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lunes, 28 de mayo de 2007

La loca de la casa

Un médico curando a un hombre fantasioso

El de tener la cabeza llena de pájaros... era un mal que se operaba. Hieronimus Bosch nos ofreció la instantánea en la que un... ¿médico? le extrae la piedra de la locura a un... ¿infeliz? En cierta manera la imagen representaba un progreso, porque tener una piedra de la locura en la cabeza era, sin duda, mejor que estar endemoniado. Esto último podía purgarse con la hoguera.

"La piedra de la locura" (1475-80) - Hieronimus Bosch, 1490 - El Prado

La mujer de la derecha, con un libro en la cabeza es Melancolía. El origen de este nombre es griego, "melania colé", y significaba "bilis negra". Representa el falso aprendizaje de los fantasiosos, que se pierden en imágenes y en sombras, en lugar de andar peleándose hegelianamente con los conceptos y las ideas. Es lo que suele pasarme a mi.

Pero quiero hablaros de la imagen que abre este post. Representa un tratamiento extremo para las cabezas de chorlito, que consiste en su introducción en un horno con la esperanza de que el calor disuelva las fantasías en humo. La imaginación, ya se sabe, es, como decía Santa Teresa, "la loca de la casa".

Que conste que nada de esto tiene que ver con las elecciones, puesto que todos estamos de enhorabuena, ya que todos hemos ganado. Las campañas electorales, como sabéis, tienen tres tiempos: La precampaña, el día de las elecciones, y la postcampaña. En la precampaña se intenta convencer al electorado potencial de las ventajas de votar a determinada opción en lugar de al resto. En la postcampaña se trata de convencer al elector efectivo que su opción ha sido la mejor, ya que ha resultado la triunfadora.

Otros detalles interesantes de "La piedra de la locura":

1) De la cabeza del supuesto loco no se extraen piedras, sino lo que parecen tulipanes… ¿son estos, pues, la causa de la necedad humana?

2) El embudo era símbolo de la sabiduría, pero el cirujano lo lleva invertido, y en este caso acostumbraba a ser emblema de la locura, luego… ¿Quién es el necesitado de una cura para su estulticia?

3) En el original está escrito con caracteres góticos lo siguiente: “Maestro, quíteme la piedra, me llamo Lubbert Das”. Este nombre –literalmente: “Tejón Castrado”- se utilizaba en Holanda para designar a los rematadamente estúpidos.

4) Los dos personajes que acompañan al médico se interpretan normalmente como un fraile y una monja, y serían una alegoría de la superstición y la ignorancia, de la cual se acusaba frecuentemente al clero. Mi interpretación, ya lo habéis visto, es otra.

5) En el fondo del cuadro están los tormentos habituales para los poseídos: la horca, la rueda y la hoguera.

6) Una cita de “El elogio de la locura” de Erasmo de Rotterdam (1467-1536): "Diga lo que quiera de mí el común de los mortales, pues no ignoro cuan mal hablan de la Estulticia incluso los más estultos, soy, empero, aquélla, y precisamente la única que tiene poder para divertir a los dioses y a los hombres"


26 comentarios:

  1. Don Gregorio a mi no sólo me tendrían que haber metido la cabeza dentro de un horno a veces la imaginación me llega hasta las manos.

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  2. Qué bien Martina, cuando la piedrecita rebota en las paredes de la cabeza sin encontrar su camino hacia las manos parece que graniza. Sea quizás que esté endemoniado...

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  3. Qué bonita historia la de Melancolía con el libro encima de la cabeza y la mirada escéptica.

    También me ha gustado la idea que tenían de disolver las fantasiás en humo a base de calor.

    Me encanta la pintura cuando enseña mitología, filosofía y más si es de su mano.

    Saludos!

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  4. Martina, la entiendo: La imaginación es con frecuencia el nexo entre el ojo y la mano, que no se puede quedar quieta.

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  5. Anónimo: Acaba de inventarse usted la meteorología del alma imaginativa.

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  6. Estimado Don anónimo tiene usted razón soy endemoniadamente imaginativa.

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  7. Que buena intepretación del cuadro, ha hecho usted Don Gregorio!!!!!!, El abrir el craneo para sacar la piedra de la locura, no esta nada desencaminado, estas descompresiones, se hacen actualmente y sí que te salvan, pero no solamente de la locura......Me encanta la historia de la melancolía, quiza no era tan esceptica ¿no?

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  8. Glauka: Gracias, ya sabe usted bien que sus visitas por este café son siempre bien recibidas. Yo que quiere que le diga... si me pasé la mitad de mi infancia tumbado mirando durante el día cómo pasaban las nubes y por la noche intentando comprender cómo se sujetaban las estrellas.

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  9. A mi me hubiese gustado, tener una infancia asi, como la suya y llegar hasta donde usted ha llegado, es fantastico!!!!!muchos dias no se si es de dia o de noche, pero agradezco que haya personas como usted que nos hagan sentir un poco mas !!!

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  10. La piedra de la locura provoca grandes estragos en las gentes. Pero el polvillo de la locura, probablemente genere impulsos de nostalgia o de entusiasmo, según sea el ataque. Yo pefiero los primeros.

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  11. Doña Glauka, no me ruborice. Por cierto: ¿Cómo le han ido las elecciones a nuestra común amiga?

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  12. Genial don Gregorio: ¡su lúcida locura todo lo cura¡
    Vamos a ver...yo creía que la bilis negra se producía cuando el esfínter de Odi se volvía incompetente. Si es por la melancolía bendito sea...¡qué alivio¡
    Para imaginación y creatividad iluminadora la de Don Bosco. Si la del libro es la melancolía... ¿Cual es el del embudo? ¿La ley?

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  13. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  14. Luis: Contra la nostalgia podemos precavernos, en cambio el entusiasmo siempre nos coge desprevenidos.

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  15. Gracias Don Gregorio, le tomo prestado el nombre y me bautizo.
    Hablando de humores i melancolías. Han leído El candidato Melancólico? Sí? No? No soy quien pero me atrevo a recomendarlo.

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  16. Neelam: Acabo de completar el post para darle una respuesta... hasta donde llego, claro está.

    Hay un texto magnífico de Aristóteles sobre la melancolía, en el que, entre otras cosas, acusa a Sócrates y Platón (no son razón) de melancólicos. Y un tratadillo muy interesante de Galeno que se titula precisamente "Perì malaínês kholês" ("Sobre la bilis negra", literalmente, pero que se traduce como "De la melancolía").

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  17. Anónimo: No, no lo he leído. Confieso que tengo la novela bastante, bastante abandonada.

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  18. Don Gregorio, perdón, no me explicado nada bien. No es una novela. Es un ensayo. Bien, es una selección de etimologías diversas, y divertidas, comenzando, claro está, por candidato y melancólico. Presento mis disculpas, pues.

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  19. Elles, les âmes (...), sont malades et elles souffrent et nul ne leur porte remède; elles sont blessées et brisés et nul ne les panse.

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  20. Entonces le agradecería que nos diera cumplida información. Por fa...

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  21. El candidato melancólico.
    (De dónde vienen las palabras, cómo viajan, por qué cambian y las historias que llevan dentro)
    José Antonio Millán.
    RBA

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  22. Melancolía: ¡Claro! A punto he estado de citar a Pizarnik.
    Para quien quiera:
    http://www.lexia.com.ar/PIZARNIK.htm

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  23. "Duelo y melancolía", de Freud... No, no me lo desprecien, por favor; es un ensayo magnífico, aunque, claro, freudiano, creo.

    Tengo por enmarcar la de Durero. No hace mucho me regaló la lámina una amiga. Yo también la quiero mucho. Son divertidas estas amistades de toda la vida, con sus regalos dulcemente envenenados, etcétera.

    Lola

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  24. Llega muy, muy lejos don Gregorio...
    Su diccionario filosófico, una maravilla para estudiar y aprender.
    Es un placer estar en este café. Gracias

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  25. Lola: Yo no desprecio a Freud, lo que ocurre es que no lo entiendo. Por cierto las revelaciones de sus últimos biógrafos tampoco ponen en muy bien lugar ni su metodología ni su seriedad. parece que no se dejaba importunar por la realidad a la hora de escribir sobre sus casos.
    Hay una anécdota, que no tengo ni idea de si es verdadera, que dice que don Segismundo elaboraba sus diagnósticos atendiendo a las reacciones que provocaban en su perro.

    Kraus decía -cosa que yo comparto- que el psicoanálisis no era un diagnóstico, sino la enfermedad.

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  26. Sin acritud, ni ánimo de entrar en polémicas, etc. El psicoanálisis es la enfermedad diagnosticada, lo cual no dice mucho en su favor.

    La mayoría de científicos (cuidado, no tengo a Freud por un científico, aunque lo intenta) pasan todo lo que pueden de la realidad. Los experimentos ideales de Galileo, aquéllo de Einstein sobre el eclipse solar que si no le daba la razón pues se habría equivocado Dios, no él. Pero bueno, sí que es cierto que el psicoanálisis ni siquiera es contrastable, a menos que admitamos al perro de Freud como prueba.

    Lola

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