Leído hoy en “El Periódico de Cataluña”:
Por otra parte, sea la que sea la legitimidad de los homosexuales para serlo públicamente, que no pongo en cuestión, me parece a mí que la familia, la familia tradicional con sus virtudes y defectos, es más necesaria socialmente que las parejas de hecho o derecho homosexuales y, por lo tanto, más digna de proclamar públicamente su orgullo. Pero claro, queda como reaccionario, ¿verdad?, hablar bien de la familia. Proclamar abiertamente y sin complejos su relevancia es casi cosa de fascistas o, al menos de católicos, que es casi peor. No me imagino a la Generalitat colgando banderas en las fachadas de los centros públicos proclamando el orgullo de pertenecer a una familia.
Fijaros si seré reaccionario que si yo, por cualquier razón me viera obligado a dar a mis hijos en adopción, me gustaría que tuvieran la experiencia de un padre y de una madre. Con sus neuras y todo, sus fricciones familiares y demás zarandajas propias de la vida en común.
Estoy comenzando a dejar de entender mi presente. Se me antoja demasiado confuso. En cualquier caso y para ser sincero, esto del orgullo gay me parece que hoy, en el año 2007, es un puro ejercicio de exhibicionismo narcisista al que no entiendo por qué tiene que contribuir la Generalitat.
EN NUEVE DEPARTAMENTOSVamos a ver si me explico. Gay se nace o se hace. Si se nace, hay tantos motivos para proclamar orgullosamente tu condición gay como tu condición de daltónico. Si se hace no parece que haya más motivos para proclamar orgullosamente tu condición de homosexual que la de heterosexual, célibe, etc. Si en una población estadísticamente normal hay, de manera normal, un tanto por ciento -el que sea- de homosexuales, lo lógico sería, digo yo, vivir con normalidad el estatus natural de tu normalidad. Estamos en el año 2007.
La Generalitat hace ondear por primera vez la bandera arcoíris en el Día del Orgullo Gay
Por otra parte, sea la que sea la legitimidad de los homosexuales para serlo públicamente, que no pongo en cuestión, me parece a mí que la familia, la familia tradicional con sus virtudes y defectos, es más necesaria socialmente que las parejas de hecho o derecho homosexuales y, por lo tanto, más digna de proclamar públicamente su orgullo. Pero claro, queda como reaccionario, ¿verdad?, hablar bien de la familia. Proclamar abiertamente y sin complejos su relevancia es casi cosa de fascistas o, al menos de católicos, que es casi peor. No me imagino a la Generalitat colgando banderas en las fachadas de los centros públicos proclamando el orgullo de pertenecer a una familia.
Fijaros si seré reaccionario que si yo, por cualquier razón me viera obligado a dar a mis hijos en adopción, me gustaría que tuvieran la experiencia de un padre y de una madre. Con sus neuras y todo, sus fricciones familiares y demás zarandajas propias de la vida en común.
Estoy comenzando a dejar de entender mi presente. Se me antoja demasiado confuso. En cualquier caso y para ser sincero, esto del orgullo gay me parece que hoy, en el año 2007, es un puro ejercicio de exhibicionismo narcisista al que no entiendo por qué tiene que contribuir la Generalitat.
La verdad es que hay muchos homosexuales razonables que pasan bastante de este tipo de actos, por lo que tiene de singularización de lo que debería ser la normalidad.
ResponderEliminarSí, sin duda, hay muchos dispuestos a conquistar la normalidad sin necesidad de disfrazarla de estridencia, en efecto.
ResponderEliminarPues en Madrid tenemos el Europride este fin de semana y no se habla de otra cosa.
ResponderEliminarNo sé por qué, el papanatismo que hay con este tema me recuerda al que rodea a los Rolling Stones. Quizá porque es la "transgresión" institucionalizada que todos los media bendicen y que es imposible criticar.
Muy oportuno el post...
¡Es horrible! ¡Es que es horrible! Imagínese, Sr. Gregorio, que usted por cierta condición suya le hacen comulgar con veinte mil cosas.
ResponderEliminarPasa a tener una bandera, además horrible.
Pasa a tener unos líderes, líderes absolútamente estúpidos. ¿Tiene buena opinión del Zerolo?
Pasa a tener unos enemigo.
Y, además, necesariamente tienes que haber sido traumatizado por un montón de instituciones sociales aunque, como es mi caso, esas malvadas instituciones me hayan tratado a las mil maravillas. Mi padre y mi madre se dejarían la vida por mí y siempre han habido religiosos que me han colmado de atenciones.
El problema de los homosexuales que quieran adoptar será encontrar instituciones que les quieran integrar en su programa de protección de niños. Y, para eso, hace falta reputación personal y no derechos colectivos.
Durante mucho tiempo hubiera suscribido sin ninguna duda tu discurso, que desde un punto de vista racional me parece impecable. Ahora bien, no hay que olvidar que estamos tal vez dando por supuesto algo que es falso: que nuestra actitud razonable es universal. Tu y yo podemos no tener nada contra la manifestación pública de la homosexualidad pero me parece que no haria falta un gran esfuerzo para encontrar la actitud absolutamente opuesta: desde los siniestros hermanos polacos hasta algún energumeno que tal vez habite en nuestras aulas
ResponderEliminarJordi: Como sabes bien, no pretendo tanto sentar cátedra como ayudarme a mí mismo a pensar la complejidad. Yo no pongo en duda, en absoluto, la reivindicación del derecho a llevar una vida normal, lo que me parece extraño es que la reivindicación de la normalidad pase por el espectáculo de este desfile, por el blindaje de la propia diferencia tras una parafernalia de símbolos (la bandera no es un gesto inocente, como dice Tumbaíto), etc.
ResponderEliminarPor otra parte la reivindicación de la normalidad debería ir acompañada de la aceptación de la crítica, que es lo normal en la ciudad, o de la parodia y la comedia, como se hace con cualquier otro colectivo, desde la Guardia Civil a los obispos.
Pero en realidad lo que el post quería resaltar es la colocación de banderas arcoiris en los edificios de la Generalitat. No me gusta el gesto. No me parece político, sino una manifestación de coleguismo por parte del poder público que, personalmente, me repugna.
Pseudópodo: ¿No es extraño que la Europride se haya convertido en un espectáculo que tiene más de morbo que de reivindicación? ¿O estoy equivocado?
ResponderEliminarTumbaíto: Los viejos mecanismos de generación de la identidad:
ResponderEliminara) la creación de una mitología propia.
b) La creación de unos signos, unos ámbitos, unos gestos... exclusivos.
c) La creación de una conciencia de víctima y, por lo tanto, de inocencia.
d) La creación de un enemigo irreconciliable (existencial, diría Carl Schmitt).
¿Estamos asistiendo al federalismo identitario? ¿Qué le parece a usted?
¿Porqué no hablar de la realidad tangible? La sociedad es un parque temático. Se debe dar espectáculo, cada cual a su cuerda, la Generalitat con las banderitas, los gay con el morbo, Gallardón peloteando ciudadanía y porqué no hablar de que alguien habrá que se lo pase bien que es de lo que se trata. El circo ocupa toda la ciudad. También lo hace la Iglesia siempre que puede con procesiones nada piadosas y manifestaciones contra todo lo que se mueve
ResponderEliminarCerillo: Eso es exactamente lo que me parece radicalmente antipolítico: la transformación de la vida ciudadana en comedia. O peor aún: que la política se acabe viendo a sí misma como una comedia.
ResponderEliminarNo tengo nada contra la comedia: si tengo -y mucho- contra el olvido de la tragedia, es decir, contra el olvido de que lo constitutivo de la ciudad es la tragi-comedia.
Una ciudad que sólo vive de la comedia ha entrado ya en la decadencia.
Y, amigos, todos sabemos que no existen lobbys gays. Quien diga que existen sólo puede ser tachado de homófobo.
ResponderEliminarHoy me levanté con el pié extraviado. Si, pero es que no puede haber sentido ciudadano sin ciudadanía. ¿Dónde se esconden los ciudadanos? Hace ya demasiado tiempo que nos convertimos en simples consumidores sin mucho criterio. El criterio es un peligro. Esta es la cuestión, como salir de este embrollo?
ResponderEliminarEl ciudadano es alguien que abandona el cuidado de su casa para cuidar la pocilga de lo público, la calle; es cómico.
ResponderEliminarEra un filón que tarde o temprano se tenía que explotar.
Yo creo que lo que nos creemos que es el "futuro" es en verdad el "pasado". La idiocia de la que hace gala los duques del mariconazgo indica que se han escendido de núcleo nutrício de la sociedad y que serán superados.
Efectivamente, de reivindicación el Europride no parece tener nada. Supongo que en el plano de los derechos objetivos no tienen mucho ya que reivindicar en España, a no ser que quieran empezar a poner cuotas.
ResponderEliminarPero morbo tampoco hay mucho, porque esto está ya muy visto. De lo que se habla es de lo simpáticos que son, del mucho dinero que traen, de que si Chueca oh y Chueca ah, y últimamente, en algunos medios, de las diferencias internas que parece que empieza a haber entre sub-lobbys (huy! lo he dicho!)
A mí me da la impresión de que todo esto se va a desinflar en unos años, porque la mayoría de los homosexuales no creen que serlo les oblige a tener una bandera determinada, ni les divierte hacer la loca. Será el mejor síntoma de normalidad.
Y las diversas Generalitats a lo que están es al carnaval, venga de donde venga...
Quizàs se trate de un caso de adulación.
ResponderEliminarPero usted, Sr. Luri, con esta incorrección,inconveniencia y atrevimiento,no se comerá un rosco si decide iniciar carrera de representante electo, en el panorama actual.
Estoi de acuerdo con su comentario . Mi pensamiento es tan simple como el suyo ,ademàs no necesito contentar a nadie. Somos mayores.
Anónimo: La vida da muchas vueltas. Lo que ocurre es que su ritmo no tiene por qué acomodarse al de la biografía de cada uno. Pero mire usted, yo tengo por verdad el viejo adagio horaciano: "Naturam expelles furca, tamen usque recurret".
ResponderEliminarEs gracioso que la ideología gay, canalizada por una "teoría queer" que niega la naturaleza y la identidad (convirtiendo a ambas en factores circunstanciales y disponibles), trabe alianza con un gobierno formado por nacionalistas identitarios y ecologistas reaccionarios. Gracioso, digo, y aleccionador. Porque demuestra que tales discursos no son más que instrumentos del caos.
ResponderEliminar¡Uy! ¡Qué malos estos mariconcetes, Sr. Irichc! ¡Quéren traer ellos el caos cuando es por todos sabido que el caos lo traerán sus jinetes del apocalipsis!
ResponderEliminar¡Pretensiosos! ¡Más que pretensiosos!
En mi humilde opinión lo que abrió las puertas al caos fue la invención del café descafeinado. Si una cosa y su contraria pueden ser posibles al mismo tiempo, entonces, como demostró Russell, toda deducción es legítima.
ResponderEliminarVuelvo a recordar a Karl Kraus en su lecho de muerte, que al oír la noticia de que los japoneses habían invadido Manchuria, dijo: "Nada de esto habría sucedido si hubiéramos sido más estrictos en el empleo de la coma".
En lógica relevante, no.
ResponderEliminarcompletamente de acuerdo en el sin sentido de pedir normalidad montando un espectáculo.
ResponderEliminary nada que objetar a defender a la familia "hombre-mujer-hijo/a/os/as", no me parece reaccionario.
pero yo defiendo de igual forma a ese "tipo" de familia como a cualqueir otra. Entre las muchas definiciones del DRAE de familia ninguna habla de un hombre y una mujer, porque esa no es la base en la que se sustenta.
me he criado en una de esas "no-familia" y estoy orgullosa de ella. Por contra mi madre ha sido muy infeliz porque su educación (la de esta vuestra españa una, grande, libre y católica) le dictó que como viuda dejaba de tener valor social. No ha habido ese hombre en mi vida que nos legitimara como familia pero creame que nunca lo hemos necesitado y lo único que me importaría para dar un hijo en adopción es que fuese amado y que intuyese que se le educaría en unos valores con los que estuviese más o menos de acuerdo.
pero bueno, es comprensible que "alguien como yo" tenga estas opiniones, no? (a pesar de los esfuerzos de mi madre por transimitirme que aunque ella ya no puede hacer nada yo necesito un hombre, no para que me haga algo que yo no pueda, me mantenga o me reste independencia y libertad, sino porque me dará legitimidad social, tal vez hasta me vuelva respetable).
Tzesire: Me arece que no estamos del todo de acuerdo. Pero este espacio quiere ser un café, no una cátedra de adoctrinamiento. Y en un café no hay dogmas (excepto los relativos, claro está, a la calidad del café: aquí no se puede dar gato por liebre). Por lo tanto, bien venida. Siéntate donde quieras y pide lo que te de la gana, te invita la casa.
ResponderEliminarno llego al nivel de su cafe. seguiré mirando desde fuera y tal vez haga alguna otra pintada, incívica e irreberente juventud.
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