martes, 26 de diciembre de 2006

Futesas X

I

San Agustín: “Nadie es conocido por otro mejor que por sí mismo y, sin embargo, nadie se conoce tan bien a sí mismo que pueda estar seguro de su conducta de mañana”.

II

Dos personajes de La comedia humana de Balzac:

- Uno ama porque ama.

- Pues bien, yo la amo por muchas otras razones.

III

Wittgenstein: ¿Y por qué llevar una vida sin sentido es algo indigno?

IV

Quien se miente a sí mismo siempre encuentra motivos para creerse.

V

Si me pidieran que me interpretara a mí mismo –confesó una vez el gran actor Peter Sellers- no sabría qué hacer. No sé quien soy”.

VI

Una vez asistí a una exposición en la que todos los cuadros estaban de cara a la pared y en el revés llevaban escritos los títulos, que eran de este tipo: Homme le soir de Noël sous la plouie le long de l’Hudson à 3 heures de matin.

VII

Descripción que hizo André Maurois de Chateaubriand: «Le visage, sous le masque, était devenu presque semblable au masque »

VIII

El amor –suele decir- acaba produciendo asperezas afectivas”.

IX

Emmanuel Levinas. “Ver un rostro es ya comprender

X

Palabras del autómata: Me se a mí mismo con la memoria del sabor, no del saber.

XI

Y le dijo de pronto, y, de nuevo, sorprendiéndose a mí mismo: “Hay mujeres más bellas que tú, pero están en ti”. Y ella lo miró de soslayo y siguió con su rutina.

7 comentarios:

  1. "Ver un rostro es comprender" escribe Levinas. Pero ve el rostro o su conversión en la máscara, como piensa Maurois.
    San Agustín, no cabe duda, se conocía a si mismo. Ahora bien, aquel que se refugía en una rutina, de saber y actuar, hasta de comprender, y así siempore sabe lo que hará ,añana a una hora determinada, cualquiera que sea ¿se conoce o se ignora? ¿O se esconde?

    ResponderEliminar
  2. Difícil y escurridiza cuestión. Conociéndose demasiado uno mismo, es casi imposible llegar a segregar alguna máscara (principal objección al psicoanálisis); sin máscaras, peligra la relación con los otros(máscara-persona), que no puede ser directa nunca.

    Uno de los muchos aciertos del documental "El gran silencio" es el intercalar primeros planos larguísimos de los monjes (en Hollywood, los actores se miden por su capacidad de aguante en los primeros planos). Pues bien, da grima: la laxitud, la serenidad, la inocencia de tales rostros de monjes, sin máscara.

    Sin conocerse uno mismo en absoluto, las máscaras son grotescas, y trágicas también. Siempre pienso, "qué hará consigo mismo cuando llegue a casa".

    Lola

    ResponderEliminar
  3. Me parece muy hermoso lo que dice el último de los hombres. Lo más hermoso que podrían decirle a una, a Esa.. Poder verlo todo, poder sentirlo todo... claro que sí. Contentarse porque era eso, eso es.

    Yo, para mí querría a Wittgenstein. Creo que nos llevaríamos muy bien o nuestras soledades y rarezas se harían mucha compañía. Es una sospecha. Llevo tiempo con ella.

    El francés, mi francés ... ya sabe pero lo de la exposición de cuadros... lo he pensado algunas veces. En esa se realizó. Seguro que los paisajes eran omitibles. Seguro :)

    Y futesas intensas, como aquí es habitual. Yo a la de los rostros añadiría aquello que dijo Ovidio.. a veces un rostro silencioso... tiene voz y palabras... o algo así :)

    Besos

    ResponderEliminar
  4. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

    ResponderEliminar
  5. "el amor acaba produciendo asperezas afectivas"

    ummmmm...pero ¿y lo excitante que es limar esas asperezas?

    ResponderEliminar
  6. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

    ResponderEliminar

Darrere el vent