Buscar este blog

sábado, 28 de julio de 2007

La nada testicular o ¡Cuánta razón tenía Heidegger!

Esta, ya lo advierto, será una erudita historia triste. Ya lo dice el Eclesiastés (creo): “Quien acumula ciencia, acumula infelicidad”. Quizás convendría añadir que tampoco es una historia apta para varones muy apegados a sus atributos viriles.

No hace mucho recordaba aquí la triste etimología de las palabras “nadie” y “nada”, que proceden de dos formas distintas del participio pasivo del verbo latino “nasci”, que significa “nacer”. A mi, con solo llegar hasta aquí ya se me encoge el alma. Pero sigo. “Nadie” deriva del participio plural “nati”, y “nada”, del femenino singular “nata”.

Es decir que cuando decimos, por ejemplo, “no somos nadie” o “no somos nada” en realidad estamos diciendo que hemos “nacido”. ¡Y después dicen que Calderón era pesimista!

“Nadie” pasó al español directamente de la locución latina “homines nati non fecerunt”, que significa “personas nacidas no lo hicieron” o, si se quiere, “no lo hizo ningún nacido”. “Nada”, a su vez procede directamente de la expresión “res nata”, es decir, “cosa nacida”.

Amigos: ¿Cómo se puede hablar español y no desvanecerse en el intento?

No sé lo que ocurre con las mujeres hispano hablantes. Desconozco qué fuerza extraña las empuja a seguir viviendo y hablando español hasta grandísimas edades. Pero sí conozco de cerca el triste sino de la condición masculina, que lleva en los testículos el testimonio de su inanidad. Pues “testículo”, amigos (aquí dejo a las mujeres aparte y me dirijo por solidaridad a los de mi sexo) no significa otra cosa que “pequeño testigo”, ya que es el diminutivo de “testis” (testigo). ¿Y qué es lo que testimonian los “pequeños testigos”? ¡Pues la condición viril del recién nacido. Es decir, del nacido. O sea, de nadie.

Me retiro a llorar la pena de mi inanidad, cuyo testimonio indeleble llevo colgando desde mi nacimiento.

He dicho. Me voy a leer "Ser y tiempo".

Añadido de las 12:07:
Acabo de llegar del mercado, a donde he acudido, solícito, con mi carrito a hacer la compra. Y mientras venía para casa he caído en la cuenta de que de la expresión “res nata”, el castellano toma "nata" y el catalán "res" para construir su respectiva nada. No tengo ninguna conclusión a mano, simplemente os transmito mi pobre lucubración propia del calor de este día, de lo despiadado de la hora y del peso de las viandas corruptibles que arrastraba.

10 comentarios:

  1. Ahora entiendo de dónde sacó Heidegger aquello de "centinelas de la nada".

    Pero, con testigos o sin, hagamos como Hamlet (propongo): "Yo podría vivir en una cáscara de nuez y sentirme el rey del universo".

    Lola

    ResponderEliminar
  2. Osea: si decimos "no somos nadie" lo que realmente queremos decir es que no somos "personas que han nacido" /más o menos). Si decimos no somos nada lo que realmente apuntamos es que no somos ni cosas. Entre nadie y nada me inclino por nada, más absoluto y radical, pero al mismo tiempo más entrañable, porque en no ser nadie se esconde un cierto desprecio "por comparación o emulación".

    Por esa razón me apunto a aquel viejo dicho, o costumbre o broma, que a la expresión "no somos nada" responde con un "y en la ducha menos", lo que si la ducha es matutina tiene su parte de razón, al considerarla como inicio de un proceso de bautismo matinal. No es broma alguna, que esta tesis la utilicé yo en publicidad aplicada a las colonias frescas de uso mañanero y no era mía sino que venía en estudios de apreciacíón y comportamiento.
    Asú pues parece ser que el no ser nada se soluciona con el bautismo de la ducha, lo que entraña ciertas connotaciones pseudo cristianas. Cada día iniciamos el recorrido desde la nada hasta la muerte.
    Para no ser nadie no tengo otra explicación salvo la auto humillación. No me apetece. Nada.

    ResponderEliminar
  3. Venga Don Gregorio, no se me deprima usted, que gracias a su inanidad, tine dos preciosos hijos!!!!!!
    Le he desmontado su teoria?

    ResponderEliminar
  4. Lola: ¡Qué fácil ser optimista, siendo mujer!

    ResponderEliminar
  5. Luis: Hace un par de años me llamó por teléfono un amigo del alma, a primera hora de la mañana, desesperado porque se había encontrado una cana en el vello púbico. Desde aquel día me ducho mirando al techo.

    ResponderEliminar
  6. Glauka: Y sin embargo hay días, querida Glauka, en que ando cabreado con uno u otro y comprendo cabalmente el sentido de la expresión castiza: "De aquellos polvos vinieron estos lodos".
    P.D. Queridos hijos míos: si leéis esto, cosa que no espero, tened en cuenta que es sólo una broma.

    ResponderEliminar
  7. Fíjate, Luri estimado, que al lleer tu respuesta a mi comentario, he leído en primera instancia "público" y no´"púbico" y eso me ha hecho reconsiderar mi concepto de ducha.

    ResponderEliminar
  8. Tenía entendido que en catalán "Nada" se dice "Res" como deformación de "No Res", es decir "No Cosa", o sea, Nada...

    ResponderEliminar
  9. O sea, que los catalanes -las catalanas, en mi caso- tampoco somos 'nada'? No pot ser!

    Por cierto, así que resulta que esa especie de chiste sobre los testículos que declararon en el juicio tiene una base etimológica seria...

    Con un carro de la compra a rebosar en la mano la nada se llena de contenido.

    Sobre los lodos, a Adán ya lo hicieron de arcilla (?).

    ResponderEliminar
  10. Por eso cuando los Testigos de Jehová venían a mi puerta, les decía que no estaba, o que no hablaba el español.
    Y en cuanto a Heidegger: a veces leyéndolo pienso que hay muchas cosas que él dice, que uno mismo se las podría decir solo.
    Eso porque a veces no me va su cara, o su pose de pensador.
    Claro está: adoro las conferencias ´¿Qué significa pensar?´

    ResponderEliminar

Las águilas no cazan moscas

 I Respuesta de Rémi Brague al periodista que le pregunta cómo logra un estilo tan claro: «El bolígrafo rojo de mi mujer» II Viaje casi relá...