jueves, 28 de diciembre de 2006

Futesas de un hombre con alzheimer

I

Una vez me perdí en una ciudad en la que me encontraba de paso. Como nunca me ha gustado preguntar, acabé dando vueltas como una noria por un barrio que me llevaba, fatalmente, hasta una calle que tenía el curioso nombre de “Calle de la linterna” donde un borracho tarareaba incansable una canción de un solo verso: “Si hoy te amo es el primer día de octubre”.

II

Lo que más me cuesta es mostrar ante ella verosímil mi inocencia (J. en el Petit Café)

III

Pocos días antes del que había de morirse, A. nos contó un sueño sobre un niño que perdía el tiempo por un agujero de un bolsillo de su pantalón. Se le iba como la arena de un reloj y tenía que volver sobre su reguero para encontrarse con su memoria y saber quién era. A ella se le escapó todo de golpe a las cuatro de la mañana cuando perdió el aire y nos perdió a todos en el tiempo irremediable de su ausencia.

IV

J. nos sorprendió hablando de Darwin en el entierro de A.: “Darwin –dijo- no perdió la fe a bordo del Beagle, ni entre las páginas de ‘La Evolución de las especies’, sino en 1851, entre las aspidistras de Down House, su casa, el día que murió su hija Annie, de diez años.”

V

Un miércoles de agosto del 2002, J. me llamó para preguntarme: “¿Si digo lo que creo, por qué me cuesta tan poco descreer de lo que he dicho? Lo invité a un café en la Plaza de la Libertad. Una joven ajada por una juventud muy vieja, se sentó a nuestro lado y nos dijo, sin más ni más, que su madre era puta, que su hermana era puta y que ella sólo era puta cuando se emborrachaba y que quería emborracharse con nosotros porque aquella noche había sorprendido a su novio con su hermana y ya no quería mezclar más el amor y la lógica. J. le dijo: “¡Joder, si sólo son las nueve!”. La chica se echo a reír, se levantó y se fue. En la espalda, sobre el omoplato derecho llevaba tatuado un número de teléfono.

VI

Abû’l-Hasan’Alî inb Isma’îl al-Ash’arî, de Basra irrumpió en la gran mezquita de su ciudad natal y anunció a voz en grito: Aquel que me conoce, me conoce. A quien no me conoce voy a hacerme conocer.

15 comentarios:

  1. A estas horas y con este frío.. lo mejor de la noche Don Gregorio :))

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  2. Muchas gracias doña Kasandra, a estas horas y con este sol tibio que intenta imponerse al frío.

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  3. me estoy pasando las navidades comiendome el turrón de jijona que misteriosamente me ha regalado mi vecina japonesa y releyendo Corto Maltés.
    Cuando le entra el alzheimer le da usted un aire (a Corto).

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  4. Cel·lia: gracias por el cumplido. Soy un viejo admirador de Corto Maltés y guardo en casa como una joya un dibujo original dedicado de Hugo Pratt.

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  5. Usuario anónimo: si esa frase es sincera, no tiene sentido que la diga.

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  6. Todos conocen a todos, o a todos a los que conocen aunque en realidad solamente conozcan su fragmento. Pero ese fragmento es la totalidad de cada uno con respecto al otro. Con solo ver una cara uno piensa que conoce todo del que le mira, y por esa razón le odia o le aprecia, se muestra duro, comprensivo, cortés, cortante, hospitalario u hostil.
    Porque el problema es que todos conocemos a todos con solo mirarlos.
    Y por otra parte, perder la fe por la muerte de un hijo es un enorme egoismo. Dios está para otras cosas. Yo no se lo que se pierde por la muerte de un hijo, y no quiero saberlo.
    Surrealista la muchacha que lleva el teléfono tatuado en el omoplato. Y cinematográfica, muy cinematográfico. ¿Imaginas pasar del medio plano del alekamiento al corto del teléfono sobre el omoplatop mescuçálido y desnudo?
    Luri, estas Futesas te han quedado bordadas. Abre el cava, o mejor, el francés, que no es necesario hacer patria con las cosas serias.

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  7. Mescuçálido debería tener un lugar en el diccionario, pero es un error. Escuálido es el sentido.

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  8. pues mescuçálido suena divinamente

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  9. Me apunto. "Mescuçálido" es un hallazgo extraordinario, de grandes potencialidades rítmicas. Y, como dice el gran Javier Pérez Andújar, "todo lo que rima es verdadero".

    ¡Bollinger para todos!

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  10. Como nunca me ha gustado preguntar, acabé dando vueltas como una noria por un barrio que me llevaba, fatalmente, hasta una calle que tenía el curioso nombre de “Calle de la linterna”

    Me pregunto por qué todos los hombres prefieren dar mil vueltas cuando se han perdido, en vez de pararse a preguntar a cualquiera que pase por allí. Es una duda existencial que tengo desde años...y años...más bien porque se repite periódicamente en el tiempo. :))

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  11. Chesk: es uno de los grandes enigmas de la naturaleza. Pero parece evidente que en esta terquedad pervive el penúltimo reducto del machismo. Por eso yo la cultivo con fervor ecologista.

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  12. Curiosa frase , la inocencia es algo poco evidente , o quizas no la vemos , no la reconocemos por inusual

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  13. Menos sentido que Usted dude de su sinceridad?

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  14. Peggy: es la verosimilitud la que nos convence, no la verdad en sí misma. la verdad a veces puede ser muy poco verosímil.

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