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jueves, 15 de noviembre de 2007

Del instante I

I
Como tengo que hablar el día 28 de este mes de "La fenomenología del instante", recupero las "Lecciones de fenomenología de la conciencia interna del tiempo" de Edmund Husserl y "El Instante" de Soren Kierkegaard y, además, me acerco a Barcelona a comprar "Tiempo de la vida y tiempo del mundo", de Hans Blumenberg. Así que -el que avisa no es traidor- os va a caer una buena, queridos amigos, de aquí hasta el 28.

Abro el libro de Blumenberg y me encuentro con esta cita de Novalis: "El tiempo nace con el aburrimiento". Cierro inmediatamente el libro y me dejo llevar por la rabia, que es lo que os vengo a contar.

II
Tren: de Ocata a Plaza de Cataluña. Saco un papel y escribo sobre el periódico:

Por dos veces en mi vida he pecado gravemente contra la condición femenina. Y desde entonces no hay día en que, al recordar mi debildiad ideológica, no derrame amarguísimas lágrimas de arrepentimiento. Los surcos que van dejando en mi cara (y que la gente que me aprecia dice, caritativamente, confundir con arrugas) son testimonio de ello. Pero si hasta Pedro, tras negar tres veces a Cristo, el muy cabezón, mereció el perdón de su cobardía, ¿no seré yo digno de la caridad que me libere del peso de mis dos imprudencias, sin que haya necesidad -¡por favor!- de ser crucificado cabeza abajo?

La primera vez que pequé fue en la facultad de pedagogía de la UB en Pedralbes, que estaba yo esperando el ascensor y abrí la puerta para cederle educadamente el paso, con un gesto de "usted primero", a quien tomé por una mujer del mundo cotidiano y resultó ser una guerrillera de la condición femenina, que me echó inmediatamente en cara, a voz en grito, mi descondideración. Por lo visto mi gesto paternal y falócrata sólo ponía de manifiesto mi prepotencia machista. ¿Es que me pensaba yo que las mujeres eran inválidas, o qué?

La segunda vez que pequé fue ante varias compañeras de trabajo, frente a una fotocopiadora que no acababa de funcionar, a pesar de mis premuras. Se me ocurrió soltar que "las máquinas tienen alma femenina". Yo pretendía animar a la máquina, suponiendo que la fotocopiadora se tomaría mis palabras como un hermoso piropo, pero resultó que ella siguió erre que erre con sus tropiezos mientras que mis compañeras se exaltaron, tomándose como un insulto degradante para la condicion femenina mis imprudentes palabras.

III
Tren: De Plaza Cataluña a Ocata.

Me refugio en mí mismo, intento atrapar todo el sol que se cuela por la ventana y me imagino una isla del pacífico. Poco a poco la imaginación se me desespereza y me va enhebrando una historia que no está del todo mal. Quizás otro día, con más tiempo, os la cuente. Es que una vez en casa no puedo desperdiciar ni un instante. Es el precio que tengo que pagar para abrirme camino en su fenomenología.

21 comentarios:

  1. pecar grabemente sí que es grave

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  2. ¿Creéis que este saber ocupa lugar?

    UN OSCURO EPISODIO DE LOS “AÑOS DE HIERRO”

    Uno de los sucesos más interesantes y reveladores de los años 40 fueron los movimientos monárquicos y de los Aliados para derrocar a Franco. En 1945, cuando los acuerdos de Yalta parecían determinar la liquidación del Caudillo, según expone Luis María Ansón, se urdió un plan de los monárquicos antifranquistas y de los servicios secretos useños para explotar el maquis comunista: con ese pretexto se denunciaría la “inestabilidad de España”, “peligro para Europa”, los tanques aliados invadirían el país y -- pensaban algo ingenuamente-- eliminarían con suma facilidad al vencedor de la guerra civil e impondrían la monarquía. El plan fue diseñado por Allen Dulles, el jefe de la OSS, precursora de la CIA, y acogido de buena gana por Sainz Rodríguez y otros. Don Juan, por su parte, explicará a Ansón: “Quiero que te quede completamente claro que yo no acepté el plan, y, claro, mucho menos lo estimulé (…). Debo decir que no me opuse. Escuché lo que me decían y sanseacabó”. Es decir, sí lo aceptó, aunque poniendo cara de póker. De hecho Dulles no proponía, daba instrucciones a los juanistas como si fueran empleados suyos, y no parece haber habido mucha repugnancia en los monárquicos antifranquistas –que eran solo una fracción de los monárquicos, aunque muy influyente— ante la perspectiva de ocupar el poder con tales métodos. La maniobra está en la base del célebre Manifiesto de Lausana, con el cual creyó Don Juan abrir su camino al trono, y en realidad se lo cerró para siempre. Intriga, pues, típicamente maquiavélica, pero también mal calculada, en otro artículo explicaré por qué.
    “Mientras tanto, los comunistas ignoraban el papel de peones inconscientes diseñado para ellos, y no pensaban por el momento repetir una aventura como la del valle de Arán. Coincidían todos en la idea de utilizar las guerrillas para provocar la intervención aliada, pero el PCE quería crear su propia fuerza armada a fin de tener el papel decisivo en el posfranquismo. Por ello continuaba introduciendo en el país cuadros probados en el maquis francés y hasta en la lucha partisana soviética, coordinando políticamente a los grupos de huidos dispersos, y fundando otros nuevos. Hallaban pocas simpatías entre la población, como ya habían comprobado el otoño pasado, y ello dificultaba su tarea. En Rusia, los partisanos se habían implantado sembrando el terror entre la población civil desafecta, ante la indiferencia de los alemanes, para en una segunda fase concentrarse sobre la Wehrmacht. Pero en España la policía no iba a permanecer indiferente. Los guerrilleros esperaban superar estos obstáculos con algo de tiempo y la intensificación progresiva de las acciones.
    Entre tanto, debían correr serios riesgos para conseguir armas, apoyos seguros -- siempre escasos--, montar “estafetas” para el correo y los suministros, etc. Las estafetas solían instalarse en huecos de árboles o bajo piedras de cierto tamaño, cerca del chozo de algún pastor o la casa de algún campesino que servían de enlaces. De este modo no necesitaban verse ni concertar citas entre unos y otros. Los guerrilleros debían vigilar el lugar antes de acercarse, pues, como ocurriría a veces, la Guardia Civil podía haberlo descubierto y preparado una emboscada. Otros problemas surgían de las querellas dentro de las partidas, la desigual formación política o la tendencia al bandidaje.
    No menor era la dificultad de encontrar atención médica para las heridas o las enfermedades, fáciles de contraer en tan ardua existencia. A veces obligaban a atenderles a médicos normales, a punta de pistola, un método peligroso. La agrupación guerrillera de la zona centro insistía a la dirección, a finales de 1944: “La urgencia del médico para nosotros es de carácter inmediato, esperamos que esto no se demore”. El médico debía estar entrenado para “largas marchas y con peso encima, como es el equipo y la comida, pues de no ser así, como comprenderéis, nosotros no tenemos retaguardia y corre peligro de caer en manos del enemigo”. Y debía ser un guerrillero más, pues “una de las mayores dificultades que tenemos es que aquí existe demasiado personal inútil: mujeres, viejos y niños; en fin, muy pocos para dar la cara y lo peor es que todos comen”. El informante exageraba, pues los viejos y las mujeres contribuían a la lucha en alguna medida, y niños apenas habría alguno.
    Por fin consiguieron un médico, “camarada joven y decidido”, Manuel Tabernero Antona, con los apodos Lyon y Robert, que se incorporó al grupo a finales de 1944 o principios del 45. Una carta suya a la chica que le servía de enlace con Madrid revela otras facetas de aquella vida: “Simpática camarada Flor: el día 3 por la noche bajé en compañía de unos guerrilleros a recibir las cosas que nos mandabas, y cuando regresé al campamento eran las tres de la madrugada. Como podrás imaginarte, todos estaban profundamente dormidos, porque el mismo día, precisamente, Carlos y Ángel habían regresado de un largo viaje; pero los llamé y les dije: “Camaradas, traigo carta de Flor”. Inmediatamente se incorporaron, rebosando de alegría. Tuve que encender el candil y, mientras se recreaban con la lectura de tu misiva, entre carcajadas y alborozos, a mí me correspondió ser la víctima, tuve que prepararles el café en la forma tan poética que tú sabes, machacado con una piedra y colado con un calcetín. ¡Y qué paladar más exquisito tiene! Estoy seguro de que te gustaría. A mí los primeros días estas cosas me causaron cierto efecto raro, pero ha desaparecido toda clase de escrúpulos. Referente a tu preocupación por sus vidas, ¡tranquilízate!, velaré por ellas”.
    La carrera de Lyon sería breve. Llegó a dirigir la agrupación guerrillera de Gredos, pero el 13 de septiembre de 1946 caería junto con otros jefes del maquis en una emboscada de la policía, en la huerta del “tío Matapulgas”, cerca de Talavera de la Reina. Se habían reunido allí para resolver asuntos internos. La “catástrofe de Talavera” traería desarticulaciones en Madrid y Toledo, y el descubrimiento del cuartel general del “Ejército Guerrillero” en un chalé del barrio madrileño de Ciudad Lineal, provisto de una emisora manejada por un militante llegado de la URSS” (transcribo de Años de hierro)
    El doble e imbricado episodio de los monárquicos, el OSS y los maquis podría dar lugar a una buena película o novela y se presta, desde luego, a muchas reflexiones. Por ejemplo cómo, a veces, gente con talante de héroes defiende las peores causas, mientras causas superiores son representadas por personas de gran bajeza. El mito de Adán y Eva, mucho más profundo que las simplezas morales de Dawkins o Pinker, lo indica: comieron del árbol de la ciencia del bien y del mal esperando ser como dioses, y accedieron a la esfera del mal y del bien, en efecto, perdiendo la inocencia de los animales. Pero nunca lograron dominar aquella ciencia.
    Pío Moa, en Libertaddigital.com

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  3. Don Perro: ¿Y qué me dice usted de la caída de los graves?.

    No conviene exagerar: La oportunidad de pecar gravemente la tienen muy pocos. La mayoría de nosotros no irá al cielo por haber sido buenos, si no por no haber tenido oportunidades reales de ser gravemente malos.Y ya veremos si entonces nos quieren abrir la puerta. Recuerde usted las graves palabras de Yahvé, grabadas en mi alma desde mi más tierna infancia: "Porque no eres ni frío ni caliente, yo te vomitaré de mi boca".

    Cuando intento comprender a qué se refiere usted exactamente con eso de "pecar grabemente" lo único que se me ocurre es grabar un CD con guarradas. Y tan poco me parece tan tan grave, a no ser que deje grabadas en el alma de quien lo oiga imágenes letalmente traumatizantes.

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  4. Sarónico: Ha dejado usted a mi instante en un estado casi catatónico y, en todo caso, aplatanado, morcillón y levemente daliniano. Si ha de hacer usted de portavoz de don Pío Moa, tómese el cargo en serio y tenga piedad de nosotros, señor. No esté eternamente enojado.

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  5. Sr. Luri,
    ¿Me puede decir algo de un par de libros de Blumemberg que he visto (La Central)? Uno es una correspondencia con Schmitt y el otro es acerca de Jünger.
    ¿O quizás tras la frase citada a mandado a Blumemberg a paseo?
    PS: Disculpe el abuso.

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  6. No. no, Claudio, al contrario, Blumenberg me interesa. Me interesa tanto que estaré encantado de saber qué es lo que opina usted de esos dos libros, que yo no he leído y que, desde luego, me gustaría leer. Pero hoy por hoy tengo otras prioridades.

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  7. Se hará lo que se pueda, aunque tengo el alemán algo oxidado.
    Por cierto,quizás le interese.

    http://www.commentarymagazine.com/viewpdf.cfm?article_id=11000

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  8. Es curioso lo que me propone, don Claudio.
    El link conduce, como sin duda usted bien sabe, al capítulo dedicado a Norman Mailer en el libro de Podhoretz titulado "Ex-Friends", que ya he citado en El Café de Ocata.
    Pero lo curioso no es esto, sino que hace pocos días le envié el link a este mismo número de "Commentary" a un muchacho bienintencionado, pero ingenuo, que a cambio, me ha regalado "El pensamiento secuestrado", de Susan George.
    ¿Acaso no demuestra este gesto suyo una incapacidad radical para entender el significado de la palabra "correspondencia"?
    Ya se habrá fijado usted también que en este mismo número aparece un artículo muy interesante con la opinión de ciertos neo-neo-cons sobre la teoría de la IV Guerra MUndial de Podhoretz.

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  9. Don perro: Son las 21:38 y me acabo de dar cuenta de hasta qué punto mi pecado "grabemente" era grave. Me coloco las orejas de burro y me pongo en un rincón, con los brazos en cruz, el ordenador en una mano, un diccionario en la otra y la cara "colorá".

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  10. Las faltas de teclado no cuentan. Yo acabé bachillerato habiendo cometido una única falta: *vidé.
    Y, sin embargo, leyendo impreso lo que escribo a ordenador me horrorizo.

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  11. Querido Gregorio: ¡nunca le toques el punto "F" a una feminista!
    Abrazos.

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  12. Tumbaíto: Acaba de demostrar que el imperativo categórico kantiano aún tiene sentido. Mil gracias.

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  13. Gabriela: Es curioso... con lo próximo que parece estar el punto F del H (de humor) y, sin embargo, ¡qué de humores ideológicos los separan!

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  14. Gracias por la publicidad ... Y a ver qué meditas en el rincón.

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  15. Lo digo por lo de la fenomenologia del instante, no vayas a pensar.

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  16. ¡Oh! ¡Don Gregorio! ¿No fue con el fútil asunto del emmental como usted y yo nos conocimos?

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  17. Tumbaíto: en otros términos, por no seguir con el emmental i por romeper una lanza en pro de la no futilidad de la xuestión ¿4'16'' de Cage és música? ¿Un piso sin vecinos tiene más valor que otro con vecinos? Eso se pregunta Roberto Casatti aqui. Las llama "entidades negativas".

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  18. Me pierdo en la sutileza del instante, espacio de tiempo de valor mudable, de duración indefinida, que viene a enmarcar una acción, un sentimiento o simplemente nada. Si un instante es poco, "sólo un instante" es un todo.

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  19. Yo creo que la única feminista que tuvo sentido del humor y amor por el sexo más o menos descarado fue Kollontai, Gregorio. Allá ellas. Verlas querría en un país musulmán...je, je.

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