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jueves, 26 de julio de 2007

De un filósofo desconocido

Hay un filósofo al que vuelvo una y otra vez para redescubrir en su textos varias veces leídos, nuevas sorpresas. Es un filósofo al que todo el mundo cree conocer, y, sin embargo quizá sea también el filósofo peor leído de toda la historia de la filosofía. Os pondré un ejemplo con el que me he encontrado esta tarde cuando estaba buscando otra cosa.

Hablando de cómo la “naturaleza mortal” se las arregla para perpetuar la especie más allá del individuo por medio de la procreación, este filósofo añade que "la sustitución de lo viejo por lo nuevo es lo permanentemente constatable en todos los seres vivos. Aunque decimos que un hombre es el mismo desde la infancia a la vejez, la verdad es que siempre está cambiando, renovándose constantemente en todo su cuerpo (cabellos, carne, huesos, sangre).

Y no es que renueve únicamente su cuerpo, sino que también renueva su alma. Porque al modificar un hombre sus costumbres, carácter, opiniones, deseos, placeres, tristezas y temores se modifica su alma. Nadie posee estas cosas de una manera estable, sino que unas nacen y otras desaparecen. Y ni tan siquiera por nuestros conocimientos somos siempre los mismos. Para mantenerlos en nosotros debemos estudiar continuamente, para evitar el éxodo del saber que es el olvido. Así implantamos recuerdos nuevos sustituyendo a los que nos van abandonando para salvar el conocimiento en su continuidad, pero no en su identidad. Con esta astucia (“mêkhanê” es el término original, pues el autor del que es hablo es griego) lo que es mortal comparte (“metékhei”) la inmortalidad tanto en lo referente al cuerpo como a todo el resto. Para lo que es inmortal las cosas suceden de otra manera".

El autor, amigos, es el gran Platón. Podéis comprobarlo consultando el Banquete 207d-208b. Hallaréis estas palabras en boca del Sócrates que rememora a Diotima. ¡Qué inmensa diferencia entre la filosofía de Platón y ese esquema frío y académico al que en los libros de texto se le da el nombre de platonismo! ¿Tendría alguna posibilidad de aprobar la filosofía de selectividad un alumno que dijese que la ontología fluida es característica del pensamiento de Platón? Evidentemente si queremos que nuestros alumnos de bachillerato aprueben la filosofía en selectividad debemos ocultarles el pensamiento auténtico de los filósofos para exigirles que memoricen lo que cuentan de ellos los manuales.

23 comentarios:

  1. La peor selectividad es a la que te somete el día nuestro de cada día. No saber pensar es una ganga para los psicólogos y para los gobiernos...; ande, déjeles comer en paz.

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  2. ¡Qué extraordinario fragmento!
    La educación sobre filosofía que nos dan en las escuelas es terrible. Yo tuve la suerte de tener un extraordinario maestro de ética en quinto de preparatoria que me abrió las puertas a ese mundo que nos pintan tan oscuro y hostil. Gracias a él la filosofía a formado parte de mi vida diaria desde entonces. Me ha gustado tanto tu entrada que la comentaré en mi blog, cuando la acabe te paso el enlace. Un abrazo.

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  3. Excelente texto.

    Me han pasado una especie de cadena de recomendaciones sobre blogs, había que elegir cinco y he incluído el Café.

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  4. Sin embargo, don Gregorio, prescindir de la educación en favor de la formación (incluso adoctrinamiento) no es un defecto sólo de la filosofía y sus profesores.
    Es más, no es que se trate de un defecto: es el objetivo.

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  5. Efectivamente siempre reinventandose ....

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  6. Entonces qué tristeza, don Gregorio, qué tristeza... o eso es lo que yo he sentido en el alegato final.

    un beso.

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  7. Estaba leyendo el otro día la note on lucretius de Strauss y si no me equivoco, estaba el mismo fragmento. No recuerdo si referido a Lucretius o a Epicuro. Menos esperaba encontrarlo en Platón!!

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  8. Amigos, efectivamente el texto es excelente. Pero no es este, ni mucho menos, el único lugar en el que leemos cosas semejantes en los textos platónicos: en el "Fedón", en el "Sofista" o en el "Filebo" se dicen cosas semejantes, por no hablar de la constitución del alma del mundo del "Timeo" o de los primeros principios de las "Leyes". Un filósofo de casta, es decir, un filósofo de verdad, nunca se deja deducir a fórmulas.

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  9. Aro: Me pone usted un auténtico festín en los labios: la posibilidad de intercambiar información sobre Strauss a propósito de ese texto asombroso, para mi crucial para la comprensión de su filosofía que es su "Note on Lucretius". ¿Sabe usted que Strauss se define por carta ante su amigo Scholem, y no una, sino varias veces, como epicúreo?
    Me gustaría mucho conocer sus impresiones sobre ese texto. En estos mismos momentos me pilla usted confeccionando una lista de todo lo que dice Strauss sobre Eros en su "On Plato's Symposium". Y, de hecho, fue al ir a confirmar la traducción de Strauss del texto de Diotima que recojo en el post como di de narices con él.
    Un saludo cordial.

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  10. Otra cosa: La filosofía sólo vive en el momento en que pensamos con voluntad de llegar a la raíz de las cosas. Lo que ocurre es que para ello necesitamos la ayuda de los que las han pensado antes que nosotros con radicalidad.

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  11. Que precioso y enfático eso de la radicalidad :)

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  12. Este bonito texto (mejor dicho una parte del mismo) fue el ejercicio propuesto como comentario de texto en las oposiciones a profesores de secundaria del año 1988. La elección tuvo su efecto porque una buena parte de los presentes no supo que hacer con él mismo. El presidente del tribunal era salvi Turró

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  13. Jordi: Ergo, el presiente del tribunal era un filósofo.
    Saludos desde el Maresme sahariano al Reino Unido tropical. ¿Sigue lloviendo? ¿La vigilancia de las compuestas del Támesis no estará subcontratada a FECSA?

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  14. Que los aplausos hagan eco en las consciencias de nuestros educadores!

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  15. Lo único, para mí, sorprendente y estimulante de este texto traducido de Platón, es lo siguiente:
    "Así implantamos recuerdos nuevos sustituyendo a los que nos van abandonando para salvar el conocimiento en su continuidad, pero no en su identidad."
    Tal vez, lo que Platón quería salvar no era la identidad sinó la continuidad. Tendrá entonces que rehacerse la historia de las filosofías, considerando que la historia del pensamiento occidental no ha sido nunca una Filosofía de la Identidad, sino una Filosofía de la Continuidad, si entendemos que la Filosofía es un comentario en el margen, a los textos de Platón.
    Por otro lado, invertir el platonismo será no invertir el modelo de la Identidad sino el modelo de la Continuidad.
    ENRRI

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  16. Ferrancab: Yo sólo tuve, de verdad, un profesor de filosofía: el que me enseñó a leer a Platón. Los demás eran eruditos a la violeta.

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  17. Anónimo: Platón sabía muy bien que la de "identidad" era una categoría lógica, no ontológica (excepto en el caso de los seres eternos, si es que creía en ellos). Precisamente por eso es necesaria para entender la diferencia. Pero tienes toda la razón en resaltar el valor de la continuidad, para el que el postmodernismo es ciego, precisamente por su atención obsesiva por la diferencia.
    El problema filosófico central para Platón es como entender la continuidad como situación óntica efectiva. ¿Por qué el cambio deja, por decirlo así, el rastro de un relato coherente como huella?
    Pero aceptar el modelo de la continuidad es ya invertir el platonismo retórico dominante en la academia.

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  18. Agradeciéndole de antemano su contestación, me permito re-contestarle.
    Sinceramente, no le entiendo.
    No obstante, quisiera poder entrar en su sintaxis.
    Para ello, intentaré ser lo más explícito posible, por mi parte.
    Creo que Platón no distingue entre ente de razón (esencia) y ente de Ser (existencia).
    Precisamente es Suárez, quién aborda el tema muchos siglos después.
    Cuando dice “ontológico” supongo que quiere decir “óntico”.
    De todas formas, Platón no creo que distinga lo óntico de lo ontológico.
    La identidad de lo óntico es lo Uno, la Idea de Bien: el Ser de Parménides.
    La identidad de lo lógico sería la participación de la copia en el modelo, a través de un principio de semejanza.
    La identidad, pues, remite a :
    - lo óntico como “Unidad de analogía de los entes de existencia”. Es decir la participación de los entes en el Ser.
    - lo lógico como “Modelo de semejanza de los entes de esencia”. Es decir, la representación de los entes en el signo.
    En Platón considero que van unidos los dos niveles, de lo óntico y lo lógico. Para él, no existirían las dos “categorías” como nombra usted. Eso, sería aristotelizar a Platón.
    Ahora bien, sigo: esta Identidad implica una CONTINUIDAD. Si hay una continuidad ¡que salvar¡ (según esta cita de Platón), es que existe devenir temporal. Eso introduce un matiz muy importante en la concepción del Ser-Uno de Parménides.
    Pero ese “salvar el conocimiento en su continuidad” significa a mi modo de ver, establecer la Continuidad entre: la Identidad en el Ser, y la Identidad en el logos.
    ¿Cómo puede salvar la distancia, entre los dos mundos? ¿cómo puede evitar la rotura o desconexión entre “lo óntico” y “lo lógico”?; entre los seres eternos e inmutables, las Ideas. Y por otro lado, los conceptos.
    A través de un “hilo celestial”, que es el “alma humana”. El “alma humana” a través de un “mecanismo metafísico-psiquico” llamado Anamnesis. La anamnesia, permite al alma enlazar con “lo óntico” a través del Recuerdo. Podemos así, por el Recuerdo de la idea de Bien-Uno, representar las cosas en conceptos. Y establecer un Modelo de Semejanza entre el Modelo-inmutable y la copia-mutable.
    Por eso, la posmodernidad no querrá saber nada de alma, de conciencia, de sujeto.
    La posmodernidad romperá el “elemento vinculante” que es condición de posiblidad de la Continuidad.
    ENRRI

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  19. Anónimo:

    Le aseguro que yo también le agradezco su respuesta, aunque me temo que nos separan demasiados presupuestos. No estoy, al decir esto, rechazando el diálogo, de ningún modo, sino subrayando la conveniencia de ser explícito. Tiene usted toda la razón.

    Yo sí que creo que Platón distingue entre la existencia (eso que tenemos delante, con su estricta fenomenología) y su esencia. Es plenamente consciente de que para captar la fugacidad de lo presente debemos trascender su mera presencia atendiendo al fenómeno de su manifestación. Y es la manifestación de lo presente lo que nos remite a la trascendencia de un sentido completo que da significado a la parcialidad evanescente de lo inmediatamente presente. Ese sentido completo es la idea. No siento ningún rubor por aplicar a Platón el adjetivo “fenomenólogo”: el Fedón es un ejemplo magnífico de la fenomenología platónica, vea, muy especialmente 74e-75d.

    Respecto a lo óntico y lo ontológico: Yo también creo que en Platón funciona, de hecho, esta diferencia: es la existente entre el fenómeno y la idea. No está tan lejos el fenómeno platónico del noúmeno kantiano. Pero tiene –vuelve a tener- usted razón en una cosa: “Cuando dice “ontológico” supongo que quiere decir “óntico””, sí, así es, evidentemente. Le pido disculpas por la confusión.

    Yo leo a Platón creyéndome que ha realizado el parricidio contra el “padre Parménides” (Sofista 241 d) y aceptando, por lo tanto, que la ontología del Sofista va en serio. Platón afirma la existencia del no-ser. Tan real es la identidad como la diferencia; la unidad como la pluralidad; lo mismo como lo otro; el ser como el no ser. Tan real, en última instancia, es el Bien que está más allá del ser como la materia (la khora del Timeo) que está más aquí del ser. El fenómeno es comprensible porque participa tanto del ser como del no ser. Ese es el milagro del mundo que nos rodea. Pero este participar de lo que podríamos llamar en lenguaje moderno, dos tractores opuestos, le proporciona al fenómeno una trayectoria, una continuidad, un sentido.

    Otra cosa que quizás le pueda escandalizar: Cada vez estoy más convencido de que las diferencias entre Platón y Aristóteles son mínimas. Y ello no porque aristotelice a Platón, sino porque Aristóteles continuamente platonizaba.

    “Si hay una continuidad ¡que salvar¡ (según esta cita de Platón), es que existe devenir temporal. Eso introduce un matiz muy importante en la concepción del Ser-Uno de Parménides”: Esto es lo que pretende recoger, a mi modo de ver, la presencia del “exaiphnes” en el Parménides. El “exphaifnes” es el momento paradójico del cambio.

    ¿Ha observado usted la gran cantidad de términos que utiliza Platón formados a partir del prefijo “syn-“? ¿Por qué no aceptar que la realidad –la realidad efectiva- es la del fenómeno como “syn-“?

    En cualquier caso entiendo que estas son cuestiones para debatir despacio. Si me proporciona una dirección de correo electrónico, con mucho gusto le remitiré un artículo con mi reflexión sobre estas cuestiones.

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  20. Estoy en el tórrido Garraf, lo que por el momento me libera de inundaciones. Algún dia valdria la pena hablar de las compuertas del Thames una obra faraònica y muy probablemente inutil y potencialmente peligrosa

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  21. Agradecíendole su paciencia,
    le remito la dirección:
    enrri@telefonica.net

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  22. Coño!, Vuelvo al orígen.

    Después de tanto recorrido he vuelto al inicio. El primer día que intervine en este café.

    Usted decía (releo, después de 2 años y siete meses de travesía):

    "Yo leo a Platón creyéndome que ha realizado el parricidio contra el “padre Parménides”(.....) Platón afirma la existencia del no-ser. (...)Tan real, en última instancia, es el Bien que está más allá del ser como la materia (la khora del Timeo) que está más aquí del ser."

    Joder!,dos años y medio para volver al mismo sitio!.

    Me reafirmo en lo que dije hace ya esos dos años y medio. Aunque ahora comprendo porque usted leyó eso en Platón (por el tío Leo).

    Pero, la Khora platónica que aparece d´strankis en la obra de Platón (debido a que todo Platón está salpicado de gotas orientales diversas), no es suficiente motivo, ni muchísimo menos, de hacer de Platón: un epikhoreo...eso solo podría ser fruto de una proyección del tío Leo, interpretación perversa de la doctrina del Eidos de Platón.
    Más allá y más acá....joder!Así estoy yo.

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  23. No quería volver, pero he vuelto. Será que estoy enganchado a la fascinante "api-khora".Se qué no voy a recibir respuesta, pero aún así, dejaré la última pregunta...¿Alguien se ha parado a pensar que significa Timeo?...Sin eso, no puede comprenderse el juego de Platón en el Timeo.

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