Andaba yo entreteniéndome desmenuzando -quizás con un poco más de furia de la estrictamente necesaria- la cobertura caramelizada de una crema catalana, porque también hay que comer entre neurólogo y otorrino. Quizás en la punta de mi cuchara veía yo el estoque de mi frustración terapéutica. No sé. El caso es que al llevarme la primera cucharada a la boca descubrí frente a mí un pésimo cuadro mal colgado en la pared. Se trataba de una copa desgraciada del sueño recurrente de jueves, 8 de junio de 2006
Metafísica a la crema (catalana)
Andaba yo entreteniéndome desmenuzando -quizás con un poco más de furia de la estrictamente necesaria- la cobertura caramelizada de una crema catalana, porque también hay que comer entre neurólogo y otorrino. Quizás en la punta de mi cuchara veía yo el estoque de mi frustración terapéutica. No sé. El caso es que al llevarme la primera cucharada a la boca descubrí frente a mí un pésimo cuadro mal colgado en la pared. Se trataba de una copa desgraciada del sueño recurrente de
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La maison vide
Mi idolatradas amiga B., que anda, como yo, con achaques propios de nuestra edad, me lo advirtió: «L e prix Goncourt. Je lis actuellement l...
Que maravilla como escribes.
ResponderEliminarEdna
Bien,la memoria no miente pero...como dice Angel Gonzalez.
ResponderEliminarCierro los ojos para ver más hondo
y siento
que me apuñalan fría,
justamente,
con ese hierro viejo:
la memoria.
A veces mejor no tener memoria.