Honoré Daumier: La adolescencia de Alcibíades, 1842.
Cuenta Plutarco que Alcibíades poseía en su juventud un perro carísimo que destacaba por su belleza. Como era el niño mimado de Atenas, se convirtió inevitablemente en el centro de atención de todos, de manera que allá por donde pasaba se levantaba inmediatamente una polvareda de comentarios sobre su persona. Es conocido que Sócrates también se interesó por él, aunque no consiguió introducir ni una brizna de sensatez en su desmedido afán de gloria. Alcibíades para evitar llamar demasiado la atención, decidió cortar el rabo a su perro, lo cual fue motivo de unánimes críticas. Pero cuanto más arreciaban las críticas, más tranquilo se mostraba él, ya que mientras los atenienses se fijasen en la cola del perro, él pasaría más desapercibido. Basándose en esta anécdota Barbey d’Aurevilly escribió Cuarenta medallones de
Los políticos con éxito son aquellos que cuando es necesario le cortan sin piedad la cola a su perro para llenar con su imagen las portadas de los periódicos.
Así se escribe la historia.
a proposito de alcibiades "[socrates] no consiguió introducir ni... una brizna de sensatez."
ResponderEliminaruffff, señor luri, una gota de sudor amanezaba salir de mi frente despues de leer ese renglon. una brizna de sensatez...
Anónimo: Ya sabe usted que Sócrates nunca pretendió introducir otra cosa en Alcibíades... aunque éste, como leemos en "El Banquete", se lo pusiera... a huevo.
ResponderEliminaroh El Banquete, no me lo recuerde luri. en ese lugar, despues de que nietzsche me hiciera despertar del sueño materno, libe el autentico entusiasmo por la filosofia.
ResponderEliminarhasta que tope con un psiquiatra inepto, lleno de sentido comun y seducido por las lagrimas de una mujer.
¿Quien destacaba por su belleza? ¿Alcíbiades o el perro?
ResponderEliminarEl espía de la cía
Anónimo: Un psiquiatra inepto no puede hacer ningún mal. En cambio los profesionales expertos, son temibles. En realidad en el discurso de Alcibíades en El Banquete se encuentra la fundación del psicoanálisis.
ResponderEliminarDon Espía: "... perro carísimo que destacaba por su belleza." Aunque según todas las opiniones de la época, Alcibíades no le iba a la zaga a su can.
ResponderEliminarPor cierto: ¡¡¡Qué gran suquet, el de las alcaldesas ampurdanesas!!!
Entiendo que el que destacaba por su belleza era Alcíbiades y al que la cortaron el rabo era a su perro!
ResponderEliminar¿ o usted Sr espia de la CIA, lo interpreta al reves? Como ahora todo tiene explicación,........
Lo que parece claro es que Alcibíades llegó al final de sus días (final provocado, quizás, por culpa del veneno de una amante) sin amputación ninguna.
ResponderEliminarSi duda, un precedente pagano de Ramón Ramiro, que corto el rabo al perro de San Roque...
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