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martes, 31 de julio de 2018

La perfecta niña aria


El partido nazi distribuyó ampliamente por toda Alemania la imagen de esta niña, presentándola como la perfecta niña aria.

Sin embargo, era judía.

Un día se presentó en casa de Jacob y Pauline Levinsons un fotógrafo que pidió permiso para hacer una fotografía a su preciosa hija. Aceptaron sin saber que la foto sería enviada a un concurso organizado por el Ministro de Propaganda, Joseph Goebbels, con el objeto de seleccionar al bebé alemán que mejor representase a la raza aria.

Al reconocer a su hija en las imágenes de propaganda y temiendo lo que pudiera ocurrir, Pauline le confesó al fotógrafo que eran judíos. Él le contestó que ya lo sabía, pero que su intención había sido "ridiculizar a los nazis". 

Los nazis nunca se enteraron de quién era realmente la niña. Pero nosotros sí, y conviene recordarlo.



sábado, 28 de julio de 2018

Escabechina...


Ha ocurrido algo semejante en otras comunidades, como Navarra y Asturias.

Lo curioso es que los sindicatos de profesores, que deberían ser los primeros en vigilar la honorabilidad de la profesión, están pidiendo que se apruebe a más opositores para cubrir así todas las plazas. Hay quien protesta, también, que se valoren más los conocimientos que la experiencia. A mí, miedo me da pensar en una experiencia docente sin conocimientos.

Hoy en el suplemento cultural de La Vanguardia


miércoles, 25 de julio de 2018

Big Tech's new idea: read some books


Me envía mi amigo Jordi Nadal el enlace a un artículo del New York Times titulado "Big Tech's new idea: read some books.

Pues eso.

H.L. Mencken sobre George Washington

“Apreciaba a los hombres directos y pendencieros, y sentía desprecio por abogados, maestros y demás oscurantistas. No era piadoso. Bebía whisky cada vez que sentía frío y procuraba tener un trago siempre  a mano. Conocía más blasfemias que fragmentos de las Sagradas Escrituras y también las usaba y disfrutaba más. No creía en la sabiduría infalible de la gente común, sino que los consideraba unos memos y unos pelmazos, y trató por todos los medios de proteger a la república de ellos. Jamás abogó por una cura segura para todos los dolores del mundo, pues dudaba de que existiera semejante panacea. Y no le interesaba nada la moral privada de sus vecinos.

En definitiva, concluye Mencken, de vivir hoy, a George Washington le sería del todo imposible hacer carrera política. "El Senado no se atrevería a darle su confirmación; el Presidente no tendría arrestos para nominarlo". La prensa se cebaría en él considerándolo como un político elitista al servicio del poder del dinero.

H.L. Mencken, Pater Patriae (en “De la felicidad y otros escritos”) 

martes, 24 de julio de 2018

Planète sans visa


He comenzado a leer este novelón de Jean Malaquais, Planète sans visa, que se me está insinuando en las páginas que llevo leídas como una obra de arte. Hasta ellas me condujo mi búsqueda de materiales sobre Victor Serge y en ellas me estoy reencontrando con él, bajo el nombre literario de Ivan Stépanoff, con Youra (su hijo Vlady), y con Yvonne Tervielle (Laurette Séjourné, la mujer con la que comparte su exilio).

Yvonne conoce las reacciones de Serge-Stépanoff "mejor que las suyas propias, por adelantado y tan completamente como si se las hubieran explicado de una vez por todas. La clarividencia con que ella recibía sus gestos, proporcionaba a Stépanoff "une vague sensation de bien-être d'internat, de sécurité de crèche, qui parfois lui valait de courtes bouffées d'impatience. La sensation n'était pas détestable en soi, toute sa vie durant Stépanoff avait confusément aspiré à une ombre de sécurité, de quiétude platement bourgeoise, un matelas sans punaises, un morceau de sucre dans son thé, un boulet de charbon dans son pôle, ne fût-ce que pour mettre un peu d'ordre dans des idées, un peu de méthode dans ses papiers, mais ce qui le gênait c'était la façon un rien ostentatoire qu'avait Yvonne de lui manifester sa loyauté".

En esta ligera ostentación de lealtad se anuncian las turbulencias de su vida en común en México. 

La acción de la novela se desarrolla en Marsella, "l'égout collecteur de l'universelle purulence". En sus bares del Vieux Port los existencialistas huidos de París intentan aparentar que siguen en el Dôme, en Les Deux Magots, en La Rotonde, en el Flore y ensayan la recuperación imposible de los debates ético-estéticos que la derrota había interrumpido.  A su alrededor, hay quien no tiene qué llevarse a la boca y quien hace dinero. La ciudad vive una extraña opulencia, como si hubiera sido invadida por buscadores de oro. 

"Comment trouvez-vous notre café, Monsieur?"
"Excellent! fit le Colonel à haute et forte voix. "Excellent! Manquant un peu d'arôme, de même que de sucre, peut-être un rien trop aigre, plutôt réfractaire sans doute, mais à part cela ex-cel-lent. Or, dites-moi, Monsieur: êtes-vous sûr que c'est du café?"

Mi ejemplar es de 1947. Se trata, pues, de la primera edición, que salió a la luz casi a la par que Serge dejaba la vida en el interior de un taxi en las calles de México.

lunes, 23 de julio de 2018

Lo de Casado

La elección de Pablo Casado como Presidente del PP es políticamente muy relevante y ello por varias razones.

1) Porque esa convicción de que "gato blanco o gato negro, lo importante es que cace ratones", se desmorona en cuanto se dejan de cazar ratones. Cuando esto ocurre se descubre que no sólo no tienes ratones sino que ni tan siquiera tenías gato. Tienes, en todo caso, la vaga metáfora de un abanico en un local con aire acondicionado.

2) Porque las ideologías no sólo no han  muerto sino que es muy probable que estén de vuelta y que el conservadurismo se haya dado cuenta de ello y se esté rearmando teóricamente.

3) Porque las descalificaciones -¡qué facilonas! ¡qué de manual de primeros auxilios!- que ha recibido Casado desde la izquierda muestran una ceguera que solo puede beneficiarle.

4) Porque si la izquierda española parece satisfecha con una mezcla de nuevas políticas identitarias y viejo antifranquismo, la derecha española parece insatisfecha consigo misma y esta es una buena noticia para ella... siempre y cuando esta insatisfacción no ponga en peligro ni su unidad ni la claridad de sus mensajes.  

5) Porque la izquierda -me temo- es demasiado narcisista para soportar mucho tiempo a Pedro Sánchez.

Casado tiene, sin embargo, un gran reto a corto plazo de cuya resolución depende en gran medida su credibilidad: debe demostrar que es capaz de afrontar de manera contundente la corrupción en su partido. Los militantes del PP me podrán objetar -ya lo han hecho alguna vez- que su corrupción es menor que la del PSOE.  Si, a pesar de ello, la sociedad es más exigente exigente con las corruptelas de los conservadores que de los socialistas, esta es también una magnífica noticia para el PP. Por eso mismo debe apresurarse a estar a la altura de lo que socialmente se le exige.

Y una pregunta para acabar: ¿En qué punto del arco político debe estar situado quien ve a Casado en la extrema derecha?

sábado, 21 de julio de 2018

Carmen Calvo

Me sorprende que la ministra Carmen Calvo se niegue a ser considerada una "carga pública", pero me temo que yo no estoy hecho para comprender la cabeza de esta mujer, que parece firmemente decidida a demostrar que hay algunas formas del feminismo que son incompatibles con la vida adulta. 

Carmen Calvo no tiene inconveniente en enmendarle la plana a la RAE, ella que afirmó haber "sido cocinera antes que fraila", que cree que "un concierto de rock en español hace más por el castellano que el Instituto Cervantes", que quiere pensar en términos tan planetarios que le ha pedido a la Unesco que "legisle para todos los planetas", que confunde "anglicismo" con "anglicanismo" y que para protestar contra un senador que se atrevió a decir "Calvo dixit", replicó que "ni Pixie ni Dixie"... Carmen Calvo, que usa de manera tan creativa la lengua española, se niega, sin embargo, a que un periodista la trate de "carga pública". En este caso quiere seguir siendo "un cargo público".

viernes, 20 de julio de 2018

El fantasma de Stalin se aparece a Pellecer

Carlos Manuel Pellecer es una de esas personas relevantes cuyo oficio principal es ser discreto y, si la discreción es imposible, ofrecer imágenes falsas y algo estrambóticas de sí mismo.  Si no aparece en los libros de historia es porque hizo su trabajo muy bien.

Nació en Guatemala en 1920 y fue un importante diplomático y un miembro relevante del comunismo internacional. Fue profesor de la Universidad de Lomonosov en Moscú y conoció personalmente a Boris Paternask y Alexander Soljenitzyn.

Oficialmente rompió con el comunismo a principios de los años sesenta y su ruptura fue publicada por Costa-Amic en México en 1963 (sin duda con el amparo de Julián Gorkin) con el título de Renuncia al comunismo, que fue un libro de un gran éxito. Yo sospecho que la ruptura fue programada con la organización con la que desde hacía algún tiempo trabajaba, la CIA, para poder así participar en una operación de espionaje de altos vuelos diseñada por los americanos tras la crisis de los misiles con la intención de debilitar al gobierno cubano y que tenía como cebo una supuesta información confidencial de alto valor que Pellecer habría entregado a la CIA.

En los años 40 Pellecer colaboró estrechamente con Manuel Irujo, nombrando cónsules honorarios de Guatemala en diferentes países de Europa oriental a discretos afiliados al PNV. Irujo ayudó cuanto pudo con los norteamericanos con la esperanza de que estos supieran corresponder en el futuro a los favores recibidos y por eso puso su red de "cónsules" a su servicio.

Pero de lo que quiero hablar es de un documento de la CIA de 1954, que no me resulta fácil interpretar, porque, obviamente, es difícil de creer que vaya en serio... así que podemos suponer o que es una fenomenal broma o que lleva algún mensaje codificado:



La imagen de un Stalin fantasmal apareciéndose a Pellecer para decirle que va por buen camino, me parece digna de ser traída a este café y guardarla entre sus documentos más memorables.


domingo, 15 de julio de 2018

El daimon de Bruto

"Era la noche muy profunda, su tienda la alumbraba una luz no muy clara y todo el campamento estaba en silencio. Él, envuelto en sus razonamientos y reflexiones, creyó sentir que alguien se acercaba. Girando la vista a la entrada, ve una imagen terrible y singular, de un cuerpo extraño y temible, colocado en silencio a su lado.  Tomando ánimo, dijo: ¿Quién, hombre o dios, eres?, ¿qué quieres de mí?. El fantasma respondió con voz baja: Bruto, soy el daimon de tu desgracia; volverás a verme en Filipos. Y Bruto dijo, sin turbarse; ¡Te veré!"

- Plutarco, Vida de Bruto.

El año 42 antes de Cristo, Bruto, al ver perdida la batalla contra los vengadores de César, se suicidó arrojándose sobre su espada para evitar ser capturado. Marco Antonio honró al enemigo caído, por considerarlo el más noble de los romanos. 

A veces me da pereza hablar

Al escéptico auténtico, el antiguo, le daba pereza hablar. "¿Total, para qué?", se preguntaba. Y no hallaba respuesta, así que permanecía mudo.

El escéptico no le pone mojones a nada, decían los pirrónicos. Y comenzar a hablar ya es poner un mojón en el flujo general de las cosas y, lo que es peor, querer hablar es pretender hablar de algo, para lo cual hay que definir. Y la definición era el absurdo, para el escéptico.

Aceptar la definición era aceptar la conformidad que sustenta la política frente a la inconformidad esencial de la naturaleza.

El pirrónico es un heraclitiano consecuente.

A veces a mí también me da pereza hablar, pero lo mío es pura mandra, porque si comienzo a hablar corro el peligro de iniciar una conversación y se está tan bien en el silencio compartido...

Sin embargo cuando me quedo en casa de Rodríguez, por no poder soportar el silencio de la soledad, a veces hablo conmigo mismo en voz alta.

sábado, 14 de julio de 2018

Mis recorridos por las peluquerías barcelonesas

Entro en una peluquería del barrio de Horta. Podríamos estar en cualquier barrio periférico de cualquier otra gran ciudad de España. La puerta está abierta de par en par, con la ilusa pretensión de que corra un poco de aire. Hay dos peluqueras de unos 40 años y tres clientas, entre ellas una señora mayor. Les pregunto a ver si tienen un hueco y me dicen que en media hora. Les contesto que  bien, que estaré en el bar de enfrente tomando un café en la terraza y que en media hora vuelvo. No me hace esperar tanto. A los 15 minutos una de las peluqueras viene a por mi. 

¡Cómo me gustan estas peluquerías de barrio: marujanudas, pequeñas, sin aire acondicionado, en las que se habla de todo sin conciencia de lo políticamente correcto y además, te cortan el pelo bien y barato! Estas peluquerías son uno de los últimos reductos de la libertad de palabra de este mundo, especialmente después de que las peluquerías masculinas fueran copadas por los hipsters. 

Me siento ante un espejo a la izquierda de la señora mayor, a la que no le acaba de gustar cómo la están dejando. La peluquera que la atiende intenta justificar lo que hace diciéndole que al ir perdiendo pelo por delante, es mejor echarle un poco del centro sobre la frente. La señora mayor no contesta pero es evidente que no se siente cómoda con la imagen de sí misma que ve en el espejo. "Yo siempre me he peinado de la misma manera", me dice a mi. "¿A usted le parece que tengo poco pelo?". "¡Yo la encuentro guapísima!", le digo, sin miedo de que me expulsen de allí por machista, como a Francisco Ayala de la universidad a la que a lo largo de su vida ha donado más de un millón de dólares.

La mujer me toma confianza y me cuenta que cuando su hija se va "a vete tú a hacer qué", la trae a la peluquería y aquí la deja hasta que viene a buscarla. "Mejor eso que abandonarla en urgencias de Vall de Hebrón", le dice una peluquera. El Hospital de Vall de Hebrón está aquí mismo. "Eso sí", acepta la anciana. "Pero a mi no me gusta este corte de pelo, y después dicen que el que paga manda". La peluquera sigue en sus trece y le dice que así es como está bien. "Vendrá a por mí cuando le parezca, que nunca tiene prisa en estos casos", se me lamenta la mujer, refiriéndose a su hija. 

Las dos peluqueras y una clienta que acaba de entrar comienzan a hablar de sus hijas adolescentes. "De los 12 a los 14 son tonterías, que cansan, pero son tonterías, pero a partir de los 14, no. ¡De tonterías nada!". "Tranquilícese, señora", le digo. "¿Qué me tranquilice?", me  pregunta. "Sí, que la adolescencia no dura para siempre, para los 30 años se supera". Se echan a reír y comienzan a nombrar casos de adolescentes de 30 años que andan por el barrio "al buen tun-tún". 

Me acaban de cortar el pelo. 5 euros. Antes de salir, me despido de la anciana, a la que han dejado como la peluquera ha querido. "¡Aún tardará un rato en venir!", me dice. 

viernes, 13 de julio de 2018

La última agenda


Llego, finalmente, a la última agenda de Victor Serge, la de 1947. 

Serge murió el 17 de noviembre de este año, supuestamente de un ataque cardiaco en el interior de un taxi. El taxista no se enteró de lo ocurrido hasta que no llegó al destino. Me imagino que al morir llevaba esta agenda en el bolsillo de la americana. La última anotación es del día 15, pero en la última página hay garabateado con pulso tembloroso un texto en ruso que le he enviado a un amigo moscovita para que me lo descifre y traduzca, si puede ser. No negaré que estoy impaciente por recibir la respuesta. ¿Y si fueran las últimas palabras se Serge?

Nada más abrir la agenda se ha caído al suelo una estampita. Al principio me ha parecido entrever a una santa, pero no, la imagen es la de arriba. El autor de la misma es Jesús Helguera. O sea, Jesús Enrique Emilio de la Helguera Espinoza (1910-1971), hijo del emigrante español Álvaro de la Helguera.

La primera anotación es la del martes 31 de diciembre de 1946: "Minuit chez Eleonora [Carrington]".

miércoles, 11 de julio de 2018

¡Atrévete a salir al encuentro del saber!

Jean-François Revel cuenta en un capítulo de sus memorias (El ladrón en la casa vacía) su experiencia como profesor en Italia y entre otras cosas dice lo siguiente: “La ciencia y paciencia del profesor pueden recorrer la mitad del camino para acudir al encuentro con el alumno, pero no pueden reemplazar el esfuerzo inherente al acto de aprender. Históricamente y hasta el final de los tiempos, no ha habido ni habrá resultado educativo si la mitad del camino no está recorrido por la curiosidad y voluntad del alumno”. Por eso el mensaje “¡Atrévete a saber!” se puede expresar también de esta manera: “¡Atrévete a ser activo, a salir al encuentro del saber!” O de esta otra: “Atrévete a transformar y experiencia y la ajena en ideas ordenadoras de tu conducta”.

domingo, 8 de julio de 2018

1945

Me falta la agenda de 1944. Una pena, pero estas cosas suelen pasar. Han transcurrido muchos años y lo sorprendente es que haya conseguido todas las otras.

La agenda de 1945 confirma varias cosas que ya se insinuaban en las anteriores: la soledad creciente de Serge; que la vida con su compañera, Laurette, es un campo minado de depresiones y silencios lacerantes, de situaciones en las que la ruptura definitiva parece inminente a las que suceden, a veces, como por milagro, tardes plácidas en las que parece posible la esperanza; el predominio de las páginas en blanco; la aparición de páginas con una sola palabra, "rien"; y la reducción de la letra, cada vez más difícil de leer...  

Entre las sorpresas que me ha deparado esta agenda, resalto estas dos:

En primer lugar, el encuentro, el 6 de septiembre, con el socialista español Fernando de los Ríos, que mucho antes que Serge ya había defendido un socialismo humanista y que se atrevió a reivindicar ante Lenin la importancia existencial de la libertad.


En segundo lugar, ese objeto: ese pequeño y humilde lápiz, que me parece un objeto íntimo, muy personal, y, por eso mismo, emotivo: es el lápiz de un escritor.

Esta tarde me he dado una vuelta por México

Siguiendo las pistas de sus agendas, he reseguido con las yemas de los dedos el viaje que hizo Victor Serge desde la Ciudad de México a Guadalajara del 19 al 27 de agosto de 1943.

Hay topónimos que te ofrecen toda su sugerencia cuando detienes su dedo en su grafía en un mapa y a miles de kilómetros de distancia los pronuncias despacio, pasando sus sílabas por el paladar como un caramelo que está a punto de quebrarse y soltar el sabor escondido que lleva dentro.

Les puedo asegurar que aunque estaba en mi cuarto, sus paredes se han dilatado para ser capaces de acoger desde lagos a volcanes.  

El 19 llega (llegamos, porque a mí Serge me lleva en su bolsillo, entre las hojas de su agenda) a Morelia y Pátzcuaro. Al día siguiente nos espera el volcán Paracutín, el lago de Pátzcuaro y Janitzio. Dormimos en la Posada de Don Bosco. 

El 21, Erongarícuaro. 

El 22, Uruapán y San Juan Parangaricutiro. Pasamos la noche en las faldas del volcán, en la cabaña del Dr Atl.

El 23, regreso a San Juán. Uruapán. Nos alojamos en el Hotel Progreso.

24. Guadalajara.

26 Noche en Morelia.

27 México.



Estoy de veraneo aquí, frente al ordenador y las agendas. Viajando entre palabras exóticas y abriéndome camino entre recuerdos ajenos. La tarde se pasa así en un vuelo. Ha llegado la hora, pues, de ir a darme un baño a la playa de Ocata, que el mar tampoco sabe de fronteras y seguro que me entiende.

Un hilillo de brisa antojadizo

2 de la madrugada. Tengo la ventana abierta de par en par, pero apenas un hilillo de brisa antojadizo viene a consolarme de vez en cuando. 

Sobre la mesa, las agendas de Victor Serge tan abiertas como mi ventana. 

Me entretengo revisando los teléfonos de Cristina Kahlo, Bullejos, De Negri, Paalen, Pivert, Lupe Marín, Gorkin, la redacción de Cuadernos Americanos... 

Por supuesto, sería absurdo llamar a ninguno de ellos. Ni tendría línea ni, de tenerla, daría con las personas mencionadas. Hace tiempo que salieron de viaje... Y sin embargo... hay algo en estos apuntes que me permite jugar con complicidades fantásticas. Esos teléfonos, en cierta forma, me ayudan a mantener desvelados a los muertos y me dejo llevar por la imaginación de una llamada imposible. 

¡Tendría tantas cosas que preguntar a cada uno de ellos! 

Dejo las agendas abiertas. Ya no tomo notas. Sólo las miro para intentar ver a través de ellas lo que la incitación de estos números reclama, como aldabonazos en la puerta de una casa deshabitada.

Tengo las agendas abiertas de par en par y un hilillo caprichoso de la imaginación se me va enredando en los ojos.

martes, 3 de julio de 2018

El Luri Team

Mi nieto Bruno (8 años) ha creado "El Luri Team", grupo musical formado por mi otro nieto -su primo Gabriel, de 4 años-, su perro Pancho, y un servidor.

Por ahora nos dedicamos a componer canciones y a registrarlas en el móvil. Hemos decidido que improvisar es divertido... si se nos ocurre algo, pero si no es así, quedarse en blanco o decir tonterías mientras se está cantando es poco lírico; así que primero buscamos una palabra, por ejemplo, "araña" y hacemos una lista de palabras que rimen con ella y, a partir de aquí, vamos hilvanando versos. Cuando ya tenemos algo que pueda cantarse, nos ponemos a ello, utilizando la originalidad que está a nuestro alcance que, se lo aseguro, no es poca.

Me fascina ver a Bruno fascinado por el poder musical de la rima y por las cosas que pueden decirse y no pueden decirse con palabras rimadas. 

Nuestra canción "piloto" lleva el nombre del grupo, "El Luri Team 2". Lo del número 2 es muy largo de contar. Dice así:

"El Luri Team 
canta con retintín,
El Luri Team
cancïones sin fin.
El Luri Team
es un equipo afín
a las rimas en "in"
y a las cosas "asín".

Creo que la cosa promete, ya que esta tarde me ha llamado por teléfono Bruno, porque estaba escribiendo una canción con una amiga y no encontraba la manera de dar con una palabra que no fuese "pito" para rimar con "bonito".

Ya tenemos canciones dedicadas a los gorriones de Granada, al pato atómico, a los tres primeros números, al polo Calipo, al tren, a la mama e incluso una titulada (por obra y gracia de Gabriel) "Tayikistán y Papayuu".

Seguiremos con los deberes de verano, pese a quien pese.

Por cierto, Pancho ladra con mucho entusiasmo cada vez que cantamos una medio rumba que hemos compuesto, pero, en general, pasa de nosotros. La verdad es que sólo aporta imagen al grupo.

lunes, 2 de julio de 2018

Tres sopresas

Entre las sorpresas que me están deparando  las agendas de Victor Serge están estas tres, que me acabo de encontrar. Son de agosto de 1941. El día 2 llegó a Mérida de Yucatán, procedente de La Habana, y dos días después, el 5, aterrizó finalmente en la ciudad de México. Pues bien, el día 7 aparece el nombre de Frida Kahlo en su agenda. 


El día 25 nos encontramos con el nombre del inefable Diego Rivera...


...y el 28 con el de la actriz Dolores del Río.


Nada dice en su diario de lo que pudo ocurrir con estas tres personas. ¿Las visitó? ¿Las telefoneó? ¿Les envió un mensaje por mediación de alguien? No lo sé. Sólo sé que sus nombres están ahí, del puño y letra de Victor Serge. Algo no meramente anecdótico debió animarlo a dejar constancia de los tres.

Añado (2 de julio, 8:50) que en el día 5 de octubre se lee lo siguiente: "Coyoacan, chez Christine Kahlo".

Añado a las 9:57 otra anotación, ésta del 3 de enero de 1942: "Frida Kahlo Rivera. Avenida Londres 123. Coyoacán. Natalia Sedova. Calle Venecia. Coyoacán."

Conciencia de clase

Le comenté a mi dilecto Ferran Sáez que vi en El Callao, el barrio más humilde de Lima, una enorme pintada que decía: «Aprender a aprender: ...