sábado, 24 de noviembre de 2007

De la lectura y otras perversiones

Ayer visité el "Saló del Llibre", en la "Fira de Barcelona". Me encontré con muchos niños acompañados de sus respectivos maestros y con el Quinina, que por los visto está, como Dios, en todas partes. Por los altavoces se oían todo tipo de consignas bienintencionadas animando a la lectura, intentando convencer a los reticentes de que leer sirve para muchísimas cosas fascinantes y sumamente relevantes. Durante un rato seguí discretamente a un par de señoras muy mayores que recorrían los stands en busca de todo lo que dieran gratis. Me crucé con un político que lucía una sonrisa de metro y medio, me compré dos libros y garabateé las ideas de este post, que ahora escribo al llegar a casa, tras una cena copiosa en Mataró.

Justo, amigo, felicidades.

¿Pero, de verdad de verdad, si dejamos de considerar los libros de cocina, los manuales de uso y textos de este tipo, para qué sirve leer?

Los libros son caros (muy caros) y fomentan el fetichismo. La lectura desgasta la vista, además de someter a nuestra columna vertebral a posturas poco recomendables. En absoluto es evidente que los que leen mucho sean más felices o mejores personas que los que leen poco o no leen nada.

¿Para qué demonios sirve leer, entonces?

¿Acaso la lectura es una elección?

¿Fui yo libre de disponer de la fascinación de los mundos de Salgari en el momento en que los necesitaba?

¿Qué es leer, una elección o una fatalidad?

¿Los argumentos que se suelen utilizar para animar a la lectura son algo más que mentiras piadosas?

22 comentarios:

  1. Siempre me he creído que yo debía servir a los libros y no los libros a mí.

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  2. Tumbaíto: ¡Eso sí que es aristocracia!
    Totalmente de acuerdo.

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  3. Son una pérdida de tiempo, ¿para qué construirnos un mundo si ya nos lo dan construido en las pelis y en la tele?, ¿para qué ir al gimnasio si podemos ponernos una faja adelgazante durante la noche?, es tontería.
    Por cierto, yo también visité el Salón ayer y me dio la sensación de que (y no me refiero a los visitantes)el Saló del Llibre está en un proceso de transformación hacia algo más parecido al mítico Salón de la Infancia y la Juventud que yo visitaba de pequeño, me pareció que el stand de la editorial Gedisa aparecía como una isla paradisíaca en medio de un gran océano de 'poca cosa' (y no me refiero sólo al diseño)... me transformó en pitón y digo "a este Salón le quedan dos telediarios".

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  4. Todos estos salones sirven para lo mismo, para vender y, sí, no están lejos de las ludotecas y parques temàticos. A los coles nos hacen ir a todas partes, este año no llevé niños, el año pasado sí y tuve que apechugar con dos horribles y aburridos 'talleres' y con una representación teatral muy mala sobre el zoo d'en pitus, libro que no he entendido aún como triumfó, este año fui con profes responsables de bibliotecas escolares y nos empezaron a clavar un rollo 'atapeÏt' y vacío de contenido, así que abandoné. Me encontré también un bloguero hablando de su libro juvenil, Deric, d'Un salt al món, así que pude hacer un poco de tertúlia. Sobre el libro infantil y juvenil, mucha imagen y poca sustancia, cualquier tebeo autárquico tenía más categoría intelectual y más peso en letras.

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  5. Noesmivida: Conviene no olvidar que el que posiblemente era el pueblo más leído y culto de Europa acabó desfilando marcialmente tras Hitler.

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  6. Cada vez que veo que la autoridades se lanzan al fomento de la lectura se me ponen los pelos de punta. No se puede hacer peor. Recuerdo un par campañas, ambas en Cataluña: la imagen de la primera mostraba a un joven durmiendo en un parque con un libro sobre abierto sobre el rostro; en la segunda se veía la conversación de dos jóvenes, uno de los cuales sólo sabá decir 'guay', 'chachi' y cosas así y el otro, con un libro chillón en la mano, observaba con conmiseración la estupidez del iletrado . Ambos ejemplos hacen patente la visión de la lectura de nuestros políticos. Ven los libros como quien ve un palanca: algo cuya validez no está en sí mismo sino en su poder, sea conocer muchas palabras o no pillar un insolación.
    La lectura, a mi entender, es justo lo contrario. Como borges tengo un concepto hedonista - en su sentido más noble- de la lectura, como lo tengo de la amistad o del amor. Por cierto que ha sido Borges quien ha dicho que leer era hacer amigos. Asimismo, no recuerdo quien dijo que escribir lilbros era enviar voluminosas cartas a los amigos.

    En definitiva, esta visión utilitaria de la literatura me parece tan censurable como recomendar cultivar amistades por lo que puedas sacar de ellas.

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  7. ¿Para qué sirve leer? Parafraseando lo que dijo Feynman de la física: "Leer es como el sexo. Está claro que puede tener algunos resultados prácticos. Pero no lo hacemos por eso."

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  8. ¡Que buena pseudopodo! Y qué grande es Feynmann

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  9. Pseudópodo: ¡Eso mismo! Se trata de una actividad puramente deportiva.
    Se ha ganado usted una vuelta al ruedo del Café de Ocata.

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  10. Tengo la sana constumbre de hacer cosas que no sirven absolutamente para nada, pero que me distraen. Será por eso que leo, aunque nunca me lo había planteado así.

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  11. Arrebatos: ¿Para qué escuchamos a Blind Faith? Pues, en el fondo, para confirmar que no podemos vivir sin nuestras pasiones. O, dicho de otra manera, que afirmando nuestras pasiones nos afirmamos en nuestro ser. Y para nada más. Pero ahí está lo grande del asunto, en ese "nada más".

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  12. Sí, tiene usted razón, pero cual es el resorte original que nos lanza a abrir el primer libro. Con la música es más sencillo: la escuchas un día y ves que te gusta. No require un "esfuerzo" inicial. ¿Pero un libro? ¿Por imitación quizás, por tenerlos a mano? En mi caso es posible que así sea. Los libros estaban ahí, en casa y en la biblioteca del colegio. Pero no todas las personas que disfrutan de la lectura han tenido esa facilidad.

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  13. Por cierto, lo que faltaba, un estudio demuestra que los jóvenes y niños que leen de forma 'voluntaria' sacan mejores notas. ¿No será al revés, que los que sacan mejores notas son más listos y, claro, leen más? Que manera de tirar el dinero haciendo estudios estúpidos. ¿Como se consigue que alguien lea de forma 'voluntaria'? Además, ¿qué ha de leer? Mi lucha, por ejemplo?

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  14. Mucha gente sabe el nombre del caballo del Quijote sin haber leído el Quijote.
    Sabríamos muchas cosas "leídas" aún sin haber leído; o sea, sin el esfuerzo de la lectura. Y, al igual que con la música, sabríamos que nos gusta.

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  15. Los que son más listos sacan mejores notas, ¿ha estudiado el fracaso escolar, Doña Julia, entre las personas inteligentes?

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  16. Sí, Tumbaito, en mi misma, sólo he llegado a maestra, jejeje.

    En todo caso, qué es inteligencia?
    Y tú me lo preguntas...

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  17. Eso del 'pueblo más leido' me suena a lo del 'político mejor valorado': no dudo que sea 'el más', dudo que aun así sea suficiente.
    De todas formas estoy de acuerdo con muchos de ustedes, si después de leer el Quijote lo que hemos hecho es preparar las próximas partidas de Trivial (¿cómo se llamaba su caballo?, ¿de dónde era Ulises?) hemos perdido un tiempo precioso (y largo) que podríamos haber dedicado a cosas muchísimo más provechosas.

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  18. Noesmivida: No lo dude, si no hubiera ni armas de fuego, ni armas blancas, ni flechas, ni lanzas, ni ninguno de los objetos que tradicionalmente nos han servido para matarnos, haríamos las guerras a librazo limpio.

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  19. ¡Uy! ¡Doña Julia! Si a lo que ha llegado es a maestra y no a "funcionaria encargada de la equidad educativa" es usted una fiera intelectual.

    No sé qué podría superar en excelencia al magister. Ser maestro es poseer los conocimientos "eminentemente". (Poseer un conocimiento eminenter capacita para procurar que otros tengan esos conocimientos).
    ¿No encuentra preciosa la voz "eminente"?

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  20. Tumbaito, a veces me pregunto si usted folla...quiero decir, si usted mantiene relaciones sexuales con otros de su especie...

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  21. ¡Oh! ¡Seguro que con la equidad educativa no hacemos puentes pero que viciosillas más graciosas!

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