II
Las conexiones del neoconservadurismo americano con intelectuales europeos vienen de lejos. Entre sus predecesores comunes habría que citar de manera destacada a Koestler, Orwell y Raymond Aron.
Me temo que ninguno de los que voy a señalar a continuación como neoconservadores franceses estará muy de acuerdo conmigo. La palabra, evidentemente, está muy desgastada, pero me parece que Alain Finkielkraut, Bernard Kouchner, André Glucksmann, Pierre Manent o Marcel Gauchet (incluyo también al recientemente fallecido Jean-François Revel) comparten, además de su origen, situado mayoritariamente en las filas de la izquierda, algo más que un aire de familia ideológico. Los une, a mi modo de ver, una común voluntad atlantista, una concepción hobbesiana de la política (al menos de la política exterior) acompañada de un profundo escepticismo sobre la posibilidad de modificar culturalmente la naturaleza humana; un apoyo firme a Israel y una cierta decepción europea. Ven a Europa como un organismo cansado, torpe e indeciso que ha perdido el nervio militar y la claridad moral, aunque no por ello se ha resentido su desmesurada autoestima. Fue Revel quien formuló por primera vez el concepto de "derecho de injerencia" que posteriormente Bernard Kouchner y el profesor de derecho internacional Mario Bettati han reformulado como “deber de injerencia”, en clara oposición a la política exterior de Chirac.
Quien primero se preocupó de analizar el antiamericanismo europeo fue Jean-François Revel , en su libro “La obsesión antiamericana”. Según Revel, los europeos hemos despreciado y con similares fórmulas, a Reagan y a Bush, la intervención miliar estadounidense en el exterior y su aislacionismo. ¿No será la impotencia efectiva Europea lo que alimenta nuestra obsesión por la hiperpotencia americana? Europa no acepta el mal en el mundo como una realidad de la naturaleza humana, así que lo ha desplazado hasta la cultura norteamericana, donde encuentra la causa de todo cuanto detesta. Los americanos han sido transformados por los europeos en el ejemplo de todo aquello que no nos gustaría ser. Desde la perspectiva europea los americanos son los malos de la película precisamente por creer en la existencia del mal en el mundo.
Mañana seguiré con Finkielkraut
¿No será la impotencia efectiva Europea lo que alimenta nuestra obsesión por la hiperpotencia americana?
ResponderEliminarSi no me equivoco, es la tesis que defiende Kagan en "Poder y debilidad". Muy interesante, señor Luri. Lo del "otro" como sans culotte homorario me lo guardo para las clases de antropología.
Suele ocurrir que cuando leo a Sarkozy me centellean los ojos. Ahora bien, seguro que algo que ver tiene la "romántica" distancia con que lo observo. Los políticos tienen la mala costumbre de terminar decepcionando siempre.
Un saludo
Don Andrés: La política es, inevitablemente, un ejercicio continuo de habituación a la decepción. Es lo que no sabía la Reina de Corazones de Alicia. De ahí que fuera tan proclive a culpar de sus fracasos a los cuellos ajenos.
ResponderEliminarMe podría decir algo más de esta tesis:
ResponderEliminar"Los americanos son los malos de la película precisamente por creer en la existencia del mal en el mundo".
La encuentro sublime.
Señor Tumbaíto: Por un proceso que sería muy largo relatar, el progresismo europeo ha derivado en rousseanismo para el pueblo. El optimismo antropológico como principio va acompañado entre nosotros de la sacralización del diálogo como método. Por lo tanto, allá donde haya un problema es que alguien está escamoteando la posibilidad del diálogo. Como nadie es malo por naturaleza, no lo podemos tratar de malo absoluto, sino de malo relativo. El malo relativo es el que actúa como si el mal existiera convirtiendo su creencia en fuente de males.
ResponderEliminarNo sé si la teoría vale más allá de un euro, pero si usted la aprecia. se la regalo.
En el post anterior y en el actual pueden leerse verdades como puños. Más le valdría a Europa tomar nota y abandonar toda esperanza de europeizar a los EEUU. Sencillamente no tenemos nada solvente que ofrecerles a día de hoy. Y a Chomsky le quedan dos afeitados.
ResponderEliminarHanna Arendt, "Tiempos presentes":
ResponderEliminar"Los problemas centrales del mundo son hoy cómo organizar políticamente las sociedades de masas y cómo integrar políticamente el poder técnico. Debido a los peligros de aniquilación inherentes a tales problemas, Europa ya no está segura de si puede adaptarse al mundo moderno y, consiguientemente, con el pretexto de separarse de América, intenta escapar a las consecuencias de su porpia historia.
Puede que la imagen de Norteamérica existente en Europa no nos ilustre demasiado sobre el verdadero estado de cosas en Estados Unidos o sobre la cotidianidad de los ciudadanos norteamericanos, pero si estamos atentos, puede decirnos mucho de los miedos justificados que Europa siente por su identidad espiritual y de los temores, aún más profundos, que provoca la cuestión de la supervivencia física. Estos miedos y temores no son exclusivos de los europeos, no importa lo que nos digan ellos. Se trata de los miedos de todo el mundo occidental y, en definitva, de toda la humanidad."
Creo que estas palabras son del todo actuales. Cómo escapar de nuestra propia historia.
Lola
No todas las Europas ven en las Américas lo indeseable. Como ejemplo Michel de Certeau a raiz del caso Berrigan "Conciencia cristiana y conciencia política en los EEUU", "La debilidad de creer", Katz, 2006.
ResponderEliminarIrich: Veo que eres caritativo con Chomsky.
ResponderEliminarLola: Siempre me sorprende la precisión caligráfica de tus citas. Gracias.
ResponderEliminarJuan Diego: Dejé de interesarme por Certeau desde que se presentó como profeta de la heterología. ¿En qué anda ocupado actualmente?
ResponderEliminarMurió en 1986.
ResponderEliminarYo veo el problema en la fuerza para ocuparse del mundo. En mi ambiente habitual no se ve bien ser consciente de la propia fuerza, y mucho menos tener clara una dirección en la que utilizarla. Esto prodría ser extrapolable a Europa: no solo no es consciente de su propia fuerza para hacerse con la realidad, es que ve mal la opción constructora de EEUU (otra cosa es que construya algo que guste o no)
Lo que me resulta más interesante es ¿sin este concepto de fuerza desde donde construir la responsabilidad?
ydlzzbSakozy qioere yuna recuperación de la Francia digna y pujante recuperando los valores. Royal confía en los valores y cree en el futuro. es obvio, y radicalemnte ilustrativo que el conservador mire hacia la recuperación y la socialista (que se declara progresista) hacia el futuro.
ResponderEliminarEn el ámbito de la realidad, para huir un poco de lo que es la tendencia a teorizar, la pregunta sería si Royal y Sarkozy difieren en un objetico final, de enucniado simple: una Francia mejor, más moderna, con un mayor protagonismo de los valores. Apelar al pasado o al futuro sería en último extremo irrelevante en un sistema político como la democracia, en el que el cuerpo principal de los votantes, está definido de antemano.
Lo que no aparece en la campaña electora es el ¿cómo? Posiblemente los ciudadanos se hayan acostumbrado a los magníficos debates, ora carhgados de insultos, ora de razones. Pero y el ¿como? ¿Como llegamos a esa Francia mejor? ¿Cómo identifica el extraterrestre caído en la campiña francesa, el objeto de su voto?
Conozco los discursos de Sarkozy que me parecen buenos: los suscribiría. Pero... Parece ser que el problema de Sarkozy es Sarkozy, de la misma manera que el problema de Aznar era Aznar.
¿Cómo evadirse de todo eso?
Francia no se juega el recuperar los valores, sino el poner en marcha una sociedad viable que genere confianza gracias a una administración segura de si, de sus objetivos y de sus métodos.
¿Quiere el francés medio recuperar sus valores? Esa es la pregunta del millón: tal vez crea que sigue teniéndolos, que sigue usando de ellos pero que el mundo ha cambiado y las cosas no son lo que eran. La Signoret, en frase brillante dijo en cierta ocasión "la nostalgia, ya no es lo que era".
Y con respecto a la estupenda cita de Lola, y a tenor de mi exasperación ante la actitud europea frente a los EEUU, quiero hacer cosntar una cosa: Hanna Arendt escribió sobre ese país que la acogió fenomenalmente, en momentos en que todavía aleteaba el New Deal. Es magistral sus escritos acerca de las campañas a favor del voto negro o de la escolaridad sin discriminanciçón en los estados de Alabama y Missisipi, pero aquella USA no era esta y no puedo afirmar, ni siquiera sospechar, cual sería la opinión de la pensadora, hoy. Si me atrevo a citar una frase de ella de memoria, o sea, nada literal: "este país tiene la más hermosa legislación conviviendo con los más horrendos usos"
A lo mejor, allí los usos también han colaborado en el desencuentro.
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ResponderEliminarDon Gregorio.
ResponderEliminarCreo que me tendré que matricular por aquí, de veràs que los ultimos dos post y sus comentarios dan para aprender, aprender y aprender.
Quisiera dejar, a riesgo de ser un poco tedioso, un comentario sobre la "ideologia del Otro" y lo que parece ser una actitud "reactiva" por parte de la intelectualidad francesa ante su propia descolonizaciòn.
Cabe destacar que màs que una invención de la antropología (o de sus antecedentes con el descubrimiento del Nuevo Mundo), el problema del Otro se ha nutrido de la propia evolución de la filosofìa moderna.
Y no en Francia sino en Alemania. (Tengo amigos expertos en temas medievales que incluso lo vincularìan a la tradiciòn judeo-cristiana pero eso es otro mambo muy extenso de tocar)
Aunque puede hallarse parte de esa mirada abstracta del Otro en la rustica sociologia atomista de Hobbes y su libertad negativa, los estudiosos atribuyen a Kant este primer freno de mano a la razón intrumental: el imperativo categórico, una moral donde el otro debiera ser un fìn y no un medio. Donde las acciones deben ser norma universal (que afecte y beneficie por igual también a los desconocidos y a los distintos)
Se plantea desde aquí una antinomia entre fines egoistas y fines trascendentales. Sòlo que estos ultimos ya no impuestos por el Leviatan sino por una "racionalidad" que nos obliga a nosotros mismos a deponer nuestras armas (y seguramente se daràn cuenta que esta voz interior es el Estado Prusiano donde Kant jugaba billar todas las tardes)
Posteriormente tanto los neokantianos, los fenomenologos husserlianos y tambièn la propia escuela de Frankfurt han hecho suyas estas demandas al poder de la racionalidad y como ésta ha terminado socavando la libre subjetividad a travès de una ciencia que actua a ciegas y una polìtica totalitaria (tanto la facista como la comunistas)
Es interesante pensar en los sucedaneos de esta corriente de pensamiento americanos (justamente en el seno de la contracultura de los 60s o incluso, aunque lo nieguen, entre actuales pragmatistas ironistas tipo Rorty). También estan presente entre los alemanes (Me parece que Appel y Habermas siguen en esta ruta igualmente "abstracta" de la alteridad)
Desde luego, que el desarrollo de la antropologìa le va a otorgar una concreción étnica a esa "alteridad". Estas bien podrìan ser el sucedaneo europeo de las luchas civiles americanas. O si se quiere, estas ùltimas podrìan ser el sucedaneo americano de la descolonizaciòn europea. (Creo que puede ser fertil establecer diferencias y parecidos entre ambos procesos)
Ahora bien este no es el ùnico rostro que ha tenido "El Otro" en Francia. Las posturas de Lacan, Sartre, Foucault son lo suficientemente distintas para dar muestra de ello.
De todos modos, en aras de darle concresiòn al asunto, encuentro HARTO SALUDABLE aterrizar el tema del Otro en la evolución de la propia geopolìtica. Aunque creo que es una tarea que da para un seminario...pero este café también lo es.
Digo esto ademàs porque uno de los efectos contemporaneos (o si se quiere hasta postmodernos) de este discurso del "Otro como intocable" es que termina manteniendo esa polaridad entre una especie de pragmatismo politico (con su fetichismo de una RealPolitik que se presenta casi sin determinaciones) y una ideologìa culposa que prefiere la inacción politica a ensuciarse las manos con la "maldad" del mundo.
En ese sentido, dialectica mediante, ambos relatos: el de la superpotencia "cuco" cabalgando con un poder indiscutido y el de "la critica culposa a la maldad del que busca el mal" (pero que no encuentra mecanismos para enfrentarlo fàcticamente)son idealizaciones cuando menos insuficientes.
Ojo, aclaro que no simpatizo con la pragmatica ciega de los halcones. Pero por ello prefiero decir que es ciega a malintencionada; prefiero decir que esta dominada por intereses economicos debilmente problematizados en su esfera pùblica que por una mera ansia de poder de unos cuantos. (La segunda SIEMPRE es un sintoma de la primera) Prefiero decir que como todo en esta vida, este poder debe tener pies de barro a simplemente denunciarlo como malo e invencible. Justamente, como bien ha indicado Don Gregorio, la apariciòn de la palabra "MALDAD" en este lio -ya sea como "el eje del mal" o como "la superpotencia cuco"- contribuyen a oscurecer el problema.
Disculpen la incontinencia verbal. Les prometo que no lo vuelvo a hacer.
Saludos desde Lima
PD: ¿Como funciona la variable economico-financiera y de flujo de capitales en estos desencuentros entre EEUU y Europa?
Pierrot, me parece muy, muy interesante lo que dices. Pero no tengo tiempo para contestarte con la extensión que merece lo que planteas. Intentaré recuperar tus ideas en sucesivos posts. Gracias por dar motivos para pensar.
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