martes, 30 de octubre de 2007

Ya sólo creo en Lou Reed y en la lucha de clases

I

Sigo recomendando “Incerta glòria”. Un navarro letrado me dice que es una novela magnífica, pero que promete más de lo que ofrece. Joan Sales, en su opinión, es demasiado catalán y demasiado católico como para mantener el soberbio tono existencialista de la primera parte, y en cuanto se ha asustado de sí mismo corre en busca de refugio entre las faldas del nacional-catolicismo catalán. “Podía haber sido –añade- un ruso-catalán y por cobardía, más que por falta de recursos, se queda sólo en catalán”.

Es una puya amarga esta maldad, pero así, de buenas a primeras, no sé que contestarle, aunque me digo a mi mismo que no tiene razón. Que no estoy dispuesto a admitir que pueda tener razón.

II

Este amigo me aconseja la que, según él, es la novela complementaria de "Incerta glòria", Un adolescente en la retaguardia”, del navarro Plácido María Gil Imirizaldu. Le contesto que es, ciertamente, una novela emocionante, pero que me quedo con "Miserias de la guerra", de Baroja. "Un gran testimonio del ínclito gruñón -me dice- pero yo estaba pensando en el nexo entre Gil Imirizaldu y Sales, el de la abadía incendiada".

Sabía alguna cosa Gil Imirizaldu, pocas, que era de Lumbier, a donde las navidades pasadas llevé a mis hijos a ver la Foz de Arbayún, y que en la actualidad hace vida monacal en la abadía benedictina de Leyre.

III

Hace años escribí una novela, que nunca intentaré publicar, titulada “Ya sólo creo en Lou Reed y en la lucha de clases”. Los protagonistas eran Francine, un robot construido por Descartes, y la música de Lou Reed. A Francine le gustaba llevar a Leyre a sus novios. “A veces –decía en una de sus visitas- me demoro un poco para contemplar la belleza del paisaje que se va desplegando hasta el pantano de Yesa. Estamos atravesando un vergel. La ladera está cubierta de una selva de arbustos, plantas aromáticas y hierbas en flor. El espliego, el mirto, el enebro, las jaras y acantos se alternan con pequeños claros de un pasto tupido de hierbas con flores rosas, blancas y amarillas en el que no faltan ni los tulipanes silvestres, ni los lirios amarillos y violetas o algún jacinto de color púrpura. Pienso que si algún lugar merece ser la patria de una autómata es este, esta pequeña montaña desde cuya cima se descubre la armonía reglada de los campos de cultivo, pequeñas agrupaciones de encinas y pinos, a lo lejos, un pueblecito y más lejos aún, las altas cumbres pirenaicas de perfiles difusos que cierran el valle, envueltas en un leve suspiro de nubes”.

IV

Just a perfect day / you made me forget myself / I thought I was someone else / someone good / Oh, it's such a perfect day / I'm glad I spent it with you / Oh, such a perfect day / You just keep me hanging on / you just keep me hanging on / You're going to reap just what you sow / You're going to reap just what you sow / You're going to reap just what you sow / You're going to reap just what you sow.

V

Plácido María Gil Imirizaldu era seminarista en el Monasterio de El Pueyo, en Barbastro y sobrevivió al asesinato de todos los monjes en el verano del 36. Tenía quince años. ¿Podría ser la abadía incendiada de Incerta glòria El Pueyo de Gil Imirizaldu? ¿Por qué no? Las primeras páginas de su novela son asequibles aqui

VI

He enviado un mail al monasterio de Leyre con una oración laica por don Plácido María Gil Imirizaldu, que tiene nombre de caramelo antiguo: va rebotando en el paladar y desgranando sabores. Imirizaldu es un nombre digno de marinero vasco barojiano.

VII

Recibo casi al mismo tiempo que estoy manteniendo la conversación que abre este post, un libro cuyo autor es alguien a quien aprecio mucho: Víctor Manuel Arbeloa. Se titula “La semana trágica de la iglesia en España (8-14 octubre de 1931)". Para quienes no conozcáis a esta rara avis que es Víctor Manuel, os diré que es sacerdote, licenciado en teología por la Gregoriana y por filosofía en la Complutense. Además fue uno de los responsables de la refundación del PSOE en Navarra y como miembro de este partido asumió el cargo de primer Presidente del Parlamento de Navarra (1979-1983); Senador (1979-1986); Presidente de la Comisión de Autonomías del Senado (1982-86) y del Parlamento Europeo (1986-1994).

Os animo a visitar dos entradas de su blog, esta y esta.

23 comentarios:

  1. És posible que algo de razón tenga respecto a la última parte de la novela, pero creo que esta cierta 'bajada de nivel' no le quita mérito.

    La relación hispánica con el estamento clerical todavía anda un poco o mucho esquizofrénica y así nos va. Dicen que hubo palos al salir de las beatificaciones, pero no hemos 'visto' casi nada por televisión, por cierto.

    Minimizar el tema del asesinato indiscriminado y cruel de religiosos y el ataque a iglesias -hechos que generaron rechazo hacia el bando republicano, así como la responsabilidad de una parte de la iglesia en el tema -en 'la nuestra' y en la guerra mundial- es un mal camino, pero parece que corren malos tiempos para la serenidad y la objetividad.

    Vi hace poco que en la iglesia de Olot, donde había escritos los nombres de los religiosos asesinados hasta hace 'cuatro días', en la pared del fondo, por cierto todos ellos con apellidos genuinamente catalanes, ya lo han 'borrado'. El tema basco-religioso también es interesante y contradictorio.

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  2. Palabra por palabra, suscribo lo que dice de Sales el navarro letrado. Aunque la tercera parte (demasiado larga) tiene literariamente páginas muy buenas.

    A Arbeloa, Tarrdellas le tenía en gran aprecio (según oí en sus aledaños)

    Prieto dijo, al enterarse de una matanza de presos (anterior y menor que Paracuellos): "Acabamos de perder la guerra".

    Lola

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  3. Júlia, Lola: Los testimonios de crueldad sañuda e inhumana contra curas y frailes (fuera la que fuese la actitud de la iglesia española) merecen ser recordados. ¡Y tanto que lo merecen! Ponen de manifiesto cosas que no deberían ser olvidadas.

    Respecto a Arbeloa, creo que es de las pocas personas en recibir elogios tanto de Tarradellas como de Pujol.

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  4. Totalmente de acuerdo en lo que dice 'un navarro letrado' sobre Incierta gloria: la última parte de la novela es lamentablemente un echarse en brazos del nacionalismo catalán (que entonces se revestía todavía de religiosidadm, un adorno del que ya se están desprendiendo, gracias les doy, por lo que me toca de católico).
    Lo de la manifestación para pedir obispos catalanes es el culmen del despeñamiento de esa novela, que podría haber sido grande. Un Dostoyevski que acaba en la feria de Frankfurt, por decirlo mal y pronto.
    El libro del Adolescente en la retaguardia tiene altibajos, pero la parte inicial y la final son muy buenas: el encuentro con su padre es magnífico, y supongo que para un navarro lo debe de ser todavía más.

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  5. Me he quedado flipada con el soliloquio del paisaje. Publicarla... bueno no sé, pero darla a conocer a sus parroquianos... en más extensión... yo creo que ''nos lo debería''. No me tome en serio. Pero si se abre un blog y nos la enseña... yo la leo. Besos.

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  6. ARP: A veces contaminamos los valores literarios con nuestras expectativas ideológicas. Suele ocurrir con las novelas recientes que nos enfrentan a la espalda de nuestras creencias. A Sales hay muchas, muchísimas cosas que, simplemente, me parecen fuera de lugar desde un punto de vista ideológico e histórico. Pero aunque sólo hubiera sido por Soleràs ya merecería leer esta novela. Por otra parte los valores meramente narrativos, el discurrir natural de la frase, por ejemplo, me parecen muy, muy notables.
    Por lo que sé, el político que con más interés ideológico ha leído tanto la novela como la correspondencia de Sales, ha sido Durán lleida.

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  7. Nadha: Puedo asegurarle que no hay ninguna posibilidad de que suceda tal cosa, porque las vergüenza mejor están cubiertas que expuestas. Pero gracias por su interés doña Nadha.

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  8. Me sumo a la sugerencia de Nahda. Haga como Alejandro Dumas y cual folletín nos va publicando la novela en cómodos posts.

    En cuanto a la verdad sobre la crueldad, sea contra los curas o desde los curas, ¿quién se encargaría de escribirla?

    No sé por qué, cual ha sido la exacta sucesión de ideas, pero la cuestión es que entre los curas y Sales he recordado a Puig i Ferreter, cuyo único mérito es haber escrito "Aigües encantades" copiando y adaptando "Un enemigo del pueblo" de Ibsen a la realidad catalana de principios del S.XX. Con esto (y en una peligrosa reducción al absurdo) quiero decir que todo el mundo recibe lo que da, y en el caso de la iglesia en este país, se encontraron de frente la ignorancia y brutalidad que justamente ellos habían alentado y cultivado. Y como la historia es un boomerang, años más tarde la propia iglesia ya se encargó de que pagaran justos por pecadores.

    Y así vamos.

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  9. Bueno señor Arrebatos, que Puig y Ferrater algo más hizo y de cierta calidad -literariamente, que en otros ámbitos, ay, todavía parece que no se pueden aclarar las cuentas republicanas-.

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  10. Sí Júlia, algo más hizo. Quizás "Camins de França" y alguna cosa más, pero poco más, porque su etapa de teatro "al gusto de la época" mejor olvidarla. De todos modos, si no fuera por "Aigües encantades", es decir, si no fuera por Ibsen, Puig i Ferreter quizás sería citado, pero no leído en las escuelas.
    Aunque también puede ser que me equivoque y que, sencillamente, lo esté infravalorando.

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  11. Hace años lei 'Servitud' también y me gustó bastante, Camins de França debería releerlo ahora para valorarlo, en otros tiempos se me hizo pesado pero eso me pasaba con Sales, a mi lo que mes gustaría, por chafardería pura es saber todo eso del dinero de la generalitat que el señor se gastó... (?)

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  12. Don Gregorio,
    no he podido encontrar su dirección de correo electrónico por ninguna parte, así que recurro a los comentarios de su blog para comunicarme.
    En un artículo en el New York Times sobre el Manhattan Project he dado con un libro que quizás le interese. Se trata de “American Prometheus”, una biografía del director de ese proyecto -el gran y excéntrico físico J. Robert Oppenheimer- que ganó el Pulitzer el año pasado. No sé cuanto le interesarán los científicos - este es ciertamente interesante-, pero ambas partículas del título me han hecho pensar en usted.
    Tenga un buen día.

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  13. Júlia, los catalanes de postín en el exilio de Francia (Tarradellas inclusive) no redujeron en ningún momento su nivel de vida. Si acaso, viviendo en París, lo aumentaron. El que esté (o estuvo) libre de culpa...

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  14. Josep, mi mail: gregorioluriarrobatelefonicapuntonet.
    Se lo escribo así para evitar spams.

    ¡Claro que me interesa ese libro! Pero me he prometido a mí mismo que sólo me compro libros nuevos cuando la lista de los libros por leer me lo permite. Ahora bien, este caerá, por supuesto que sí. El de Opoenhheimer fue un proyecto prometeico que llevó incorporado el castigo consecuente.

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  15. De Puig i Ferreter, las "Memòries polítiques", renegando del nacionalismo catalán, de Catalunya, de los catalanes y, probablemente, de sí mismo.

    Lola

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  16. Loureed sustituyó la lucha de clases en Leyre, por las clases de lucha en Okata.

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  17. El título de un libro es como la cara de una persona.
    Por eso, Sales siempre dió suma importancia a los títulos de sus libros. Pero no solamente, a los suyos, sino tambien a los de su estimada Mercé Rodoreda.
    Porque como dice aquél: la cara es el espejo del alma.

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  18. Clases magistrales, de lucha dialéctica, me refiero

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  19. A mi, de Incerta Memoria, lo que me ha fascinado es la relativa pureza con la que toma la esencia de la juventud y la convierte, a través de la guerra. No es la novela total, porque esa es imnposible. Em Incerta Memoria, los protagonistas, anclados en sus raices cristianas y en su humanismo, no acaban de sintetizar el odio, y por eso no es la novela de la guerra. Como le acabó sucediendo a la trilogia de Gironella, que establecida desde la misericordia cristiana, tuviera que expiar el delito de haber sido publicada durante el regimen de Franco.
    En Inverta Memoria parece que poco sucediera, como si lo que realmente importara estuviera solamente más acá de del mundo externo. Las transformamciones humanas de pensamiento, actitud, se dan en personajes que son puramente circunstanciales en un paisaje global (el pare de la Trini, por ejemplo) y están vistos desde la caridad y la misericordia. Y lo que es más grotesco, que pienso que es parte de la novela muy importante, de la indiferencia.
    Incerta Gloria es la novela de un atrapamiento en el tiempo y en el espacio de la ideología. Y como acabo de terminar su lectura, tendría que pensar más sobre ella. Creo que es una gran novela, pero no es total. Ninguna novela puiede ser total porque ning´ñun lector lo es. Nadie puede esperar que el autor le muestre la puerta de la revelación.
    Yo creo que falta la novela del odio, la tragedia del anarquista de la FAI o del falangista que echaron a anadar matando. Una novela desde dentro, desde el odio, la novela de Celine, por ejemplo, sea el bvqando que sea.

    Incierta Gloria tiene la benevolencia de la mirada cristiana, que seguramente fué amplia y mayoritaria y se fué desgastando con el paso de los años. Nadie ha narrado el horror, el puro horror en ambos lados.

    Claro que no es sino u8n punto de vista. ¿Y que oytra cosa podría ser?

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  20. Llevado por el comentario anterior, voy a hacer un presentible (palabra inexacta y estúpida) ahistórico. De los eue estos comentarios escribimos, somos hijos de militancias más o menso fogosas, y simpatías más o menos pasionadas, en PSUC, en CNT, en PSC, ¿en donde más? ¿Que idea del presente tenían aquellos que buscaban la Incierta Gloria del radiante tiempo de la primavera?

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  21. ¡Qué raro! En los últimos cinco años he intentado varias veces tomar prestado un libro de la biblioteca de la Autónoma. Siempre estaba libre, pero nunca estaba en su lugar. Hace unos dias apareció: Manuel Delgado (1992) La ira sagrada. Anticlericalismo, iconoclatia y antiritualismo en la España contemporánea. Editorial Humanidades. Barcelona. Instruye bastante sobre lo del 36, más allá del juego de las equidistancias para impedir que ancianos de 80 años puedan sentirse reconocidos después de cincuenta años.

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