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martes, 30 de diciembre de 2008
lunes, 29 de diciembre de 2008
Mahmud Abbas, ¿tienes aliados en Europa?
domingo, 28 de diciembre de 2008
jueves, 25 de diciembre de 2008
Del alma: De Pitágoras a Demócrito
A poco conocimiento que se tenga del mundo antiguo, no se puede evitar la sospecha de que alguna cosa importante relacionada con el alma llegó al mundo griego de la mano del pitagorismo y del orfismo. Parece tratarse, en primer lugar, de la democratización del acceso al Más Allá y, en segundo lugar, de la interiorización del tribunal competente para juzgar nuestra conducta. El orfismo, claramente, predica que hay una vida más allá de la muerte que está abierta a todos, siempre que se siga una determinada forma de vida. El pitagorismo, cuya extensión por Grecia coincide con la del orfismo, postula que uno ha de sentir más vergüenza ante sí mismo que ante los demás. Si podemos considerar los Versos Aureos como una obra de Pitágoras, lo que leemos en ellos no puede ser más revelador de esta nueva orientación: "No cometas acciones deshonestas, ni en presencia de los demás ni en la soledad: avergüénzate frente a ti mismo más que frente a los otros". Aquí se postula una preeminencia del juicio interno sobre el externo que nada tiene que ver con la conducta del noble homérico. No hay que descartar que la voz interior fuera identificada por los pitagóricos con alguna fuerza daimónica o divina.
En cualquier caso las fuentes disponibles parecen mostrarnos dos teorías pitagóricas (o, mejor, del pitagorismo) sobre el alma. Una la entiende como una armonía de números abstractos y la otra, que Platón pone en boca del pitagórico Simmias, como una armonía del cuerpo que, como en el caso de un instrumento musical, desaparece con él (Fedón 85e). Esto es también lo que sugiere Aristóteles en De Anima (407b). Ambas teorías coinciden en sostener que el alma se caracteriza por su constante movilidad y, por esta razón se asemeja a la luna, el sol, las estrellas y el firmamento entero, seres divinos que están en continuo movimiento.
Si el alma es la armonía del cuerpo, su parte dirigente es el cerebro. "En tô enkephalô eîna tò êgemonikón" (en el cerebro está la parte directriz), sostuvo Alcmeón, mostrándose en esto coincidente con las tesis sobre el cerebro que hallamos en alguna obra hipocrática (Sobre la enfermedad sagrada, por ejemplo) y con lo que sostiene Teofrasto en Sobre las sensaciones: "Todos los sentidos se relacionan de alguna manera con el cerebro".
La llamada a la relevancia fundamental de la interioridad es también central en la filosofía del materialista Demócrito. De hecho son muchas y muy profundas las analogías que hallamos entre Demócrito y Sócrates respecto al alma. "Quien comete malas acciones debe ante todo avergonzarse de sí mismo", leemos en uno de sus fragmentos, y también: "Aun cuando te encuentres solo, no debes decir ni hacer mal; aprende a avergonzarte de ti mismo". De esta manera el conocimiento de sí es equivalente en cierta forma al conocimiento de la cantidad de vergüenza propia que uno es capaz de soportar.
Gregory Vlastos, que ha estudiado con cierto detalle el problema de las relaciones cuerpo-mente en Demócrito, traduce así uno de sus fragmentos: "Más le conviene al hombre el saber sobre el alma que sobre el cuerpo, pues la perfección del alma corrige las faltas del cuerpo, mientras que la fuerza corporal no mejora al alma". De aquí deduce Vlastos que para Demócrito el agente responsable de nuestra conducta es nuestra alma.
lunes, 22 de diciembre de 2008
La inscripción de Delfos
Algunos hermeneutas sostienen que estas palabras nos animan a conocer nuestra condición humana, tan alejada de la divina y, por lo tanto, a aceptar nuestra finitud. Otros sugieren que era una invitación al mantenimiento del esfuerzo del autoconocimiento, porque conocernos a nosotros mismos significa conocer a un ser necesitado permanentemente de conocimiento de sí. En todo caso, la tarea no tiene nada de sencilla, como lo reconoce Sócrates (Fedro 229e): "No alcanzo a conocerme a mí mismo tal como aconseja la máxima de Delfos". Sobre esta cuestión animo al lector interesad a repasar lo que dice Tertuliano en Acerca del alma XVII,12.
El neoplatónico Olimpiodoro escribe en su comentario del Alcibíades I que este mensaje se inscribió al mismo tiempo que tenía lugar un profundo cambio en la actividad oracular de la pitia (la mujer que hacia de mediadora entre los hombres y Apolo en Delfos). En los primeros tiempos la gente que acudía a consultar a Apolo se limitaba a interesarse por asuntos relacionados con la comunidad, pero poco a poco los hombres fueron comprendiendo que lo prioritario era conocerse a uno mismo a fin de poder preocuparse posteriormente con acierto de las cosas que nos conciernen. La aparición de la inscripción marcaría el comienzo del segundo tipo de interrogación y una cierta postergación del interés político.
Cuenta también Olimpiodoro que esta inscripción jugaba en Delfos un papel semejante al de los espejos situados frente a los templos egipcios. A los sacerdotes egipcios -añade- les gustaba dirigirse a los hombre por medio de jeroglíficos, mientras que los griegos eran más partidarios de la escritura.
En este contexto de sustitución de lo político por lo psicológico y de preeminencia de la escritura tuvo lugar aquel acontecimiento decisivo en la vida de Sócrates (o, al menos, en la biografía de Sócrates que nos transmite Platón), me refiero al momento en que Querefonte, su amigo íntimo, se dirige a Apolo con la intención de averiguar quién es el más sabio de Grecia. El dios, loxias, contestará que Sócrates, que tantas dificultades tenía para conocerse a sí mismo. Y con la reflexión sobre esta dificultad comienza la historia de Europa.
domingo, 21 de diciembre de 2008
Sobre el alma III
De lo que no hay duda es de los muchos préstamos hipocráticos que hallamos en el vocabulario platónico. Los casos más notables son los de "eidos" e "idea", por un lado, y "epimeleia", por otro.
Para Hipócrates la "epimeleia" es la acción terapéutica del médico sobre el paciente y su misión consiste en hacer emerger la "idea" del cuerpo a fin de que, observando sus causas, pueda el médico orientar el tratamiento. El principio básico que guía esta acción, como escribió Alcmeón de Crotona, es la convicción de que la salud es equilibro ("isonomía") de las diferentes dinámicas del cuerpo, mientras que la enfermedad es el resultado del predominio ("mon-arkhía") desequilibrante de una sobre las otras. En cierta forma la epimeleia es una labor democratizadora de las energías del cuerpo y, en este sentido, puede leerse políticamente. La "isonomía", la "autarquía" y la reflexión sobre la participación más adecuada de los diferentes componentes del todo cívico en la "arkhé" (la legitimidad y la soberanía) son lugares comunes en el pensamiento político griego antiguo. No tiene nada de particular el que Platón usara la analogía entre el alma y la ciudad como argumento central de su República, ni es casual que le conceda a Asclepeio (e Hipócrates era un asclepíada) el calificativo de "politikón" (República 407).
Cualquier historia de la filosofía antigua con pretensiones filosóficas debería tener muy en cuenta la relación entre filosofía y medicina. No en vano es en los textos hipocráticos (Medicina antigua 51,9) donde por primera vez encontramos formulada, con plena conciencia de su problematicidad, esta pregunta: "¿Qué es el hombre?."
Intentando obtener respuestas a este interrogante, la medicina antigua ensayó diferentes métodos. Uno de ellos fue el de la "autopsia" (literalmente: observación directa de sí mismo). Galeno, siguiendo a Hipócrates, subraya que gracias a la autopsia el médico lleva a cabo un conocimiento de sí mismo por sí mismo del que ha de guardar memoria (anámnesis).
El camino iniciado por Hipócrates animará a Galeno a estudiar de qué manera la salud del alma puede conseguirse médicamente (El alma y sus pasiones), para compaginar así la higiene física y la psíquica y, por lo tanto, la salud y la ética.
viernes, 19 de diciembre de 2008
Sobre el alma II
En los últimos años Pierre Hadot ha basado en la “epimeleia” su interpretación de la filosofía antigua. Él habla preferentemente de “ejercicios espirituales”, que son las formas culturales de la “epimeleia”. Defiende –y es esta su tesis central- que las obras filosóficas de la Antigüedad no estuvieron compuestas para dar forma a un sistema, sino para generar una acción formativa en el lector. Lo que quería el filósofo era modelar el alma de sus lectores. Al hablar de "ejercicios espirituales", Hadot quiere resaltar que la “epimeleia” filosófica afectaba a la integridad del psiquismo del individuo y, en consecuencia, la filosofía antigua era una oferta de un modo de vida, una elección vital.
Este planteamiento le permite a Hadot diferenciar entre el mero discurso filosófico y la filosofía en sí misma. Si bien las escuelas filosóficas podían dividir el discurso filosófico en varias partes (por ejemplo: lógica, física y ética), la mera teoría del discurso (de la lógica, la física y la ética) no se confundía con la forma de vida filosófica. Sólo la coherencia entre discurso y vida merecía el nombre de filosofía. Al que defiende un discurso filosófico sin preocuparse de poner en relación su vida y sus palabras, se le ha denominado tradicionalmente sofista. El filósofo llega a serlo tras haber vivido una conversión (una “epistrophé”).
El famoso “conócete a ti mismo” es el primer programa filosófico de ejercicio espiritual. Aunque el sentido original de la frase sea difícil de discernir, es evidente que propone una relación de uno consigo mismo que constituye el fundamento de todo ejercicio espiritual. Ahora bien, conocerse a uno mismo puede significar diferentes cosas:
- Descubrimiento de la propia ignoracia y de la instatisfacción que comporta, acompañado de la decisión de amar el saber, de querer ser un “philo-sophos”, de situarse en el camino hacia el saber.
- La voluntad de descubrir la propia esencia, separando aquello que no nos pertenece de forma esencial de aquello que constituye nuestro identidad (el “mí mismo” sobre el que recae el conocimiento).
- La pretensión de conocer el propio estado moral y examinar la propia conciencia.
Para que el cuidado de sí sea posible se ha de tener consciencia de algún tipo de autonomía del “yo”. Esta consciencia se fue formando a lo largo de los siglos VII y VI a. de C., como lo pone de manifiesto, por ejemplo, el uso en la literatura erótica de los pronombres personales de primera persona. La poesía de Safo, de Teognis y en general los versos eróticos de los poetas dramáticos de los siglos V y IV nos proporcionan abundantes ejemplos. De forma paralela la medicina, como veremos, se apropia del hombre como objeto de investigación científica.
Es en este contexto de formación de la conciencia de la identidad donde hay que situar, para hacerla comprensible, la filosofía de Heráclito, con quien, por primera vez aparece el hombre como objeto de investigación filosófica: “Emprendí la búsqueda de mí mismo”, leemos en el fragmento B101. Heráclito nos ofrece también el primer testimonio filosófico de esta dificultad: no consigue hallar los límites del alma (fr. 45) y, por lo tanto, no logra dotarla de forma. Esta es su diferencia con el cuerpo. Pero a pesar de las dificultades, no renuncia a buscarse a sí mismo (fr. 101), porque en esta búsqueda tan irrenunciable como dificultosa se encuentra la humanidad del hombre (fr. 116), su destino (fr. 119).
De una u otra forma –la carencia de fuentes nos obliga a ser muy cautos- el pitagorismo y el orfismo (en el caso de que sea posible discriminar con claridad entre ambos movimientos) también prestó una atención especial al “cuidado de sí”, a la “epimeleia”. Cuenta Plutarco (Sobre la virtud moral, 441 e) que si Pitágoras mostró tanto interés por la música fue porque descubrió que no todas las partes del alma son igualmente susceptibles de enseñanza y de sujeción a la razón, por lo que era necesario emplear con ellas formas de persuasión no discursivas si se quería domesticar a los recalcitrantes a la filosofía.
Todo este proceso se vio concretado de manera plástica en el siglo IV a.C con la aparición de la retratística.
miércoles, 17 de diciembre de 2008
Almas de bar
Añado una foto más con la única -y vanidosa- pretensión de no permitir que Arrebatos tenga la última palabra sobre las almas de bar o de café:
Obligado, de nuevo, por Arrebatos, añado dos fotos más. Me ha atacado con un arma de destrucción masiva, así que para defender mi honor, recurro a la resistencia activa. Ya sé que no puedo igualar su apuesta, Arrebatos, pero no por ello dejaré de presentar batalla:
martes, 16 de diciembre de 2008
Sobre el alma I
Leyendo a Hipólito de Roma he recordado una de las rimas sacras de Lope:
"Entro en mí mismo para verme, y dentro
hallo, ¡ay de mí!, con la razón postrada
una loca república alterada,
tanto que apenas los umbrales entro."
lunes, 15 de diciembre de 2008
No ha habido manera
Añadido a las 10:49 del martes:
Tras el acerbo comentario de Júlia, tan desalmado, me veo en la obligación de salir en defensa de la belleza y aporto como pruebas estas fotos de cuanto ELLA aún no era ELLA
Sólo de una Rita Cansino se podía modelar una Rita Hayworth.
domingo, 14 de diciembre de 2008
Volviendo a la normalidad
Me he pasado el día intentando recomponerla, al menos en sus grandes rasgos. Es mi manera de recuperar la normalidad. ¡Ya ven ustedes!
Por razones en las que ahora no voy a entrar, es especialmente en los dos primeros siglos de nuestra era cuando este diálogo platónico es leído con más interés. Entre los comentaristas de esta época se encuentran los relevantes nombres de Clemente de Alejandría (patrística), Epicteto (estoicismo), Alejandro de Afrodisia (aristotelismo) Plutarco de Queronea, Albino, Apuleyo, Máximo de Tiro (autores encuadrados en lo que se suele llamar "platonismo medio"), Filón de Alejandría (judeohelenismo) y el inclasificable Cicerón.
La tradición de comentaristas más relevante es la del platonismo medio, que se encuentra en el origen de los comentarios de Plotino y de su discípulo Porfirio. Los comentaristas se suceden entre los discípulos de este último, como Nemesio de Éfeso, Plutarco de Atenas y Jámblico (de la escuela neoplatónica de Siria). Siriano siguió los cursos tanto de Plutarco de Atenas como de Jámblico y transmitió la pasión por el comentario de este diálogo a Hermias y Proclo (sucesor de Siriano en la Escuela de Atenas y uno de los principales artífices de la fusión entre neoplatonismo y pitagorismo). Entre los comentaristas neoplatónicos posteriores podemos citar a Zenódato, Marino (sucesor de Proclo en la dirección de la Escuela ateniense), Damascio (último escoliarca ateniense), Ammonio y Olimpiodoro, el escoliasta más notable de la Escuela Neoplatónica de Alejandría.
Y así me han dado las once de la noche, matando moscas con el rabo.
sábado, 13 de diciembre de 2008
Confesión
Pequeña aclaración, por si hace falta, a las 2:09 del domingo (por cierto: felicidades, Tania): Cuando somos jóvenes nos imaginamos que los acontecimientos y personajes relevantes de nuestra vida anunciarán su llegada con una educada antelación, para pillarnos en casa y dispuestos. Pero en realidad, como sabemos bien una vez que podemos alcanzar, mirando hacia atrás, una perspectiva suficientemente amplia, todo lo que ha resultado importante ha llegado súbitamente, de sorpresa, sin hacer ruido, a hurtadillas, por la puerta de atrás, cogiéndonos o fuera de casa o completamente indefensos.
miércoles, 10 de diciembre de 2008
Sinécdoque ...
martes, 9 de diciembre de 2008
L'escola contra el mon
lunes, 8 de diciembre de 2008
Esa persona puede ser usted
"Recuerde que detrás de usted viene otra persona. Esa persona puede ser usted. Deje los servicios como les gustaría encontrárselos".
domingo, 7 de diciembre de 2008
Sin moraleja
Basado en uno de los Cuentos filosóficos de Kostas Axelos
viernes, 5 de diciembre de 2008
Ayer
jueves, 4 de diciembre de 2008
Campaña de apoyo al Sr Boix
miércoles, 3 de diciembre de 2008
An Obama Realignment?
Y como si le quisieran dar la razón a Podhoretz, algunos progres patrios ya se están lamentando de que las cosas no sean como ellos habían previsto que fueran y se llevan las manos a la cobeza porque Obama ha dado -según ellos - un "giro a la derecha antes de empezar".
lunes, 1 de diciembre de 2008
De Aristóteles a Pascal
"La naturaleza del hombre puede verse de dos maneras: una, según su fin, y entonces es grande e incomparable; otra según la multitud (...) y entonces el hombre es abyecto y vil. Y estos son los dos caminos que hacen que se le juzgue diversamente, y que tanto hacen discutir a los filósofos".Pascal, Pensamientos
Si se postula un fin noble para el hombre, se podrá afirmar que se aleja del mismo cuando incurre en acciones viles; si, por el contrario, la medida del hombre es la conducta de cualquier hombre, entonces cualquier comportamiento, sea el que sea, estará de acuerdo con su naturaleza. Esto es lo que supieron Platón y Aristóteles antes que Pascal. Y aquí radica la diferencia que los separa de, por ejemplo, Maquiavelo y Hobbes. A mi modo de ver, Platón y Aristóteles sabían todo cuanto sabían Maquiavelo y Hobbes, pero Maquiavelos y Hobbes no sabían todo cuanto sabían Platón y Aristóteles.
Añado, a las 7:39 de la mañana una cita de Más allá del bien y del mal, de ese admirador de Pascal que fue Nietzsche:
"Quien no quiere ver lo elevado de un hombre fija su vista de un modo tanto más penetrante en aquello que en él es bajo y superficial -y con ello se delata"
domingo, 30 de noviembre de 2008
Zoosofía variada
Y ahora dejo paso a "La contienda de los mosquitos"
Diabólica refriega dentro de una bodega se trabó entre infinitos bebedores mosquitos. Era el caso, que muchos expertos y machuchos, con tesón defendían que ya no se cogían aquellos vinos puros, generosos, maduros, gustosos y fragantes que se cogían antes. En sentir de otros varios, a esta opinión contrarios, los vinos excelentes eran los más recientes; y del opuesto bando se burlaban, culpando tales ponderaciones como declamaciones de apasionados jueces, amigos de vejeces.
Al agudo zumbido de uno u otro partido se hundía la bodega; cuando héteme que llega un anciano mosquito, catador muy perito, y dice, echando un taco: «¡Por vida del dios Baco! (entre ellos ya se sabe que es juramento grave): donde yo estoy, ninguno dará más oportuno ni más fundado voto: cese ya el alboroto. ¿No ven que soy navarro, que en tonel, bota o jarro, barril, tinaja o cuba, el jugo de la uva difícilmente evita mi cumplida visita? ¿Que en esto de catarle, distinguirle y juzgarle, puedo poner escuela de Jerez a Tudela, de Málaga a Peralta, de Canarias a Malta, de Oporto a Valdepeñas? Sabed, por estas señas, que es un gran desatino pensar que todo vino que desde su cosecha cuenta larga la fecha, fue siempre aventajado. Con el tiempo ha ganado en bondad, no lo niego; pero si él desde luego mal vino hubiera sido, ya se hubiera torcido: Y al fin, también había, -lo mismo que en el día-, en los siglos pasados vinos avinagrados. Al contrario, yo pruebo a veces vino nuevo que igualarse pudiera al mejor de otra era: y si muchos agostos pasan por ciertos mostos de los que hoy se reprueban, puede ser que los beban por vinos exquisitos los futuros mosquitos. Basta ya de pendencia; y por final sentencia el mal vino condeno; lo chupo cuando es bueno,y jamás averiguo si es moderno o antiguo”.
Mil doctos importunos, por lo antiguo los unos, otros por lo moderno, sigan litigio eterno. Mi texto favorito será siempre el mosquito.
Las competencias mínimas
Aristóteles, además, defendía posiciones que resultan hoy molestas a la ciencia, por su supuesta ingenuidad. La más importante es la del teleologismo, que es la tesis que sostiene que los seres naturales están orientados inmanentemente hacia un fin óptimo. Trazando un puente entre la naturaleza y la ética, añadió que si alcanzan este fin han alcanzado su virtud.
Es decir, un caballo de carreras está orientado a la competición (este es su fin: su “telos”); si lo satisface ganando carreras, entonces es verdaderamente un caballo de carreras virtuoso. Lo mismo podemos decir de una planta, de un animal, o del hombre. En todos estos seres la realización de la mejor posibilidad de ellos mismos es la conquista de su virtud. Aristóteles no era tan ciego como para no ver que junto a las posibilidades óptimas de desarrollo de nuestra naturaleza estan las mediocres, las malas y las pésimas, pero estaba convencido de que merecía la pena hacer una apuesta ética por contemplar la naturaleza desde sus posibilidades más altas: Por ver lo que somos desde lo mejor que podemos ser. Fue el primer filósofo verdaderamente perspectivista. Es curioso, por otra parte, que se llamase Aristóteles, es decir, “Aristos” + “teles”, que significa “el mejor” + “fin”. Dicho de otra manera: el mejor resumen de la filosofía de Aristóteles es su propio nombre.
Llevo dos días enredado en una discusión pedagógica en torno a algo que habría escandalizado a Aristóteles pero que a los pedagogos modernos les parece de lo más normal: lo que han dado en llamar “las competencias básicas”, que son aquellas destrezas que han de ser dominadas por todos (o la inmensa mayoría) de los niños de una edad escolar determinada. Intento, inútilmente, hacérles ver la diferencia de perspectiva sobre el hombre que nos abre Aristóteles y esta teoría minimalista (o minimizadora).
Aristóteles nos anima a ver al hombre desde lo mejor que puede dar de sí: Desde la virtud.
La pedagogía actual parece empeñada en verlo desde lo mínimo que puede dar de sí: A esta reducción de la perspectiva la llama “equidad”.
Al comienzo de su inmortal Ética a Nicómaco, Aristóteles nos anima a ser “como arqueros que apuntan a un blanco”, al blanco de la virtud. En esto -y en nada más- consiste la ética, en mantenerr la tesión del arco en dirección al mejor blanco.
Oyendo a los pedagogos defender con vehemencia su teoría de las “competencias mínimas”, la única imagen que se me acude es la de las ovejas camino del aprisco. O, si lo prefieren, la del último hombre nietzscheano.
Pero los pedagogos, por lo que voy comprobando, apenas leen a Nietzsche. Creo que también lo consideran superado.
Adjunto (domingo 30 a las 23:34) esta ironía sobrada de fundamento que me ha enviado Maty:
sábado, 29 de noviembre de 2008
Pedrals al desnudo
El que avisa no es traidor.
jueves, 27 de noviembre de 2008
Poetas en tiempos de penuria
…pero si tu me dices ven, lo dejo todo que no se te haga tarde y te quedes en la calle…
Así que me he presentado al "almuerzo-presentación” de los tres últimos títulos de poesía de esta editorial con alma de trébol, que ha tenido lugar esta mañana, a las once, en la Llibreria Laie: "La trama perfecta", de Daniel Busquets; "Implosions", d'Anna Gual y "Tancat per mancances", de Pau Gener Galin. Esta gente apasionada de Labreu ponen en todo lo que toca una cierta piedad –ellos replicarían que laica y yo respondería, ¿y qué demonios importa?- que, a mi parecer, es el quijotismo necesario para los tiempos que corren. Quien esté interesado en escuchar a los poetas, el próximo jueves, día 4 de diciembre, recitan en el Horiginal.
De la mano de la troupe de Labreu, el martes de la semana que viene, el día 2 de diciembre, tendrá lugar en el "Vins i Divins" de El Masnou (Carrer Barcelona 3, en la carretera, al lado del Casino) la epifanía del versicultor y hortopoeta JOSEP PEDRALS. Os aconsejo la asistencia de verdad de verdad. Por allí nos veremos.El acto comenzará a las 9 (es decir, a las 21 h).
De despedida le cedo la palabra al "iaio" Martín:
«... ¿y para qué poetas en tiempos de penuria?», pregunta la 248 elegía de Hölderlin «Pan y Vino». Hoy apenas si entendemos la pregunta. ¿Cómo podríamos entonces entender la respuesta que da Hölderlin?
miércoles, 26 de noviembre de 2008
Está bien, lo cambio
Sócrates arrastrando a Alcibíades de los brazos del placer sensual (1791), Louvre
Respecto a "paradigma", ni una ni dos, sino 17 veces, don Tumbaíto, ha sido utilizado este palabro en este blog. Siento que le produzca urticaria, pero acéptelo tal cual, sin pensar en las memeces de los "cambios de paradigma". Por otra parte yo me limito a recogerlo de voces ajenas. En el caso del último post, la del Avui. Un "parádeigma" era, básicamente, el plan de un arquitecto y el verbo "paradeiknymi" significa "comparar", "mostrar". Los griegos no son responsables de lo que hemos hecho con su herencia.
Nota: Que nada, que si este tampoco gusta, pues lo cambio también... pero, pensándolo bien... le voy a hacer caso a Adu1 y añado alguna imagen más para completar la secuencia:
Sancte Socrates, ora pro nobis
lunes, 24 de noviembre de 2008
Diario de una presentación
domingo, 23 de noviembre de 2008
En la portada del "Avui"
sábado, 22 de noviembre de 2008
El Capital y nosotros, que lo queremos tanto
Postales filosóficas: Spinoza
Las traslúcidas manos del judío
labran en la penumbra los cristales
y la tarde que muere es miedo y frío.
(Las tardes a las tardes son iguales.)
Las manos y el espacio de jacinto
que palidece en el confín del Ghetto
casi no existen para el hombre quieto
que está soñando un claro laberinto.
No lo turba la fama, ese reflejo
de sueños en el sueño de otro espejo,
ni el temeroso amor de las doncellas.
Libre de la metáfora y del mito
labra un arduo cristal: el infinito
mapa de Aquel que es todas Sus estrellas.Jorge Luis Borges, 1964
viernes, 21 de noviembre de 2008
La iglesia que buscó la concordia
Si, ya sé que no todo lo que brillaba en las casullas de la iglesia de la guerra civil y, sobre todo, de la postguerra, era oro. Conozco bien la historia de algunos curas que hacían el listado de aquellos a los que se tenía que dar el paseíllo y después les negaron la más mínima caridad a las viudas. Pero junto a ellos está, en la misma Navarra, en Leyre, el anciano Miguel Gil Imirizaldu, cuyo libro, Un adolescente en la retaguardia es un documento emocionante de esas otras víctimas que hoy no tienen, por lo que parece, quien quiera recordarlas.
Le beata Inés de Benigánim
Recuerdo perfectamente lo que pensaba al leer esta biografía: ¡Qué afortunada fue esta monja por vivir en un tiempo en que se tenía más fe en los ángeles que en Freud!
jueves, 20 de noviembre de 2008
miércoles, 19 de noviembre de 2008
martes, 18 de noviembre de 2008
Llega el invierno
lunes, 17 de noviembre de 2008
Il mondo cambia
Por si fuera poco, me encuentro al neoconservador William Kristol sosteniendo hoy en New York Times lo que con frecuencia han sostenido los neoconservadores:
And I don’t see why conservatives ought to defend a system that permits securitizing mortgages (or car loans) in a way that seems to make the lenders almost unaccountable for the risk while spreading it, toxically, everywhere else. I don’t see why a commitment to free markets requires permitting banks or bank-like institutions to leverage their assets at 30 to 1. There’s nothing conservative about letting free markets degenerate into something close to Karl Marx’s vision of an atomizing, irresponsible and self-devouring capitalism.
sábado, 15 de noviembre de 2008
El último sermón de Ramoneda
Ramoneda, lo reconozco, proporciona abundantes argumentos para la indignación moral, que no es poca cosa en estos tiempos en que los principios parecen ir de rebajas, pero este recurso, por sí mismo ya constituye para mí un motivo de suspicacia. A mis amigos, sin embargo, los llena de seguridad: Gracias a la indignación que les proporcionan discursos de este tipo saben que no se encuentran en el lado oscuro de la fuerza.
El lado oscuro de la fuerza es para Ramoneda el capitalismo y, más en concreto, el capitalismo de los Estados Unidos, de donde manan todos nuestros males. Pero para que el argumento pueda tener los efectos emotivos que sin duda produce, nos invita a comulgar con dos ruedas de molino. La primera, es la de confundir “capital” con “capitalismo”. La diferencia entre ambos conceptos, por cierto, no es mía, sino del socialista británico E.P. Thomson. El hecho de que el capital obedezca a la exclusiva lógica del beneficio, no evita que en el capitalismo puedan crecer todo tipo de manifestaciones anticapitalistas. La segunda rueda de molino consiste en señalar con precisión a los malvados: “las élites capitalistas”, que han llevado “los valores del capitalismo a unos límites en que es casi imposible que sean aceptados”.
¿Que es imposible que sean aceptados por quién?
¿Por unas élites intelectuales anticapitalistas, subvencionadas por el capitalismo, que son más listas que las élites económicas capitalistas? Si es así, la conciencia crítica emancipadora sigue estando de nuestra parte. ¿Por el pueblo? Entonces el sujeto emancipador sigue vivo en el seno del capitalismo. ¿Por el propio capitalismo? ¡No, evidentemente, esto sería inconcebible, puesto que haría trizas el argumento de Ramoneda! Pero él no se extiende en esta minucia. Lo que le importa es dejar bien claro que las élites capitalistas no han pretendido otra cosa que exacerbar “un proceso de individualización” que viene de lejos y que finalmente ha quebrado el proceso contrario de solidaridad social.
Por lo visto, este proceso de individualización fue intentado controlar por “la revolución conservadora promovida desde la administración Bush”, pero en realidad “la explosiva mezcla de simplismo liberal en lo económico y rigidez conservadora en lo moral y cultural sólo sirvió para acelerar el estallido”. ¡Todo iría mejor si los norteamericanos no fueran tan simples!
Ramoneda podría haber añadido a su argumento detalles sin importancia, como que durante la administración Bush el porcentaje del PIB dedicado a la educación en los Estados Unidos ha alcanzado la nada despreciable cifra del 7,1% (España: 4,6%; Francia: 6%; Alemania: 5,1; Italia: 4,7%....), o que ningún otro presidente de la historia de los Estados Unidos se ha comprometido más con el desarrollo de África, pero ya se sabe que nunca hay que permitir que hechos sin relevancia se interpongan en el desarrollo armónico de un argumento. A pesar de todo, no deja de ser notable que Ramoneda le reconozca a Bush un intento (aunque poco inteligente) de combatir el individualismo. Sería interesante tirar de este hilo, Ramoneda, sin embargo, se olvida inmediatamente del mismo para poder hacer de Bush el megaresponsable de los males del presente: de ese “mundo sin futuro" en el que nos encontramos, en el que "impera el principio del rendimiento rápido. No hay proyecto, sólo resultado”.
Repito estas últimas palabras: “impera el principio del rendimiento rápido. No hay proyecto, sólo resultado”. ¿No parecen perfectamente válidas para describir los años de crecimiento esplendoroso de nuestra economía gracias a la fiebre del ladrillo?
Ramoneda señala otras dos características del triunfo “del proceso de individualización”, que, en vista de nuestro reciente pasado ladrillero, no hace falta comentar: (1) la disposición “a sacar todo el jugo posible de un negocio en el menor tiempo aun a riesgo de agotarlo para siempre” y “el consumismo en que la pulsión por comprar no se detiene nunca”.
El principal pecado de Bush es haber fomentado la pérdida de “la idea de límite”, que, por lo visto, “ha desaparecido del horizonte.” Hay aquí, por cierto, un oxímoron notable, ya que horizonte, que etimológicamente proviene del "horos" griego, significa precisamente "límite". Ramoneda quiere decirnos que no es él quien ha perdido la conciencia de límite, sino los malos que promovieron “la revolución conservadora americana, en sus dos fases: la reaganiana y la bushiana”, que “han configurado una cultura en que las sociedades no existen, sólo existen los individuos (fase thatcheriana-reaganiana) y las libertades y los derechos son sustituidos por las creencias, por los mitos nacionales y por la seguridad convertida en supremo horizonte ideológico.”
Si interpreto bien a Ramoneda, cosa de la que no estoy completamente seguro, lo que nos está queriendo decir, es que para solidaridad, la que garantiza la socialdemocracia, porque la solidaridad conservadora, sería de mentirijillas. Sólo ofrecería creencias religiosas y patrióticas, además de eso tan peligroso que es “seguridad”. Hay, por lo visto, otra solidaridad racionalista o al menos ilustrada que Ramoneda parece anunciar, aunque, como nos asegura que "los grandes relatos" ya han perdido credibilidad., no sabemos muy bien en qué consiste. Claro que, como ya he dicho, a Ramoneda sólo le interesa señalar el "gran relato" del mal. Nos conduce así a un terreno en el que nos escamotea la crisis de la socialdemocracia europea. Parece sugerir que la socialdemocracia europea no ha sido capaz de resistir el proceso de individualización, pero nos oculta las razones de esta incapacidad. No sé si le parecerá bien que se las preguntemos a Blair o a los socialdemócratas suecos.
Volvamos a los límites ya que en su pérdida se encuentra la madre del cordero: “La esencia de la cultura de la crisis es la desaparición de la idea de límites (…) Bajo el mandato de George Bush la Administración norteamericana dio carta de naturaleza legal a la tortura. Es decir, transmitió al mundo la idea de que todo estaba permitido. Si un gobierno puede someter a un enemigo a la más terrible de las pruebas físicas y morales, ¿cuáles son los límites de lo posible en la sociedad?. Ninguno. Hay vía libre para saltarse todas las barreras éticas y culturales. ¿Qué tiene de extraño en estas circunstancias, que los que viven la quimera insaciable del oro entiendan que todo está permitido y que no hay reglas ni principios ante la tentación del dinero?”
Creo que me voy a enmarcar este párrafo.
Vamos a dejar de lado la minucia del terrorismo islámico, tan respetuosa con los límites. Centrémonos en Guantánamo. Los Estados Unidos son grandes no por lo sucedido en Guantánamo, sino por el debate político y legal subsiguiente. Los Estados Unidos son grandes porque ha habido muchos ciudadanos que han considerado que Guantánamo era intolerable y han presentado batalla, política y legal, acudiendo para ello a los límites constitucionales norteamericanos. Los Estados Unidos son grandes porque saben que, ya que no hay manera de que un país se garantice gobernantes sabios, hay que garantizar constitucionalmente que no puedan durar más de ocho años. Los Estados Unidos son grandes porque a Ramoneda le duele más lo que ellos hacen que lo que hace Bin Laden. Son grandes, también, porque buena parte de las ideas con que los criticamos han nacido o se han fortalecido allí: el ecologismo, el feminsimo, el movimiento de liberación sexual, el movimiento gay, el pacifismo... y hasta los cristianos por el socialismo. Tanto es así que una de las ideas que expone Ramoneda para describir nuestro presente, la de la universalización del lenguaje del "management", nació en los Estados Unidos en los años 40 de la pluma de James Burnham, uno de los padres del neoconservadurismo (The Managerial Revolution, 1941).
Pero la auténtica joya del sermón de Ramoneda es la que utiliza para blindar su argumentación: “Por supuesto hay cierto discurso naturalista que tratará de convencernos de que alcanzar la catástrofe es inevitable. Y que el mundo funciona por el sistema de ciclos de destrucción y construcción”.
Supongo que Ramoneda está convencido de que evitar la catástrofe está al alcance de nuestras manos, de que el azar, la casualidad, lo imprevisto, etc, puede ser sometido a control; de que la naturaleza, en último extremo, es planificable; de que con buenas políticas y buenas intenciones, podemos transformar los problemas humanos en problemas técnicos.
A mi, por el contrario, el olvido progresista de la naturaleza y su implícita laicización de la Divina Providencia me produce alergia, lo cual me obliga a ir bien provisto de antiestamínicos para protegerme de la nueva escolástica imperante.
jueves, 13 de noviembre de 2008
Mis pensamientos
Llamamos de manera espontánea “nuestros” a nuestros pensamientos, cuando en realidad son como el paisaje de una ciudad con mucha historia en la que habitamos. Los edificios más nuevos se sustentan sobre ruinas más antiguas y estas últimas pueden a su vez cubrir asentamientos previos. Así como a la ciudad la llamamos “nuestra”, llamamos “nuestros” a nuestros pensamientos. Pensamos con ellos, pero al pensarlos nos convertimos en usuarios de ideas muy diversas que nos preceden a veces muchos siglos. Algunas de ellas, como esos restos de paredes que son testigos de antiguos palacios, en otro tiempo fueron vividas como dogmas. Quizás hasta formularon el credo de una religión con miles de mártires. Otras las acaba de traer la moda arrancándolas de libros editados hace pocos meses, como el otoño las hojas de los árboles, y se enredan en nuestros pasos. Quizás si nos pusiéramos a pensarlas en serio, descubriríamos que la mayoría de nuestras ideas formaron parte orgánica de sistemas filosóficos consistentes y ahora son como los restos digeridos de un plato recocinado. Un día estuvieron perfectamente claras y hoy las utilizamos como sombras, frases hechas o refranes ambiguos. Han ido sufriendo metamorfosis con el paso de las generaciones. Se han llenado de adherencias y de cosques. Fueron defendidas con pasión y ahora han degenerado en frases hechas. Y, sin embargo, las llamamos nuestras porque sin ellas no sabríamos expresar nuestras convicciones.
A veces, cuando esperamos la luz que nos aclare, estamos, sin sospecharlo, haciendo arqueología.
martes, 11 de noviembre de 2008
A un txapelaundi cabal
Me voy a Donosti donde desde la altura de la escalinata de una librería de nombre famoso -Lagun (compañero)-, echaré un breve sermón animando a quince personas, que abarrotaran el pasillo entre libros, a que se apresuren a comprar mi gerolibro si quieren enterarse de lo que pasa por las calles de su ciudad. Al final me dolerán los hombros de tanta enhorabuena y nos iremos a tomar unos chiquitos cada cual con su guardaespaldas. Veremos si es así o si las cosas que pasan han pasado ya.Añade también algo que lo traigo aquí más que nada por esnobismo:
He de comunicarte que he encontrado ¡milagro, milagro! el Momentum Catastrophicum de un Pio Baroja que puesto a ser chapelaundi es mucho, pero que mucho, menos chapelaundi que tu y que yo juntos. El folletón comienza así: "Discurso dirigido por el bachiller de Itzea a los chapelaundis del Bidasoa en el solemene acto de inaugurar la Academia, Literaria y Chapelaundiense de Cherribuztango-erreca". [El ilustre don Pio hablaba con faltas de ortografía: erreca, es decir rio pequeñajo, con c, no existe; erreka con K, ese si que es admitido por la irreal academia de chapelaundis chiquitos de Bilbao].Me voy para allá. A más ver.En un mail previo yo le había escrito a José Luis Torres:
Mejor txapelaundi que txapeltxiqui. No olvide que según las memorias de don Pío, él mismo formaba parte de un grupo de Chapelaundis de su barrio.Y os comunico esto pensando en alguien que pudiera leerme desde San Sebastían. Si tal cosa ocurre, por favor, que vaya de mi parte a Lagun y le de un abrazo grande a José Luis.
Un txapelaundi es para don Pío una rara avis. Tan rara que es un auténtico tesoro antropológico. Es un hombre que sin renunciar a su vasquidad, quiere ser universal pero sin mistificaciones; un espíritu inquieto y una miaja volteriano; individualista, gastrósofo, idealista, desclasado, en quien no empapan las tristezas y, mucho menos, la mediocridad épica de nuestra tierra.
Un txapelaundi es nietzcheano como don Pío sabía serlo: irónico, socarrón, con mala leche si hace falta, pero en el fondo, un ogro melancólico que aprecia más un vaso de buen vino en la inmanencia de una taberna vasca, que todas las promesas de trascendencia de los campanarios y de la pólvora. El Tellagorri de Zalacaín, por ejemplo.
Para ser txapelaundi, dice un personaje barojiano, hay que ser, cabalmente, hombre de boina grande y de corazón grande. Yo –ya perdonará- lo tengo a usted por ambas cosas.
"Yo creo -cuenta Baroja en Jaun de Alzate- que la única orientación buena y civilizadora de nuestro país, es la de los Caballeritos de Azcoitia, verdaderos txapelaundis que comprendieron lo que necesitaba nuestro pueblo.
Desgraciadamente aquella tendencia culta y humana se interrumpió con la demagogia que produjeron las guerras de Independencia y Carlista".
Los contrarios de los txapelaundis eran para don Pío los txapelchiquis, o sea, los vizcaitarras. Por algún sitio defiende que el nacionalismo vasco es una teoría de chapelchiquis.
Más sobre el Torres: Aquí y aquí.
La presentación tendrá lugar
mañana viernes
a las 19.30 h
en Lagun.
El árbol de la ciencia y el árbol de la vida
I Byron, Manfred : «El árbol de la ciencia no es el árbol de la vida». II Me molesta mucho, cuando un periodista me entrevista, que dé por ...