Como ya he escrito en otro lugar sobre los puercospines de Schopenhauer, hoy me limitaré a sus perros.
No hay que darle muchas vueltas, Schopenhauer era un egoísta insolente, un misántropo de tomo y lomo, un impresentable, el vecino que todos tememos que nos toque en suerte. Por eso “el perro de Schopenhauer” puede interpretarse de las dos maneras que permite el genitivo, objetiva y subjetiva. Desconfiaba de las personas, a las que veía como hipócritas disfrazados de seres sociales que ocultan su interior para no asustar. La humanidad no sería más que un cortejo de sepulcros blanqueados desfilando con caretas. De la desconfianza profunda que le inspiraban los otros derivaba, según el mismo Schopenhauer, su cariño por los cuadrúpedos. “¿Cómo soportaríamos el infinito disimulo, la falsedad y malicia de los hombres si no hubiese perros en cuya cara honesta podemos mirar sin desconfianza?”. Llegó a asegurar que si no hubiese perros no le gustaría vivir o que “cuanto más ando entre los hombres, más quiero a mis perros” o, por último, que el que no ha tenido un perro no sabe lo que es ser querido de verdad.
Luiego dirás que soy yo, pero es que vas provocando
ResponderEliminarBueno, Luri, algo de verdad hay en todo eso.
ResponderEliminarJopé, no sabía yo que me parecía tanto a Schopenhauer. Si mis vecinos me empiezan a mirar con cara rara, tendré que pensar que soy desagradable con ellos..
ResponderEliminarMi padre echó de casa a un vecino por decir eso. "Eres idiota, chico; anda y vete a tu puta casa antes de que te mande a la mierda". Aún me desternillo cada vez que lo recuerdo. JaJaJaJaJaJa
ResponderEliminarNo soporto a los perros; son empalagosos, guarros, y torpes. Y de pequeño me atacó un malvado perro. Sin embargo, los mininos son encantadores y muy muchísimo educados. Esa educación auténtica absolútamente compatible con la maldad.
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EliminarTe habrá tocado un perro empalagoso, guarro y torpe. Mi perra está rescatada de protectora. Es altiva, super inteligente, independiente, reconoce cientos de palabras (hay un Border Collie que reconoce mil, su dueño es psicólogo y lo ha entrenado para eso y más) Mi perra ayuda en casa, trae ropa para lavar en la lavadora, enciende la luz si le pido, me pide comer, salir, y una larga lista de etcéteras. Por otro lado no hay perros guarros, torpes o empalagosos sino dueños que no los educan de otros modos y que no saben comunicarse con ellos. Todo lo que le achacan a los perros en realidad pertenece sus dueños, a los hombres, esos que tanto detestaba Schopenhauer. Y con razón.
EliminarEl puerco espin y la liebre?
ResponderEliminarNo había caído.
Enrri
Se deberá añadir dentro del zoo,
ResponderEliminarun terrario dedicado a la araña de Sales.
Enrri
Los perros no dan solo fidelidad sino, y es mucho más importante obligaciones, por esto los abandonan a legiones. Sólo quien es capaz de guardar la reciprocidad de obligaciones debería adoptar no un perro sino cualquier animal. Estas vinculaciones de los hombres con los animales, a mi, siempre me han parecido raras. ¿Cuántos Shopenhauers hay?
ResponderEliminarDe niña fui de perro, pero ahora soy de gato.
ResponderEliminarbene l'importasnte è essere di qualcuno
EliminarNo sabía que Schopenhauer tenía unas ideas tan certeras. Lo que publican aquí es directo y pesimista pero muy real. Tampoco sabía que apreciaba tanto a los perros; ¡que bien!
ResponderEliminarUstedes lo escribieron para denigrar a Schopenhauer y han hecho conocer a muchos lo acertado que fue su pensamiento. GRACIAS.
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ResponderEliminarSCHOPENHAUER UN GRANDE UOMO DAL QUALE SI PUO' SOLO IMPARARE AD ESSERE MIGLIORI
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