Buscar este blog

sábado, 30 de junio de 2007

Orgullo, prestigio y juegos de manos

Vía: tsutpen

Define la RAE la palabra “orgullo” de esta manera:

1. m. Arrogancia, vanidad, exceso de estimación propia, que a veces es disimulable por nacer de causas nobles y virtuosas”.

Es tan ambigua esta palabra, que uno no acaba de saber si nombra una virtud o un vicio. Para aclararnos debemos atender a lo noble o lo bajo de la causa que provoca este sentimiento de vanidad o arrogancia.

Su origen, en castellano (y quizás eso explique las banderas arcoiris en los edificios de la Generalitat) se encuentra en el catalán “orgull”.

Podríamos decir que el orgullo es legítimo cuando está al servicio de una causa de prestigio. Pero aquí nos volvemos a enredar, porque nada está más próximo a la fantasmagoría que el prestigio.

La palabra “prestigio” se originó en el bajo latín “præstigium”, que significaba -¡fíjense ustedes!- “fantasmagoría” o “juegos de habilidad manual”. De aquí derivó “præstigiator”, que era el que hacía juegos de manos. Y, efectivamente, en español, “prestigio” significó inicialmente “juegos de mano”. Y de aquí pasó a significar la fascinación o ilusión con que se impresiona a alguien.

La RAE recoge esta historia en su amplia -y también ambigua- definición de la palabra. PRESTIGIO:

1. m. Realce, estimación, renombre, buen crédito.

2. m. Ascendiente, influencia, autoridad.

3. m. p. us. Fascinación que se atribuye a la magia o es causada por medio de un sortilegio.

4. m. p. us. Engaño, ilusión o apariencia con que los prestigiadores emboban y embaucan al pueblo.

5 comentarios:

  1. Así pues el prestigio tiene algo que ver con la publicidad. No se es como se es sino como quieres parecer ser. Un enrevesado engaño.

    ResponderEliminar
  2. Me encanta esto de "emboban y embaucan al pueblo." Hay definiciones y definiciones con estilo, supongo...

    ResponderEliminar
  3. Anónimo: Doctores tiene la Santa Madre Real Academia de la Lengua.

    ResponderEliminar
  4. Cerillo: Curioso juego, ciertamente, el de la etimología del prestigio. Da que pensar, sin duda.

    ResponderEliminar

Vehemencia

 I Tras tres días sin poder separarme de Benjamin Labatut y su Maniac , pero ya he cerrado la última página. Y como suele ocurrir cuando has...