Buscar este blog

martes, 20 de noviembre de 2007

Una habitación para dos

Dos poemas de Jaime Gil de Biedma

Vals de Aniversario

Nada hay tan dulce como una habitación
para dos, cuando ya no nos queremos demasiado,
fuera de la ciudad, en un hotel tranquilo,
y parejas dudosas y algún niño con ganglios,

si no es esta ligera sensación
de irrealidad. Algo como el verano
en casa de mis padres, hace tiempo,
como viajes en tren por la noche. Te llamo

para decir que no te digo nada
que tú ya no conozcas, o si acaso
para besarte vagamente
los mismos labios.

Has dejado el balcón.
Ha oscurecido el cuarto
mientras que nos miramos tiernamente,
incómodos de no sentir el peso de tres años.

Todo es igual, parece
que no fue ayer. Y este sabor nostálgico,
que los silencios ponen en la boca,
posiblemente induce a equivocarnos

en nuestros sentimientos. Pero no
sin alguna reserva, porque por debajo
algo tira más fuerte y es (para decirlo
quizá de un modo menos inexacto)
difícil recordar que nos queremos,
si no es con cierta imprecisión, y el sábado,
que es hoy, queda tan cerca
de ayer a última hora y de pasado

mañana
por la mañana...


Canción de Aniversario

Porque son ya seis años desde entonces,
porque no hay en la tierra, todavía,
nada que sea tan dulce como una habitación
para dos, si es tuya y mía;
porque hasta el tiempo, ese pariente pobre
que conoció mejores días,
parece hoy partidario de la felicidad,
cantemos, alegría!

Y luego levantémonos más tarde,
como domingo. Que la mañana plena
se nos vaya en hacer otra vez el amor,
pero mejor: de otra manera
que la noche no puede imaginarse,
mientras el cuarto se nos puebla
de sol y vecindad tranquila, igual que el tiempo,
y de historia serena.

El eco de los días de placer,
el deseo, la música acordada
dentro del corazón, y que yo he puesto apenas
en mis poemas, por romántica;
todo el perfume, todo el pasado infiel,
lo que fue dulce y da nostalgia,
¿no ves cómo se sume en la realidad que entonces
soñabas y soñaba?

La realidad -no demasiado hermosa-
con sus inconvenientes de ser dos,
sus vergonzosas noches de amor sin deseo
y de deseo sin amor,
que ni en seis siglos de dormir a solas
las pagaríamos. Y con
sus transiciones vagas, de la traición al tedio,
del tedio a la traición.

La vida no es un sueño, tú ya sabes
que tenemos tendencia a olvidarlo.
Pero un poco de sueño, no más, un si es no es
por esta vez, callándonos
el resto de la historia, y un instante
-mientras que tú y yo nos deseamos
feliz y larga vida en común-, estoy seguro
que no puede hacer daño.

17 comentarios:

  1. Una habitación para dos se presenta como una terapia reparadora y sobrepujante. Levanta lo decaído y eleva aún más lo sublime.

    (qué cursi)

    Lope de Aguirre

    ResponderEliminar
  2. Si tuviera que seleccionar los 10 mejores poemas de la literatura española del siglo XX, incluiría a estos dos en la selección. De hecho son los dos únicos que incluiría sin ninguna duda.

    ResponderEliminar
  3. Mire Luri, ni por asomo soy comunista, pero cuando leo el canto que Alberti dedicó a Madrid durante la guerra me elevo sobre el suelo como un semi-dios...

    "Madrid, corazon de españa
    late con pulsos de fiebre.
    Si ayer la sangre le hervía
    hoy con más calor le hierve.

    Ya nunca podrá dormirse
    porque si Madrid se duerme
    querrá despertarse un día
    y el alba no vendrá a verle.

    [...]

    que nunca se diga
    nunca se publique o piense
    que en el corazón de España
    la sangre se volvió nieve."

    (después lanzo un viva)

    Lope de Aguirre

    ResponderEliminar
  4. ¡Ay! ¿sólo 10? De Gil de Biedma añado "No volveré a ser joven". La "Elegía a Ramón Sijé" de Miguel Hernández es de una intensidad creo que no igualada. "La aurora" de Lorca o el reproche de Alberti en "Lo que dejé por ti".
    Qué sé yo, hay tantos que en un momento u otro calan hondo, que sería difícil quedarse sólo con diez.

    ResponderEliminar
  5. Qué gran poeta fue -y es-, cada vez me gusta más. Yo, con eso de los diez, cada día cambiaría la selección, si hay libros de las 'mil mejores poesías' y el trabajo que tienen...

    ResponderEliminar
  6. Alberti, la verdad, lo considero un poco cuentista,personalmente. Tiene poemas muy bellos pero no elegiría los políticos, la verdad. Hay mucho que hablar de don Rafael, el problema -mío- es que no me cae simpático.

    ResponderEliminar
  7. Felicidades don Gregorio, no creo que haya escogido estos versos al azar!!!!! Son fantasticos y de una sensibilidad extrema, para mi reflejan un sentimiento intimo que solo se puede entender si uno lo ha vivido! Nadie mejor que el podia reflejarlo sobretodo en el segundo texto. Gracias Sr Gil de Biedma, me ha salvado este atardecer, alli donde este!

    ResponderEliminar
  8. No se, pero cada vez que me cae mejor este arrebatos con su selección, y aunque coincido con Julia en una clara antipatia por el Alberti político, (el representa la mezquindad del intelectual entregado a la fidelidad política, y si por hubiera sido Bergamín hubiera sido víictima sin niombre) e incluso humano cuando pienso en su trato a Teresa León, muerta tan dejada de la mano de quien debía tendérsela, algunos de sus poemas son tremendamente vibrantes. También es poesía esa polítia.

    De Gil de Biedma, "Una habitación para dos" me parece sencillamente hermoso, claro, lúcido, sensible, humano, y siempre que lo leo me viene a la mente algo paralelo a Visconti y su decadencia, que no es estrictamente estética. En Gil de Biedma hay planos de Visconti, no se porque ni donde, pero los hay.

    Los 10 son pocos, Luri, o muchos, según se mire, pero como dice Julia, esa lista está llamada a revisión a cada rato. Pero en Salinas, aquel que empieza

    ¡Que paseo de noche
    con tu ausencia a mi lado!

    ¿Se puede expresar mejor la soledad, la nostalgia, el desamor, el abandono?

    ResponderEliminar
  9. Añado algo a vuela tecla: Gil de Biedma, para mi, se une a Pavese y a Pasolini. Coinciden en la hermandad de la desesperación y de la lucidez en la que no quisiera estar, aunque a veces la entreveo.

    ResponderEliminar
  10. Por Luís he ido a buscar "La voz a ti debida" de Salinas, para encontrarme con esto.

    La forma de querer tú
    es dejarme que te quiera.
    El sí con que te me rindes
    es el silencio. Tus besos
    son ofrecerme los labios
    para que los bese yo.
    Jamás palabras, abrazos,
    me dirán que tú existías,
    que me quisiste: jamás.
    Me lo dicen hojas blancas,
    mapas, augurios, teléfonos;
    tú, no.
    Y estoy abrazado a ti
    sin preguntarte, de miedo
    a que no sea verdad
    que tú vives y me quieres.
    Y estoy abrazado a ti
    sin mirar y sin tocarte.
    No vaya a ser que descubra
    con preguntas, con caricias,
    esa soledad inmensa
    de quererte sólo yo.


    Podría leer cada día los cien mejores poemas, y cada día me quedaría con uno distinto. Ahí -creo que- radica la belleza de la poesía. Una alquimia de palabras, la paciente destilación de uno mismo hasta alcanzar esa lucidez que se transmite verso a verso.

    ResponderEliminar
  11. Así es mi gran sueño del examen de reválida:
    dos monos atados con cadenas, sentados en la ventana,
    el cielo revolotea tras los cristales
    y el mar se baña.

    Me examino de historia de la gente.
    Tartamudeo y me atasco.

    Un mono clava en mí su mirada y aguza irónico el oído,
    el otro finge dormitar,
    y, en el silencio que sigue a la pregunta,
    me sopla la respuesta
    con un débil tintineo de cadenas.


    Mi primer contacto con Wislawa Szymborska. Hoy, hace pocas horas, en la biblioteca. He huído de nuevo de Nietzsche (hasta se diría que es algo instintivo), pero me he llevado poesía filosófica polaca.

    Ya veremos qué tal.

    Saludos

    ResponderEliminar
  12. No estoy yo ultimamente muy romantica , pero entiendo que un espacio aislado para dos es la mayor inspiracion de la poesia , sobretodo si en esas palabras rimadas reconoces momentos vitales vividos ...

    ResponderEliminar
  13. Dranc: Llevo buscando un libro de poemas suyo desde que he leído tu comentario. Tiene que estar por algún sitio, pero no aparece. ¿Se lo habrá llevado mi hijo...? Si es a´si, estará con mis queridos discos de Lou Reed. Poco a poco se va apoderando de mis tesoros.

    ResponderEliminar
  14. Peggy: La encuentro a usted últimamente melancólica... a pesar de la foto de su post.

    ResponderEliminar
  15. Nada hay tan dulce como una habitación
    para dos, cuando ya no nos queremos demasiado...

    Este arranque del poema es, para mi gusto, su parte más lograda. Y es deudora de esos comienzos abruptos, imprevisibles, de Cernuda, del tipo:

    'Qué ruido tan triste el que hacen dos cuerpos cuando se aman...'

    No obstante, Gil de Biedma parece tener más futuro. Partiendo del último Cernuda, de su lenguaje claro y sin artificio aparente, el de Biedma logró flexibilizarlo, romper esa pureza inmaculada; y volver el poema tan sucio, picante o hiriente como la vida misma, y sin perder el dominio.

    De entre los poetas que han mencionado, no se olviden a la ligera de José Hierro. Yo no puedo olvidar este pedazo de poema -un fragmento-:

    Cuando nada se desea
    todo se posee. (El círculo
    se ha cerrado. Nos retiene,
    sin remedio, en su recinto).
    Ángeles soberbios. Ángeles
    ciegos. Ángeles malditos.
    Ahora ya es tarde. Se apaga
    el mundo recién nacido.
    Ya no hay caminos. Ya no hay
    caminos. Ya no hay caminos.'

    (Con las piedras, con el viento, 1950).

    Jo..., cómo les está poniendo Platón...

    Aker

    ResponderEliminar
  16. Sin olvidar a Vicente Aleixandre:

    DIOSA

    Dormida sobre el tigre,
    su leve trenza yace.
    Mirad su bulto. Alienta
    sobre la piel hermosa,
    tranquila, soberana.
    ¿Quién puede osar, quién sólo
    sus labios hoy pondría
    sobre la luz dichosa
    que, humana apenas, sueña?
    Miradla allí. ¡Cuán sola!
    ¡Cuán intacta! ¿Tangible?
    Casi divina, leve
    el seno se alza, cesa,
    se yergue, abate; gime
    como el amor. Y un tigre
    soberbio la sostiene
    como la mar hircana,
    donde flotase extensa,
    feliz, nunca ofrecida.
    ¡Ah, mortales! No, nunca;
    desnuda, nunca vuestra.
    Sobre la piel hoy ígnea
    miradla, exenta: es diosa.



    LA DIOSA

    Dormida sobre el tigre,
    su leve trenza yace.
    Mirad su bulto. Alienta
    sobre la piel hermosa,
    tranquila, soberana.
    ¿Quién puede osar, quién sólo
    sus labios hoy pondría
    sobre la luz dichosa
    que, humana apenas, sueña?
    Miradla allí. ¡Cuán sola!
    ¡Cuán intacta! ¿Tangible?
    Casi divina, leve
    el seno se alza, cesa,
    se yergue, abate; gime
    como el amor. Y un tigre
    soberbio la sostiene
    como la mar hircana,
    donde flotase extensa,
    feliz, nunca ofrecida.
    ¡Ah, mortales! No, nunca;
    desnuda, nunca vuestra.
    Sobre la piel hoy ígnea
    miradla, exenta: es diosa.

    ResponderEliminar
  17. Ay, Salinas, Aleixandre, qué olvidados los tenemos -o los tienen-!

    ResponderEliminar

22 de diciembre

 I Se mire como se mire: el 22 de diciembre debiera ser la fiesta nacional de España. Nada nos une más que la lotería de navidad. II Esa ale...