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viernes, 14 de septiembre de 2007

La liebre straussiana

El único adorno del despacho de Leo Strauss en la Universidad de Chicago era una reproducción de la famosa liebre que Durero pintó en 1502 y que se conserva en la Galería Albertina de Viena. Se trata de una acuarela, de una delicadeza extraordinaria que muestra a una liebre que aparentemente está descansando, pero hay algo en su cuerpo que delata su instintiva alerta. Está preparada para saltar en cualquier momento. A sus alumnos les confesaba que “sabiendo que el mal la acecha, duerme con sus ojos abiertos.” Esta liebre representaba para Strauss un testimonio de prudencia y como tal se lo legó a Joseph Cropsey. Según Anastaplo, “refiriéndose a esta pintura solía hablar de ‘nature, nature’”. Añadiré que en una carta a Scholem, fechada en Chicago el 23 de marzo de 1959, escribe que “los perros y las liebres son mis maestros”.

Nota: No pretendo mudar de fidelidades. La vaca socrática es la vaca socrática, pero comienzo a sospechar que existe todo un campo por explorar en la historia de la filosofía al que podríamos darle el nombre de "zoosofía".

11 comentarios:

  1. Nietzsche perdió definitivamente el juicio abrazando a un caballo, en Turín.

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  2. la caballo perdio definitivamente el juicio por dejarse abrazar por nietzsche, en turin.

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  3. Es que me provocas

    La vaca socrática
    -la liebre Straussiana

    falta el conejo de la Loles
    y el coño de la Bernarda.

    siempre me vas provocando

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  4. es curioso, strauss en aleman significa... avestruz, otro animalito.

    pero el empaque y saber estar de la vaca, de nuestra vaca, no lo tiene ninguno.

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  5. ni el de la loles, ni el de la bernarda.

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  6. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  7. Ignacio:

    Platón pone en boca de Sócrates esta pregunta ("Rivales", 137 e): "¿Si un buey fuera incapaz de reconocer a los bueyes buenos y malos, sería capaz de reconocer cómo es él mismo?"

    En griego buey sonaba algo así como "el vaco", pues era el artículo masculino o femenino el que permitía saber de qué se estaba hablando, si de bueyes o de vacas.

    Te convendría hacerte a tí mismo esa pregunta. ¡A ver si te provoco una conversión!

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  8. Sí, eso de la zoosofía promete. Vacas, liebres, lechuzas, basiliscos, catoplepas (estos dos últimos serían ejemplos de criptozoosofía)...

    A ver si algún día me entero de cuál es mi animal zoosófico.

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  9. Siempre ha ido bien tener un animal a mano. Para poner un ejemplo, para refutar a Platón, para señalar lo no-humano, (El zoo de los filósofos, de A. Le Bras-Chopard)... O para ganar unas perricas con los argumentos en pro de la fiesta nacional.

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  10. No se olvide usted del unicornio , pero que no es un rinoceronte como creia Marco polo en el Millon.

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