No tengo ni idea de si Phil Toledano -a quien en este café tanto admiramos- sabe quién es la diosa Ártemis y cómo estaba representada en su templo de Éfeso. Pero sus obras, al independizarse de su tutela artística, nos susurran secretos propios al oído.
Por cierto en la imagen de arriba, que es la copia de Ártemis que se encuentra en el Museo Arqueológico Nacional de Nápoles, yo descubrí, sorprendido, que las protuberancias del pecho tanto pueden ser mamas como testículos -de toro, por ejemplo.
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