El verdadero filósofo será rentista, o no será. Esta es la conclusión a la que he llegado tras la lectura de “El alma y sus pasiones” del médico-filósofo Galeno de Pérgamo (129-199).
Galeno no se contenta con ser médico del cuerpo. Quiere también proporcionarle la salud al alma y para ello nos anima a practicar la higiene anímica combatiendo sin descanso las dos formas del deseo: la insaciabilidad y la codicia.
El insaciable es el insatisfecho con la realización cualitativa de su deseo, todo lo que quiere le acaba sabiendo a poco. El codicioso siempre desea más de lo que tiene, su deseo es básicamente cuantitativo.
Por lo tanto, si la causa de las penas del hombre radican en el deseo de lo que no se posee (afirmación por otra parte tautológica) y la salud, como propugna Galeno, se halla en la satisfacción de lo que ya se posee, todo solucionado… es decir, todo solucionado si se es, como Galeno, un rentista que vive de las rentas heredadas de su padre arquitecto y se contenta con ir consumiéndolas al ritmo de su propia vida, sin que nunca le falte lo necesario.
Como Galeno acaba resumiendo toda su propuesta en la defensa de la justa medida y se pone a sí mismo como ejemplo, propongo sustituir la prueba de selectividad de filosofía por la presentación de la declaración de renta.
propongo sustituir la prueba de selectividad de filosofía por la presentación de la declaración de renta
ResponderEliminarJeje, si su propuesta se hubiese puesto en práctica desde siempre no habría alcanzado la nota de corte...
Yo propongo eliminarla.
ResponderEliminarClaudio
ResponderEliminarCondición necesaria pero, helàs, no suficiente.
Mirénme a mí, que trabajo menos que un empleado de Delphi, ¿y de qué me vale?