Baltasar Gracián, “El discreto”:
“No se ha de querer ni aborrecer para siempre. Confiar de los amigos hoy como enemigos mañana, y los peores, y pues pasa en la realidad, pase en la prevención; no se han de dar armas a los tránsfugas de la amistad, que hacen con ellas la mayor guerra; al contrario, con los enemigos siempre puerta abierta a la reconciliación.
Claudio.
ResponderEliminarDe los comentarios del 22 de Noviembre pasado.
Luri: Me parecen mucho más interesantes el último de Heinrich Meier (Leo Srauss and the Theologico-Political Problem) y el de Catherine & Michael Zuckert (The Truth about Leo Strauss).
Esta tarde estaban los dos en la librería La Central de Barcelona.
Don Baltasar sabía bien de qué materia hablaba. Besos.
ResponderEliminarClaudio: Los dos los he leído con auténtico interés. Meier maneja textos desconocidos de Strauss que son muy relevantes. Estos dos libros, junto con la correspondencia Strauss-Scholem son los que me han ayudado a acabar de definir mi imagen de Strauss (¿por ahora?). Si te lees alguno ya me dirás qué te parecen.
ResponderEliminarIsabel: Efectivamente. Don Balasar supo hacer de la prudencia griega (la phrónesis) un auténtico arte del cinismo. ¡Qué grande es, qué afilado, y qué directo! En cierta manera me parece que es un pensador cabal de nuestro tiempo. Volverá a leerse con pasíón, ya lo verás. De hecho hace muy pocos años una antología de sus sentencias se encumbró a los primeros puestos de ventas en los USA.
Es todavía mejor no ver a nadie nunca como enemigo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Claudio.
ResponderEliminarMe compré el de Meier, más que nada por mi habitual falta de control.
Sin embargo, de Strauss sólo he leído "Natural right and history" y "Jerusalén y Atenas", y creo que debo trabajarlo más antes de meterme con el de Meier (de Schmitt voy más informado).
Ya sé que es abusar y va contra las normas de este medio, pero ¿me puede usted recomendar algún libro-guía para Strauss? Entre que cuesta ordenar su sistema y que todo en mundo no hace más que hablar de contenidos esotéricos, me da la sansación de perderme de la misa la mitad. ¿O me espero a su libro?
Mi libro lleva meses aparcado. Ya se sabe la diferencia que existe entre la realidad y el deseo. Siempre se inmiscuyen asuntos urgentes que me impiden acabarlo. Necesito un mes de tranquilidad.
ResponderEliminarAmigo Claudio, aquí la única norma es la del respeto hacia el otro. Por lo tanto, no se salta usted ninguna con esa apetición.
Tres consejos:
1) No prestes demasiado crédito a toda esa cuestión de esoterismo. Todo lo relevante de Strauss está perfectamente claro en sus textos, pero, por desgracia no está todo en ningún texto. Hazle las preguntas que él hace a los autores que comenta. Por ejemplo, en "Derecho Natural e Historia": ¿Por qué oculta su propia posición? ¿Por qué presenta una sucesión de teorías que, tomadas en sí mismas lo único que ponen claro es la dificultad de defender un dereco natural concreto?
2) Tómate muy en serio sus referencias a Nietzsche. Strauss es profundamente Nietzscheano.
3) Piérdele el respeto. No te comportes de forma beata con él. Que te ayude a pensar, no a creer.
No tengo ningún inconveniente, antes al contrario, en charlar sobre Strauss siempre que lo consideres necesario, venga o no a cuento con el post.
Más vale conocer que ser conocido. Y prefiero que me presten a prestar, que de mí bien sé el pago de mis deudas.
ResponderEliminarLos enemigos cerca , que se aprende mucho de un buen enemigo .....es mas los enemigos dan la medida de la valia de las personas
ResponderEliminarClaudio.
ResponderEliminarSr. Luri: Muchas gracias por su amabilidad al contestarme y por sus consejos. Están guardados e impresos. Los tendré bien en cuenta. Ahora voy a atacar "Nihilismo y política". Desde luego el origen es Nietzsche y, tal como me parece, la tradición, pero en el futuro. No hay vuelta atrás. Para neocon, Federico.
Claudio: Tengo la lectura que Strauss desarrolla de "Más allá del bien y del mal" como una de las grandes lecciones filosóficas del siglo XX.
ResponderEliminarUna cosa más: Tómate también muy en serio la condición libérrima del filosófo (en tanto que filósofo) y la discreción de la palabra filosófica, porque la "filosofía política" no es otra cosa, para Strauss, que la filosofía proclamada a cielo aierto.
A tu disposición.