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viernes, 15 de diciembre de 2006

Raimundo Lulio (y III)

Menéndez Pelayo llamó a Ramón Llull el “caballero andante del pensamiento”. Y le sobraban motivos. Tras abandonar la cueva de su iluminación, inició sus andanzas. De Mallorca se trasladó a Roma, a exponer sus doctrinas ante las inteligencias más sutiles; y de Roma a la Sorbona. Dicen que estaba Escoto impartiendo una lección de gramática cuando apareció Raimundo en la puerta de la clase. “¿Qué parte de la oración es Señor?”, le preguntó Escoto. “El Señor no es parte, es Todo”, contestó. En esta universidad se ganó el apodo de Ramón Barbaflorida. De París viajó a Montpellier, Génova, Roma, Chipre, Rodas, Malta, Mallorca. Y vuelta a empezar. Recorrió Asia Menor, Jerusalén y a punto estuvo de ir a visitar al Gran Khan. En 1307 lo encontramos predicando en el norte de África, en Hippona y Argel. A Bugía llegó a mediados de 1315, con los ochenta años cumplidos. En esta ciudad fue detenido. Esto parece cierto, pero de lo sucedido después no podemos más que conjeturar.

Una versión cuenta que a consecuencia de su predicación fue encerrado en una mazmorra, oprimido con cadenas y condenado a morir apedreado y añade que unos mercaderes genoveses obtuvieron permiso para recoger su cuerpo, que estaba sepultado entre las piedras, y trasladarlo a Génova, pero el viento los desvió hacia Mallorca.

Según otra versión, el 30 de junio de 1315 salió a predicar a la plaza de Bugía y el pueblo lo lapidó en las afueras de la ciudad. Su cuerpo, todavía con vida, fue recogido por los genoveses. Ramón habría muerto a la vista de Palma.

Pero lo cierto es que sus últimas obras están fechadas en el mes de diciembre de 1315, con lo cual las versiones anteriores estarían equivocadas al menos en lo referente a las fechas.

El sepulcro de Ramón fue abierto en el año 1611, extrayéndose sus restos con gran solemnidad. Los médicos y cirujanos que los estudiaron concluyeron que "había recibido dos cuchilladas y dos pedradas en la cabeza” y añadieron al acta que el cuerpo desprendía un “olor suavísimo" que parecía de violetas. En 1985 se llevó a cabo un reconocimiento anatómico-forense más serio. En las conclusiones se afirma que murió a los 84 años de edad. Se añade que debió de sufrir muchos dolores de muelas y que seguramente le crujía la mandíbula al moverla y al masticar. Se apreció también un discreto proceso degenerativo artrósico que le debió producir dolores cervicales y ligeros crujidos al mover o girar la cabeza que posiblemente tendía a inclinar hacia el lado derecho. Medía entre 1,63 y 1,65 m. y poseía una complexión robusta. Tuvo un fuerte desarrollo de la musculatura de las piernas, lo que indica que caminó mucho.

Con respecto a las causas de la muerte, aunque “a nivel de región frontal derecha pueden apreciarse restos de antigua osteítis superficial posiblemente traumática”, el estudio de los restos óseos y momificaciones no mostró “lesión que pueda considerarse como mortal, aunque sí que en alguna ocasión de su vida sufrió violentos traumatismos”.

11 comentarios:

  1. Yo reconozco que mi problema con el señor Lulio, o Llull según parece, es de aversión personal. Soy injusto, pero me cae muy mal de un lado para otro defendiendo un mundo que terminaba, al que había llegado tardee, por lo demás. Pero bueno... Puestos a viajar prefiero a Ibn Arabí, pero...

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  2. LO que está claro que no lo podemos poner como símbilo de la Alianza de Civilizaciones.
    Luis, sigo sin poder entrar a tu bosque. Imposible. No tengo manera de acceder ni a tu blog ni a "Paraula d'Stone".

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  3. Es la versión Beta. ¿Has probado a dejar el comentario como "Otro" o Anónimo? Roma, que tenía problemas igual que tú y varios, hoy ha podido.
    Es que sino, no se que hacer, porque no puedo volver a la versión anterior. Me es imposible, y abrir otro blog me lo abre sin problemas, pero en Beta.

    Esperemos a ver si se arregla. Si no me quedará el suicidio.

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  7. Es desesperante. Me repite los mensajes para agudizar mi pesadez.

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  8. No he leído nada suyo, al menos conscientemente. Quizás lo reconsidere por que apenas le conocía...

    Un saludo

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  9. ¿Y a mi qué coño me importan los huesos de Llull? Yo, Goyo, estoy esperando que nos hables de Anselmo Turmeda. Ese sí que fue un tío con un par...

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  10. Caboblanco te recomiendo el "Libro de amigo y amado", con traducción de Martín de Riquer.

    Tonibañez: Un respeto por estos huesos. Y no los ponga usted a caldo así como así. Le tomo la palabra sobre el gran Turmeda.

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  11. Sobre análisis forenses... una vez comiendo se me ocurrió ver un documental ... bueno, decidí que tengo mucho estómago... hoy por hoy ... porque vamos aquello... sin embargo de aquí... me ha encantado lo de desprender un perfume como el aroma de las violetas :)

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