y comprender tu error. Aquí no es grave equivocarse, lo grave es no aprender."

Añado algo más: la atención a la lógica del error del alumno nos permite ir afinando nuestro propio lenguaje docente.

lunes, 23 de octubre de 2017

Ocata, esta tarde




Y en los auriculares, el segundo concierto de piano de Shostakovich.

Voy a hacer caso al consejo que me ha dado A.M. a través de B.M. Es decir, voy a intentarlo, a ver si tengo tiempo para todo...

domingo, 22 de octubre de 2017

Ramón Mercader, hogareño


El 18 de octubre de 1978 murió Ramón Mercader. En la foto junto a su mujer, Roquelia Mendoza, en su casa en La Habana.

Tò aganaktetikón

Recientemente tuve el honor de formar parte del tribunal que juzgó una tesis doctoral, que trataba del estatuto epistemológico del mito platónico, en el departamento de filología griega de la Universidad de Barcelona. Como correspondía, además de leerme atentamente la tesis, repasé los pasajes más relevantes de Platón sobre el mito y así encallé en República 602, porque descubrí, como tantas veces me ocurre, lo nuevo en lo tantas veces leído.

Platón se pregunta a qué parte del hombre dirige la poiesis (en este contexto se refiere a la poesía homérica principalmente) su dínamis. Es decir, qué parte del alma es el blanco de los versos del poeta o, dicho de otra forma, cuál es la parte del alma más sensible a la pasión poética. Platón es grande por el mero hecho de hacerse preguntas como ésta, pero es inmensamente grande por iluminarnos con sus respuestas para poder huronear por los recovecos de nuestra alma hasta dar con esa porción poéticamente lábil.  La caracteriza por los siguientes rasgos:
  • "No conoce el criterio" (parà tà métra).
  • En ella el hombre no se reconoce completamente a sí mismo (no es"homonoêtikôs), es ajeno a sí mismo porque constituye el escenario de un enfrentamiento permanente del alma consigo misma (utiliza dos veces el término stasis, que en el vocabulario político nombra la guerra civil).
  • Carece de coherencia (enantiosis).
  • Es contradictoria consigo misma (mákhetai autòs hautô)
  • Es sensible a la poikilía (literalmente, a la mezcla de colores, pero Platón utiliza a veces este término para describir la abigarrada mezcla de caracteres personales que se encuentran en el puerto del Pireo).
  • Le da, finalmente, el doble nombre de "tò aganaktêtikón" y "poikilion". 
¿Cómo traducir este "tò aganaktetikón", aun pidiendo consejo a los sabios que aparecen de vez en cuando por este café, me atrevo a traducirlo como "la emotividad", en tanto que es capaz de tomar todas las formas de una poikilía de acuerdo con la habilidad del poeta.

Ayer, en Valencia


Magnífico día, el de ayer en Valencia. Creo que esta es una ciudad en la que podría vivir. Cordialidad y agotamiento, pero ese agotamiento feliz que te permite dormir a pierna suelta y la conciencia satisfecha.

Por cierto: habrán visto que he decidido no admitir comentarios. Hasta hace poco era del parecer que debía publicar todos los comentarios que no contuvieran ningún insulto. Pero hay un terreno en el lenguaje que aunque no alcance el insulto, por su tono áspero sí fomenta la crispación. Como los mensajes de este tipo han ido últimamente en aumento, esta es mi casa y a mi no me da la gana acoger a crispados, he decidido ser el propietario exclusivo de su decoración. Las redes están llenas de vomitorios, pero este blog no será uno de ellos. 

miércoles, 18 de octubre de 2017

Miau


En la historia de la literatura infantil española hay un librito que, por las singulares circunstancias en que fue escrito, merece un capítulo aparte. Se titula ¡Miau! Historia del gatito Misceláneo. Lo escribió Joaquín Maurín, el dirigente del POUM, en la cárcel de Jaca donde estaba detenido, pero aún no había sido identificado como quien realmente era.

Un día los presos descubrieron que un gatito se había colado en la prisión de la que ellos tanto desearían salir, y se había quedado a vivir con ellos. Inmediatamente se ganó el cariño de todos. Comenzaron a llamarlo Misceláneo, pero él sólo obedecía a una persona:

"Los demás presos le llamaban ¡Misceláneo! ¡Misceláneo!, pero Misceláneo no hacía caso. Pero si era yo quien decía ¡Misceláneo! venía a mí, se dejaba acariciar y se ponía a ronronear. Por la noche, cuando estábamos acostados, saltaba por encima de los demás hasta que me encontraba a mí...".

Maurín decidió escribir la biografía del gato y dedicársela a su hijo Mario, a quien no sabía si alguna vez volvería a ver.

"Escribí la biografía. la ilustró Julio Sánchez, pintor de brocha gorda; fue puesta a máquina y encuadernada. Título: ¡Miau! Historia del gatito Misceláneo."

lunes, 16 de octubre de 2017

Dos citas de Salvador de Madariaga

"De antemano declaro que no pocas de mis conclusiones me desagradan sobremanera"

"Hay intelectuales tan deseosos de que los obreros manuales les perdonen su capacidad de pensar que se hallan dispuestos a sacrificarla gustosos en los altares de San Carlos Marx"

-Salvador de Madariaga, ¡Ojo, vencedores!

sábado, 14 de octubre de 2017

Dos sorpresas

La primera, el miércoles en la librería Laie de la calle Pau Claris:


La segunda, hoy, en el suplemento cultural de La Vanguardia:


viernes, 13 de octubre de 2017

La risa y la política

Ayer, en otro lugar, escribí esto:


Y Andrés G. Inda, me respondió con este texto impagable de Silone:
"En una comisión especial del ejecutivo se discutía un día el ultimatum dado por la Junta Central de las Trade Unions inglesas a sus secciones locales de no adherirse, bajo pena de expulsión, al movimiento minoritario dirigido por los comunistas. Después de que el representante del Partido Comunista Inglés hubo expuesto el grave inconveniente del dilema, porque aceptando se iba a la disolución del movimiento minoritario y negándose a la salida de los minoritarios de las Trade Unions, el delegado ruso Piatnisky propuso una solución que parecía tan obvia como el huevo de Colón:
—Las secciones —propuso— declaran someterse a la disciplina exigida y luego, en la práctica, hacen exactamente lo contrario.
El comunista inglés le interrumpe: —Pero eso sería una mentira.
Una risotada clamorosa acogió la ingenua objeción, una risotada franca, cordial, interminable, como los tétricos despachos de la Internacional Comunista no habían oído otra igual; una risotada que se prolongó rápidamente por Moscú porque la divertida respuesta del inglés fue enseguida telefoneada a Stalin y a los despachos más importantes del Estado, provocando, dondequiera que llegara, nuevas olas de estupor e hilaridad, como luego supimos.
—Es muy importante para juzgar a un régimen —dije a Togliatti que se encontraba allí conmigo— saber de qué se ríe."
Para los interesados, el texto se encuentra en Ignazio Silone, Salida de urgencia (Madrid, Revista de Occidente, 1969, pp. 115-116).

jueves, 12 de octubre de 2017

¡Tanto que celebrar!

Hace ahora un año escribí lo siguiente:

Tengo que celebrar mi encuentro con el navajo Stevie Mannel en Page, Arizona. Estaba -el indio- completamente borracho y se le había metido en la cabeza que yo era novelista. Yo,  a mi vez, quise saber si aún quedaba memoria entre los navajos del indio Manuelito. 

Tengo que celebrar un cuatro de julio en Escalante a donde llegué porque en Antinomia no había conexión a internet. 

Tengo que celebrar aquella mañana en que recorrimos Devil Dog Road mi Agente Provocador y yo y nos paramos a desayunar huevos rancheros en el restaurante de la india Hualapai.

Tengo que celebrar mi reciente viaje a Uruguay, a donde me invitaron porque habían leído mis libros y los amores de Felisberto Hernández y la espía África de las Heras cuyas huellas seguimos por las calles de Montevideo, y el Galeón de Roberto Cataldo...

Tengo que celebrar mi próximo viaje a México. Me invitan el Ateneo Español y el gobierno mexicano porque han leído mis libros. Tengo que celebrar que no tengo tiempo material para saludar a tantos amigos mexicanos como me gustaría.

Tengo que celebrar que mañana como una paella en La Cuina dels Capitans con mi amigo mexicano Luis Moctezuma.

Tengo que celebrar a Homero Aridjis y a los amigos de Chile, de Uruguay, de Paraguay, de Perú, de Venezuela (¡a ver cuándo podemos hacer, finalmente, ese viaje tantas veces pospuesto!), de Cuba (en este caso añado mi admiración por su compromiso con los derechos humanos), de Puerto Rico...

Tengo que celebrar todo lo que nos une, que es, exactamente, todo lo que queramos que nos una.

Hoy, pasado un año, tengo que añadir muchos más motivos a esta lista. 

Tengo que celebrar una comida con el abogado Eduardo Ceniceros, hijo del abogado de Ramón Mercader, en un excelente restaurante mexicano. La visita a la casa-museo de Trotsky y los minutos sentados en silencio en el jardín y los laberintos de las tiendas de libros de viejo de la calle Donceles. La Vía del Exilio Español, la Calle de la Amargura, la Calle Artículo 123, donde estuvo la Editorial Quetzal de Costa Amic y aquel edificio en la Calle de Niza en el que trabajó Carmen Brufau y, por supuesto, los amigos del Ateneo Español de México y al generosidad de Maritza Macín... y....

Tengo que celebrar que el próximo mes de marzo vuelvo a México, para participar en un importante acontecimiento educativo del que ya daré noticias en su momento.

Tengo que celebrar el mensaje que Laura, la hija de Ramón Mercader me envió ayer comentando la situación catalana.

Tengo que celebrar que mis libros puedan leerse desde Río Bravo a Tierra de fuego y a esas personas que se ponen en contacto conmigo desde pueblos que tengo que localizar en el mapa para hacerme algún comentario sobre lo que han leído.  

Tengo que celebrar la amabilidad de Gustavo Dudamel y la existencia de Lourdes Sánchez.

Tengo que celebrar que haya acabado haciendo negocios con Luis Moctezuma que no nos darán un céntimo de beneficio pero sí muchos motivos para mantenernos en contacto.

Tengo que celebrar la certeza de que el año que viene esta lista será más larga.

miércoles, 11 de octubre de 2017

Sobre las competencias

Un alumno que estaba estudiando geometría con Euclides le preguntó a éste cuando comenzó a desarrollar el primer teorema: "¿Para qué me servirá esto?". Euclides llamó a su esclavo y le dijo: “Dale medio dracma, porque necesita ver el beneficio material de todo lo que aprende.”

- Estobeo, Antología

Intelectuales

"Un intelectual -dijo Aldous Huxley- es una persona que ha descubierto algo más interesante que el sexo". Por eso no hay que fiarse mucho de los intelectuales -y no digamos ya de los intelectualillos- que andan susurrando en las orejas de los gobernantes.


lunes, 9 de octubre de 2017

Antes y después de 1930


Que se nos ha muerto...

... el marido de la peluquera.


Pero yo mantendré vivo no ya su recuerdo sino su sensibilidad cada vez que una peluquera de manos sabias me lave el pelo.

Algún día contaré mis aventuras en las peluquerías. Me gusta entrar en las que no he estado nunca y esperar a ver qué dedos mecerán mis pensamientos. A veces las elijo al azar, lo cual me depara sorpresas de todo tipo. Una vez, en la parte vieja de Barcelona, entré sin mirar más que el letrero, "Peluquería de caballeros", y, una vez adentro me encontré con dos jovencitas chinas que me preguntaron qué quería. "¡Pues qué voy a querer, cortarme el pelo!", les dije. "¿Y nada más me preguntaron?". Sólo cuando descubrí el desastre que habían hecho en mi cabeza entendí el sentido de su pregunta.

Otra vez... (continuará... o no).

viernes, 6 de octubre de 2017

Carta de Serge a Mounier

Nota manuscrita de Serge a Mounier, sin duda se trata del borrador de una carta que lleva al pie escrito el año en que fue escrita, 1938:

"A mi me gusta estimar al enemigo, -el enemigo es un hombre como yo, el enemigo es una persona, él también, tenemos con él intereses humanos. Demasiado humanos, que nos dividen mortalmente."

Nota: subrayado en el original.

jueves, 5 de octubre de 2017

¡Sorpresa!

El Elogio de las familias sensatamente imperfectas en el segundo lugar 
de libros más vendidos  de no ficción en El Mundo.


martes, 3 de octubre de 2017

Tu futuro


He tenido el honor de escribir el prólogo de este libro de la gran Rita Levi-Montalcini, Tu futuro, que acaba de salir.

En este blog como mínimo hemos de ser dos

Ya lo he contado otras veces, pero hoy me resulta necesario recordarlo. Cuenta Séneca, en De la Ira que Celio, un abogado muy vehemente, cenaba un día con un cliente al que tenía intimidado por la pasión que ponía en todo lo que decía. El cliente optó por llevarle la corriente y hacerle de comparsa. Pero Celio no soportó tanto asentimiento y le gritó: “Di algo en contra ya, para que seamos dos.”

lunes, 2 de octubre de 2017

Sortir de la politique du pire



Gracias B., 

¿Huelga o lock-out en las escuelas catalanas?

Me comentan que los centros educativos públicos de enseñanza de Cataluña hacen mañana huelga de manera voluntariamente obligatoria, ya que el Departament d'Ensenyament les habría dado instrucciones de cerrarlos sin prestar servicios mínimos. Si es así, se trataría más de un lock-out que de una huelga... 

Palos de ciego en Cataluña



No, las imágenes de la actuación de la policía durante el día de ayer no son meras anécdotas.  Son, de hecho, argumentos que desgastan seriamente al Estado, porque el monopolio de la violencia legítima, precisamente porque ha de ser legítima, no puede ser el uso de la violencia indiscriminada. 

Ayer la policía ofreció la imagen de una agresividad excesiva que parecía más la manifestación dolorosa de una impotencia que un servicio a una causa noble.

Ha habido muchas cosas extrañas e irregulares el domingo, pero la más extraña e irregular de todas ha sido la intervención de Rajoy en la televisión, apareciendo desnudo como una esfinge sin enigmas: Un hombre torpe sobrepasado por los hechos dando palos de ciego.

Podremos criticar a Puigdemont por muchas cosas, pero lo cierto es que cuenta con la complicidad creciente de miles de catalanes y es esa complicidad entusiasta la que sale engrandecida del día de ayer, sin que importe demasiado el resultado del referéndum.

Decía Cánovas que "con la Patria se está con razón o sin ella". Pues bien, mi patria es también Cataluña y, por lo tanto, mis compatriotas son también todos los catalanes.


domingo, 1 de octubre de 2017

Catalunya asimptòtica

El 15 de septiembre del año 2012 publiqué este artículo en el diario ARA 
con el título de 
"Cayalunya asimptòtica":

En parlar-nos d'Aquil·les i la tortuga, el filòsof Zenó es va oblidar de dir-nos quant temps va poder resistir indemne el sentit de la realitat dels dos participants en aquella prova lògica. És una llàstima, perquè aquesta informació ens seria avui molt útil, ja que Catalunya s'assembla molt a Aquil·les. O, per dir-ho d'una altra manera, sembla comportar-se com una asímptota, aquella línia recta que s'acosta progressivament a la corba (de la independència) sense arribar a tocar-la mai. L'espai cada vegada més reduït entre la corba i la recta és un espai políticament, i per tant moralment, ambigu. Té alguna cosa pròpia dels llimbs, aquells llocs on les ànimes dels justos esperen la redempció... al final dels temps. 
No és que els catalans no vulguin anar al cel, és que no volen anar-hi, pel que sembla, de qualsevol manera. El mateix lema "Catalunya, nou estat d'Europa" es pot interpretar com "Independència sí, però no a qualsevol preu". Hi ha -hi ha hagut, si més no- tants càlculs i tactismes en la gestió de l'independentisme català que sembla legítim preguntar-se si es pot ser independentista sent un Hamlet en leotards, tenint por a la intempèrie, o estimant-se més viure contra Espanya que sense Espanya. 
M'asseguren que l'Onze de Setembre ha capgirat tot això i que, finalment, s'ha substituït la nàusea per l'apetit. Tant de bo sigui així!  
Els qui voldríem que Espanya fos possible (permeteu-me posar l'accent en el fos), sabem prou bé que no és fàcil viure en un país que no ha sabut bastir una casa comuna. Ens han sobrat guerres civils i ens han faltat motius de celebració col·lectiva. La qual cosa tampoc té per què ser un motiu de celebració. Cánovas del Castillo la va encertar quan, el 1876, provant de definir la nacionalitat espanyola va proposar la fórmula: "Són espanyols els que no poden ser cap altra cosa". En la mateixa època, el poeta reusenc Joaquim Maria Bartrina escrivia allò de "... y si habla mal de España... es español ". Però tampoc no és fàcil viure en un país que no es decideix a fer casa a part.  
Espanya és certament una tortuga ferida. Sembla a punt de caure exhausta, però, a empentes i rodolons, es belluga i, remolejant, veu passar el temps, sense que Aquil·les gosi avançar-la. A vegades, per desprendre's dels seus fantasmes, es posa a gesticular i li agafen febrades centralistes, però com deia Pierre Vilar, gens sospitós d'anticatalanisme, per ser centralista primer cal tenir bons camins. El jacobinisme és inconcebible sense bones vies de comunicació (d'aquí ve la dèria de ZP per l'AVE).  
Aquests darrers dies he vist recollides en diferents mitjans referències a la carta que Unamuno va escriure la nit de Nadal del 1918 al seu amic Manuel Azaña, aviat farà cent anys. "Cataluña -li diu- ha de acabar, y muy pronto, por separarse del todo del Reino de España". Però des d'Unamuno ençà el concepte de separació ha perdut nitidesa. Avui, d'acord amb la nostra política asimptòtica, el que els separatistes volen és una escissió amb fronteres poroses, dins una Unió Europea en què, per cert, gairebé no hi ha país sense moviments secessionistes. És a dir, volen una separació relativa.  
La manifestació de l'Onze de Setembre ha estat una victòria contundent... però no necessàriament anuncia la tangent terapèutica, perquè les manifestacions són de qui les gestiona i sovint gestionar una victòria és més difícil que guanyar una batalla. Posaré un exemple. Després de la Batalla de Saragossa (20 d'agost del 1710), l'arxiduc Carles d'Àustria va trobar-se expedit el camí de Madrid, on va entrar a mig matí del 28 de setembre, vestit de negre sobre un cavall blanc. Va ser rebut amb un silenci displicent per les poques persones que l'esperaven. Moltes finestres estaven estentòriament tancades. La plaça Major semblava deserta. I aquella buidor li va pesar tant que va donar l'ordre de girar cua i va instal·lar la seva cort a Ciempozuelos. Mentre es planyia de la desafecció madrilenya, aquell pretendent a sobirà va comprendre que a Espanya tots els expedients romanen indefinidament oberts -o tancats de manera asimptòtica-. I que les victòries, en aquesta situació, són proves molt ambigües a favor de la causa justa. Precisament per això, mai no sabem qui tindrà la darrera paraula històrica.  
Vaig pensar en tot això veient un grup de tres manifestants tornar a casa després de la nova fita històrica de la manifestació de dimarts, amb les senyeres recollides a l'asta, com un pergamí sagrat. Portaven tres senyeres amb colors diferents que representen el mateix país... o no.


Han pasado 5 años -¡5 años!- y creo que lo que está hoy en juego sigue siendo la redefinición de la asíntota. Eso sí, la "senyera" se ha hecho uniforme.

El árbol de la ciencia y el árbol de la vida

I Byron, Manfred : «El árbol de la ciencia no es el árbol de la vida».  II Me molesta mucho, cuando un periodista me entrevista, que dé por ...