sábado, 30 de septiembre de 2006

Un libro me ha hablado esta noche

Hoy he tenido un sueño muy raro. Un libro me hablaba. No he conseguido ver la portada, pero por el tono de la voz, inmediatamente he sospechado que se trataba de La conversión de la Magdalena, de mi compatriota Malón de Chaide. "Soy un libro que has leído mal. Y hay muchos como yo. Vengo comisionado. Lo hemos echado a suertes entre Huarte de San Juan y yo", al decirme esto ha confirmado mi sospecha sobre su identidad. ¡Cómo que te he leído mal!, le replicaba yo. ¡Pues así es!, sentenciaba él. Para demostrarle que no llevaba razón me he puesto a recitar títulos de libros que creo haber leído bien, muy bien. Ha sido una larga lista. "¿Te das cuenta? -me ha preguntado al terminar- ¡Todo tonterías, ninguno de sustancia! ¡Todos esos son atajos, y lo peor es que no llevan a ningún sitio! ¡Son libros que se entienden tan bien que pronto dejan de amarse!"



Tengo en mi casa un reducto particular, con mi ordenador portatil y unos cuantos libros. Suelo acudir allí, siguiendo la rutina diaria, en cuanto me levanto. Esta mañana los libros me han recibido con un evidente destemple. Allá estaban, en su sitio, Homero y Hesíodo; Lucrecio, Agustín; Aristófanes, Apuleyo; las Pláticas de Epicteto, las Vidas de Plutarco, el inasible Plotino; Malón de Chaide, por supuesto, junto a Huarte de San Juan; y los diálogos y cartas de Platón, el Fedro, el Banquete y el Alcibíades I en primer lugar. ¿Crees que nos entiendes?, me ha preguntado Las confesiones. "No, pero os amo", le he contestado, con una respuesta que traía muy ensayada.



Sé que mis palabras les han parecido una cursilada. ¿Pero cómo voy a pretender estar a su altura? Después me he sentado frente al ordenador a escribir estas líneas y no he dejado de sentir su decepcionada presencia a mis espaldas. Me temo que esta es la relación que me espera con ellos durante el resto de mis días.

viernes, 29 de septiembre de 2006

Tenia uebos de cambiar de tema

El otro día aprendí una vetusta palabra española: “uebos”. Tal como la veis, sin “h” y con “b”. Por lo tanto, nada que ver con los huevos. Recordad que una vez os comenté que algún día me retiraría a escribir la Enciclopedia de las cosas que no le interesan a nadie. Ya estoy en tratos con la abadía de Tiana, aquí al lado, que los pobres frailes andan sobrados de tiempo y de celdas desocupadas, y unos amanuenses no me vendrían mal. ¡Cuento contigo, Tacet! Por supuesto los interesados no tenéis más que comunicármelo. Y hablando de cosas que no le interesan a nadie, ¿sabeis que “testículo” -es decir, la palabra "testículo"- procede de “testis”, como “testamento” y “detestar”? Pero esa es otra historia, que ahora andaba con “uebos”, que resulta ser un sustantivo muy arcaico que significa “necesario”.

Uebos” procede del latín “opus” que con el verbo “esse” y un dativo adquiría el valor semántico de “necesidad”, tal como se encuentra, por ejemplo, en las expresiones, “mihi opus est aliqua re” (necesito una cosa) o “non opus est id sciri” (no es necesario que eso se sepa). Y efectivamente el DRAE define “uebos” como “necesidad, cosa necesaria” y con tal sentido aparece en el castellano antiguo en expresiones como “uebos me es” (me es necesario, necesito). Berceo escribe en la Vida de San Millánnunqua lis era uebos buscar otra mengía” (nunca necesitaban buscar otra medicina) y en el Poema de Mio Cid encontramos: “Nos uebos avemos en todo de ganar algo (nosotros necesitamos tener ganancias en todo).

Así que, siguiendo el DRAE podemos cuando se nos antoje hacer uso de los "uebos", al menos en este Café de Ocata.

Claro que alguno de vosotros puede preguntarse que a cuento de qué salgo yo ahora con esto. ¡Pues porque tenía uebos de cambiar de tema! ¡Uebos de abrir las ventanas y orear un poco esto, que andamos desde hace días con un menú de un solo plato! Eso sí, el café nos está saliendo riquísimo. ¡No sabéis lo bien que me lo estáis haciendo pasar! Muchas gracias a todos.

jueves, 28 de septiembre de 2006

Orwell's List

Es bien conocido que George Orwell no abandonó España con sus convicciones intactas. De su experiencia en la guerra salvó el heroísmo del frente de batalla, pero despreció las crueles intrigas políticas de la retaguardia. Su testimonio, Homage to Catalonia, de 1938, produjo una auténtica sacudida en muchas conciencias de la izquierda no estalinista.

Los acontecimientos internacionales no hicieron sino incrementar su giro del antiestalinismo al anticomunismo. La alianza entre Stalin y Hitler le pareció especialmente detestable. Hay que tener presente que en aquellos años Radio Moscú denunciaba el bloqueo naval británico de la Alemania nazi calificándolo de ataque bárbaro a la civilización. Orwell acabó aceptando que el estalinismo no era una forma más o menos degradada del socialismo, sino su negación absoluta. En 1942 publicó un artículo titulado “Pacifism and the War” en Partisan Review, donde, entre otras cosas, decía: “Pacifism is objectively pro-Fascist. This is elementary common sense”. No comprendía la ingenuidad de quienes, como Wells, preferían ridiculizar a Hitler presentándolo como un bufón más estridente que peligroso, antes que pararle los pies en seco e inmediatamente. Con frecuencia se preguntaba por la eficacia política de las buenas intenciones que se agotan en proclamas al viento mientras en el mundo real ni las grandes potencias están dispuestas a renunciar a su poder ni los hombres sensatos tienen el poder (ni, con frecuencia, inclinación a sacrificarse políticamente). Se sentía tan profundamente beligerante contra el estalinismo que, al final de su vida, en 1949, se atrevió a denunciar a 125 personas por considerarlas criptocomunistas. Quienes estén interesados en los detalles de su conducta pueden hallar información en las siguientes fuentes:

- Frances Stonor Saunders, Who Paid the Piper? The CIA and the Cultural Cold War, Granta Books, 2000.
- Christopher Hitchens, “Orwell’s List”, en The New York Review of Books, 26 de sep., 2002.
- Paul Lashmay y James Oliver, Britain’s Secret Propaganda War, Sutton, 1998.
- Timothy Garton Ash, “Orwell’s List”, en The New York Review of Books, 25 de sept. de 2003.

Podemos resumir los hechos de la siguiente manera: Orwell conoció a través de su amigo Arthur Koestler a una hermosa joven, Celia, que le proporcionó una alegría que necesitaba más que el aire en una etapa muy difícil de su vida. Ella trabajaba en un nuevo departamento del Foreign Office que tenía por objeto contrarrestar la propaganda estalinista. El 29 de marzo de 1949, Celia fue a visitar a George, que se encontraba hospitalizado y muy enfermo. Él, fuesen cuales fuesen sus motivos, le hizo entrega de una lista con los nombres de los supuestos cripto-comunistas. Algunos han ensayado una defensa de esta delación en clave sentimental. Ni acaba de resultarme verosímil ni me predispone a su favor. Orwell es moralmente culpable de un gesto de gravísima negligencia por el cual denunció sin pruebas a 125 personas de las que tenía un conocimiento parcial y, sin duda, sesgado. Lisa y llanamente, se dejó llevar por sus prejuicios. No es culpable por haber considerado que había que luchar contra el estalinismo de manera radical, sino por haber confeccionado imprudentemente, con los ojos cerrados y la conciencia dormida, una lista que pudo haber tenido consecuencias nefastas para los incluidos en ella. Es este uno más del amplísimo capítulo de los excesos del anticomunismo. Hay que decir que en el Foreign Office no dieron ninguna importancia a la lista de Orwell.

miércoles, 27 de septiembre de 2006

¿Qué significa Europa? En memoria de Jan Patocka (1907-1977).

I

Viena. Mayo de 1935. Edmund Husserl da unas conferencias convocando, en esta hora crítica, al heroísmo de la razón y lanza esta pregunta para quien la quiera hacer suya: “¿Qué representa Europa hoy?”.

II

Para Husserl la cultura europea es indisociable de la idea de Humanidad. De ahí su superioridad. El espíritu europeo, por racional, es al mismo tiempo universalmente humano. La historia sería en el fondo la expansión de la idea europea de Humanidad, es decir, del proyecto racional europeo.

III

Cuando Martin Heidegger publicó Ser y tiempo dedicó su ejemplar “A mi maestro, Edmund Husserl, con veneración y amistad”. Pero cuando ya no estuvo bien visto relacionarse con judíos, borró esta dedicatoria. Con este gesto probablemente quiso borrar también la decisiva contribución de la cultura judía a la cultura alemana.

IV

¿Qué representa Europa hoy?”. Ante todo, es –decía Husserl- una entidad espiritual, no territorial. “Percibo Europa –añadía- no como un país que podamos delimitar en un mapa. Desde el punto de vista espiritual, está claro que Gran Bretaña y los Estados Unidos de América pertenecen a Europa.”

V

Escuchando a Husserl estaba el filósofo checo Jan Patocka. Nunca olvidó sus palabras.Y cuando llegó el momento de recoger el testigo del heroísmo de la razón, encabezó la “Carta 77, junto a Vaclav Havel.

VI

Cuando las autoridades comunistas le impidieron seguir ejerciendo como profesor universitario comenzó a dar conferencias clandestinas en departamentos privados de Praga y Brno. Hablaba de Sócrates. En un sótano de Praga impartió su seminario titulado Platón y Europa.

VII

Fue detenido tras una entrevista con el ministro de asuntos exteriores de Holanda. Tras ser sometido a un durísimo interrogatorio durante once ininterrumpidas horas, fue conducido al hospital de Strahov. La causa inmediata de su muerte, definida oficialmente como “natural”, fue una hemorragia cerebral. Murió el 13 de marzo de 1977. Durante el funeral y el entierro agentes de policía estuvieron tomando fotos e identificando a los presentes. Un helicóptero sobrevolaba el cementerio, para perturbar las palabras del oficiante con su ruido y atemorizar a posibles asistentes. Las autoridades aconsejaron también a las floristerías que no vendieran flores aquel día.

VIII

Husserl había advertido en sus conferencias de Viena que no podía excluirse que Europa quisiera deshacerse de su propia historia. Por eso, para defender la idea de humanidad –indisociable de la idea de razón- era indispensable que hubiese europeos dispuestos a mantener vivo el heroísmo de la razón.

martes, 26 de septiembre de 2006

Yo también tengo miedo

Efectivamente, yo también tengo miedo. Y ha llegado la hora de decirlo abiertamente. Estoy cansado de mirar para cualquier lado con tal de no ver mi cara en el espejo; con tal de no reconocer que estamos sometidos a un nuevo régimen de censura que, a este paso, nos hará añorar la ley de la prensa del ínclito don Manuel Fraga.

Lo he leído esta mañana en la prensa y aún estoy asustado. Me parece un hecho de una extraordinaria gravedad pero que, mucho me temo, intentaremos olvidar lo antes posible, para posponer un poco más el enfrentamiento con nuestros fantasmas. Me refiero a la renuncia, a la claudicación de la Deutsche Oper de Berlín, que ha decidido no representar una de las óperas que tenía programadas para esta próxima temporada lírica, y se trata, ni más ni menos, que del Idomeneo, de Mozart. ¿Estoy sobre actuando? ¿Soy un histérico? ¡Pero es que se trata de Idomeneo! ¡Es que al prohibirla nos estamos situando contra Mozart y a favor del Antiguo Régimen! ¿Y esto es meramente anecdótico? ¡Estamos censurando a Mozart!

Es cierto que la puesta en escena, de Hans Neuenfels, es muy provocadora, pero si no se quiere provocar no se le encarga un Idomeneo a un Neuenfels (o a un Bieito). Para escenificar el triunfo del hombre contra los dioses (porque antes de que Nietzsche decretara la muerte de Dios, Mozart había participado en el teicidio) Neuenfels representa a Idomeneo sacando de un saco las cabezas de Buda, Poseidón, Jesús y (este nombre no lo pongo, que tengo miedo). Pero el caso es que se le encargó a Neuenfels. Y, sobre todo, lo cierto es que el argumento para justificar la suspensión no puede ser más lacerante: “el montaje podría herir los sentimientos de los musulmanes”. ¿Y los sentimientos de los demás?

Los demás, evidentemente, no merecen tener sentimientos. Si los tuvieran estarían impidiendo la libre manifestación de la libertad de expresión. Y si no que se lo pregunten al memo del Leo Bassi. Pero toda la hiperbólica gesticulación de este payaso, que para demostrarnos que sigue siendo libre aún necesita recurrir al baúl del anticatolicismo más manido, resulta hoy algo más que sospechosa. Resulta cobarde. Y ruin.

Evidentemente, y por motivos obvios, hoy tampoco pongo imágenes. Que mi sanchopanzismo no para de pedirme -de exigirme- prudencia.

lunes, 25 de septiembre de 2006

Más manuales escolares

Me dejo llevar por los propios meandros de este blog, que parece tener vida propia y, por lo tanto, sus antojos. Hasta aquí me ha traido el blog de ayer para presentaros cuatro manuales escolares que, desde mi punto de vista, son cuatro obras de arte de la pedagogía (de aquellos tiempos en que la pedagogía no se ruborizaba cuando pronunciaban su nombre).

Infancia, de José Dalmau Carles, "Director del "Grupo Escolar de la Ciudad de Gerona", Editorial Dalmau Carles, Pla & Cia, 1903. Me ahorro todo comentario y os remito a las dos páginas siguientes, perfectamente representativas de su contenido.


España, mi patria, el mismo autor y la misma editorial. Año de edición: 1936. Es un recorrido por las distintas regiones de la patria "ad majorem Hispaniae gloriam"

Ejemplario, del maestro José María Pérez-Brun, editado por Salvatella en Barcelona en 1936. Se trata de una colección de vidas de personajes ilustres que se inicia con Mariano José de Larra. En la introducción el autor advierte que aunque libros como el suyo son frecuentes, la mayoría presentan graves deficiencias. "Y es que forzando un móvil falso, afectando las formas más elevadas del patriotismo, suelen caer en el pobre extremo de la huera patriotería." La última página del libro es una justificación de su contenido y entre otras cosas el autor confiesa que es especialmente apto para los doloridos: "Este libro curará su dolor. Su dolor en silencio, que es el más cruel. El dolor también se cura. Se cura leyendo la vida de los atormentados"


El autor del Manuscrito del Parvulito es el maestro barcelonés Roque Grau y Riera. El libro fue impreso en 1903 en la barcelonesa Casa de la Caridad. El autor ofrece ejemplos variados de caligrafía y distintos modelos de escritos oficiales. No me resisto a transcribir -de manera resumida- un poema titulado Noche de Reyes, que es una carta de una niña a su madre muerta:

Querida madre mía:
Esta carta te escribo,
porque como en la noche de este día
bajan los Reyes, que un lucero guía,
a visitar la tierra donde vivo,
he querido escribirte, aprovechando
el correo del cielo (...)
Mi padre ¡si lo vieras!
desde que te moriste,
está siempre tan pálido, tan triste...
yo, cual querías tú, siempre sumisa,
consolarle procuro,
y hasta le hago reir, mas te aseguro
que me dan ganas de llorar su risa (...).
Te juro que este mes he sido buena
más que nunca lo he sido,
porque los reyes no me den la pena
de negarme la gracia que les pido.
Tú que eres una santa y ves mi anhelo,
pídeles, madre, que mi ruego acojan,
y que esta carta del balcón recojan, y te la lleven de regreso al cielo.
J.A.

domingo, 24 de septiembre de 2006

"¡Tenemos la sangre preparada!"

¡Tenemos la sangre preparada para darla por ella! ¡Lo conseguiremos!”. Y se han quedado tan felices. Yo me hubiese quedado también tan tranquilo si pudiese tomarme en serio estas palabras, pero demasiado bien sé que en realidad la sangre que les gusta derramar a estos muchachos es, muy especialmente, la ajena. Me imagino que a los que asististeis, como yo, a la escuela franquista, esta retórica os suena. Es la fraseología con la que nos maleducaron y de la que estuvimos intentando desembarazarnos durante nuestra juventud, convencidos de que la razón y el misticismo patriotero no podían ir de la mano. ¿Sabrán estos nacional-místicos de allí o de aquí cuánto se asemeja su lenguaje al del adoctrinamiento fascistoide de nuestros maestros de la escuela franquista?

¡Qué frase! "¡Tenemos la sangre preparada..." Más de uno se emocionará al leerla. Los etarras que la pronunciaron lo hicieron en un contexto de exaltación de los "gudaris" (soldados) vascos que forman el santoral épico de su religión patriótica. Yo tenía en mente desde ayer hablar de estos santorales, pero de los que inflamaron nuestra infantil alma patriótica con sueños épicos. Así que me he puesto a hurgar por la iconografía de mis viejísimos libros escolares. Yo no sé a vosotros ("vosostros" los de mi edad), pero a mi las imágenes que me ponían eran, en orden inverso a la emoción que me provocaban, las siguientes:

Los mártires de Numancia, ejemplo preclaro de la hidalguía hispana. ¡Antes la muerte que la rendinción!

Agustina de Aragón. La verdad es que no me costaba mucho imaginarme a la heroina maña. Me bastaba con pensar en mi madre con la zapatlla en la mano. ¡Qué de zapatillazos nos llevábamos por cualquier tontería! ¿O es que yo recibía todos? Si mi madre se ponía como se ponía con una zapatlla en la mano, ¡qué no sería capaz de hacer con un cañón! Frente a Agustina de Aragón hasta daban un poco de pena los franceses.


Guzmán el Bueno. ¡Qué generosidad! ¡Qué desprendimient! ¡Qué grandeza! ... Todo esto era así siempre que no se pensara demasiado en su pobre hijo. Estábamos obligados a ser Guzmán, el Bueno, a compadecer a su débil mujer y olvidar el rostro de su hijo. Ya se sabe que en todas las guerras sufren inocentes.

¿Pero era imprescindible ese acto dramático de lanzar a sus enemigos su propio puñal para que matasen con él a su hijo? ¡Qué tragedia! No podíamos hacernos esta pregunta. No era patrióticamente correcto. El dogma decía que Guzman hizo lo que tenía que hacer, porque por encima de todo estaban las honrosas y altísimas obligaciones que le imponia el hecho de haber nacido español. Pero la cosa no acababa de cuadrar. Lo cierto era que tenía la sangre de su hijo preparada. No sé yo si por culpa de Guzmán, el Bueno, el franquismo fracasó en su adoctrinamiento de las infantiles almas españolas.

Pero para símbolo del nacionalismo español, sin duda, Jaime I. Todos los críos queríamos ser Jaime I, aunque sólo fuese para llevar su yelmo.


Nunca conocí a ningún crío que quisiera ser Cervantes (¡un manco!). Los había que querían ser El Cid, o incluso Viriato, pero, en cualquier caso, el yelmo con el que soñaban era, sin duda, el de Jaime I, a quien declaro, ahora mismo, símbolo máximo del nacionalismo pedagógico español del franquismo. Y a quien le pique, que se arrasque.

sábado, 23 de septiembre de 2006

Cervantes y nosotros, que lo queremos tanto.

Comentando mi post anterior, el manchego Avanti nos anima a ver el siguiente video que, según él podría "dejar a más de una celebración huérfana de símbolismo y autoridad (como el del cuarto centenario de la publicación de El Quijote, bien financiado por la Junta de Castilla La Mancha".

Conocía lo que este video sostiene desde hace algunos años. Un editor de infausta memoria (y de cuya cara, ¡mecachis la mar!, no puedo menos de acordarme) me comunicó que quería editar un libro en el que se probaría no sólo que Cervantes era catalán sino que, ademá, El Quijote habría estado escrito en esta lengua. En el video se va un poco más allá y se hace del manco de lepanto un independentista catalán. Creo que aquí se sugiere una via adecuada para la resolución de buena parte de los probemas hispanos: la integración de Castilla en Cataluña.


George Orwell, "Critical Essays"

En sus “Ensayos críticos” George Orwell, uno de los referentes del neoconservadurismo americano, seleccionó algunas de las críticas literarias que escribió entre dos fechas relevantes de su biografía: 1939 y 1945. En mi opinión muestran algunos aspectos de su pensamiento que no siempre se transparentan con claridad en sus grandes obras literarias. He seleccionado las siguientes sentencias:

I

Los primeros bolcheviques pueden haber sido ángeles o demonios, según se prefiera considerarlos, pero en modo alguno hombres sensatos. No iniciaban una utopía wellsiana sino un Gobierno de los Santos que, como el Gobierno de los Santos inglés, no era más que un despotismo militar animado por juicios de brujería.

II

El concepto sanchopanzista de la vida: sacar toda la diversión posible de dar palmadas a los traseros en la cocina.

III

¿Qué somos, Don Quijote o Sancho Panza? Los dos a la vez, casi con certeza. Una parte de nosotros anhela que seamos héroe o santo, pero la otra es un gordito que ve muy claramente las ventajas de salvar la vida sin un rasguño. Él es nuestro yo extraoficial, la voz del estómago que protesta contra el alma.

IV

Quienquiera que empieza con un criterio pesimista y reaccionario de la vida tiende a ser justificado por los hechos, pues Utopía no llega nunca.

V

La autobiografía sólo es de confiar cuando revela algo vergonzoso. El hombre que sale airoso probablemente está mintiendo, pues cualquier vida vista desde adentro no es más que una serie de derrotas.

VI

El verdadero problema es cómo restaurar la actitud religiosa mientras se acepte que todo termina con la muerte. Los hombres sólo pueden ser felices cuando no presuponen que el objeto de la vida sea la felicidad.

VII

Todas las revoluciones son fracasos, pero no todas son el mismo fracaso.

VIII

Es importante reparar en que el culto de la fuerza tiende a mezclarse con una afición a la crueldad y a la perversidad en sí mismas. La admiración por el tirano acrece cuando además está manchada de sangre, y a menudo ‘el fin justifica los medios’ se convierte, en realidad, en ‘los medios se justifican a sí mismos siempre que sean suficientemente bajos.’

jueves, 21 de septiembre de 2006

Happening caníbal

En ese país (Lamory, actual Sumatra) hace tanto calor que los hombres y las mujeres van completamente desnudos (…). Ninguna mujer está casada, ya que todas pertenecen a la comunidad y no rechazan a nadie (…). Y cuando tienen un hijo se lo entregan a cualquiera que haya tenido relaciones con ellas. (…) También la tierra es comunal: uno la posee un año; el otro, otro. Los bienes naturales también están puestos en común (…) y nada se esconde ni se encierra (…) y cada uno toma lo que necesita sin ninguna recriminación.” Parece una utopía perfecta. Un paraíso, ¿verdad? Lo conocemos por la descripción de aquel viajero infatigable que fue Jean de Mandeville (muerto en 1372). Los crédulos, como yo, aceptamos que tras ir a Jerusalén recorrió Egipto, Asia Menor, Persia y los confines del mundo. Los escépticos (gente de poco fiar) sospechan que nunca salió de Europa. Volvamos al paraíso. Añade Mandeville que la sociedad comunista que acabamos de describir practicaba con fruición el canibalismo pedófilo. Los mercaderes vendían a los lamorianos niños que habían raptado en otros lugares y éstos los engordaban como a cerditos, ya que consideraban que la carne de criatura es la más dulce del mundo. El relato de Mandeville está plagado de maravillas, Cuenta, por ejemplo, que «en muchos lugares de India hay cocodrilos, una especie de largas serpientes, que matan hombres y después se los comen llorando».

Si hoy me ha dado por el canibalismo, la culpa la tiene la hermana de la Maga, que me ha llamado desde Madrid y hemos estado discutiendo de forma desabrida por teléfono. A propósito, claro está, del –llamémoslo así- “affaire Ratisbona”. Ella cree que los europeos tenemos la obligación moral de ser relativistas. Así que el papa debería defender que “todas” las religiones son igualmente verdaderas. ¿Qué os parece? “¿También las que practican el canibalismo?”, le he preguntado con mala fe. Y es que me he acordado de aquello que sostenía Strauss: si el relativismo es verdadero, entonces el canibalismo es asunto meramente gastronómico.

Claro que Strauss no se podía ni imaginar que con el tiempo (podéis buscar la información por internet) la televisión británica “Channel 4 emitiría un reportaje en el que un artista chino, llamado Zhu Yu (¡otra vez los chinos!) se comería a un bebé nacido muerto. The Guardian, al referir la noticia, contaba que el chino este era cristiano. ¡Para más INRI! Zhu Yu, más fresco que unas pascuas declaró que “ninguna religión prohíbe el canibalismo (...) y en China no existe ninguna ley que prohíba comerse a las personas». El programa, presentado por el crítico de arte del periódico The Sunday Times, Waldemar Januszczak, fue visto por un millón de británicos.

En Google encontraréis las fotos del happening caníbal de Zhu Yu. No tenéis más que teclear su nombre. También hoy paso de imágenes. Tengo un estómago poco dado al relativismo.

El post quedaba así perfecto. Y así lo he colgado en un primer momento. He cambiado de opinión y he vuelto sobre mis pasos. De repente me he acordado de una canción de Sacha Distel, "Monsieur cannibal", ¿alguno de vosotros sabe de qué estoy hablando? Intentando encontrarla he dado con esta maravilla. Es Marie Laforet cantando Ivan Boris & Moi en el Show de Sacha, en 1968. Lo más sorprendente del vídeo son los bailarines. Ni más ni menos que Jean Yanne, Sacha Distel y Serge Gainsbourg. ¿Podemos considerar a este último un caníbal? (de nuevo se despiertan mis obsesiones adolescentes y se entrometen en mi presente para arruinar un post que me había salido tan redondo).

miércoles, 20 de septiembre de 2006

Hoy no pongo imágenes en mi post

Quizás haya quien crea que con el post de hoy vuelvo a demostrar mi querencia por la frivolidad. Independientemente de que tal querencia existe (y la justifico con el Heidegger que defendía que en el hombre sólo lo superfluo es estrictamente imprescindible) el tema de hoy es muy serio. Surge de una noticia que ha pasado por la prensa sin hacer mucho estruendo, y eso que se las trae. Seguro que la habréis leído. Un equipo de médicos chinos realizó con éxito el primer trasplante de pene de la historia en un paciente de 44 años que, debido a un accidente se había quedado con un órgano sexual de apenas un centímetro. Tras quince horas de operación, consiguió injertar un pene de 10 centímetros que provenía de un donante con muerte cerebral. Fue el hijo quien decidió donar el órgano de su padre (no haré ningún comentario freudiano; salvo este, claro está). Científicamente la operación fue un éxito. El paciente salió de quirófano con todo el equipamiento biológico de serie en perfecto estado. Podía, por ejemplo, orinar sin dificultad. Su cuerpo aceptó e integró con toda cordialidad al emigrante. Pero como lo biológicamente necesario no coincide con lo existencialmente imprescindible, el hombre se descubrió incapacitado para convivir con el intruso y les dijo a los médicos que prefería el muñón al añadido.

En El País del lunes 18 se leía que la decisión de retirar el pene implantado la tomó el hombre “de común acuerdo con su mujer” y que el caso “aparecerá publicado en el ejemplar del mes que viene de la revista European Urology”, porque “constituye todo un hito médico”. Y también que el “experto en trasplantes, Andrew George”, asegura que “no está claro que el paciente pudiera practicar el sexo con el miembro trasplantado".

En otros medios se informa que Nicoló Scuderi, cirujano plástico de la Universidad "La Sapienza" de Roma, está en condiciones de realizar transplantes coordinados de una mujer que desee ser hombre con un hombre que desee ser mujer.

No pretendo hacer bromas fáciles con el dolor ajeno. En quien he pensado al leer todo esto ha sido en Merleau-Ponty, que era un filósofo que sabía bailar. Quizás ha sido el único que sabía bailar y, en consecuencia, no tuvo reparos en filosofar sobre la carne que al tocar se siente tocando una carne que se siente tocada. Merleau-Ponty ha escrito algunas de las páginas más bellas de la filosofía tratando del fenómeno de “el sentir-se-sentido”. Es un fenómeno singular, porque desvanece el espacio intermedio que habitualmente nos separa del otro. Quizás tenga razón Merleau-Ponty y la distancia en sí misma no sea nunca sentida. Más bien sería el sentir lo que revela la distancia. Y así vuelvo al chino que de repente halló una distancia infinita entre sus manos y su entre pierna. ¡Qué difícil va a seguir resultando la reconstrucción del hombre!

martes, 19 de septiembre de 2006

Ca'uno es ca'uno

Sor Leonella

Ca’uno es ca’uno, dicen los andaluces. Y tanto es así que para volver a Roma, he necesitado dar un rodeo por Copertino. No sé si ustedes me entienden. Yo quiero defender al Santo Padre, pero sin poner demasiada trascendencia en el intento y sin inclinar demasiado la testuz.

Estoy pensando en San Remigio, que al bautizar al bárbaro Clodoveo, de la tribu de los sicambros, le ordenó: “Inclina la cerviz, fiero sicambro; quema todo lo que hasta aquí has adorado y adora lo que hasta aquí has quemado”. Y pienso también en el Ogro Romántico rogándole a ella: “Eleva tu cérvix, orgullosa sicambra”. Estoy pensando, en definitiva, que Occidente lleva esencialmente en sus venas un poco de sangre volteriana. Así que, dicho todo esto, me gustaría que leyeran lo que sigue como una defensa volteriana de Benedicto XVI.

¿Intuiría este hombre la avalancha que estaba provocando en Ratisbona? Mi opinión es que sí. Es suficientemente inteligente como para dejar que los seguidores de Mahoma aporten la confirmación experimental de su hipótesis teórica. Y tengo la sospecha de que estamos asistiendo a algo mucho más relevante que una mera anécdota histórica. Para ver su trascendencia hay que atender a lo que se escribe en los países cristianos, es decir, más allá de nuestras fronteras.

Los bien pensantes de Occidente (y España es su reserva espiritual) no se atreven a quitarle la razón en lo fundamental, por eso hacen tanto aspaviento criticando lo accesorio de su discurso. Por ejemplo le recriminan que no haya hecho mención de la larga tradición despótica de la Iglesia. Y efectivamente, desde (al menos) San Agustín han sobrado cristianos dispuestos a utilizar el crucifijazo como herramienta apostólica. Pero quien tenga ojos para leer verá inmediatamente que eso es lo que está criticando el papa. Le echan también en cara que haya ido a buscar sus argumentos en un texto de Manuel Paleólogo, emperador bizantino del siglo XIV. Pero esta referencia es una bomba de relojería, porque remite al tumulto de los turcos sitiando Constantinopla. Curiosamente de Ibn Hazm, el poeta del amor, apenas habla nadie. Y eso que escribió versos como estos: “Yo soy el sol que brilla en el cielo de las ciencias; / mas mi defecto es que mi oriente es el occidente.”

Las cuestiones que el papa plantea de fondo no son ninguna menudencia: ¿Hay o no invitación a la violencia en los textos sagrados, sean de la religión que sean? ¿Es posible o no un análisis racional de esos textos? ¿Hay autoridades, en el seno de las religiones, capaces de denunciar la violencia de los textos? Y ahora pregunto yo, desde este apartado Café de Ocata: ¿Acaso no nos jugamos nada con las respuestas?

Escribo este post, por supuesto, pensando en sor Leonella y en sus últimas palabras.

lunes, 18 de septiembre de 2006

San José de Copertino, patrón de los examinandos

Ortega y Gasset criticaba a Heidegger, y con sobrada razón, por no ver en la vida más que sus facetas trágicas o, quizás mejor, por ver en las facetas trágicas de la vida lo auténticamente relevante para el hombre. Ortega no quería desechar la comedia. La vida auténtica, la de cada uno, la cotidiana, y, por lo tanto, la más relevante de todas, es, repetía él, una tragicomedia.

Como en el Café de Ocata el camarero es ligeramente orteguiano, se empeña en variar el menú para combinar lo serio y lo trivial, sin dejar que los asuntos graves acaben expulsando a los frívolos, que, bien mirados, también tienen su punto trascendente. Así que hoy, 18 de septiembre, como es San José de Copertino, Patrón de los examinandos, va a dedicarle el post a este santo varón.

José nació el 17 de junio de 1603 en el pequeño pueblo italiano de Copertino. La suya era una familia tan humilde que vino al mundo en una cuadra. Hay quien dice que su padre se había refugiado allí huyendo de los jueces. ¡Maledicencias! Creció debilucho y tan distraído que con frecuencia se olvidaba hasta de comer. Debido a su aspecto, un tanto bobalicón, lo llamaban “Boquiabierta”. Al cumplir los 17 años solicitó la admisión en la orden franciscana, pero no fue aceptado. Vivió un tiempo como lego entre los capuchinos, hasta que fue expulsado. No sabía hacer nada y todo lo que intentaba acababa en desastre. Finalmente los franciscanos le permitieron trabajar en el establo, hasta que, debido a sus dotes para la penitencia y la oración pudo vestir el hábito de San Francisco. Pero no por ello sus luces aumentaron. Era incapaz de estudiar y menos aún de retener lo estudiado. No hubiese aprobado ningún examen sin la intercesión de la Virgen María, que solícitamente le “chivaba” las respuestas. Por eso es el patrón de los examinandos, especialmente de los que, como él, encuentran dificultades en sus estudios.

A José lo que realmente le gustaba era levitar. Literalmente volaba por los aires y con frecuencia arrastraba con él objetos muy pesados. Cuando volvía, pedía perdón a sus compañeros diciéndoles: "Excúsenme por estos ataques de mareos que me dan". Su primera levitación tuvo lugar el 4 de octubre de 1630. Estando en la iglesia del convento se elevó hasta la altura del púlpito, y permaneció un buen rato estático en el aire. A veces se tornaba ingrávido sin más ni más, por ejemplo paseando por los jardines del monasterio. En estos casos ascendía hasta las copas de los árboles o los tejados de los edificios.

Murió el 18 de septiembre de 1663 a la edad de 60 años. Fue beatificado en 1753 por Benedicto XIV, y canonizado en el 1767 por Clemente XIII. Los estudiantes y, sobre todo, los malos estudiantes, que quieran ponerse bajo su protección deberán rezar con devoción la siguiente oración:

Amable protector mío, el estudio frecuentemente me resulta difícil, duro y aburrido. Tú puedes hacérmelo fácil y agradable. Esperas solamente mi llamada. Yo te prometo un mayor esfuerzo en mis estudios y una vida más digna de tu santidad.

Amén.

domingo, 17 de septiembre de 2006

Entre Ibn Hazm y Michal Macku


I

¿Y si toda esta irremediable predisposición del fanatismo islamista para el agravio obedeciera a un temor latente, aún no conceptualizado, a despertarse un día como pasajeros del Titanic? ¿Y si tanta fanfarronería fuera el desesperado chapoteo del que se ahoga sin saberlo? ¿Y si estuviésemos asistiendo todos a los últimos estertores agónicos de la edad media islámica? Recuerdo lo que dice Hegel en sus Lecciones de filosofía de la historia acerca de la desilusión de los cruzados ante el sepulcro vacío de Dios. Toda la reserva de entusiasmo cristiano fue convocada a la empresa redentora de los Santos Lugares. Y toda ella se dio de bruces ante el sepulcro vacío. Los cruzaron partieron a Jerusalén llevando en su pecho el entusiasmo por un Dios infinito, y regresaron con el vacío infinito del Dios ausente. Pero este vacío les enseñó con el tiempo las dimensiones infinitas de su propia alma. Y así engendraron a Descartes. Pero no alcanzo a ver cuál podría ser el sepulcro vacío del Islam.

II

De todo el mar de fondo de estos días, quiero salvar la poesía de Abú Muhammad Alí Ibn Hazm de Córdoba (994-1063). Es el Averroes de la lírica. Ortega y Gasset tuvo El collar de la paloma por “el libro más ilustre sobre el tema del amor en la civilización musulmana”. Fue escrito en Játiva en el año 1022. Y de él son los siguientes versos:

*

Las tropas del amor han acampado en mis oídos,
Como lo muestran las lágrimas de mis ojos

*

Aprovecha la ocasión, porque has de saber
Que las ocasiones pasan más deprisa que el relámpago.
¡Cuántas cosas que eran hacederas dejé para más tarde,
Y luego, una vez idas, se hicieron nudos en mi garganta!
Date prisa a coger el tesoro que hallaste;
Arrebata la presa como el halcón en acecho.

*

La imploré con súplicas que, si las hubiera dirigido a mi Señor,
Absuelto hubiera sido mi pecado,
Y si las hubiera dirigido a los leones del desierto,
Éstos hubieran dejado de dañar a nadie.
Por fin., tras su alejamiento, me consintió darle un beso
Y excitó mi angustia que estaba callada.
Soy como el que bebe agua para aplacar su sed,
Y, ahogándose al beber, se despeña en la tumba.

*

Desearía rajar mi corazón con un cuchillo,
Meterte dentro de él y luego volver a cerrar mi pecho,
Para que estuvieras en él y no habitaras en otro,
Hasta el día de la resurrección y del juicio;
Para que moraras en él durante mi vida y, a mi muerte,
Ocuparas las entretelas de mi corazón en la tiniebla del sepulcro.

*

Al contemplarla, no podrás detener tus ojos en un límite,
Porque su belleza es siempre creciente e inagotable.

*

Tengo la desgracia de amar a una persona que, si le salvara la vida,
Diría entonces: “¡Ojalá estuviese en el sepulcro!”

*

Me dicen: “-Te ha herido el que tú amas.”
Y yo les contesto: “-Por vida mía, no me ha herido.
Es que mi sangre lo ha sentido cerca
Y ha saltado hacia él, sin poder contenerse.

*

Hice de la fuerza de ánimo mi castillo y mi coraza;
No quiero disfrazarme de víctima de la injusticia.
Más que todos los hombres vale para mí
Ese poquito que me permite no necesitar a nadie.
Estando firmes mi religión y mi honor,
En nada tengo lo que se va de mi lado.
El ayer se fue, el mañana no sé si lo alcanzaré:
¿Por qué razón voy a apenarme?

El autor de las fotografías es Michal Macku, digno continuador de la gran tradición fotográfica checa.

sábado, 16 de septiembre de 2006

¿Es políticamente correcto que el papa se declare cristiano?


I

Me imagino que si alguien debe tener convicciones fuertes respecto a la verdad del cristianismo, ese debe ser el papa de Roma. Pero en los tiempos que corren, ¿es políticamente correcto que las manifieste. ¿Qué pregunta más imbécil, verdad? ¡Pues en esas estamos!

Me ha gustado hoy la Lola, que en su blog se atreve a lamentarse, dando pruebas de una impertinente y mayúscula incorrección política que me encanta, de que “no tots siguem Ratzinger”.

El Periodico, sin embargo, continúa su inmaculada
campaña de paladín de la corrección política.

Y me ha gustado también Juan Pedro Quiñonero que es, que yo sepa, el único que resalta la relevancia de que el papa haya citado en su lección magistral en el Aula Magna de la Universidad de Ratisbona al cordobés Ibn Hazm, el autor de El collar de la paloma, que se pasó la vida perseguido por la ortodoxia religiosa musulmana.

Canta Ibn Hazm:

Me quedé con ella a solas, sin más tercero que el vino,
mientras el ala de la tiniebla nocturna se abría suavemente.
Era una muchacha sin cuya vecindad perdería la vida.
¡Ay de ti! ¿Es que es pecado este anhelo de vivir?
Yo, ella, la copa, el vino blanco y la oscuridad
parecíamos tierra, lluvia, perla, oro y azabache.

Pensaba traer hasta aquí algunas frases del discurso de Benedicto XVI. Pero no, aquellos que estén interesados por conocer la verdad de lo ocurrido, deben leer el texto íntegramente. En mi opinión está en perfecta sintonía con su encíclica “Sobre el amor cristiano”. Que la tengo leída, subrayada y repleta de notas al margen. Durante un tiempo estuve buscando a algún cristiano de primera fila que quisiera comentarla en profundidad conmigo. No encontré ninguno por los círculos en los que me muevo.

Este papa valiente cuando era Joseph Ratzinger, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, se atrevió a subir al escenario de un teatro a discutir de fe y ateísmo con Paolo Flores d’Arcais, o a enfrentarse cara a cara con Habermas. Al obrar así, ahora lo vemos claro, estaba enviando un mensaje: La fe cristiana se ha hecho a sí misma en polémica abierta con la razón griega y, por lo tanto, si da la espalda a la razón, se niega a sí misma. Tanto es así que en la encíclica anteriormente mencionada realiza con toda naturalidad un gesto que a ninguno de sus recientes predecesores se le hubiese ni tan siquiera pasado por la imaginación: citar a Nietzsche sin necesidad de lanzar contra él ningún anatema. Discute con él, sin condenarlo. ¿Por qué ha sido tan poco comentado este gesto? Creo que a los no cristianos mayoritariamente les importó un pimiento, mientras que a los cristianos que saben quién es Nietzsche les asustó un poco.

Así, pues, reivindicación de la razón contra el fanatismo de la sinrazón; pero, al mismo tiempo, reivindicación del amor contra el fanatismo de la razón ilustrada y su cansancio nihilista.

La reivindicación del amor como la esencia del cristianismo sitúa las cosas en su justo sitio: Frente al Islam y el Judaísmo, que son religiones de la Ley, el cristianismo es (o debería serlo para ser fiel a su fundador) una religión de amor. El musulmán y el judío deben obedecer la ley porque la ley es Dios. El cristiano debe amar porque en el amor se hace presente Dios.

Mucho me temo que este papa, Benedicto XVI, no tenga tiempo para hacerse oír. Y quizás por eso quienes nos consideramos cristianos de tercera o cuarta fila (porque hace tiempo que dejamos los ritos y las liturgias de lado) pero somos sensibles a sus palabras, debamos contribuir a llevar el eco de su voz más allá del ruido circundante.

Le cedo la palabra a Ibn Hazm:

Los que no saben qué es amor me censuran porque te amo,
pero, a mi juicio, tanto me da el que te injuria como el que se calla.
Me dicen: “Has dejado a un lado todo disimulo,
aunque te mostrabas a las gentes celoso observante de la ley religiosa”.
Yo les digo: “Ocultar mi amor sería hipocresía pura
y uno como yo detesta los hipócritas.
¿Cuándo vedó Mahoma el amor?
¿Consta acaso su ilicitud en el claro texto revelado?
Mientras no cometa cosas prohibidas, por las cuales tema
llegar el día de la resurrección con la cara perpleja,
no hago caso, en materia de amor, de lo que digan los censores,
y, por vida mía, me es igual que hablen a gritos o en voz baja.
¿Es acaso responsable el hombre de algo que no haya elegido libremente?
¿Por ventura el que se calla será reprendido por las palabras que no profirió?

II

Os presento -si es que aún no lo conocéis- el cartel de ese singular partido que se autodenomina "Ciutadans de Catalunya". Esto puede ponerse divertido. En lo que a mi concierne, estoy dispuesto a contemplar el espectáculo de las próximas elecciones catalanas poniendo a prueba mi capacidad sinóptica. ¡A ver qué doy de mi!

III

Pregunta filosófica del día

¿No os parece que esta podría ser una buena manera de ilustrar
la tesis central de la filosofía de Tales de Mileto?

viernes, 15 de septiembre de 2006

Zarah Leander

A nadie sensato se le ocurriría despreciar a Mozart porque a Hitler le gustaba su música, ni dejar de tomar yogur y nescafé porque a Franco le encantaba cenar un yogurt con una cucharadita de Nescafé. Y como yo supongo que todos vosotros sois adecuadamente sensatos (tampoco en exceso: ¿recordáis aquel poema de Kavafis en el que habla de la “insensata prudencia”?), pues hoy voy a montar un pequeño espectáculo en El Café de Ocata con Zarah Leander.

Cuando Joseph Goebbels se propuso crear unos estudios cinematográficos en Alemania que pudieran rivalizar con Hollywood, intentó reclutar a las dos artistas europeas con más glamour: Marlene Dietrich y Greta Garbo, pero las dos prefirieron abandonar el clima prebélico europeo y probar fortuna en los Estados Unidos. Como alternativa, eligió a Zarah Leander, que en poco tiempo se convirtió en la actriz mejor pagada de Alemania y en una de las artistas y cantantes más populares de Europa. Hitler encontraba su voz irresistible. Aunque se dejó utilizar como reclamo propagandístico del régimen nazi, cuando le ofrecieron la nacionalidad alemana, rechazó la oferta. Hay quien sostiene incluso que fue una espía soviética.

En 1943 abandonó Alemania, no parece que por motivos ideológicos, sino económicos. Los nazis ya no estaban para pagar según qué sueldos y su lujosa mansión en Berlín fue destruida en un bombardeo. Murió el 23 de junio de 1981, en Estocolmo, a la edad de 74 años.

Entre las admiradoras de Leander se encontraba una joven de Colonia llamada Christa Paffgen, posteriormente conocida como Nico (pensad en su Femme Fatale ) y... ¡Nina Hagen!

Os invito a escuchar el éxito más conocido de Zarah Leander: Ich Weiss, Es Wird Einmal Ein Wunder Gescheh'n.

Y ahora los amantes de comparaciones pueden escuchar una versión de Nina Hagen de esta misma canción.


Pregunta filosófica del día.

¿De qué filósofo antiguo es (supuestamente) el siguiente razonamiento: "Lo que es finito tiene un extremo. Mas lo que tiene un extremo está separado de otra cosa por la parte esterior. Pero el Todo no está separado de otra cosa por la parte exterior. Por consiguiente, dado que no tiene extremo alguno, necesariamente es infinito"

jueves, 14 de septiembre de 2006

Un buen día

I

El coloquio internacional sobre Arquitecturas Celestiales funciona perfectamente. El nivel académico es realmente excelente y hemos conseguido eliminar completamente el estéril y formulario academicismo. Estamos en la plata superior del CCCB, en una sala con vistas a los cuatro puntos cardinales sobre los tejados de Barcelona. La lluvia está cayendo con fuerza, cosa que no es de extrañar, ya que estamos convocando a todos los dioses malignos del panteón egipcio y mesopotámico. ¡Pero qué maravilla poder hablar del dios Seth envueltos por el fragor de la tormenta!

Representación de "Las aves" de Aristófanes. Hoy he hablado de esta comedia en el coloquio. Y además ante mi hija Alba, que ha venido a escucharme.

II

Por la tarde hemos estado visitando el Colegio de las Teresianas de la Calle Ganduxer, una obra del Gaudí más severo y, me atrevería a decir, más puro. A veces les doy las gracias a los japoneses por habernos descubierto a este arquitecto. ¡Hay que recordar cómo estaba el Parque Güell hace veinte años! Ya he dicho en otro post que Gaudí intentó representar en este edificio -el de las Teresianas, claro está- el "castillo interior" de Santa teresa, una magnífica arquitectura celestial.

III

Ha llovido intermitente e intensamente durante todo el día. Los extranjeros que asisten al coloquio están entusiasmados con este clima. Y más entusiasmados aún con las noticias de la prensa barcelonesa, como la de ese caimán que una familia se encontró antes de ayer en una charca del Parc de Collserola. Alguien me ha recordado que hace unos años aparecieron escorpiones africanos en una riera del Maresme y una piraña en el Ebro. A los franceses les cuento que la cantidad de agua que llueve anualmente en Barcelona es similar a la de París y se ríen diciéndome que estos días ha caído más agua sobre nuestra ciudad que en un lustro en París. ¡Menuda época de sequía nos espera!

IV

Al llegar a casa me he encontrado con un paquete de la Escuela Superior de Diseño de Sabadell que contenía en su interior otro sobre. ¡Menuda sorpresa! En el interior de este último me he encontrado con la “Memoria de poetas risueños” de Joaquín Alegre Herrera. ¿Lo conocéis? ¡Efectivamente, nuestro Joaquín! Muchas gracias. La dedicatoria me ha emocionado.

V

Wittgenstein, el dandy del espíritu

Se dice que cuando Loos conoció a Wittgenstein no pudo por menos de exclamar: “¡Usted es yo!

VI

Y la adivinanza filosófica. Hoy he estado comentando con Ilai Alon esta imagen que ahora es presento. ¿Sabéis quién es el filósofo que está sentado sobre la roca aleccionando a dos discípulos?

El guionista caprichoso

 I A eso de las cuatro de la tarde ha sonado el teléfono. Era una de esas llamadas que esperas que nunca lleguen y que cuando llegan, siempr...