Una antigua leyenda cristiana narra la historia de los “Siete Durmientes de Éfeso”, jóvenes cristianos que huyendo de la persecución de Decio se refugiaron en una cueva, donde no tardaron en quedarse dormidos. Cuando despertaron creyeron encontrarse en el día siguiente, pero en realidad habían transcurrido nueve años. Santiago de la Vorágine recoge una versión de esta historia en la “Leyenda Dorada”. La tradición musulmana la incorporó al "Alcorán", en la sura 18, conocida como “La sura de la caverna”. Avicena tiene un magnífico comentario de la misma.
Quizás la fuente última de estos relatos se encuentre en la “Física” de Aristóteles: “No hay tiempo sin cambio; de hecho, cuando nuestra conciencia no sufre cambios, o no los percibe, no nos parece que pase el tiempo, así como no parecía, a aquellos que según el mito, yacen en Cerdeña junto a los héroes: unían el momento antes al momento después haciendo de los dos uno solo y aboliendo el intervalo que no habían percibido.”
Y Plutarco (“De feacie in orbe lunae”) cuenta que existe una remota cueva en la que duerme Cronos, el dios del tiempo. Los pájaros le traen ambrosía y de ella alimenta su inmortalidad. El dios del tiempo duerme pero es sus ensueños dan forma a este mundo.
Y yo, haciendo caso a mi hija, que no paraba de darme la lata he ido finalmente al médico. Mal hecho. He salido con un monumental vendaje de la rodilla hasta los dedos del pie izquierdo y dos muletas. ¡A ver cómo duermo esta noche! Y así estoy, intentando comprender por qué pasa ahora más despacio el tiempo.
Por cierto: ¿No hay que ser muy retorcido para dar toda esta vuelta desde los Siete Durmientes de Éfeso hasta estas muletas que tengo aquí, a mi derecha, apoyadas sobre mi mesa? El hombre y sus prótesis, de nuevo.
¿El hombre es un tonto con prótesis?
Quizás la fuente última de estos relatos se encuentre en la “Física” de Aristóteles: “No hay tiempo sin cambio; de hecho, cuando nuestra conciencia no sufre cambios, o no los percibe, no nos parece que pase el tiempo, así como no parecía, a aquellos que según el mito, yacen en Cerdeña junto a los héroes: unían el momento antes al momento después haciendo de los dos uno solo y aboliendo el intervalo que no habían percibido.”
Y Plutarco (“De feacie in orbe lunae”) cuenta que existe una remota cueva en la que duerme Cronos, el dios del tiempo. Los pájaros le traen ambrosía y de ella alimenta su inmortalidad. El dios del tiempo duerme pero es sus ensueños dan forma a este mundo.
Y yo, haciendo caso a mi hija, que no paraba de darme la lata he ido finalmente al médico. Mal hecho. He salido con un monumental vendaje de la rodilla hasta los dedos del pie izquierdo y dos muletas. ¡A ver cómo duermo esta noche! Y así estoy, intentando comprender por qué pasa ahora más despacio el tiempo.
Por cierto: ¿No hay que ser muy retorcido para dar toda esta vuelta desde los Siete Durmientes de Éfeso hasta estas muletas que tengo aquí, a mi derecha, apoyadas sobre mi mesa? El hombre y sus prótesis, de nuevo.
¿El hombre es un tonto con prótesis?
Mañana a las ocho daré la primera conferencia de mi vida con muletas en el Institut Químic de Sarrià.
¡Uno nunca tiene que ir al médico! De entrar en un hospital tiene que ser inconsciente llevado por otros.
ResponderEliminar¿El hombre es un tonto con prótesis?
ResponderEliminarRespuesta que ya sabemos afirmativa: Lo que ignoramos es las consecuencias. Por las prótesis no pasa el tiempo. El Hombre Protésico se volverá inmortal por aburrimiento.
Saludos, Gran Gregorio, y suerte con esas muletas. Saludos, Tumbaíto. Últimamente paso poco por aquí por culpa del Cambio Climático. Pero me sigue gustando igual.
Grifo
Feliz conferencia, con muletas inspirarás más respeto, siento no poder asistir.
ResponderEliminarMuchos ánimos don Gregorio y a recuperarse rápido.
ResponderEliminarSuerte con la conferencia.
saludos, tranquilo y reposa, pero encuentra pronto un sitio correcto dentro de tu casa,dice el refranero que,un hombre con muletas en casa, es como un armario de tres puertas en el pasillo, siempre molesta.
ResponderEliminarfelices conferencias, y no tengas prisa,los amigos siempre te esperamos en el cafe.
recuerdas , al cojo perolero.
Tumbaito: Se nota que usted no tiene una hija que le esté dando la tabarra una hora tras otra. A veces es necesario elegir el mal menor.
ResponderEliminarGrigo: Por sus prótesis los conoceréis, dijo el profeta (y, si no, podía haberlo dicho perfectamente).
ResponderEliminarJulia: Pienso poner una muleta encima de la mesa, por si a alguno se le ocurre hacer una pregunta impertinente.
ResponderEliminarSuerte a tí, Francesco, que te vas a hacer un Ironman en Klagenfurt. ¡Eso suyo es lo que me gustaría a mi!
ResponderEliminar- ¿Usted que es?
Y yo contestaría todo ufano, aupándome sobre mi ego:
- Yo soy iromanista. Por cierto que uno de estos días voy a Klagenfurt.
¡Hay tipos con suerte!
Sobacaz: Hasta ahora, y mira que me han dicho cosas, nadie me había comparado con un armario de tres puertas en el pasillo. Quiero pensar que usted lo dice con cariño, pero me da la sensación que es eso mismo l que piensa mi mujer.
ResponderEliminarEl hombre es un tonto con prótesis?
ResponderEliminarBenditas prótesis, muletas, medicinas, médicos y sanadores. El hombre es un ser desvalido que necesita de todo y de todos para continuar adelante.
Ánimos y con la cabeza bien alta y las muletas en los brazos.
no tengas duda, es con cariño.
ResponderEliminarlo del armario asegura mi mujer que soy yo, cuando pienso en voz alta y paseando por la casa, por eso me gusta tanto el jardin y cuidar de las flores.