A quien concierna
He recibido una carta sin remite y sin firma, a la que contesto públicamente, con la esperanza de que sea leída por los interesados.
Mi primera impresión fue de sorpresa. Pero después de releerla detenidamente no dudé en pensar que lo que tenía en mis manos era un panfleto del más rancio corte estalinista. Esto se desprende ya desde el primer párrafo que dice literalmente: «Nos dirigimos a Vd. porque venimos constatando su inhibición y escaso interés en la defensa de la Iglesia Vasca». ¿Desde cuándo existe la «iglesia vasca»? ¿Quién es el fundador de tal iglesia? ¿Quiénes son sus autoridades? ¿En qué lugar de Euskal Herría residen?... No alarguemos inútilmente este interrogatorio. Yo he sido bautizado en la Iglesia Católica, que tiene su origen y fundamento en Jesucristo. Mi Obispo y el Papa son mis autoridades. Y todos mis esfuerzos están orientados en esa dirección. Por otra parte, ¿quiénes son Uds. para pretender «obligarme a trabajar más activamente por una Euskal Herría libre, soberana e independiente», como afirman en su carta? Desde mi infancia aprendí que mi patria es España. En ella he crecido, en ella vivo y en ella espero morir, si Dios quiere. No estoy, en absoluto, por la labor de establecer nuevas fronteras, sino más bien por derribar muros y mugas que nos separen.
Tienen la desfachatez de señalarme algunas tareas, como por ejemplo: «poner nombres vascos a los que se bautizan». Señores míos, ¿de verdad que hablan en serio? ¿Estarían dispuestos a aceptar que el cura pusiera los nombres a sus hijos? No me lo puedo creer. Para darle consistencia a tan absurda proposición citan «el comportamiento ejemplar de muchos curas patriotas». Yo pensaba que este lenguaje obsoleto y arcaico, y este afán por promover «iglesias patriotas», sólo se daba en la extinta Unión Soviética y en los países de su órbita comunista, sin excluir la China de Mao Tse-Tung. Esto me suena a manual de Marxismo-Leninismo para principiantes.
Finalmente, su atrevimiento llega hasta «pedirme, también, el voto para H.B. ¡Qué más da cómo nos llamen los fascistas…!» Pues va a ser que no. Sería lo último que se me pudiera ocurrir. ¿Cómo voy a votar por quienes no son capaces de condenar la violencia que asesina indiscriminadamente, y no sienten ningún escrúpulo al profanar los humildes monumentos que el pueblo erige en recuerdo de las víctimas del terrorismo, como acaba de suceder en Berriozar con el monumento a Francisco Casanova, a quien me correspondió enterrar? Es como volver a asesinarlo de nuevo. De verdad que no me resulta ilusionante colaborar con sujetos de semejante catadura moral.
Domingo Urtasun, párroco de Mendavia
Añadido 1: 1 de junio a as 13:15 h: Domingo Urtasun estuvo 23 años en Nicaragura, participando activamente en la revuelta sandinista contra la cruel dictadura de Somoza. Una interesante entrevista AQUÍ.
Añadido 2: Me entero de que el párroco de Mendavia no ha sido el único en recibir "recomendaciones". De hecho otros muchos curas navarros recibieron la misma carta. Su contenido es el siguiente:
"Muy señor mio:
Nos dirigimos a Ud. porque venimos constatando su inhibición y escaso interés en la defensa de la Iglesia Vasca.
Creemos que el desempeño de un cargo público en Nafarroa y su condición de vasco, le obliga a trabajar más activamente por una Euskal Herría libre, soberana e independiente.
No llega con expulsar a las fuerzas represivas. Es necesario hacer el vacío a toda la derecha fascista y a algunos elementos del PSOE. Quizá nos conteste Vd. Que esa no es su misión o cosa parecida. Pues estaríamos dispuestos a comprenderle con tal de que su trabajo sería positivo en otras actividades: nombres vascos a los que se bautizan, promover la Ikastola, el folklore vasco, etc. Podríamos citarle el comportamiento ejemplar de muchos curas patriotas.
En esta ocasión le pedimos, también, el voto para H.B. ¡Qué más da cómo nos llamen los fascistas...! Sería el mejor modo de castigar a los caciques de siempre y a los “moros” de UPN.
LA GRANDEZA Y UNIDAD DE EUSKAL HERRÍA ASÍ LO DEMANDA".
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jueves, 31 de mayo de 2007
Carta de un cura
Traigo hasta El Café de Ocata la carta que Domingo Urtasun, el cura de Mendavia, un pueblecito de Navarra, envió hace pocos días al "Diario de Navarra". No creo que necesite comentarios.
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Vehemencia
I Tras tres días sin poder separarme de Benjamin Labatut y su Maniac , pero ya he cerrado la última página. Y como suele ocurrir cuando has...
Me quedaría sin manos de aplaudir el texto de este párroco.
ResponderEliminarNo cabe duda que los tiene bien puestos.
ResponderEliminarLos curas navarros dan mucho de sí. Recuerdo ahora a un famoso cura que era militante de una organización maoísta en navarra (que cosas así hemos visto) que al conocer su inminente muerte a causa de un cáncer dejó escrito su testamento político en el que entre otras jugosas cosas decía -juro que es completamente cierto- que legaba su cuerpo a la Clínica Universitaria de Navarra (dependiente de la UNiversidad de Navarra) para que así "los del Opus me toquen los cojones". Este testamento se publicó en su día y por algún sitio debo tener una copia.
ResponderEliminarSí requiere comentarios, sí. Es más, estoy a la espera de un Sarkozy que imponga leerla en los institutos al empezar cada nuevo curso.
ResponderEliminarYa estoy sentada, gracias.
Lola
bueno Luri, creo que tu sabes, que cartas parecidas reciben los profesores universitarios de Cataluña que dan sus clases en "castellano"
ResponderEliminaryo que vivo en navarra, todos los dias tengo que aplaudir a personas tan integras como el cura URTASUN.
ResponderEliminarSi lo increible es que haya curas que apoyen a los asesinos.
ResponderEliminarNo olvidemos que €TA nació en un convento.