Kierkegaard fue otro paciente del Síndrome de la Sospecha. La "inmediatez" tan sutil era nada menos que La-Cosa-En-Sí, que presuntamente somos incapaces de aprehender directamente, y que sin embargo es la única realidad. Eso sí: la Cosa kantiana era alemana, es decir, grande, peluda y pavorosa. La Cosa del amigo Soren era más bien danesa, en plan rødgrød med fløde. De ahí su tonillo más bien cristiano.
Cuando un filósofo pilla el virus del síndrome mencionado, tiemblan los árboles del bosque imaginando la de libros serán escritos.
Un amigo mío, insistía en que "nadie vive el momento al dejarlo escapar sin vivirlo". En algunas noches de Rambla arriba y Rambla abajo, debidamente repostado, se paraba de repente y me cogía del brazo y agitaba señalando el suelo (no se porqué hacía eso) y me gritaba: "Ahora, ahora, ¡vívelo ahgora!" Y de inmediato, con cierto desprecio me soltaba el brazo y decía: "Joder, lo has dejado escapar".
Juro que es cierta la anécdota y pese a lo "anecdótica", siempre tuve la impresión de que ciertamente a mi se me escapaba algo que no conseguía conocer.
Luis siempre me ha parecido un poco excesivo intentar imitar a Fausto y ponerse a gritar "detente, instante eres tan hermoso". Porque lo que atrapas es la conciencia de la huida. Melancolía pura.
¿No fue Lennon quien dijo que la vida es aquello que sucede mientras hacemos planes? Aunque vaya usted a saber, igual fue Confucio. Pero es una verdad como la copa de un pino.
chingaaa.... yo aun no se que buskooo
ResponderEliminarSerá la inmediatéz de vivir? Abrazos.
ResponderEliminarDon Liam: ¿Cómo se vive siendo un "webon de tiempo absoluto"?
ResponderEliminarfgiucich: Claro que también dice Kierkegaard que la inmediatez es la abstracción más sutil.
ResponderEliminarKierkegaard fue otro paciente del Síndrome de la Sospecha. La "inmediatez" tan sutil era nada menos que La-Cosa-En-Sí, que presuntamente somos incapaces de aprehender directamente, y que sin embargo es la única realidad. Eso sí: la Cosa kantiana era alemana, es decir, grande, peluda y pavorosa. La Cosa del amigo Soren era más bien danesa, en plan rødgrød med fløde. De ahí su tonillo más bien cristiano.
ResponderEliminarCuando un filósofo pilla el virus del síndrome mencionado, tiemblan los árboles del bosque imaginando la de libros serán escritos.
Un amigo mío, insistía en que "nadie vive el momento al dejarlo escapar sin vivirlo". En algunas noches de Rambla arriba y Rambla abajo, debidamente repostado, se paraba de repente y me cogía del brazo y agitaba señalando el suelo (no se porqué hacía eso) y me gritaba: "Ahora, ahora, ¡vívelo ahgora!" Y de inmediato, con cierto desprecio me soltaba el brazo y decía: "Joder, lo has dejado escapar".
ResponderEliminarJuro que es cierta la anécdota y pese a lo "anecdótica", siempre tuve la impresión de que ciertamente a mi se me escapaba algo que no conseguía conocer.
Luis siempre me ha parecido un poco excesivo intentar imitar a Fausto y ponerse a gritar "detente, instante eres tan hermoso". Porque lo que atrapas es la conciencia de la huida. Melancolía pura.
ResponderEliminar¿No fue Lennon quien dijo que la vida es aquello que sucede mientras hacemos planes? Aunque vaya usted a saber, igual fue Confucio. Pero es una verdad como la copa de un pino.
ResponderEliminarLuri: eso me temía yo, se trata de la melancolía. Desgraciadamente mi amigo murió, con lo que no puedo decirle lo banal de su intento.
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