Cuando Edgar Morin, filósofo laico, francés y socialista, defiende la necesidad de una “ciencia con consciencia”, todo el mundo está de acuerdo. Por el contrario, cuando Juan Antonio Martínez Camino, secretario general de
¿La diferente reacción se deberá a la diferencia existente entre la “consciencia” y la “conciencia”? ¿A la que existe entre "consciencia" e "inconsciencia"? ¿Es una cuestión de incultura, mala leche, ganas de tocar las narices o estricto fariseísmo moral? ¿La cosa esta de las jeremiadas no era un vicio ancestral de la derecha?
Dicho esto añadiré que respecto a las investigaciones con células madre del nuevo ministro de sanidad español, no tengo, en principio, nada que objetar. Pero tampoco estoy completamente seguro de tener una opinión bien formada.
Ah! A mí también me suscitó un ataque de suspicacia la declaración de Camino...pero ahora que sé que Edgar Morin está detrás, es peor, la suspicacia se ha transformado casi en ira espasmódica, a la manera de tus reacciones contra el cine argentino. Yo ya no sé si la Iglesia actual procede del "progresismo" o es al revés.
ResponderEliminarEduardo, es un mundo sorprendente este en el que vivimos. Con frecuencia pienso que hay que recuperar seriamente la "Destruktion" heideggeriana como principal labor filosófica: Se trata, simplemente, de poner al descubierto las fuentes de las que bebe cada uno. Aunque Derrida tradujo esta "Destruktion" por "deconstrucción", no creo que sean lo mismo. La "Destruktion" puede ser muy divertida, como tu mismo sugieres en tu última frase.
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