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lunes, 26 de noviembre de 2007

Sobre los profes de filo

  • Victor Cousin: “Un profesor de filosofía es un funcionario del orden moral, encargado por el Estado de la cultura de los espíritus y de las almas”.

  • Ortega: “Las cátedras de filosofía suelen ser un escenario macabro donde se exhibe ante la nueva generación la momia lamentable de la filosofía.”

  • Nietzsche: “Un profesor es un mal necesario. Los intermediarios falsifican casi involuntariamente el alimento que transmiten”.

  • Valery: “Gracias a los programas, los profesores aprenden los problemas que ellos no hubieran inventado y que ni viven ni experimentan. ¡Y los aprenden todos!"

  • Hegel: “Se considera como apto para ser profesor de filosofía al que no ha aprendido nada serio y que no ha pasado la prueba de aptitud para otra cosa”.

  • Cioran: “Yo no podía ser profesor, porque uno no puede, después de haber velado toda la noche, hacer el payaso ante los alumnos, hablar de cosas que no te interesan”.

  • Schopenhauer: “Los profesores de filosofía no tienen tiempo de instruirse, porque dispersan demasiado su actividad. Son funcionarios, hacen política, viajan. El que quiere aprender algo debe lleva runa vida más recogida”.

  • Schopenhauer: “El Estado, por lo demás, debe también proteger a los suyos, y debería dictar una ley que prohibiera burlarse de los profesores de filosofía”.

  • Schopenhauer: “El objetivo final es siempre, pues, comer con desahogo, con la mujer y los hijos, el producto del oficio”.

  • Santayana: “Tres trampas sofocan a la filosofía: la Iglesia, el lecho conyugal y el sillón de profesor. De la primera escapé en mi juventud; en la segunda jamás caí, y de la tercera salí en cuanto me fue posible.”

18 comentarios:

  1. ¿Sabe? La mayoría de los citados se sienten creadores, o sea, artistas.

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  2. A mí me ha llamado la atención la definición de Hegel, porque me sonaba, claro. Es aplicable a cuaquier otro oficio y, de hecho, se aplica con frecuencia a cualquiera que sea objeto de menosprecio.

    Un saludo.

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  3. Cerillo apuntas un tema tremendo: Filosofía y "poeisis". Cuando Platón expulsó a los poetas de su ciudad filosófica me imagino que sospechaba que en el corazón de todo filósofo se encuentra un creador, es decir, un poeta.
    Un poeta con tendencia a confundir su teoría con el mundo. Y Hegel, el gran funcionario del Estado prusiano, sabía algo de esto. Si por él hubiera sido, ¿a dónde hubieran ido a parar sus competidores?

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  4. Almu: Estoy convencido de que Hegel estaba pensando en sus competidores. Ahora bien... hay algo trágico en el papel del profesor de filosofía. Si es filósofo no puede encerrar su pensamiento en su programa. Pero si quiere exponer su pensamiento sin restricciones es mejor que prescinda de la carrera funcionarial.
    A no ser que identifique su pensamiento con la ideología del Estado.

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  5. ¿Hay algo más patético que un profesor de Filosofía diciendo: os he dejado unos apuntes en fotocopiadora?
    ¿Hay algo más patético que profesor de Filosofía menor de 40 años? ¿Hay algo más patético que un profesor de Filosofía dándose prisa por acabar el programa? ¿Hay algo más patético que un profesor de Filosofía sin filosofía? ¿Hay algo más patético que un profesor de Filosofía, a secas?

    (Quede claro que yo soy más patético aún que un profesor de Filosofía, conste. Por eso, sé reconocerlos.)

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  6. Anónimo: Me ha dejado usted áfono, atópico y alelado... Pero quizás, me atrevo a sugerir, es aún más patético el alumno inteligente que pasa por ese trance patético. ¿No le parece a usted? ¿O era eso exactamente lo que decía?

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  7. Anónimo: Le regalo en exclusiva para usted esta cita de Kierkegaard:“Yo no soy un docente, pues no hay cosa más satírica que un docente de la comunicación ético-religiosa, pues ésta es una materia que no se puede enseñar, es irreductible a la ciencia y debe relacionarse con la existencia”.

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  8. Luri: su sugerencia es atrevida y necesaria. Por esa y otras razones dejé la Facultad y a sus profesores. Cuando te sientes más a gusto entre los anaqueles de la biblioteca que escuchando el soniquete de un profesor de Filosía que trata su tema como una cosa cualquiera no te queda otra. O eso o explotas. ¿No es preocupante, señor Luri, que un alumno pueda llegar a disfrutar más con las divagaciones del profesor, la mayoría de ellas personales o muy personales, que con la propia asignatura en sí? Desde luego, cuando exponían su propia opinión, que era casi nunca, el hastío remitía...

    Olvidé identificarme: Lope de Aguirre. Gracias por la cita.

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  9. Lope: Me temo que vamos a tener que darle la razón a Tumbaíto: los buenos alumnos con frecuencia no caben en el sistema.
    En los tiempos gloriosos de la Universidad de Chicago (años 40 y 50) podía matricularse en cualquier carrera cualquier alumno, que mostrara su capacidad, sin que importase la edad. Por supuesto podía matricularse de cuantas asignaturas de cuantos cursos quisisera. Había alumnos que en un par de años acababan una carrera. No sé si en las UNiversidades de Estados Unidos siguen permitiendo esto, pero no estaria nada mal que así fuera.
    Nuestro sistema de estudios -y pienso que en este punto no habrá demasiadas discusiones- capacita, básicamente, para superar las pruebas internas del mismo sistema. El título demuestra, antes que nada, que el receptor está capacitado para superar exámenes del tipo que la universidad en la que se ha matriculado acostumbra a poner. Si existe una correlación entre resultados académicos universitarios y triunfo profesional, es bien difícil de descubrir.

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  10. Yo tuve la suerte de conocer profes que te seducían con su saber. Otros no valían un duro. Como en todo.
    Pero a los buenos, no los olvidas: F. Fortuny, S.Turró,A.Sanchez-Pascual, Lopez-Petit.
    Y para de contar.
    Ah, bueno..uno que no tuve jamás en la clase, pero que lo he conocido por internet: G.Luri.
    Anónimo embozado

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  11. Schopenhauer, siendo estudiante en Tubinga, en sus apuntes de clase se refería a su profesor de metafísica, el kantiano Schulze, con el calificativo nada cariñoso de "pedazo de alcornoque".
    No veo por qué un estudiante de filosofía no puede ser schopenhaueriano.

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  12. El Alcornoque es el Quercus, es decir el Ker-cus. El Ker, es el arbol sagrado que está al lado del altar de piedra en la cima de las montañas.
    POr tanto, si son Alcornoques es que son "arboles sagrados".
    Embozado

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  13. "Lope: Me temo que vamos a tener que darle la razón a Tumbaíto: los buenos alumnos con frecuencia no caben en el sistema."

    Mire Luri, el párrafo anterior merece ser estudiado no sólo por la autoridades políticas a las que les competa la educacion del país, también por aquellos estúpidos psiquiatras que toman como razón decisiva para diagnosticar alguna quimérica enfermedad el fracaso en el aula.

    ¿Quién tiene una visión global para percatarse de que el olor pestilente de las consultas es el mismo que expele una de esas mesas pintarrajeadas hacia las que se dirige el profesor?

    Me calenté...

    Lope de Aguirre

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  14. Discrepo: Los únicos buenos profesores de filosofía que he tenido eran, también, notables filósofos. Ciertamente, uno, dos... y para de contar ( y sólo uno de ellos era capaz de filosofar en directo, en el aula. Experiencia mística, desde luego). Hablo de la facultad. En la secundaria actual, para nada se necesitan profesores de filosofía, no entran, no caben, en el sistema..., sistema, o lo que sea, eso.

    Lola

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  15. Un profesor (de filo o de lo que sea) enseña a buscar "diferencias" entre dos identidades.
    Mientras que un pensador (filosófico o de lo que sea) busca "identidades" entre las diferencias.
    El profesor enseña el: "en qué se diferencian esto de aquello",para que un día el alumno pueda pensar por sí solo: en el "en qué se parecen esto y aquello que se me dijo que eran diferentes".
    EMBOZADO

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  16. LOla: ¿Cómo sería escuchar a Kojève? ¿Y a Heidegger?
    ¿Te imaginas este debate entre profesores de cualquier otro campo? La existencia del mismo sólo demuestra que a la filosofía se le pide más de lo que habitualmente da. Y eso está muy bien, ¿no crees?

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  17. Embozado: Entiendo lo que dices, pero a un profesor de filo, a diferencia de a un profesor de lo que sea, se le pide que convenza. Y el convencimiento filosófico tiene algo de conversión. Con lo cual, vistas así las cosas, ¡menos mal que convencen pocos!

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  18. Viendo que señores del pasado tenían, también, tan mala opinión de los docentes, de filosofía o de otras cosas, pienso que, incluso, no estamos tan mal.

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