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domingo, 18 de noviembre de 2007

El lector se pierde en el texto

Lectura dura, dura, la de las “Lecciones de fenomenología de la conciencia interna del tiempo” de Husserl, que es, como bien sabía antes de iniciarla, un esfuerzo condenado al fracaso, como lo sería el pretender la lectura fenomenológica de la conciencia interna del tiempo heideggeriano. Pero así tiene que ser, que a esto de la filosofía le es inherente al perderse (a-poría) y el desbrozar camino (“poreuô”: caminar, seguir hacia delante). Hay lecturas que para llevarlas adelante, uno tiene previamente que haber metido su inteligencia en un hatillo y echárselo sobre los hombros de la voluntad, porque falto de la clarividencia del escritor, ha de ir abriéndose paso por el texto a codazos.

Y así he llegado a la página 95.

A mis espaldas he dejado páginas repletas de subrayados, borrones y notas al margen, porque estos textos hay que leerlos caminando para adelante tanto como para atrás. Lo malo es que cada vez que vuelvo sobre mis pasos en busca del último punto de amarre al sentido, descubro que aquello que había subrayado con trazo tan firme no era exactamente lo esencial y tengo que andar enfocando y desenfocando la mirada para logar hacer la “syn-opsis” del texto. ¡Syn-opsis! Toda la mirada (opsis) entrelazada en una unidad de sentido (syn). Ya decía Platón que el filósofo es meramente un sinóptico.

Este ir y venir dando vueltas es, creo yo, el mensaje fundamental del diálogo platónico. Lo evidente, para el que lea a Platón con la mirada desarmada, es que los dialogantes se pierden. O, mejor, que continuamente andan perdiendo el hilo. De ahí esa machacona insistencia de Sócrates para volver atrás y recuperar la orientación. A este gesto de recuperación de una tensión que se ha desfibrado en el lenguaje, Platón le da el nombre de “retorno a ‘ex arkhés’”. La “arkhé” a la que invita a regresar no es otra que la de la recuperación del hilo que, sin que nadie sepa muy bien cómo, se ha perdido.

Eso me está pasando a mí ahora. Me pierdo.

Vuelvo atrás.

Os decía que a trancas y barrancas me he abierto paso hasta la página 95. Añado ahora que en ella me he encontrado con una confesión de Husserl que me ha permitido descansar: “Para todo esto nos faltan los nombres”. Esta confesión me ha proporcionado también el único instante digno de tal nombre del trayecto.

Tomo aire, pues, y disfruto de la levedad del instante, de la dicha de comprobar que Husserl se ha quedado mudo. De un momento a otro retomaré el camino.

24 comentarios:

  1. Ahí va. Me habia quedado pensando a què diàlogos seria aplicable ese perderse, porque desde que leí a Rodin afirmando que la parte de Alcibíades en el Banquete no tiene interés filosófico desconfio un poco de las lecturas ajenas. De repente, me he dado cuenta de que estaba escuchando "De España vengo" del post anterior.

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  2. Jordi: Desde luego ese perderse es evidente en los primeros, en los llamados socráticos, donde Sócrates llega a decir que se encuentra arrojado en un laberinto -creo que en el Eutidemo-. Pero si lees el resto verás con qué frecuencia es necesario retornar "ex arkhés". Verás también qué poco les suele gustar este retorno a los interlocutores de Sócrates.
    A Platón lo han leído mucho los que ya sabían antes de leerlo con qué se iban a encontrar. Por desgracia han sido éstos los que han escrito los manuales de historia de la filosofía.

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  3. Lo que queria era relatarte un instante, pero olvidé que es inefable.
    No sé qué decir de la cita del Eutidemo, pero la imagen del laberinto con su férrea estructura y sus recovecos ciegos me parece más adecuada a una inquisición irónica que a una divagación.

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  4. Divagamos -sugiere Sócrates- en el laberinto, no es que el laberinto sea la divagación. Por eso lo que se propone el filosofo es conquistar el lugar desde el que se vea sinópticamente el laberinto. Y se lo propone desde dentro del mismo, que es, sin (¿?) duda, la caverna.

    Respecto al instante, bien señalado está.

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  5. Los manuales de filosofía son imprescindibles. Primero hay que dominar el platonismo y después leer a Platón.

    Lo que es un crimen es lo que hacen muchos profesores de echar a los alumnos a las fieras. ¡Hala! ¡Leed El Banquete!

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  6. Sí, en el sentido de que cada profesor ha de tener SU manual de filosofía; no si creemos que los manuales no tienen su propia historia. En España la manualística es, clarísimamente, heredera del gran manual del alemán Zeller. Es muy instructivo comparar los manuales de historia de la filosofía de Alemania (que siguen la huella de Zeller) con los británicos (que han tenido como referencia a Grote): presentan dos historias de la filosofía antigua completamente diferentes.
    O sea: que el manual es imprescindible siempre que se reconozca que tarde o temprano ha de ser prescindible.

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  7. ¿Platón podría haber sido un aislado escritor de diálogos? ¿Verdad que no?

    Pues entonces esa prescindibilidad de los manuales es contraproducentes. Los manuales son la Academia.

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  8. Gregorio: imagino la sensación de un interlocutor de Sócrates como el estar siendo conducido, prisionero de sus respuestas. Eso es lo siento que ocurre en un laberinto.
    Tumbaíto: De acuerdo en parte. Es imprescindible que la lectura sea acompañada de alguna manera. De la misma manera que necesitamos que alguien que nos enseñe a nadar, no a chapotear. Sabe de algun manual que explique bien el Banquete?

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  9. La enciclica de Benedicto XVI: "Deus charitas est".

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  10. Tumabíto: Muchas gracias. Pero siempre que un clèrigo pronuncia "amor" me suena a hueco.

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  11. ¿Y usted cree que el amor es un concepto muy denso?

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  12. Imaginaba que era yo el único que se desesperaba por tener que leer y releer, volver dos páginas atrás, tomar un respiro, dejarlo para mañana, tomar un café y volver a empezar, anotando, copiando, subrayando, teniendo la sensación de que uno no está hecho para esto y que en realidad es, cosa que siempre ha sospechado, un poco inútil. Gracias por este post, Luri, me reconcilio.
    Tengo también que decir que cuando cojo un libro subrayado por mi, no recuerdo el porqué del subrayado, porque el momento y la oportunidad se han perdido.

    Y por ýultimo: Sócrates era un tipo con suerte al que sus contertulios le contestaban siempre lo necesario para que él siguiera con su caminar seguro y fecundo entre los argumentos. Un poco como Poirot, al que los crímenes se los hacen a la medida de su brillantez.

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  13. Quizá no, pero me parece que Platón (no, Diotima por boca de Sócrates) proponia empezar la iniciación en los "misterios eróticos" de una manera incompatible con el celibato.

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  14. Sobre manuales, les pasa como a las antologías literarias en eso de ser imprescindibles hasta que dejan de serlo. Eso de Platón, y de tantos otros, es como amar a un don Juan con un gran pasado amoroso, nunca serás la primera, ni él será lo que fue.

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  15. Pues peor es quedarse en el manual y no llegar a los textos, que por lo general se hace. Yo creo que los textos deben hablar, deber decirnos a nosotros alguna cosa, debemos sentir que el que los escribió nos está escribiendo a nosotros.
    Y eso ha de complementarse con un conocimiento histórico y del contexto.
    Por lo menos, eso es lo que yo hago.
    Saludos a todos y abrazos a Luri.

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  16. Pues se equivoca, Sr. Beltrán.

    "... Sabed bien, por los dioses y por las diosas, que me levanté después de haber dormido con Sócrates tal cual si me hubiera acostado con mi padre o con mi hermano mayor"

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  17. Tumbaíto: Respecto a los manuales,
    1. Estoy muy lejos de creer que sean la Academia. En todo caso son el neoplatonismo tardío, que es cuando comenzaron a escribirse manuales sobre Platón. Y, ¡Dios mío, qué malos son! En la Academia se practicaba un esoterismo radicalmente antimanualístico.
    2. Le doy la razón en que al estudiante hay que ofertarle manuales, pero el profesor ha de ser consciente de su inevitable sesgo. Si yo fuese profesor de Historia de la Filosofía Antigia no tengo dudas de que el "Paideia" de Jaegger sería mi manual. Pero aconsejando a mis alumnos de que no se fiasen del tratamiento de la sofística.

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  18. Luis: Cuando uno se encuentra con que "terminológicamente podemos distinguir entre 'el pre-a la vez de fluxiones (retencionales) y 'el a la vez impresional de fluxiones'" o se atraganta o convoca a través de una medium solvente al espíritu de Husserl para obligarlo a escuchar la obra completa de Georgy Damm.
    Por cierto: ¿Cónoce alguien a una medium solvente?

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  19. No, Luri, he buscado en vano y desde luego no he dado medium alguno ni persona de confianza; también es verdad que mis tropiezos han sido normales y no con esas cosas que mencionas, que tal vez hubieran acabado con mi emocionalidad y sentimiento y me hubieran convertido en piedra.

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  20. Tumbaíto: Pero eso lo dice Alcibíades, a quien se le reprocha que no se acueste con quien de verdad quiere acostarse, que es Agatón. El camino de iniciación erótica que explica Sòcrates en su discurso empieza en un cuerpo bello.
    Esos manuales ...

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  21. ¿De quién, Sr. Beltrán, cofiesa Sócrates estar enamorado?

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  22. Por cierto, demostración práctica de Sócrates a las estupideces de lo comentaristas eróticos: "Pues bien, pese a hacer yo eso, él hasta tal punto me aventajó, me despreció, se burló de mi belleza y me agravió".

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  23. Señor Luri, nada me ha parecido tan maravilloso y deslumbrante como perderme en Husserl bien guiada. Voy a llevarme este texto suyo, ¿de acuerdo? Lo recordaba :-)
    Muy buenos días

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