viernes, 8 de diciembre de 2006

Raimundo Lulio I

Raimundo Lulio era un joven bastante calavera. Para sacarlo de su vida imprudente, a sus padres no se les ocurrió mejor idea que casarlo con Catalina de Lasbot, con quien tuvo dos hijos, y poco más. Al poco tiempo ya andaba de nuevo siguiendo los revoloteos y frusfruses de las faldas. Llegó a entrar a una iglesia montado a caballo para declarar públicamente su amor a una dama bien casada y de noble estirpe. Cuenta la leyenda que esta dama, decidida a poner freno definitivo a las veleidades de Raimundo, le ofreció, de acuerdo con su esposo, una cita en su casa. El joven acudió puntual, con la alegría propia de quien cree inmediata la culminación de su esperanza. La mujer lo recibió con coquetería y dulzura, y cuando Raimuno estaba más confiado, se descubrió el pecho, mostrándole el cáncer que la devoraba. “Contempla, Raimundo, lo que amas, desiste del afecto con que me idolatras. Pon todo ese cariño en objeto digno de la adoración de todos. Ama a Jesucristo. Si tantas muestras de amor hubieses hecho por él, cual las hiciste por mi, ya hubieras merecido el reino de los cielos”.

Sigo la descripción de Adolfo de Castro: “Horrorizóse del cáncer, quedó conmovido ante las voces de aquella señora tan infeliz como bella y virtuosa, y se acogió al retiro de su casa vertiendo lágrimas de arrepentimiento. Quiso dejar y dejó la corte, dio, con permiso de su mujer e hijos, su hacienda a los menesterosos, y dedicóse a emplear en servicio de Dios cuanto le durase la vida”.

Y así, de esta manera, nació un fervoroso antiaverroísta.

¡Lo que son las cosas!

15 comentarios:

  1. Interesante. Lo has escrito con intención de relacionarlo con la actualidad? Quizá a Eduardo le resulte sugerente.
    Por lo que he leído después del post sobre Arabicus Christianus y sobre Averroes parece,-sólo me parece-, que ambos concebían una doble verdad,no?

    Como soy un perpetuo aprendiz te lanzaré unas preguntas, Gregorio:¿no cabe distinguir con claridad entre el creyente 'culto', racionalista y el 'inculto' de que habla Lulio? Si se pueden diferenciar, se puede comprender que el racionalista es un no creyente?

    En cuanto a Llul, en Wikipedia, -ruego disculpen los doctos por reseñar esta 'fuente', si es que es tal-,atribuyen su cambio de vida a cinco visiones de Cristo en la cruz. Entiendo más 'natural' y demostrable la causa que concretas.

    Saludos.
    Buen café.

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  2. Pues a mí la historia me ha puesto mal cuerpo. Imaginarme lo del cáncer ha sido un mal trago. :(

    No he podido llegar a tus inquietudes, Avanti.

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  3. Avanti, te contesto con dos citas:

    1) San Pablo, "Epístola a los Romanos", 14.23: "Todo lo que no nace de la fe, es pecado".

    2) Platón, "Apología de Sócrates" 38 a: "El mayor bien para el hombre es conversar todos los días sobre la virtud" (entendiendo que la virtud platónica es fundamentalmente política: consiste en la capacidad que tienen algunos ciudadanos para convertirse en referentes de la recta conducta colectiva)

    Averroes es un inmenso filósofo. Representó la Ilustración (fracasada) del Islam.

    Chesk: siento lo del mal trago. No era mi intención.

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  4. "Pero el que tiene dudas en cuanto a lo que come, se condena; por que no lo hace por convicción. Y todo lo que no se hace por convicción es pecado" (Romanos, 14,23). Nueva Versión Internacional (NVI 1998) de la Sociedad Bíblica Internacional. En nota al pie del versículo advierte que "fe" es traducción literal.

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  5. Nunca he simpatizado con Llull, salvo cuando leo "Libro de la Orden de Caballería" que es donde creo que está el auténtico. Ese libro que fuñétraducido de inmediato y se convirtió en guía y norma de conducta moral para caballeros, incluso en la Inglaterra de Isabel I, manifiesta el espíritu de la Edad media (uno de los espíritus). Cito:
    "Así com o la medida de la virtud está en el medio, y su contrario está en los extremos, que son vicio, así caballería está en la edad que conviene al caballero..."
    O: "La nobleza de corazón no la busques en la boca porque no siempre dice la verdad"...
    Por cierto, que otro que se conmovió ante la decadencia del cuerpo fué Francisco de Borja, que viendo a su señora y amada en el ataud, mudó de comportamiento y se hizo activista de la fe...

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  6. Ikram Antaki cita que lo absurdo en Averroes fué que siendo leído en Occidente fué precursor del Renacimiento, y que siendo rechazado en oriente, se pusieron los cimientos para la perpetuación de la medievalización.

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  7. He leído a Avanti. Yo no tuve cáncer. Pero hay cosas que se sienten como un tumor: me bastó una. Y no había humos sospechosos por el medio. Pero esa una es tan potente que es capaz de cambiar el enfoque (a mi entender) de cualquier vida. Muera el odio.

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  8. Me ha indignado que Raimundo se dedicara a mariposear por ahí, y cuando le entró la fe y el arrepentimiento, regalara la hacienda, aunque fuese con el permiso de su esposa. Vamos, que peca él y pagan todos. Una simpática leyenda. Besitos, gregorio.

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  9. Es curiosa la vida de Llull, pero una obra como su bestiario disculpa casi todo.
    Estuvo en el concilio de Nicea;además.

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  10. Amigos, acabo de llegar a Ocata. Desde Pamplona, con parada en el Monasterio de Veruela, a los pies del Moncayo (ya sabéis "Cartas desde mi celda", etc) y fonda en "La Corza Blanca". Un día magnífico. Y lo primero, el vicio, es decir, un café en El Café de Ocata.

    Seguiré con la vida de Llull o Lulio. Tiene interesantes recovecos. Ya se sabe que los caminos de la sabiduría, como los del Señor, son inescrutables.

    Luis: Husserl hablaba del heroísmo de la razón. Bueno. Sin duda estaba optimisma cuando se expresó así. La historia de la razón tiene también sus dramas y tragicomedias. La de Averroes es una de las tragicomedias más soprendentes de la razón. Y digna de ser recordada, sin duda.

    Kasandra: Muera el odio, o, al menos que pille un buen alzheimer.

    Isabel: Yo no me creo que su mujer le diera el consentimiento. Y menos sus hijos.

    Ignacio: Sçi, el bestiario es una maravilla.

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  11. Esta historia es muy similar a la de San Francisco Javier Borja, que éstaba locamente enamorado de Isabel de Portugal, la esposa de Carlos V (recordemos el bellísimo retrato que le pintó Tiziano: la imagen misma de la mujer ideal renacentista). Francisco Javier fue comisionado para acompañar el féretro de la reina hasta su sepultura en Granada; atravesó España, custodiándolo, y cuando llegó a su destino tuvo que abrir el ataúd, para certificar que la muerta era ella y que no había habido una sustitución del cadáver por el camino. Al ver el despojo putrefacto en que se había convertido tan deslumbrante belleza, lo dejó todo: corte, posición y familia, para dedicarse a Dios en la compañía de Jesús.
    Son leyendas bonitas, de tradición folkórica, cuya veracidad es dudosa.
    Un abrazo pre-navideño, Luri.

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  12. Nada optimistas estos Llul y Borja. Pierden el objeto de su amor y en lugar de perseverar, van a pedirle explicaciones a un ser superior. Es curioso que el desengaño amoroso, por despecho o por la desaparición del amado, haya parido tantos ascetas. ¿Qué hubiera sido de la Iglesia Católica si S. Agustín hubiera tenido romances más afortunados?

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  13. Gabriela, no es la verdad precisamente lo que busco en estas historias. Sino el milagro de que resultasen verosímiles para tanta gente y durante tanto tiempo.

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  14. Señor Lobo: Me gustaría tratarlo a usted, seráficamente, de hermano, pero siendo la primer vez que aparece en este Café de Ocata, tan alejado de sus sierras, no me parece sensato, que no sé cómo reaccionan sus mandíbulas ante la afabilidad de los extraños.

    Recojo su sagaz pregunta y la llevo más atrás en el tiempo, hasta ese singular romano que fue Pablo de Tarso, tan poco amigo de las mujeres. ¿Qué hubiera sido de la Iglesia Católica si hubiese tenido de apóstola a una Paola de Tarso?

    Por cierto, ¿qué le sirvo?

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  15. Lo sé, Gregorio, lo sé, pero son muy bonitas. Por eso te la he dejado acá. Un abrazo y me voy pitando...

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