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miércoles, 31 de julio de 2024

Creso y Solón

 I

Estoy en Punta Cana. Calor, sudor y humedad. El Cid, aquí, no cabalgaría. Lo suyo era el polvo, el sudor y el hierro.

II

Ayer al bajar del avión nos recibió el rutinario chaparrón vespertino del trópico y una bofetada de calor húmedo. Cansado, cené una pizza y dos cervezas y a la cama.

III

Me he levantado temprano, a las 5:00 y ya el calor húmedo se enganchaba a la piel como un parásito. 

IV

Me imagino que toda esta gente que viene a estos hoteles de playas famosas encuentra en ellos maravillas que yo no acabo de ver. Yo, a las 9:00 ya estaba encerrado en mi habitación, disfrutando del aire acondicionado y preparando una charla que tengo esta tarde a primer ahora.

V
Me ha invitado Santillana de Colombia y se supone que tengo que hablar de algo que no sé muy bien qué es: la vida plena. Pero hablaré de Creso, el rey de Lidia, y de Solón el ateniense, Ya les contaré.

Aeropuerto

Aeropuerto de Barcelona, temprano. Entro en un chiringuito aeroportuario a tomar un café. A mi lado, una pareja joven... ¿25 años? Él no para de rebuscar entretenimientos en el movil. Ella se va entristeciendo. De repente comienza a llorar y él deja el mòvil e intenta abrazarla. Ella se deja, pero como si fuera de trapo. Él le susurra vete a saber qué; ella llora ahora con más intensidad. Es una escena tristísima. Me voy. 

11

Aeropuerto de Barcelona. 90 minutos antes. Voy a preguntar si tendré problemas con la maleta si la llevo en cabina y me preguntan a mí si tengo no sé qué. No lo tengo. Ni se me había ocurrido pensar que necesitaría un no sé qué. Si no lo consigo, no podré embarcar. Comienza un maratón burocrático que me deja exhausto. Demasiadas casillas a rellenar, demasiadas cosas que tengo que preguntar, demasiado de todo. Estoy superado. ¿Y si interrumpo el viaje? Me doy una oportunidad más a mí mismo. Reinicio todo. Noto como el tiempo se va devorando a sí mismo, como un fósforo. Finalmente lo consigo. No me siento feliz, sino triste. Estas cosas ponen de manifiesto una de mis invalideces más notorias.

III

Mi agente provocador no viene conmigo y sé que voy a ir de despiste en despiste. Me meteré en las colas que no son, cogeré el pasillo que no toca, me olvidaré de informarme sobre los papeles imprescindibles para entrar en un país.

IV

Añoranza intensa de mi sofá, mi cama, mi habitación, mis libros, mi luz de Ocata, las jacarandás a las que da mi ventana, mi plaza de Ocata.

V

¿Pero para qué salimos, si no para encontrar el camino de casa?

lunes, 29 de julio de 2024

Se va acabando julio

 I

Pucherazo. Y Zapatero.

II

Es una característica común de la izquierda europea: quiere para Hispanoamérica o África regímenes políticos que no podría soportar si se instalasen en su país.

III

El cristianismo es una religión tan rara que lo más normal es que sorprenda, se la critique o, simplemente, se la ridiculice (en esto, Voltaire era el maestro). Nada de esto debiera preocupar a un cristiano. Cuando se la critica se está reconociendo su vigencia. Alguna grandeza debe conservar el cristianismo cuando se considera loable enfrentarse a él. Lo que debiera preocupar a los cristianos es volverse invisibles, que su presencia se diera en la mayor indiferencia, que su fe no molestara a nadie. 

IV

Hace ya algunos años que descubrí que si quieres escribir con libertad en un periódico, lo primero que tienes que hacer es ignorar los comentarios de los lectores. 

V

Es difícil comprender el empeño que ponen algunos intentando refutar lo que no has dicho.  

domingo, 28 de julio de 2024

El país está Maduro

I

Querida L,

Yo sé que si no apareciste en aquella cena en Madrid no fue por falta de ganas. Te había invitado yo mismo hacía unas semanas y en los días previos, temiéndome que pudiera pasar lo que, sin duda, pasó, te volví a invitar y tú me aseguraste que no faltarías. Pero faltaste. Te estuve esperando un buen rato en la calle pero sabía que sería inútil. El comisario político que te acompañaba era el responsable. Eres demasiado importante para permitirte moverte en libertad. Por eso hoy uno mi deseo al tuyo. El país está más que Maduro.

II

Ayer me entrevistaron por zoom desde Bolivia. Me temo que debí hacerlo fatal porque el entrevistador no paraba de bostezar, de manera indisimulada. Se suponía que hablábamos de educación.

viernes, 26 de julio de 2024

Abusos

 I

Estoy profundamente asqueado con los datos del informe que han hecho público los jesuitas de Cataluña. Han identificado al menos 145 víctimas de abusos sexuales cometidos en centros educativos por parte de 44 agresores desde 1948 a la actualidad. El mismo informe admite que "estas 145 víctimas no son el total de las víctimas". Yo estuve ingresado en un internado capuchino de los 11 a los 16 años y nunca percibí el más mínimo indicio de que pudieran tener lugar abusos de este tipo, lo cual aumenta mi desconcierto.  

II

Ha llegado la hora de preguntarse si estos hechos obedecen a conductas más o menos desquiciadas de unos cuantos adultos pervertidos o si el hecho de que esos adultos sean tantos no dice alguna cosa de más calado sobre algún tipo de perversión interna en la misma Iglesia.

III

No puedo dejar de pensar en los culpables y en los inocentes a los que la conducta de tantos culpables somete a una sombra de sospecha porque también se puede pecar por  omisión.

IV

La perplejidad y el desconcierto bien visible en la Iglesia ante la continua aparición de hechos de este tipo no puede limitarse a pedir perdón a las víctimas e indemnizarlas con una cantidad de dinero. Eso es imprescindible, pero no es suficiente. La Iglesia necesita abrirse en canal y ganarse la transparencia que le puede garantizar un futuro.

V

A veces siento que formo parte del último grupo de cristianos europeos, que camina, desorientado, hacia su merecido ocaso y entonces me digo a mí mismo que yo también soy víctima de los desalmados.

VI

Tras escribir lo anterior he salido a hacer la compra. Esta noche tenemos invitados. Y dándole vueltas al asunto he pensado en los justos. No sé cuantos serán. Pero si solo hubiera uno, merecería nuestro reconocimiento.


jueves, 25 de julio de 2024

Los trabajos y los días

 I

Día complejo en el que Caridad Mercader ha vuelto a asomar su cabeza. Un dibujante de cómic está dibujando su historia y me pide una ayuda que muy gratamente estoy dispuesto a darle. Una televisión hispana de Florida quiere... ya veremos el qué. Cuando se concrete, os lo diré.

II

Intercambios de mensajes con Bolivia, Perú, Costa Rica. Todo bien excepto lo que va... digamos que de manera progresivamente más preocupante, porque la buena voluntad, cuando no está bien informada, te puede meter en líos considerables. Muy considerables. Tengo que ser, por ahora, discreto.

III

Parece que mi nuevo libro, Prohibido repetir, está despertando un interés notable. Una editorial barcelonesa quiere publicarlo en catalán y distintos medios se han puesto ya en contacto conmigo para que les conceda entrevistas. Sin embargo, si les soy sincero, he de confesarles que estoy un poco cansado del mundo educativo. Hay modas que se imponen por encima de todo criterio racional porque en educación lo que suena bonito suele considerarse verdadero. 

IV

Definitivamente, a las 5:00 de la mañana comienza la hora más lujuriosa del día.

miércoles, 24 de julio de 2024

Lo que vemos es lo que nos mira

 I

He decidido hablar lo menos posible de política en las redes sociales. No es que no me interese la política.  Es que, simplemente, quiero poner acentos en aspectos aparentemente mínimos de mi realidad cotidiana. Son muchas las veces que me apetece mucho lanzar un exabrupto contra alguien. Pero el silencio y el arte de distribuir prioridades tiene también sus pequeñas lujurias. 

II

Uno de los posibles ejercicios de la libertad es el de elegir, en la medida de lo posible, aquello a lo que quieres dar relevancia de tu entorno. Todo nos afecta pero es posible decidir tu grado de afectación relativa. La libertad es también la capacidad de subrayar lo irrelevante para traerlo a primer plano. Por ejemplo, levantarme a las cinco de la mañana, abrir la ventana de par en par, dejar que el frescor de la madrugada te inunde mientras cumplo con el deber autoimpuesto del «nulla dies sine linea».

III

O la cena de ayer: una ensalada de tomate con anchoas, cebolla, nueces y un buen vaso de vino.

IV

O el paseo por la playa notando cómo tus pues se hunden en la arena mientras las olas chocan contra ellos.

V

O esa belleza transeúnte para la cual ya eres completamente invisible. El verano también tiene sus dolores.

VI

En una ocasión di una conferencia que se titulaba «Lo que vemos es lo que nos mira». Creo que no me expliqué bien, porque lo que vi en el auditorio era un general desconcierto. Hoy me reafirmo: lo que vemos es lo que nos mira. Y lo que no nos mira, aquello para lo que somos invisibles, aquello que nos ningunea de la manera más espontánea, lo vemos empapados de una inevitable melancolía. No se hundirá el mundo por ello.  Ni tan siquiera merece un gesto de decepción por nuestra parte. Pero es la aparente dignidad con que llevamos nuestra invisibilidad la que nos traiciona.

martes, 23 de julio de 2024

Intelectuales y sexo

 I
Hay hombres y hay mujeres y el criterio de demarcación es la cucaracha.

II

Hablo con alguien que se duele de haber conocido a las puertas de sus sesenta años a Jean-Claude Michéa. 

- Michéa -le digo- es, además del intelectual más leído de todos los mundos posibles, un hombre de izquierdas al que la izquierda francesa no perdona su crítica de la «religión progresista».

- Quizás los hombros de mis gigantes -me contesta- no eran tal altos cono yo pensaba, por estar abducidos por esa religión.

- Entiendo y comparto tus sentimientos, pero nunca es tarde para comenzar a practicar un pensamiento cuyas conclusiones no vengan ya predeterminadas moralmente en sus premisas. ¡Qué difícil es pensar sin miedo a hacernos daño! Pero hay que estar alerta con el pensamiento balsámico, tan traicionero y tan reconfortante. 

III

Entre las cinco y las siete de la mañana: estas son las mejores horas del verano. Pongo mi sofá junto a la ventana abierta de par en par y me siento a leer o a escribir. Aún tardarán a anunciarse los mails.

IV

Comienzo a escribir mi artículo para el ARA del sábado. Primera frase: «Aldous Huxley decía que un intelectual es alguien que ha descubierto algo más interesante que el sexo». Vamos bien. 

lunes, 22 de julio de 2024

Ordenar las cosas

 I

Si comienzas el día con una llamada de Jorge Freire, ya casi lo has amortizado.

II

Hoy vuelve mi mujer y tengo que recoger la casa: ordenar las cosas, fregar los platos, regar las plantas... y hacer mi media cama, porque su lado está intacto.

III

Las de ideas brillantes que se me ocurren cuando estoy lejos de un teclado y ante el teclado se espantan y se van y no hay manera de darles caza.

domingo, 21 de julio de 2024

De repente, Godoy

 I

De repente se hace la oscuridad y rompe a llover con fuerza. La casa se me inunda de aromas a tierra mojada y una brisa vivificante recorre las habitaciones. Hay fenómenos naturales, como el fuego o la lluvia que tienen un poder de sugestión enorme. Algo de mí es permanentemente un niño con la cara aplastada contra el cristal de la ventana viendo llover, escuchando el tamborileo de las gotas de lluvia al explotar contra el suelo y esperando que al salir de casa haya charcos en los que poder chapotear con unas katiuskas nuevas. Algo de mí es un niño fascinado por el chisporroteo de la madera al ser consumida por las llamas de la chimenea. Se debilita el ritmo. Clarea un poco. La brisa permanece.

II

Ayer por la noche acabé Godoy. El hombre y el político, un gran libro de historia, a la altura de lo mejor de Carlos Seco Serrano. He tenido que rehacer no pocos prejuicios que venía arrastrando sin saber que eran moneda falsa. ¿Pero cómo se formaron en mí esos prejuicios que con tanta fidelidad me han venido acompañando? Sin duda, en la escuela. Guardo muchos recuerdos de mi vida escolar. Estaba fascinado por la Historia Sagrada, pero también por la historia nacional y sus buenos gloriosos y sus malos felones. Para mí todo lo que decían mis maestros era verdad indudables. Tardé mucho en darme cuenta de que he crecido empapado de su ignorancia. Nadie me insinuó que Godoy es un personaje dramático de primer orden, además de un convencido ilustrado que, después de haberlo sido todo, llegó a las puertas de sus ochenta años viviendo en una buhardilla mísera en París, pero siempre enamorado de su Pepita Tudó. 

III

Mesonero Romanos visitó a Godoy en París. Asegura que solía ir a sentarse en los jardines del Palais Royal y se entretenía con los niños que jugaban por allí, a los que prestaba su bastón para cabalgar. Los niños lo conocían como monsieur Manuel.

IV

Empiezo, con voracidad, la Historia anecdótica y secreta de la Cortes de Carlos IV, de Ildefonso Antonio Bermejo, publicado en 1900. Encuentro en estos libros antiguos una voluntad de estilo y una conciencia narrativa muy viva, en la que saben integrar con naturalidad la anécdota y la categoría. A diferencia de la mayoría de libros actuales de historia, estos libros antiguos consiguen hacerte vivir unos días en intimidad con los protagonistas de la historia.

V

Ha dejado de llover, de repente. Pero el cielo sigue pesado, gris, bajo. Y la luz, mortecina, parece sugerir que habrá nuevos chaparrones.

sábado, 20 de julio de 2024

Los dioses, por el suelo

 I


He vuelto a ver La caída de los dioses y he tenido que hacer un considerable esfuerzo para llegar al final. Me ha parecido un derroche creativo al servicio de una idea que hoy me parece esquemática, presuntuosa, pretenciosa, ramplona, sesgada, simple, panfletaria. ¿He envejecido yo, ha envejecido esta película o hemos envejecido los dos? Pero recuerdo que fuimos a verla -en Pamplona- con la seguridad de que íbamos a asistir a una obra de arte inmortal y, aunque a decir verdad, salí un tanto aburrido, cargué sobre mi bisoñez las culpas de mi aburrimiento. No acababa de entender los elogios que le dirigían los entendidos que nos acompañaban. Pero yo, desde luego, no estaba entre los entendidos.

II

Tuve que vérmelas hace unos días con una crítica de arte. Creo que la sofística ha encontrado en este gremio su cobijo en el presente. Es difícil saber, bajo el chaparrón de pomposidades de significado elusivo qué demonios quieren decir cuando hablan de arte moderno. 

III

Calor. Porque no había otro remedio he tenido que recorrer un par de quilómetros a pie en una ciudad hirviendo. Tanto sol mata la luz.

IV

Sobre la exageración como carácter nacional: pensaba esta mañana en esa expresión tan nuestra:«Más papistas que el Papa»

V

Esta tarde he caído en la cuenta de que la palabra abismo procede del griego ἄβυσσος, que significa sin fondo y, también, sin límites. Es la indefinición, la indeterminación, lo aoristo (la materia). Es, en definitiva, la tarea de la deconstrucción. En el Génesis el papel que le corresponde al Creador es, ni más ni menos, que el de ponerle límites al abismo.

VI

Esto no le gustará a nadie.

viernes, 19 de julio de 2024

Exagerar

I
Lo digo y lo repito: la exageración es nuestro carácter  político nacional.

II
Pero la exageración es el obstáculo insuperable de todas las buenas causas.

III
Por eso con mucho gusto fundaría un partido político con un único punto programático: aprobar una ley que prohibiera exagerar. 

IV
Pero dado nuestro carácter político, si no exagerase mi rechazo de la exageración, no obtendría ni un voto.

jueves, 18 de julio de 2024

Víctima de un celo excesivo

I
Mucho podría hablar de mi incapacidad patológica para gestionar mi propia agenda. Con una frecuencia humillante me presento en el lugar que no es el día que no toca. Como suelo presentarme con días de antelación, la cosa tiene remedio. Pero alguna vez no estoy donde debo estar el día que toca. Como pueden imaginarse eso me hunde en un pozo de vergüenza.

II

Las cosas se complican cuando la agenda ya es, de por sí, complicada, por ejemplo si tengo que hacer un viaje al extranjero donde he de compatibilizar horas, lugares, vuelos, traslados, conferencias, hoteles, personas, temas... Como sé que me lío, intento tener todo lo que necesito en una carpeta específica pero, por mucho que revise todo, siempre hay algún papel que, a la hora de la verdad, no está donde debiera.

III

No es que pierda los papeles. Los papeles están, todos, ahí, pero juegan al escondite conmigo. 

IV

Creo que soy víctima de un celo excesivo. O, mejor dicho, de un celo, que como se sabe muy superior a mi memoria, intenta hacerlo todo con el mayor orden, pero ese orden acaba siendo para mí un laberinto.

miércoles, 17 de julio de 2024

Hablar del tiempo

 I

¿De qué hablaríamos con los vecinos si al cruzarnos con ellos no pudiéramos hablar del tiempo? Pero no hablamos del tiempo porque el tiempo sea una cuestión de la que nos interese hablar. Todo lo que decimos es tan obvio... Hablamos del tiempo porque le decimos al vecino que su presencia no nos es indiferente, que no es un ser transparente para nosotros. O sea, hablamos del tiempo porque no hablamos del tiempo y por eso hablar del tiempo con el vecino y decir que hace mucha calor cuando estamos casi a cuarenta grados es una cuestión moral.

II

Siento que ya estoy saturado de sol, que mi piel ya ha tenido suficiente, que ya he acumulado todo el impacto de rayos de sol que mi piel podía soportar y que el resto de mi vida he de vivirlo a la sombra.

III

El horror de la televisión. Pasar por los mil canales y constatar que no te interesa nada en ninguno. Y te apetece levantarte para encerrarte en tu cuarto y abrir, de nuevo, las páginas de Plotino.

IV

Pero hay que ver la televisión como a veces hay que hablar del tiempo, para decirle a la persona que está a tu lado viendo la televisión que estás a su lado y para ello has de comentar esto y lo otro con un tono no excesivamente crítico.

martes, 16 de julio de 2024

De un perro muerto

Ibn Paquda fue un filósofo judío del siglo XI en el que no es nada difícil hallar la huella de Plotino. En su admirable libro Los deberes de los corazones, escrito en Zaragoza hacia el 1080,  cuenta que un santo [que en la tradición musulmana es Jesús de Nazaret] pasó con sus discípulos junto al cadáver de un perro en descomposición. Uno de ellos se quejó del hedor insoportable de la carroña y el santo le respondió: «¡Sí, pero tiene los dientes blancos!» 

La moraleja es clara: hasta en lo repulsivo puede encontrarse algo digno de alabanza, por lo tanto, conviene acostumbrar a nuestras lenguas a no apresurarse a hablar mal. 

lunes, 15 de julio de 2024

Campeones

 I

Al finalizar la misa de esta tarde, inmediatamente después de la bendición, el cura se ha parado ante los feligreses un segundo para decirnos con un tono grave: "Dentro de un rato juega la selección. Si es para un bien, que el Señor nos conceda la victoria".

II

Y Dios ha visto que era bueno y nos ha hecho campeones de Europa.


domingo, 14 de julio de 2024

Moderato de Cádiz, en La roja.

 I

Sobre los Estados Unidos han sobrevolado sus fantasmas y la prensa ha recogido su vuelo de acuerdo con el color de sus gafas ideológicas. 

II

Fuimos los europeos los que hicimos a los norteamericanos y, en venganza, ellos llevan más de un siglo intentando rehacernos a su medida.  Y lo admirable es que lo hacen sin plan pedagógico alguno. Simplemente se limitan o mostrar sus productos y nosotros nos apresuramos a acudir a sus escaparates. No lo critico. Lo constato.

III

Mi mujer, a mi lado, mientras tomamos un café en el Petit Cafè de la Plaza de Ocata: «¿Por qué se queman tantas iglesias en Francia?»

IV

Me faltan 3 páginas para finiquitar a Plotino y a Porfirio. Son las que dedico a Moderato de Cádiz. Si bien lo que sabemos sobre este neopitagórico con certeza no llega a media página, en un día como hoy, en que la final de la Copa de Europa es omnipresente, voy a tratar al gaditano como si fuera uno de nuestros futbolistas.

sábado, 13 de julio de 2024

Plotineando

Veo con sorpresa que el gran Bréhier, traduciendo a Plotino, allá donde se encuentra con la  expresión griega «to eph'hemin», escribe «libertad.» Me ha costado un poco entender por qué. 

«To eph'hèmin» significa «lo que depende de nosotros» y, obviamente, si no hay nada que dependa de nuestras decisiones, no somos libres.

Ser libre sería, entonces, ser capaz de actuar, de poner en marcha procesos cuyo inicio solo necesita del empuje de nuestra voluntad.

Obviamente, si careciésemos de esa capacidad no seríamos libres, ni autónomos, ni responsables... ni, en definitiva, morales.

Como he mantenido en otro lugar un debate sobre la ética del esfuerzo, me cojo a Bréhier como aliado. Si ni tan siquiera nuestro esfuerzo depende de nosotros, entonces somos completamente amorales. Por lo tanto, los que consideran que el pobre no es responsable de su esfuerzo, porque la responsable sería su pobreza, le están diciendo que es amoral. Tan amoral, que lo que debe hacer es seguir las consignas del intelectual que lo conducirá hasta su mayoría de edad moral.

La materia

Debería haber acabado ya con la «Vida de Plotino», de Porfirio. Pero no es así. Me entretiene Plotino. Ahora estoy con las notas a pie de página y voy y vengo de Porfirio a Plotino, pero me resulta imposible caer en una Enneada y salir indemne. Plotino posee un atractivo tal, que no puedes sacudirte de la yema de los dedos la página a la que has venido a consultar.

II

Con el calor los cuerpos se dilatan y con la dilatación aumentan las distancias. Es lo que me pasa con la realidad. Parece haberse quedado postergada. En Francia andan tan despistados como Biden y en España más despistados que Biden, pero hace calor y la realidad concreta es la jarra helada de cerveza que te llevas a los labios.

III

Decía Somerset Maugham, muy posiblemente en un día del ferragosto italiano que "nadie ha podido explicar nunca por qué el templo dórico de Paestum es más hermoso que un vaso de cerveza fría".

IV

Hay que admitir la superioridad de los filósofos griegos: filosofaban sin aire acondicionado y sin cervezas.

V

Dice Plotino que la materia prima es activa en su resistencia a la forma. Se me ocurre que, entonces, es como la depresión.

VI

¿Se imaginan a Heidegger navegando por Internet y entrando en una página en la que se le pide que demuestre que no es un robot?

viernes, 12 de julio de 2024

Sigue el calor

 I

Todo el mundo educativo llevándose las manos a la cabeza por el consumo de pornografía entre los niños y resulta que, según un estudio de la firma de análisis GFK, la amplia mayoría de consumidores en España son hombres adultos de más de 40 años, o sea, los padres.

II

Creo que tengo una memoria espacial muy buena. De hecho, me divierte plantearme problemas como este: «¿Por dónde pasé cuando en la ciudad X fui de tal sitio a tal otro?» Me entretiene, también, recordar con el mayor detalle posible qué es lo que vi ayer en el trayecto de mi casa a la estación de cercanías. Sin embargo se me puede colar el mayor gazapo ortográfico en cualquier escrito, de esos que hacen sonrojar.

III

Sigue el calor, el sudor y las noches de mal dormir. Es decir, el clásico de cada verano en Ocata. La mejor hora del día es la mañana, temprano, cuando entra una brisa fresca por la ventana y parece verosímil que el día se ajustará a tus deseos, que en días como estos, son todos climáticos.


jueves, 11 de julio de 2024

Calor


I
Cuando me preguntan por las razones de los buenos resultados educativos de Castilla y León, suelo contestar que hay pocos pueblos que no tengan o una calle o un monumento dedicado a un maestro.


II

Tras pasar unos días a mil metros sobre el nivel del mar en la Sierra de la Demanda, este calor mediterráneo,  húmedo, pegajoso, mefítico, ampuloso, de charca hirviendo, agotador... me tiene sumido en un mal humor del que solo me saca la euforia de la selección española de fútbol y la cerveza helada (preferentemente las dos cosas al mismo tiempo).

III

He vuelto a La vida de Plotino de Porfirio. La tengo que acabar ya. Ahora estoy con las notas a pie de página. Me doy cuenta de hasta qué punto puedo alterar la lectura del texto principal con una nota a pie de página y por eso cada vez que pongo una le pido perdón a Porfirio... pero es un perdón hipócrita y sesgado, que tiene algo de orgullo. Obviamente de lo que sucedió en la historia de la filosofía tras Porfirio, aunque yo sepa poco, sé más que Porfirio.

IV

¿Por qué la meritocracia y la ética del esfuerzo están bien vistas en el fútbol y resultan sospechosas en la escuela? ¿Es menos democrático el esfuerzo físico que el intelectual?

miércoles, 10 de julio de 2024

La Virgen de los Lirios


Al norte de Salas de los Infantes, en la burgalesa Sierra de la Demanda, está el paraíso. Lo sé porque cada año vuelvo a pasar unos días en el verano. Se llama Hoyuelos de la Sierra. Cerca de Hoyuelos está Castrovido y, un poco más allá, Monasterio de la Sierra, el pueblo que lleva el nombre de un antiguo convento franciscano dedicado a la Virgen de los Lirios, hoy en ruinas, situado a 4 km de distancia.


El camino del pueblo a las ruinas es, créanme, una auténtica delicia. Son 4 km majestuosos que nosotros, gracias a las lluvias del día anterior. hicimos con un terreno blando engalanado de verdes espléndidos.


Por allí iba mi familia, en fila, como la familia vertebrada que somos,  siguiendo las indicaciones, que no siempre estaban claras, pero disfrutando de nuestra compañía, que no es poca cosa.


Finalmente dimos con un muro de piedra que sabíamos que teníamos que recorrer hasta dar con una entrada que nos llevaría hasta las ruinas del convento, que la espesa vegetación ocultaba.


Aquí recluían los franciscanos a los frailes disolutos, con los que no había manera de hacer carrera. En Castrovido aún circula el siguiente dicho: «¿Fraile, qué hiciste, que a Castrovido viniste?» De todo aquello solo queda la presencia de la piedra carcomida por el abandono y la memoria difusa de un antiguo esplendor.


Nos sorprendió no encontrarnos con nadie ni en el camino ni en las ruinas, pero cada uno veranea como quiere. No son, desde luego, espectaculares, pero, como decían los románticos, "Sólo hay algo más romántico que un cementerio: un cementerio en ruinas". Lo mismo podemos decir de un monasterio gótico. Las tropas de Napoleón le hicieron unos cuantos boquetes persiguiendo al cura Merino y después, la desamortización hizo el resto. Hoy los antiguos campos de cultivo son propiedad de la maleza. 


¡Qué extraña soledad, la de las ruinas! Es la soledad de la victoria inapelable del tiempo, que en forma de naturaleza, va borrando la presencia de lo que fue. ¿Por qué resulta tan atractiva esta melancolía? ¿Quizás porque intuimos que "de te fabula narratur"?


Por. supuesto, me puse pedante, y les recité a los míos las palabras de la epístola décima de Horacio: "Naturam expellas furca, tamen usque recurret". Es decir: "Podrás mantener a raya la naturaleza con tus trabajos, pero ella siempre vuelve". La cultura es el arte de mantener vigente el limite, porque la naturaleza posee un hambre voraz. Siempre me han sorprendido los que se jactan de experimentar un sentimiento místico de copertenencia con la naturaleza. ¡Si la naturaleza es un fenómenos gástrico!

martes, 9 de julio de 2024

De regreso

 I

Vuelvo a casa después de 10 días con la familia por la asombrosa tierra castellana y me encuentro, primero, con esta agradable sorpresa:


Segundo, con este artículo:

En Aceprensa.  

Y, tercero, con la portada de mi nuevo libro, que llegará a las librerías el 1 de septiembre:


II

Con mi mujer, mis dos hijos y mis dos nietos nos plantamos el día 29 en Molpeceres, un pueblecito de Valladolid, al sur de Peñafiel. Invitado por Armando Zerolo estuve desmenuzando el Frankenstein de  Mary Shelley (dos horas diarias matinales a un grupo de jóvenes que después se arremangaban para trabajar con pico y pala bajo un sol ardiente). Tras la sesión literaria, nos íbamos los seis a recorrer aquellas tierras: Peñafiel, Valbuena de Duero, Rábano (y su playa fluvial), el parque natural de las Hoces del Río Duratón (en la ermita de San Frutos me encontré con un seminarista que anda ayudando al párroco de mi pueblo), Sepúlveda (¡qué lechón!)...

De Molpeceres nos trasladamos a un pueblecito encantador de la burgalesa Sierra de la Demanda, Hoyuelos de la Sierra, al Norte de Salas de los Infantes, junto a un pueblo llamado Barbadillo del Pez (¡cómo me gustan estos nombres!), donde íbamos a disfrutar de las cascadas de agua helada del río Pedroso. Resalto la inolvidable excursión que hicimos en bisca de las ruinas del convento franciscano de Nuestra Señora de los Lirios.

Ayer al atardecer estaba de vuelta en casa.

Iré dando cuenta de todo esto. Ahora tengo que dedicarme a poner orden en el trabajo atrasado.


El árbol de la ciencia y el árbol de la vida

I Byron, Manfred : «El árbol de la ciencia no es el árbol de la vida».  II Me molesta mucho, cuando un periodista me entrevista, que dé por ...