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martes, 20 de noviembre de 2007

Tumbaito dijo... Eros no es un Dios; es un demon

Efectivamente, esta es la gran característica del eros platónico: Es un “demon”, como dice Tumbaíto, o un “daimon”, como digo yo. Pero no uno cualquiera, sino "un gran daimon" cuya función es ser el “entre-dos”, el puente de unión entre dos realidades que, sin su intervención mediadora, no tendrían ningún contacto mutuo. Sin Eros el mundo sería un desierto poblado por autistas sin conciencia ni de sí ni de lo ajeno.

El eros-daimon platónico tendrá una larga historia.

Epicteto sostiene (Diatribas, I, 12-15) que “Zeus le ha puesto a cada uno como custodio su propio daimon y le ha encomendado su guardia; y éste ni duerme ni se deja engañar. ¿A qué otro guardián y más cuidadoso podía habernos confiado a cada uno? Así que, cuando cerréis las puertas y hagáis la oscuridad dentro, acordados de no decir nunca que estáis solos: no lo estáis, por cierto, sino que Dios está dentro y vuestro daimon también está. Y éstos, ¿qué necesidad tienen de luz para ver lo que hagáis?

Apuleyo se atreve a proponer la siguiente definición del Daimon (la dejo en latín, que se entiende perfectamente): “Genere animalia, animo passiua, mente rationalia, corpore aeria, tempore aeterna”.

La teoría platónica de Eros se mantuvo vigente hasta Agustín de Hipona. Y no es que Agustín reniegue ni de lo daimónico ni de lo “entre-dos”. ¡Todo lo contrario! Para Agustín el verdadero “entre-dos” es Cristo. Él es el gran intermediador y el único posible, pues sólo Él es “el camino, la verdad y la vida”. De esta manera el eros de Diotima se metamorfosea en Cristo.

La reelaboración agustiniana a lo daimónico aparece en los Libros VIII y IX de La ciudad de Dios y culmina en Confesiones 18.24.

Nono de Panópolis, monje cristiano de la Tebaida y contemporáneo de Agustín, fue el autor del canto de cisne que la Antigüedad dedicó a los dioses olímpicos, “Las dionisíacas”, poema de 21.000 hexámetros homéricos, en él define a Eros como “la simiente de la unión”.

14 comentarios:

  1. ¿Nunca ha pensado dedicarse a la herejía?

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  2. ... Panópolis fue, encima, la ciudad de Min, dios egipcio del sexo (de la fecundidad, etc...), que se representaba en erección, y sin necesidad de fármacos. Nono no podía ignorarlo. El culto de Min se mantuvo intacto en la Tebaida, bajo la influencia de la tribu nubia de los Blemeyes, durante todo el s. V (y por encima de la prohibición de Teodosio).

    Aker

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  3. Tumbaíto: ¿Qué cosas tiene? ¿Pudiendo ser cristiano, católico y romano, para qué ser otra cosa?

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  4. Aker: Me quito el sombrero. Yo de Panópolis sólo sé de Nono y del gran Zósimo, el alquimista.
    Por cierto: Panópolis está lejos de Nag Hammadi? ¿Tenían algo en común?

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  5. Gregorio: Los manuscritos de Nag Hammadi fueron localizados en la actual provincia de Qena. Min tenía dos provincias (nomos) dedicadas en la misma zona: Coptos, abajo de Qena (cerca de Luqsor); y Panópolis, arriba. Entremedias, Qena corrsponde al antiguo nomo VI, dedicado a la gran diosa Hathor, el eros universal (la Afrodita egipcia). Como verás, se trata de la 'zona sensible' de la geografía egipcia. No sé qué relación tengan los textos de Nag Hammadi con su zona de descubrimiento. Pero me resulta verosímil en el caso de Nono de Panópolis la resonancia del antiguo Min.
    Saludos.

    Aker

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  6. ¿Este "Demon"-"Daimon" es el mismo que les entraba en el cuerpo a los poetas, según Platón, y que les anulaba la voluntad para poder hacer sus creaciones? ¿El mismo que les expulsó de la República y que sirvió a Woody Allen para hacer aquella bonita broma sobre Platón: "el filósofo es el rey - mientras se señalaba a sí mismo"?

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  7. Gracias mil.
    Ya me harías feliz si pudieras decirme algo sobre las relaciones entre el dios HORUS y el término griego "Horos"

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  8. Lara i Annus:
    No seais malas malosas.
    Lo que se apodera de los poetas es el ENTUSIASMO y su causa, la inexplicable, "theia moira" (la casualidad sagrada).

    El Daimon seguro que lo habéis sentido alguna vez a flor de piel, que es donde le gusta soplar para demostrar su presencia.

    Respecto a la expulsión de los poetas: Eso lo dejaremos para otro día, que es muy largo. Pero recordad que La República es una gran obra literaria. De hacerse verdad la prohibición, Platón tendría prohibida la entrada.

    Y Recordad también que el que tuvo que salir corriendo de Atenas fue el gran "poietés" de su tiempo: FIdias.

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  9. Ui, somos malas, es verdad...Bueno, juguetonas, ya se sabe...
    Y, en otro orden de cosas que no viene al caso aquí pero sí en esta mismo sitio: hace tiempo nos intentamos leer a Blumenberg y, sinceramente, no entendimos nada. Preguntado a un sabio sabiondo de la Universidad que se dedica a esas cosas nos confirmó que no es que seamos tontas las felinas, sinó que Blumenberg es difícil de entender. Pregunta (mala, también)¿ha de ser difícil de entender la filosofía para ser buena o se pueden decir cosas interesantes y que se entiendan sin dificultad?

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  10. Megamaules: Esta pregunta es fácil. La primera obligación de la filosofía es la claridad.Ahora bien (y me voy a permitir el lujo de ser perverso), Hans Blumenberg no es especialmente complicado.

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  11. Oh, oh...Si "La legibilidad del mundo" no es complicado se nos erizan los bigotes imaginando qué será Hegel!

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  12. Doñas Gatas Maulas:

    ¡¡¡VA POR USTEDES!!!

    Hegel es una maravilla de claridad. Sin miedo, y a por él.

    El libro más imposible de descifrar que ha caído en mis manos es el “Sobre el evento” de Heidegger.

    Ejemplo: Parágrafo 246:
    “El abrigo de la verdad en lo verdadero”.
    “Abrigo es en el fondo la guarda del evento a través de la impugnación de la contienda.
    Guarda del ocultarse (del vacilante rehusarse) no es un mero conservar de algo, sino impugnar la proyectante sujeción a lo abierto, la contienda, en cuya subsistencia es disputada la pertenencia al evento.
    Así la verdad se esencia como lo verdadero respectivamente abrigado. Pero esto verdadero es sólo lo que es como lo no-verdadero, no siendo e infundamentado a la vez.
    Hacer accesible el abrigo de la verdad desde sus modos próximos del procurar correspondiendo ser y tiempo.”
    M. Heidegger,

    La joya de esta obra, que me leí como quien se lee un experimento de escritura automática, cautivado por completo por su sinsentido, se encuentra en la página 41:

    "Intervención sobre lo buscado, es decir, a lo preguntado como tal. Correspondiendo a ello la organización y disposición del proceder. Pero todo este experiri no es aún 'el experimento' moderno".

    Ya comenté en otra ocasión esta maravilla. Juro que está escrito, con todas sus letras, "experiri". Como, ciertamente, Heidegger cuando tenía que inventar no se detenía en pequeñeces, supongo que la traductora se había rendido por completo y le daba igual lo que escribiera.
    Y lo cierto es que he visto por ahí buenísimas críticas (¡lo juro!) a esta edición.

    Y lo dejo aquí, que me voy al h.o.r.i.n.a.l. a escuchar poesía de verdad:AQUI

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  13. Me he quedado a medias:
    Quería decir que Hegel es una maravilla de claridad. Lo que pasa es que habla en una lengua para la que no tenemos traductores.
    Traducir un libro de filosofía al castellano significa (eso lo repetía Valls) enseñarle al autor a hablar esta lengua. Y pocos traductores están por la faena.

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  14. Uf, uf, nos vamos a dormir una rato a nuestras respectivas mantas porque estos "experiris" del señor "Heideggeriri" no son para nuestras pequeñas cabecitas...

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