jueves, 14 de diciembre de 2006

Ganarse el ser a través de la vida

I

William James distinguía en Las variedades de la experiencia religiosa entre aquellos individuos que “nacen una vez” y los que buscan un “segundo nacimiento” que los “convierta”, que cambie su “habitual centro de energía personal”. María Zambrano insistía en que el nacimiento biológico era solamente el comienzo de nuestro nacimiento. La grandeza del hombre es que puede nacer de nuevo al hacerse su biografía, ganándose el ser a través de la vida. Sólo entonces nacemos del todo. Esta idea de un segundo nacimiento, como comienzo siempre posible, es central en Hannah Arendt. Es la capacidad de inaugurar, de hacer nacer, de introducir lo nuevo y lo imprevisible en el mundo, lo que nos permite romper la monotonía de la mera biología. Es muy relevante también en Wittgenstein.

II

¿Por qué debiera uno decir la verdad si puede serle beneficioso decir una mentira?

III

Llámame un buscador de la verdad (en una carta a su hermana)

III

Los amigos de Wittgenstein cuenta que encontrándose este en un callejón sin salida, porque no era capaz de hallar la solución a los dilemas lógicos que lo atormentaban, decidió someterse a una sesión de hipnotismo. Si las personas hipnotizabas mostraban una fuerza extraordinaria, era porque el hipnotismo acrecentaba su vigor; y quizás ocurriera otro tanto con la mente. ¿Podría una mente hipnotizada encontrar las respuestas que la vigilia le rehuye? Se sometió a dos sesiones de hipnosis, que sólo consiguieron amodorrarlo.

IV

A bordo del Goplana, un barco capturado a los rusos a comienzos de la Primera Guerra Mundial, Wittgenstein patrullaba por el Fístula. Se sentía solo o, más exactamente, aislado, se masturbaba y filosofaba. “Voy rumbo a un gran descubrimiento –se decía-. ¿Pero llegaré?”. Su obligación consistía en manejar el reflector.

V

¿Y por qué llevar una vida sin sentido es algo indigno?

VI

En este momento me encentro vagando sin rumbo, presa de una gran inquietud (Diario).

VII

En 1930, cuando Wittgenstein llegó a Cambridge, se reunía para discutir, después de sus clases en una habitación del Clare Collage que pertenecía a Raymond Priestley, explorador que acompañó a Scout y a Shackleton en sus infructuosas expediciones antárticas en busca del Polo Sur. Hay un glaciar que lleva su nombre.

VIII

Carta de Wittgenstein a su amigo Gilbert Pattison: Tienes una meta ambiciosa; desde luego que la tienes; de otro modo serías una persona sin rumbo.

10 comentarios:

  1. Claudio.

    Me gusta la idea de Arendt de la nativity. Del mismo modo que es propio del hombre apreciar la muerte, también lo es apreciar el nacimiento.
    ¿Idea para una Navidad laica?¿Le pido una beca a ZP?

    ResponderEliminar
  2. Aquí citaría yo a Bolaño y eso que dijo del deseo infinito de follar y leer libros en el que incluyó a Wittgenstein :)

    Y ahora voy a ver si me doy un voltio en busca de esas ninfas y Porfirio, ¿era?

    Buenos días Don Gregorio

    ResponderEliminar
  3. "Onaniere jeden tag..."

    En palabras de W. Allen: "¡No te metas con mis aficiones!"

    ResponderEliminar
  4. Claudio: Muy buena idea. Tal como están las cosas, podríamos eliminar de golpe todas las suspicacias con una tarjeta de navidad filosóficamente correcta del tipo: "Feliz renacimiento".

    ResponderEliminar
  5. Kasandra: No sabe usted bien con que atención espero sus comentarios de Porfirio!

    ResponderEliminar
  6. Chema: Ahora que fumar se ha convertido en un placer adolescente (por lo de solitario) y que la hamburguesa está destinada a sustituir en las mentes de los depravados el poster central de ciertas revistas, no seré yo quien se meta con los artesanos de su deseo.

    ResponderEliminar
  7. Claudio.

    A Chema.
    Dice el Dr. House: "Yo no me masturbo. Me hago el amor"

    ResponderEliminar
  8. Me gustó el antro de las ninfas y ya me lo he metido dentro de mi cabecita... seguro que me sale... porque lo archivé cerca de alguna parte bonita... y me gustó esa relación de Orfeo y Tracia ... pero señor mío ahora estoy inoperativa... sólo pienso en el Amor... cabecita loca, vamos y sí que me vendría muy muy bien algún consejo filosófico de los suyos para mi problema :)

    Si tuviera a bien, si tuviera a bien... ¿cómo se pesca a alguien inalcanzable? Ningún filósofo tocó ese tema :)

    ResponderEliminar
  9. Doña Kasandra, el amor, decía el viejo Platón en el Banquete, "es el medio entre dos". Si no hay ese "entre dos" no ha amor, sólo deseo insatisfecho de uno. Un curioso poeta cristiano del alto Egipto, allá por el siglo V, llamado Nono de Panópolis, llamaba al amor "simiente de la unión". ¿Ha probado a sembrar de manera adecuada? Ya ve que yo me voy por las nubes, mal consejo le puede dar un filósofo nefelibata como yo.

    ResponderEliminar
  10. Estoy tocando cuerdas Don Gregorio ... a ver si doy con las fibras :)
    El problema del amor tal y cómo yo lo experimento... es que en el medio entre dos... las personas como yo sólo podemos estarnos algunas horas ... o eso creo. Pero ya le contaré... si voy cambiando de idea. En realidad la inalcanzable siempre ha sido mi niña... asusta para que la asusten o no...

    ResponderEliminar

Júbilo

I Amanecer en Atocha. Todos estamos de paso. Las estaciones son monumentos al desarraigo, especialmente a esta hora de la mañana, cuando aún...