Nos reímos mucho de la moral católica y su casuístico jesuítismo. Y no está mal que lo hagamos, que por culpa de esa moral pasé yo mi infancia confundido respecto a los "pecados de la carne". Mi imaginación infantil no daba más que para un inmenso filete de ternera de cuatro dedos de grueso. Y eso, evidentemente, condiciona mucho de adulto. Pero ninguna sociedad parece ser viable sin un número determinado de pecados, es decir de acciones que se consideran deleznables. Ninguna sociedad, tampoco, parece resistirse a la tentación de la indignación bienpensante, que autoriza a señalar con el dedo a los perturbados morales que traspasan las fronteras de lo permitido. No parece haber sociedades amorales, libres de la conciencia del pecado. La historia no elimina ni el pecado ni el sentimiento de vergüenza ni la necesidad de sacarle los colores públicamente al descarriado. Lo que hace es variar la lista de lo pecaminoso, con lo cual cada presente puede permitirse el lujo de considerarse moralmente superior a todo pasado. ¿Quién se atrevería hoy a publicar una revista infantil con esta portada?
variar la lista de lo pecaminoso... yo creía que abandonar a los padres, mentir, robar o matar eran igual de pecado aquí o en los antípodas
ResponderEliminarEs como la polémica que siempre ha habido con "Tintín en el Congo", que este verano se ha acentuado con la petición, por parte de un congoleño afincado en el Reino Unido creo, de su retirada por racista y xenófobo.
ResponderEliminarSiguiendo con esta línea, supongo que se deberían retirar todas las películas de Tarzán, por ejemplo. En fin.
Yo en eso de la moral prefiero hacer más caso a los curas que a Pedro Almodóvar, porque veo el tipo de hombre que producen cada uno de ellos. La portada de Chicos es de lo más inocente, pero en efecto hoy sufriría la censura. Bueno, un mundo sin censura sólo es posible "más allá de las estrellas".
ResponderEliminarSr. Luri, ¿como se explica la mentalidad contradictoria de Sales en Quaderns de l´exili?
ResponderEliminarPor un lado parece cínico y por otro platónico.llevo dandole vueltas y no veo el encaje.
¿podría orientarme?
Enrri
Anónimo: Los padres han sido abandonados sobre todo en las culturas nómadas; y mentir, robar o matar... son conductas que, como seguro que usted bien sabe, están bien o mal según las circunstancias. Piense en la educación espartana.
ResponderEliminarArrebatos: No vayas dando ideas...
ResponderEliminarJesús: ¿De qué curas? ¿De los del nacional-catolicismo? ¿De los curas obreros postconciliares? ¿De los curas maoístas que yo conocí en Navarra? Yo he conocido curas que lanzaban la campanilla del altar a los feligreses que se distraían en misa.
ResponderEliminarEnrri: Me tempo que no, que no puedo orientarle. Joan Sales, como personaje, me parece que está ... ¿cómo decirlo?... ¿por debajo de su obra....?. Esto no es nada infrecuente.
ResponderEliminarA mi también me sorprende en su correspondencia la mezcla de inteligencia y de ingenuidad. A veces es de una ingenuidad política pasmosa. Pero incluso entonces lo salva su estilo. A pocos escritores les permito decir tantas tonterías como a Sales sin cerrar el libro.
Con respecto a ese cinismo-platonismo que usted ve, y que yo también creo ver, me parece que no es un fenómeno inusual dentro del cristianismo ilustrado, sobre todo en Inglaterra y Francia. Creo que debemos ver a Sales tal cual es, saltando en esa cuerda floja, salvándose a sí mismo para la posteridad a través de su estilo y su inteligencia literaria.
Gracias, por cierto le debo una.
ResponderEliminar¿Sabe cual es el verdadero titulo de incerta gloria?
Se lo diré ahora, en secreto, que nadie nos escucha: "Rígola,Farigola"
Enrri
He hecho un pequeño ensayo de cuarenta páginas sobre el tema
ResponderEliminarEnrri
Enrri: ¿Y a qué está esperando usted? ¿Se lo tengo que pedir de rodillas? Ya tiene usted mi mail.
ResponderEliminarPor cierto: ¿No tendrá usted también alguna cosa sobre don Pío Baroja y el mar? Es que me acabo de comprometer -por culpa de Pérez Andújar- a dar una conferencia sobre este tema el mes que viene.
¿Por qué tendría que ser la moral algo fijo e inamovible? ¿Que cambie ha de significar forzosamente su inutilidad? Yo creo que no. Por favor, si alguien tiene la lista de pecados actualizada por favor que me la envíe (la mía es de hace una década)
ResponderEliminarBeso, F.
Si el problema no es que la moral cambie sino que deje de ser la misma.
ResponderEliminarLos pilotos de altura o Las aventuras del capitán Chimista me parecen mejores que obras pretenciosas como el Arbol de la ciencia
ResponderEliminarFilousia, Tumbaíto: Yo no pretendía resaltar tanto el cambio como lo inmutable, que a mi modo de ver no reside tanto en un contenido (en una ética material) como en una necesidad de establecer fronteras entre el bien y el mal que cada vez veo con más claridad que es esencialmente política.
ResponderEliminarJordi: Bienvenido. ¿Y Zalacaín?
ResponderEliminar¿Una necesidad política?
ResponderEliminarTumbaíto: Me sorprende que precisamente usted se sorprenda de esto. ¿Cómo se definen los grupos humanos políticamente? Es decir ¿cómo conquistan la conciencia de su diferencia -o de su identidad-?
ResponderEliminarSolamente nos enfrentamos de verdad políticamente -decía el viejo Platón- por aquello que consideramos de más valor.
La sociedad abierta es una tontería popperiana. Eso es un oxímoron. Hay sociedades en la medida en que son cerradas. Y son más cerradas cuanto más creen en sus propios valores.
i.) Siento gran apego hacia la falacia naturalista.
ResponderEliminarii.) Los grupos humanos se definen haciendo ciudades.
iii.)¿Qué hacemos con el ius comunicationis?
Tumbaíto: ¡Ahora me va a salir usted un materialista cultural a lo Gordon Childe!
ResponderEliminarNO: los grupos humanos no se definen haciendo ciudades. Las ciudades se han hecho siempre en torno a un centro sagrado: el templo o el palacio de un rey-sacerdote. Es decir, las ciudades se han hecho para preservar una orientación.
Respecto a iii: LO que hay que comunicar se da siempre en el interior de un sentido que no está creado por la propia comunicación. Es como el diálogo, que en contra de lo que creen las buenas gentes, tiende por su propia naturaleza a acabar mal, porque el diálogo es incapaz de crear por sí mismo sus propias condiciones de posibilidad.
El hombre que habla o crea ciudades es ya un animal político, y no solamente un animal (claro está: con excepciones).
No recuerdo que Zalacaín huela a mar
ResponderEliminarYo es que creo que tenemos manos porque somos inteligentes.
ResponderEliminarEl problema es que somos algo chamanes y queremos matar al contrario con verbajo. Y cuando no se mueren, nos enfadamos y les damos con un palo.
ResponderEliminarAhí estamos de acuerdo. De hecho a usted le gusta repartir palos. ¿O no?
ResponderEliminar¿Yo? ¡Mísero de mí!
ResponderEliminarPrefiero las cazuelas.
Jordi: Tiene usted toda la razón. ¿Qué me ha hecho confundir a Zalacaín con Shanti Andía?
ResponderEliminar"¿Quién se atrevería hoy a publicar una revista infantil con esta portada?" Pues yo creo que nadie, desde luego, y menos con el comentario ése(que hay que mirar con lupa, pero que está)de "angelitos negros" a pie de página.
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