“… Pero también hay hombres que se comportan de ese modo, lo cual, naturalmente, es una muestra de debilidad intolerable. En esos casos Behrens sabe cómo tratarles, sabe encontrar el tono adecuado en tales circunstancias.
- ¿Qué tono? –preguntó Hans Castorp frunciendo el ceño.
-‘¡Haga usted el favor de comportarse!’ –contestó Joachim-. Al menos eso es lo que le dijo recientemente a uno; lo sabemos por la enfermera jefe, que estaba allí y le ayudó a sujetar al moribundo. Era uno de esos que, en su última hora, hacen una escena espantosa y no quieren morir de ninguna manera. Entonces Bahrens le llamó al orden: ‘Haga usted el favor de comportarse!’, dijo, y el enfermo se calmó al instante y murió completamente en paz.”
He cerrado La montaña mágica en este punto porque Bacallà Salat se ha levantado y se ha puesto a mirar por la ventana, señal inequívoca de que mi mujer llegaba a casa. Teníamos la tarde ocupada. En primer lugar me apetecía ir a echar una ojeada al Ateneu donde, a las 19,30, se presentaba el libro “Cons i neocons: el rerefons filosòfic”. Mi mujer aprovecharía para hacer unas compras. Lo mejor ha sido volver a encontrarse a colegas que hacía tiempo que no veía. Lo peor,
Por cierto: Cuando oigan hablar a eruditos de neoconservadores, presten atención a ver si tratan de poesía, porque para un neoconservador como Dios manda la poesía es tan importante que siempre preferirá un recital de poesía a una presentación de un libro de filosofía política. Y quien no entienda las razones de esta relevancia es que no tiene ni pajolera idea de qué demonios piensan de política los neoconservadores.
En la penúltima clase de Ética, el sin igual profesor dijo que teníamos que respetar "fins i tot els neocon" y por si había dudadas añadió: "soposo que ja sabeu qui son la gent aquesta".
ResponderEliminarLa clase asintió. Y yo me moría de risa -con verbo interior, claro-.
Una novela inmensa. Qué cantidad de ideas perfectamente (Y el verbo se ...) encarnadas en personajes y en situaciones... Es dificilísimo,esto. Vamos, es un don.
ResponderEliminarAcabo de empezar la tercera parte de "Incerta gloria". Es muy buena, aunque no deslumbra, va calando. De los personajes masculinos (de bofetada, la mayoría), me quedo con el padre de Trini. La composición de Soleràs es una genialidad. Lo cuento porque algo tiene que ver mi lectura con este café.
No sabía que te declarabas neoconservador. Sí intuía que te caían simpáticos.
Lola
Tumbaíto: Es lo que decían en la presentación del libro ayer, que los conservadores no son tan malos. Y una lumbrera añadió que respecto al nacionalismo los de Iniciativa eran más conservadores que Unió Democrática. Hasta aquí llegó mi paciencia.
ResponderEliminarLola: Mann es un genio y ante eso sólo cabe el reclinatorio y un "Amén".
ResponderEliminarRespecto a Incerta glòria: La tercera parte es la que menos me gustó. A mi me encandiló el humanismo que destila, tan exótico en nuestra guerra, radicalmente antihumanista. Sí. Soleràs es grande. Te aconsejo que leas la entrevista con la mujer de Sales, cuenta algo muy interesante sobre él.
En serio: Lo de "neoconservador" es una etiqueta que HOY ya no quiere decir nada. Pero en un sentido personal, biográfico y etimológico, he de reconocer que, efectivamente, soy neo-conservador. Respecto al neoconservadurismo, el librito que escribí apareció de manera casi espontánea mientras estaba buscando información sobre Leo Strauss, personaje que sí que me interesa, como es obvio. Lo que me parece fascinante intelectualmente del ya fenecido neoconservadurismo es las reacciones que ha despertado en Europa por quienes sólo han leído de sus representantes las críticas que han aparecido en internet y alguna cosa de Fukuyama.
Claudio.
ResponderEliminarNo hace mucho abrí un librito sobre 'política de actualidad' escrito por un filósofo, reputado por sus trabajos sobre Hegel.
En la pímera página que ojeé, decía: "...el neocon Huntintong...". Dejé el libro donde estaba, preguntándome si lo que había leído de él sobre Hegel era igual de fiable.
Precisamente en eso estoy, concretamente a través de un discípulo de Strauss, el Sr. Anastaplo. Vivo, por cierto. Alguna recomendación?
ResponderEliminarSaludos des de Berlin.
En el fondo piernso que se trata de un problema de comodidad cerebral. Aquellos que deben pensar y hablar (los elegidos por el azar o los medios) prefieren mirar al mundo y a su evolución, incluso la más cercana, acorde con los clichés que han aprendido y sujeto a los arquetipos que evolucionando van creando la explicación de su presente.
ResponderEliminarPor otra parte, el hecho de que nadie realmente relevante, en términos de importancia-moda-mensaje evangélico-etc-etc, se muestre decididamente partidario de los neocons, impide que se cree una corriente de simpatia favorable hacia ese pensamiento.
Imaginemos que Gluckman se declara convencido neocon, o simplemente dice, "es que los neocon son el futuro". Veríamos un corrimiento de la opinión de los mass media, porque tendrían delante un arquetipo.
Pero neocon es un concepto dificil de asimilar: suena a más que derecha, nueva derecha y además suena a Bush.
Hace unos meses, en un debate literario-económico en Telemadrid, en el que participaban Pedro Scwartz y cuatro o cinco personas más, entre ellos el presidente de una fundación que se declaraba neocon, el moderador, el simpar Sánchez Dragó reivindicaba sus años de cárcel como coimunista equiparándose a Schwartz en la lucha antifranquista, y declando luego su admiración por los neocon y Aznar, "su primer valedor en España".
Si me permite el consejo, cuando pasea usted por la calle o asiste a reuniones públicas debería llevar un cartelito con su nombre para evitarnos a sus fans el desaprovechar ocasiones de rendirnos a sus pies. De todas maneras se perdió la mejor intervención de la tarde cuando al final un curioso e histérico personaje recordó que los neocons són en realidad diablos con cuernos a los que no se debe ni siquiera saludar (uno no sabe nunca qué esperar del mal) y que hacía usted muy mal, que caca vaya, defendiendo a tales personajes. Me pareció muy curioso que alguién que parecía no haber aprendido a leer se molestase en asistir a la presentación de un libro.
ResponderEliminarEn fin, un abrazo.
De antemano perdonar mi ignorancia, ya que no he profundizado en la obra de Leo Strauss y por lo tanto mi pregunta puede que os parezca del todo descabellada.
ResponderEliminarDicho esto y sin más preámbulos, quisiera saber:
¿ Leo Strauss es el Dr. Jekil ( férreo defensor de la Democracia Liberal y alejado de los pensamientos neoconservadores) o el Dr.Hide ( padre de los neoconservadores, entre cuyos discípulos encontramos a Huntington, Fukuyama y Wolfowitz, entre otros. Cuyas ideas han impregnado la práctica de la administración Bush.)?
Luis Rivera: yo también vi ese esperpéntico debate de Telemadrid, que agrupaba a Schwartz y tres esbirros por un lado y a un histérico Jorge Verstrynge por otro. El tema era la presentación de un panfletillo llamado ¿Qué piensan los neocon españoles?. La gracia de Verstrynge fue decir que piensan poco y copian mucho.
ResponderEliminarLa verdad, tuve la impresión de que ellos mismos, que se declaraban neoconservadores, no sabían muy bien de qué hablaban. Y cuando Schwartz empezó su defensa del confesionalismo me fui a la cama: Había logrado al fin hacerme conciliar el sueño.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarDesde mi absoluta ignorancia filosófica, no dejo de hacerme una pregunta sobre todo este revuelo generado no espontáneamente sobre los neocon: ¿qué coño descubrió ese tipo (Leo), que pone tan nerviosos a los progresistas de salón?
ResponderEliminarAlgo debe haber muy fuerte, debajo de la manta straussiana, para que desde muchos puntos, todos coordinados, merezca un ataque tan brutal,con argumentos tan "fuera de contexto" y con enunciados alucinantes que ponen en boca de Strauss.
Embozado
Casumdena, señor Luri, si me detecta en el ORINAL haga el favor de lanzarme un libro a la cabeza, así yo detectaré su presencia.
ResponderEliminarRespecto la velada del ORINAL, qué quiere que le diga, a mí no me gustó. Es muy divertido porque después de la poesía hay un grupo clandestino que se llama Lo Carnisser que se dedican a hacer una revisión crítica de la poesia que se escucha esa noche, y la verdad es que olí a sangre.
Tengo pendiente un post polémico que versará sobre la Casassenització de la poesia oral catalana. Casasses es el maestro, pero un poco de originalidad nos haría mucho bien.
Oiga, por qué no apunta su mail al Original, así sabrá qué cosa se cuece cada miércoles...
Salut!!!
ps.- en mi mesa de una de las editoriales que me alimentan, un libro interesante sobre los neocón gringos. Ay, si usted lo leyera...
¿En serio conoce las triquiñuelas de los neoconservadores norteamericanos?
"¿Y para qué poetas en tiempos de penuria?"
ResponderEliminarPara casar a Tomas Mann con Leo Strauss y finalmente irse de copas con Casasses. Dejando el mundo rodar y rodar....
gracias por el link. seguiré atento.
Claudio: Te podría poner tantos ejemplos de este tipo... ¿Leerán nuestros intelectuales sobre el neoconservadurismo algo más que la información de internet?
ResponderEliminarAida: ¡¡¡NO SABES LA ALEGRÍA QUE ME DAS!!! Creo que fui el primero en hablar en España de Anastaplo, un personaje bien singular, y que bien poco tiene de neoconservador. De hecho hay políticos de todos los colores y religiones entre los straussianos. La única recomendación que puedo darte es que te lo tomes en serio. Lo que sí haré es pedirte, de rodillas si hace falta, que me tengas al tanto de tus investigaciones.
ResponderEliminarLo único que he escrito sobre Anastaplo se encuentra en un librito editado por Josep Montserrat y Antonio Lastra y titulado "Herencias Straussianas", Universitat de Valencia, 2004.
Luis: Cuando el neoconservadurismo se convierte en etiqueta pierde su dimensión. El primer y quizás único neoconservador integral fue Allan Bloom.
ResponderEliminarFerran: Respecto a admiraciones, yo podría decir lo mismo de usted. De hecho creo que deriamos citarnos un día Subal, usted y yo a tomar, como mínimo, un agua con gas. Temo saber a qué personaje se refiere usted. Si es así, lo he padecido.
ResponderEliminarAsensi: Leo Strauss - el Strauss que llega a los Estados Unidos a principio de los años 40- es un pensador conmocionado por el hecho de que el gran pensador de nuestros siglo, Heidegger, a quien tiene por un filósofo superior, fuera nazi. Y a partir de aquí se plantea el sentido de la filosofía en la actualidad y su responsabilidad política. No hay nada más. Tampoco nada menos. A sus discípulos a lo que les enseñó es a leer textos antiguos y a admirar a Churchill.
ResponderEliminarEmbozado: Hay mucha gente que se cnsidera de izquierdas en los Estados Unidos (o si se prefiere, liberal, pero con el sentido norteamericano del término, que se consideran straussianos). Por poner un solo ejemplo: William A. Galston siempre se ha definido como straussiano, y fue un alto cargo de la administración de Clinton. Incluso recientemente algún clérigo iraní ha mostrado su acuerdo con la filosofía de Strauss.
ResponderEliminarSi algo no hay en Strauss es una ideología política ni, mucho menos, un manual de conducta política.
Subal: Yo me lo pasé bien. El espectáculo merecía la pena, con Cassasses renegando porque se lo trastease como maestro, pero comportándose como tal. He de decirle que llevo mal el que los jóvenes escriban poesías melancólicas, pero qué demonios, el vino me supo riquísimo, mi novia al lado estaba espléndida, y me había escapado del Ateneu. ¿Qué más se puede pedir?
ResponderEliminarrespecto al neoconservadurismo: Honestamente, se muy poco. Pero me doy cuenta de que bastante más que la mayoría de los que se dedican a poner a parir a los neoconservadores.
Reitero mi propuesta de un encuentro a tres bandas: Suba, Ferrancab y un servidor.
Magotago: ¡usted sí que sabe tratar bien a un blogger!
ResponderEliminarEl libro en cuestión, que me gustará poder enviarle a su debido tiempo, es de Susan George, una mujer que se ha pasado media vida investigando las conexiones entre think tanks, fundaciones, industrias, lobbies y el gobierno norteamericano.
ResponderEliminarEn él descubrirá cómo la ideologia ultraconservadora se ha apoderado absolutamente de todo el panorama cultural, político e intelectual y religioso de USA, qué une a todos los nombres que usted nombra, etc...
Joder, es que me vienen ganas de transcribirle parrafadas enteras...
Ah, y cuando usted quiera, con ferrancab y usted... qué placer!
Subal: Apunta usted al auténtico problema, la conquista de la mayoría social por parte de os republicanos. Tal cosa se descubrió por primera vez como evidente con la conquista republicana de la mayoría en el Congreso de los estados Unidos en noviembre de 1994. El congreso se había mantenido mayoritariamente demócrata desde 1952 (ya sabe usted que en la actualidad vuelve a ver mayoría demócrata). Si los republicanos comenzaron a hablar de una “nueva mayoría social”, entre los perplejos demócratas no faltaron los que, frotándose los ojos, intentaron explicarse lo ocurrido echando mano del viejo recurso conspirativo. El New York Times identificó a Leo Strauss como el responsable ideológico de la recuperación republicana y añadió que se trataba de un filósofo elitista, antidemócrata y hostil a la “presunción de la Ilustración de que todos los hombres fuimos creados iguales”. Era, en definitiva, un conservador que veía el status quo como la expresión de la voluntad divina. Y aquí empezó todo.
ResponderEliminarCuando y dónde quieran! Si ustedes me dicen ven...
ResponderEliminarSubal, Ferran: Yo ahora dispongo de todo el tiempo del mundo, cosa que me parece que no podéis decir vosotros. Me encuentro a vuestra completa disposición.
ResponderEliminarPero "per no fugir d'estudi" les propongo la cafetería de la librería Laie el lunes o el martes que viene por la tarde a las 6h. ¿Va bien?
Repito que cualquier otro lugar me va bien y cualquier otra hora lo mismo (siempre que tenga tren para volver a Ocata).
Ahora que también hay otra posibilidad: La Plaza de Ocata.
A mi lunes y martes a las 6 en Laie me va perfecto.
ResponderEliminarSr. Luri,
ResponderEliminarSigo su "blog" desde hace tiempo y me confieso culpable de un pecado terrible: leí The Closing of the American Mind (traducido aquí como El cierre de la mente moderna) de Allan Bloom,en 1990, con 19 años y me convertí en "neocon" sin saberlo. A los pocos meses, leí "Gigantes y enanos", una recopilación de ensayos de Bloom.
En fin, imagínese la impresión causada a edad tan tierna y la (casi) imposibilidad de compartir mis inclinaciones mientras estudiaba Políticas y Periodismo con "profesores" y "estudiantes varios" en la UAB de los 90 (no sé si habrá cambiado mucho).
En fin, siga usted bien muchos años y que podamos seguir disfrutando de sus comentarios en "El café de Ocata".
Por cierto, si ferrancab es el mismo que publica en la página de Salvador Sostres, hago constar que le sigo con interés.
Saludos,
Albert
Ferrancab: Pues Súbal tiene la última palabra y la pelota en su tejado.
ResponderEliminarAlbert:
ResponderEliminarEs difícil leer a Bloom y permanecer impasible a lo que dice. Yo cuando lo leí tampoco sabía que me estaba convirtiendo en un peligroso neoconservador. ¡Qué le vamos a hacer! Respecto a "Gigantes y enanos", es una magnífica muestra de lo mejor de lo que podemos llamar la escuela straussiana. La lectura de Rousseau, por ejemplo, es absolutamente memorable.
Lo sorprendente no es que nos e haya leído a Bloom, sino que los que no lo han leído se crean autorizados a despreciarlo.
Efectivamente, este Ferrancab es ese Ferrancab, o sea, el gran Ferrancab. ¡Qué bien escribe el puñetero!
Y me sonrojo si me dicen que me quieren...
ResponderEliminargracias...