Buscar este blog

viernes, 30 de junio de 2006

Paradojas de la identidad personal

I

¿Qué decimos cuando decimos “yo”?

II

Esta pregunta es tan antigua como la misma filosofía. Platón ya diferencia entre mi “yo” y todo aquello a lo que llamo “mío”. ¿Pero qué residuo queda tras eliminar de mí todo lo mío? Para algunas corrientes místicas, como el sufismo, por esta vía de la ascesis de lo mío no llegamos al “yo”, sino a la nada, que es la identidad de Dios. Por eso quien conoce místicamente Dios no pude decir de él nada.

III

San Juan de la Cruz:

Yo no supe dónde estaba,
pero, cuando allí me vi,
sin saber dónde me estaba,
grandes cosas entendí;
no diré lo que sentí,
que me quedé no sabiendo,
toda ciencia trascendiendo
(…)
Y, si lo queréis oír,
Consiste esta suma ciencia,
En un subido sentir
De la divinal esencia;
Es obra de su clemencia
Hacer quedar no entendiendo,
Toda ciencia trascendiendo.”

IV

En uno de los evangelios apócrifos, conocido como el Evangelio de los egipcios (escrito hacia el 150) se lee: “el alma es difícil de encontrar y de comprender, pues no se queda quieta ni en una misma forma ni en una misma pasión, sino que siempre está cambiando"

V

Agustín: “De anima humana no parva quaestio est”.

VI

Lope de Vega:

Entro en mí mismo para verme, y dentro
hallo, ¡ay de mí!, con la razón postrada
una loca república alterada,
tanto que apenas los umbrales entro.

VII

Descartes creyó haber resuelto la cuestión del alma cuando con su famoso Cogio, ergo sum. El alma se identificaría con el pensamiento y de ella tendríamos un conocimiento directo (intuitivo), mientras que el conocimiento del cuerpo y todo lo extenso sería derivado. Pero lo que hace, en realidad, es abrir las compuertas de un mar de polémicas.

VIII

Locke (Ensayo sobre el entendimiento humano) plantea la identificación entre identidad personal y memoria y lanza esta pregunta al aire: ¿Qué ocurriría si la memoria de un príncipe fuera trasladada al cuerpo de un zapatero?

David Wiggins (Identity and Spatio-Tempral Continuity, 1967): Parte de la hipótesis de un cerebro dividido en dos partes y se pregunta: ¿Si pudiéramos transplantar cada hemisferio cerebral a un cuerpo diferente de forma que cada cuerpo aislado pudiera recordar el pasado del primer sujeto e incluso hacer anticipaciones de futuro, qué pasaría?

Derek Parfit: Imaginemos la posibilidad de realizar una copia exacta del contenido del cerebro “X” y teletransportarla a una réplica exacta de su cuerpo. Imaginemos ahora las siguientes posibilidades: (1) El cerebro y el cuerpo receptores son inmediatamente destruidos. En este caso, ¿ha sobrevivido X a su réplica o ha muerto? (2) ¿Si el donante fallece en un accidente, ha muerto o sobrevive en su réplica?

H. Putnam, (Reason, Truth and History, 1981): Introducimos hipotéticamente un cerebro con todas sus ramificaciones nerviosas en un baño nutriente capaz de mantenerlo vivo. ¿Tendría este cerebro la consideración de persona? Imaginemos que estimulamos adecuadamente cada terminación nerviosa hasta conseguirle la percepción mental de un mundo inexistente. De hecho le estaríamos proporcionando un cuerpo y un mundo externo. Este cerebro no sólo vería, también sabría que está viendo algo con sus propios ojos, se sonrojaría, empalidecería, sudaría…

IX

De esta manera desembocamos en el solipsismo. ¿Si todo nuestro conocimiento es, en última instancia, producto de nuestra mente, cómo podemos afirmar la existencia de algo exterior a nuestra mente?

Las fotografías son de Arno-Rafael Minkinnen

6 comentarios:

  1. Verdaderamente inquietante. Has hecho un repaso extraordinario sobre un tema de mucho alcance. Yo siempre me pienso en mí completa, quiero decir cuerpo, mente, todo junto y pienso que, a falta de alguna de las partes, no sería yo. Pero claro, quizá con lo que más me identificaría es con esa república completamente loca.

    ResponderEliminar
  2. El yo es el fundamento de cuanto somos y al mismo tiempo lo más remoto... sí, es inquietante.

    ResponderEliminar
  3. Que tal la pelicula " y tu que sabes" ?
    No fue Wittgenstein quien lanzo eso de: Donde esta la sabiduria que perdemos con el conocimiento? Donde esta el conocimiento que perdemos con la información?
    Quizas exterior e interior sean una misma cosa. Asi acercarnos a la sabiduria.Y desterrar a ese yo ( egos ) para convertirlo en no-yo.

    ResponderEliminar
  4. Coros de "La Piedra", de T.S- Eliot

    ¿Dónde está la Vida que hemos pedido viviendo?
    ¿Dónde está la sabiduría que hemos perdido en conocimiento?
    ¿Dónde está el conocimiento que hemos perdido en información?
    Los ciclos del Cielo en veinte siglos nos alejan de DIOS y nos acercan al Polvo.

    No sé si lo reproduce Wittgenstein, Clara, pero ahí está.
    Sí que era Russell quien decía que el razonamiento idealista de Berkeley era impecable, inatacable, pero atroz, inviable humanamente.

    Lola (paraules)

    ResponderEliminar
  5. I un poeta que no quiere decir su nombre escribió:

    "Hi ha moltes maneres d'acollir
    -consumint-
    en el consol de la flama de la paraula
    el perfill d'un objecte.
    Però com recollir la densitat del silenci
    en la cremor del verb
    tot mantenint-la verge?
    Com emparar el gest
    que anticipa la plenitud?
    Com desentenebrir la claror
    en la pell nua de la persona amada
    i el seu suau contacte
    -carícia del vent-
    lleuger i dolçament
    enverinat?

    ResponderEliminar
  6. Cómo verme libre de CURA si el desasosiego es la esencia de mí yo?.

    ResponderEliminar

Las águilas no cazan moscas

 I Respuesta de Rémi Brague al periodista que le pregunta cómo logra un estilo tan claro: «El bolígrafo rojo de mi mujer» II Viaje casi relá...