Es evidente, los tiempos han cambiado. ¡A ver quién se atrevería hoy a sacar un disco con este título!
La verdad es que no me extraña nada que ya no quieran ser princesas, viendo los ejemplares de príncipes azules que andan sueltos por esas calles de Dios. Hoy he descubierto al que, probablemente, utiliza la técnica más extrema y radicalmente desesperada de la historia del mundo para, ya no digo ligar, sino entablar contacto con una mujer. ¡Un ejemplar de museo de antropología! Estaba sentado en un banco cerca del Zurich, en la cabecera de las Ramblas y cuando veía una mujer interesante (especifico: interesante para su estrambótico criterio), la miraba fijamente mientras se acercaba y cuando la tenía a su altura soltaba un sonoro eructo. No he podido menos de sentarme a su lado y preguntarle:
- ¿Pero tú crees que de esta manera te vas a comer un rosco?
- ¡Yo ya estoy hecho como el burro a los palos! -me ha contestado.
Y lo he dejado allí, que ya decía Shakespeare, que era un inmenso psicólogo, que "no hay mejor armadura que un corazón destrozado".
Me ha recordado a un animal asiático que describe Plinio, cuya arma secreta eran sus flatulencias, capaces de alcanzar a un enemigo situado a más de un kilómetro y medio de distancia y dejarlo fuera de juego de por vida. ¡Pobres animales en extinción!
- ¿Pero tú crees que de esta manera te vas a comer un rosco?
- ¡Yo ya estoy hecho como el burro a los palos! -me ha contestado.
Y lo he dejado allí, que ya decía Shakespeare, que era un inmenso psicólogo, que "no hay mejor armadura que un corazón destrozado".
Me ha recordado a un animal asiático que describe Plinio, cuya arma secreta eran sus flatulencias, capaces de alcanzar a un enemigo situado a más de un kilómetro y medio de distancia y dejarlo fuera de juego de por vida. ¡Pobres animales en extinción!
esa mujer lleva peluca...o la laca le ha creado una mutación genética?
ResponderEliminarme da más miedo definitivamente la señora de la danza del veintre, que es bufalo gaseador de Plínio
Don Gregorio, don Gregorio, no me juegue con fuego, que después nos quemamos. Cómo se le ocurre!: "Haz a tú hombre un sultán". Ay ay, que hemos amancebado el turbante y el tanga. Eso es un explosivo - aunque los jeques sean adictos a los tangas de perlas desde tiempos inmemoriales.
ResponderEliminarQuizá las señoras maduras... Besitos, don gregorio.
ResponderEliminarMe ha dejado ud sin palabras, don Gregorio...
ResponderEliminar¿Dónde puedo conseguir ese disco? ¿En Andorra lo tendrán, o tengo que bajarme al moro?
Luri: ¿Es nostalgia?
ResponderEliminarUn eructo es menos repulsivo que lo que te dice alguno por las noches pretendiendo seducción.
ResponderEliminarCelia, tal vez ese pelo de promesa sea requisito para que se convierta en sultán ...
Saludos!