En Le Monde –y hacen bien, que para eso están- se han encargado de recordar que André Glucksmann, que hoy apoya a Nicolas Sarkozy, participó en Mayo del 68 y que posteriormente se hizo militante maoísta. Añaden que en Les Temps modernes, la revista de Sartre, escribió por esas fechas: "Hoy el fascismo no significa la toma del ministerio del interior por grupos de extrema derecha, sino la toma de Francia por el ministro del interior." Este artículo se titulaba "Nouveau fascisme, nouvelle démocratie".
Efectivamente, André Glucksmann, el modelo más acabado de neoconservador europeo, tiene su pasado. Tras formarse intelectualmente con Aron participó en Mayo del 68, más como un joven radical que como marxista. Fue después cuando se puso la paradójica etiqueta de anarco-maoísta y se empeñó – según sus palabras- en prolongar “la insurrección espontánea” y “organizar el apocalipsis”. Lo despertaron de su sueño dogmático los “boat people” que huían en condiciones desesperadas de Vietnam, Solzhenitsyn y Vaclav Havel.
Con respecto a su obra, me detendré únicamente en sus últimos ensayos, “Dostoievski en Manhattan”, “Occidente contra occidente” y “El discurso del odio”.
En “Dostievski en Manhattan”, escrito tras el atentado del 11-S, sostiene que los ataques sobre Nueva York abren una nueva era en nuestra civilización. Nos enfrentan a una nueva forma de terrorismo caracterizado por su profundo nihilismo. Todos somos víctimas potenciales. El 11-S fue una declaración de guerra universal. Tras el hundimiento del imperio soviético, cerramos colectivamente los ojos, creyendo que el fin del adversario significaba el fin de la adversidad. La adversidad, sin embargo, ha vuelto con un nuevo rostro. Glucksmann nos anima a imaginarlo recurriendo a la figura de Madame Bovary, el ejemplo literario de la entrega completa, absoluta y sin fisuras, no a una causa o a un ideal, sino a una pasión.
En “Occidente contra Occidente” defiende que a lo largo del siglo XX se han sucedido tres olas revolucionarias, la bolchevique, la fascista y la islamista. Son fenómenos bastante parecidos en su voluntad totalitaria y profundamente nihilistas.
De “El discurso del odio” extraigo la siguiente idea:
Evidentemente las ideas de Glucksmann no se reducen a estos esbozos un poco panfletarios, pero tampoco es cuestión de convertir el Café de Ocata en una cátedra de pensamiento francés contemporáneo.
Glucksmann se ha convertido en figura de la actualidad francesa tras declarar públicamente, y nada menos que en Le Monde, su apoyo a Nicolas Sarkozy, desmarcándose de manera definitiva de su “famille d’origine”, la izquierda. Y la principal causa que esgrime es el compromiso de Sarko con la solidaridad internacional. No se priva de estigmatizar a "la gauche officielle" que "se croit moralement infaillible et mentalement intouchable. Marinant dans son narcissisme, elle se trouve fort dépourvue, lorsque Nicolas Sarkozy, prenant à contre-pied son camp, se réclame des révoltés et des opprimés". Según la opinión de Glucksmann, "Sarkozy rompt clairement avec cette droite habituée à cacher son vide derrière de grands concepts pontifiants", con su compromiso por la discriminación positiva y la ayuda pública para la construcción de mezquitas. Añade que no comparte todos los puntos de vista del candidato de
En “Libération” recogían esta noticia con cierta sorpresa, añadiendo que junto a André Glucksmann habían comprometido su apoyo a Sarko otros relevantes intelectuales, como “un théoricien de la libération sexuelle (Pascal Bruckner), un ancien des 'Inrockuptibles' (Marc Weitzmann), un écrivain chevènementiste (Max Gallo)”. Y recoge estas palabras de Bruckner sobrer Sarko: «J'apprécie ce qu'il dit sur l'éducation ou sur le patriotisme. On a besoin d'un candidat courageux, qui prenne des risques.»
A ver si mañana me ocupo del discurso de Sarkozy en Bercy
Claudio.
ResponderEliminarMuy interesante el ciclo francés.
Me permito dos preguntas:
1. El autor del texto en carácteres menores de la primera entrega ¿es Sarkozy o Luri?
2. ¿Qué hay de los anti68 liberales, Ferry&Renaut (La pensée 68) y los no nietzschianos Boyer, Comte-Sponville, Taguieff, etc?
1. Luri.
ResponderEliminar2. ¡Claudio, déjame que respire! Evidentemente la realidad es mucho más compleja. Francia poseía algo que nunca hemos tenido nosotros: Una educación republicana, en el sentido más amplio del término. Y son muchas las voces que se han levantado contra su degradación. Sarkozy se presenta como valedor de esa tradición. Ya veremos lo que pasa, pero, en todo caso, hay que estar atento. Por otra parte parece mucho más atlantista que lo que ha sido tradicionalmente la derecha francesa.
No he seguido muy de cerca la campaña francesa, pero lo que me ha llamado la atención ha sido que no los veo muy diferentes en sus objetivos. Me refiero a Sarkozy y a Royal.
ResponderEliminarQuizás sí en la forma de alcanzarlos, o de plantearlos. Pero nada que ver con lo que tenemos aquí, que unos y otros parecen agarrados a su propio barranco, con un inmenso abismo de por medio.
Incluso me ha parecido que ambos han citado como ejemplo a Zapatero. ¿Me equivoco?
Muchas gracias Gregorio por esta seria. Continua y no te detengas.
ResponderEliminar¿Qué crees que sucederá a partir del lunes cuando el ganador tenga que abandonar la retórica y vacuidad de toda campaña electoral y deba enfrentarse a la dura y compleja realidad?
¿Crees que por aquí llegará algo de este vendaval francés?
Arrebatos: Yo sí creo ver diferencias notables. Pero en estas cosas conviene ser muy humilde.
ResponderEliminarEfectivamente los dos han citado a ZP, y, al revés, ZP ha alabado a los dos. Me imagino que ha aprendido de cuando felicitó a Schröder tras las elecciones alemanas.
Pero pase lo que pase, habrá repercusiones por aquí, ya verás.
Enric: Primero, muchas gracias por tu visita, que trae esa brisa alpina tan sana. Parece que las últimas encuestas le dan hasta 10 puntos de ventaja a Sarko. Ya veremos.
ResponderEliminarLas cosas tienen que cambiar en Francia. Si hasta Le Monde, que es pro Ségo, pide el voto para ella a medida voz para, a renglón seguido, pedir la renovación del socialismo francés.
Con respecto a la comparación... ¡Ya me gustaría a mi que hubiese debates como el de los dos candidatos! O que intelectuales de izquierda pudieran hacer entrevistas cara a cara a candidatos de la derecha (como Onfray a Sarko en Francia) y al revés, por supuesto.
Yo creo que hablar de izquierdas y derechas es poco objetivo porque no hay mucha continuidad temporal en sus contenidos y por el contrario muchas contradicciones explosivas, todos conocemos muchos ejemplos en las políticas activas en economía, educación, seguridad, sociales,etc. de gobernantes de "derechas" y de "izquierdas".
ResponderEliminarHoy le he oído decir a José Luis Sampedro en el Aula Magna de la Universidad de Valencia que es más correcto hablar de políticas del pasado y del futuro.¿No te parece?
¡Luri, que las nuevas generaciones somos angloparlantes! Piensa en nosotros la próxima vez...
ResponderEliminarUn saludo
Petrusdom: Es que a mi José Luis Sampedro me parece -podría ponerlo en paralelo con Saramago- uno de los responsables ideológicos de lo que yo llamo la cultura beata.
ResponderEliminar¿Qué político no quiere programar, en parte al menos, el futuro? Pero el futuro es, por definición, indefinido (¡que se lo pregunten a Blair!).
Andrés, prometo teneros presente en mis oraciones, pero en mis escritos me reservo la libertad del capricho.
ResponderEliminarDel blog de Justo Serna:
ResponderEliminarhttp://blogs.epi.es/jserna/
"Ian Buruma en el ensayo que dedica a la muerte de Theo van Gogh: Asesinato en Ámsterdam. Lo dice expresamente: ¡cómo vamos a llamar nihilista a quien está dispuesto a sacrificar y a sacrificarse por unas ideas fundadas en una creencia absoluta!"
Obviamente, Luri, has abierto la puerta a un debate que compromete a quien en él participa, porque resulta demasiado universa en el contexto europeo, y sangrante en el español. No creo qye estemos (aunque tú lo prteendas) hablando solamente de la situación francesa, sino que nos encontramos ante una revisión del pensamiento europeo (Francia, Italia, España, por ejemplo, desde 1945 hasta ahora.
ResponderEliminarLógicamente, aquellas que hemos envejecido desde posturas de izquierda (comunes aún cuando viviéramos en dictadura o en democracia) hemos tenido la oportunidad de anquilosar nuestro pensamiento en el tiempo y en el contnenido, o por el contrario salirnos de la dogmática verdad de la inteligencia, basada en el análisis inteligente de la realidad.
Glu... es un ejemplo claro de ese corrimiento, basado en la creencia de que la realidad puede modificar el punto de vista, antes de que el punto de vista modifique la realidad (que es la postura de las izquierdas y derechas más deialogantes desde la intransigencia)
Toca hoy, y no es tarde, plantearse por la utilidad del Mayo del 68, que al fin es una fecha de contenido sentimental, como lo acabará siendo en españa el 21 de Noviembre de 1975. A este respecto recuerdo que en los actos de conmemoración del desembarco de Normandía, hubo una ligera controversia entre Magareth Tatcher y el presidente Miterrand, en la que este adujo la ind8udable superioridad de la sociedad que había emergido de la Revolución Francesa, y la señora Tatcher le contestó que su país había llegado al mismo desarrollo en libertades llendo contra esa revolución (biien es verdad que ya llevaban un rey descabezado a sus espaldas).
La incapacidad para comprender en Europa que existían otras versiones de la evolución intelectual, nos convirtió a muchos, muchos más que incluso no pensaban pero repetían, en prisioneros de una demagogía izquierdista que defendimos a ultranza. Bien es verdad que cuando tienes algo que defender, no es necesario ponerte a pensar.
Hoy, el debate entre Sarkozy y Royal no es un debate personal ni ideológico, sino que es una debate histórico. Se trata de reasumir valores tradicionales y ponerlos a trabajar en una dirección u otra. Y son esas direcciones las que realmente marcarán el futuro de la historia, no solamente en Freancia sino en toda la europea que no acaba de despertar del izquierdismo ideológicamente tranquilizador (se está en la verda y punto) ni del derechismo recuperador (hay que ocupar de nuevo el poder que siempre se ha tenido).
Posiblemente llevo el tema a un lugar menos intelectual que el que tu estupenda serie plantea. Pero en la realidad, San Pedro, que si es un poco beatón, no deja de adivinar que el problema es entre futuro y pasado, pero conviene saber donde pone el futuro y quien desde su discurso debe proveer el camino.
Si Sarkozy gana las elecciones pero no consigue gobernar con su programa y lo que es más importante, iniciar la transformación, se habrá perdido una gran oportunidad. Y hay que tener en cuenta que las elecciones que cuentan ahora, después de las presidenciales, van a ser las que otrogan el real poder: las legislativas.
Si Royal triunfa, es poco probable, tendrá que demostrar que tiene una opción de fyuturo, no se ciual, ni hacia donde.
El discurso de Sarkozy va a algún sitio más allá, el de Segolene promete modificar el hoy.
Y para acabar esto me lleva a una realidad cercana: si este debate se plantea en españa, el problema real estará en reencontrar los valores para afrontar el futuro. ¿Donde están? ¿Cuales son? Porque no se tratará de un simple alineamiento con los EEUU, que debiera ser lo conveniente, sino de una conciencia dev fracaso que habría de aconsejar, de manera pública y notoria, ponerse a caminar.
Espia: Porque para esa persona no hay nada (nihil) más allá de su pasión. El entusiasmo absoluto es el opio absoluto de la razón y, por lo tanto, de las sutilezas de la vida. Decía Ortega el amor es un estado de imbecilidad transitorio, pues la pasión con el ideal es un estado de imbecilidad permanente.
ResponderEliminarLuis: Sin negar lo que dices, yo sí que creo que hay un debate ideológico profundo que se resume en última instancia en la afirmación o no de lo político. Hacer política es plantear programas y tomar decisiones. Sobre todo, tomar decisiones. Sarko las ha puesto encima de la mesa. Lo que ha dicho es: Si gano haré esto, y lo otro. Sego tiene miedo a las decisiones y enmascara ideológicamente ese miedo con un adorno de democracia. Lo que ha dicho es: Si gano someteré a consulta popular esto y lo otro, y si no consigo el suficiente consenso, no llevaré adelante mis reformas. Esta, para mí es una diferencia no cuantitativa, sino cualitativa.
ResponderEliminarTienes razón Luri; existe el debate ideológico y de propuestas o deseos. Yo pretendía, y me he quedado largo, por decirlo de alguna manera, que el debate es histórico en la medida en que nos afecta a todos, no por las soluciones que se aporten, sino por ser la primera vez que a nivel político, la realidad histórica de la Europa Meridional, se nos propone como presente.
ResponderEliminarY añado que el problema en Italia y en españa es que esa postura (o aparente postura) la tomen pol´`iticos como berlusconi o Aznar, salvadas las diferencias, claro.
Gregorio: yo creía que un nihilista era un incrédulo, y los terroristas islámicos no destacan precisamente por su incredulidad, creen en algo.Y esa creencia, y no el "nihil" es la base de su oligofrenia.
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