Constata Gertrude Himmelfarb en “One Nation, Two Cultures” que mientras el fumar ha sido socialmente degradado al nivel del vicio o del pecado, la promiscuidad sexual es tolerada como una conducta que entra en el ámbito de los derechos individuales. Pensando en los adolescentes que acuden a los institutos, la pregunta es obvia: ¿Por qué hay más partidarios de poner expendedores de preservativos que expendedores de tabaco?
Buscar este blog
viernes, 6 de julio de 2007
Una pregunta ingenua
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Las águilas no cazan moscas
I Respuesta de Rémi Brague al periodista que le pregunta cómo logra un estilo tan claro: «El bolígrafo rojo de mi mujer» II Viaje casi relá...
Muy buena
ResponderEliminar¿Por salud? Sepa, don Gregorio, que se nos prohibe estar enfermos.
ResponderEliminarSi hay expendedores de preservativos, entonces la opción no sería la de instalar expendedores de tabaco, sino expendedores de parches antitabaco, ¿no?
ResponderEliminarYo se lo explico fácilmente. ¡Uy, eso es imposible!
ResponderEliminarCoja el VIH en su mejor combinación con un suculento cáncer de pulmón y explíquenoslo.
¿Tiene algún amigo virólogo? Pregúntele por lo chiquillos de 16 años con SIDA.
Su planteamiento de base es la clave ....se reprimen los vicios con coaccion , se estimulan las libertades y derechos evitando los efectos colaterales ....si la mayonesa con huevo produce salmonerosis se prohibe comerla ? no , se usan ingredientes no peligrosos huevo pasterizado .....alguien menciono los parches antitabaco y añado las campañas informativas ......al final , ni comeremos , ni copularemos ...ya lo tengo asumido:) emigraremos a marte y comenzaremos de nuevo
ResponderEliminarPorque ejercer el derecho individual de fumar perjudica a los demás.
ResponderEliminarMientras que ejercer el derecho individual de acostarse con alguien, sólo incumbe a los que participan en ello.
Hay que proteger el derecho de los no fumadores.
Y hay que proteger a los segundos, pero con preservativos.
El sexo es como un bello océano hasta que se vuelve impredecible, en cualquier caso se debe aprender a navegarlo y para ello no basta con la solitaria experiencia. Perderle el respeto no creo que ayude a salvarte cuando llegan las tormentas. Todo y cada uno debe encontrar su medida, no valen las generalidades. Dejar el sexo sin velos, a la altura de una máquina expendedora de condones es sólo una imagen poco gratificante.
ResponderEliminarYo creo, como arrebatos, que existe la prohibición de estar enfermos.
ResponderEliminarAunque se suele coger el tema por otro lado y ese lado aproxima demasiado una respuesta a la duda del Sr. Gregorio.
Cuando un hombre enferma de sida o de cáncer, automáticamente emerge la obligación de "curarle". Esa obligación gubernamental autoriza al "gobierno-sociedad" a inmiscuirse en la vida privada de las personas porque, al fin y al cabo, la emergencia de esa obligación hace que el mal no solo lo sufra quien enferma. Muchos "sanos" tendrán que trabajar en cadenas de producción y otras torturas para pagar los retrovirales o la quimioterapia o cualesquiera otras cosas.
En el caso de las drogas esa facultad del gobierno es radical: PROHIBICIÓN. Sin embargo con el tabaco pues media tintas.
¿Y en el caso del SIDA? ¿El gobierno pudiera promulgar un Código Sexual? Pues yo creo que la fe ovina en el gobierno de mis vecinos, en último término, eso implica.
¿Solución? Privatizar la sanidad y que no nos importe más que nuestro vecino se muera de cáncer en la indigencia por no tener seguro y no llegarle la caridad que el que se mueran negritos en áfrica. O sea, ignorar el factor distancia.
Naturalmente, si se es consecuente con la creencia de arrebatos: "SE NOS PROHIBE ESTAR ENFERMOS" ese resultado es eludible.
Una gran reflexión, jajaja.
ResponderEliminarMe ha encantado pasearme arriba y abajo de tu siempre gratificante y atractivo blog. Un saludo!
¡Pues qué queréis que os diga!
ResponderEliminarEl estado-padre cada vez es un peso más pesado. Sobre el tabaco, los fumadores pasivos algo maduritos-maduritas estaríamos ya todos criando malvas si todas las prevenciones apocalípticas fuesen ciertas.
ResponderEliminarCada vez hay más interés en cuidarnos, educarnos, controlarnos y domesticarnos, y parece que, en general, gusta. Por qué no hacen coches que corran menos?
Lo que deberían hacer los jóvenes es pasarse a fumar puros. A estos modernos enemigos del tabaco les podrían aducir que el habano tiene usos alternativos saludables física y sexualmente, como bien nos enseñó el anterior inquilino de la Casa Blanca.
ResponderEliminarQuiza lo mejor seria poner una maquina expendedora de condones con sabor a tabaco.Ya los hay de chocolate y menta...
ResponderEliminarDr.House
Pienso que, como en los paquetes de tabaco, en los de preservativos, si somos serios, al menos debían aparecer algunos mensajes como "f...r, puede matar".
ResponderEliminar