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sábado, 26 de mayo de 2007

Reflexión sobre la abstención

Jordi Hereu, el alcaldable socialista por Barcelona, concluye su último vídeo electoral con estas palabras: “Sigue pensando en Barcelona porque Barcelona seguirá pensando en ti”. Su principal adversario, Xavier Trias, de Convergencia y Unión, se presenta como una persona comprometida “contigo”. Los ecosocialistas de Iniciativa por Cataluña aseguran que “Tú puedes marcar la diferencia”. Los “Ciutadans” le proponen al elector este lema: “Vótate” y los de Esquerra Republicana le ruegan: “Utilízanos”.

O sea, que según parece es el ciudadano anónimo el que se presenta a las elecciones y los partidos el que lo votan. Todos sabemos que no es así, pero jugamos a que lo parezca. Es la ironía de nuestra política, tan beatamente democrática ella. Pero es una ironía zafia que tiene más de ridículo que de divertido, porque es un síntoma de la ocultación de la política tras la publicidad.

Reconozco que yo en esto soy cada vez más raro. A mí me gustaría votar a un alcalde que no tuviera intención de poner el pueblo patas arriba, que no se viese agobiado por el coste de sus promesas, que se preocupase por tener el pueblo limpio y ordenado, con cada cosa en su sitio, sin querer asumir por afán de protagonismo competencias que no le corresponden. Ya veis que utopía más tonta.

Sin embargo entre nosotros cada alcalde quiere pasar a la historia de su pueblo por lo extraordinario de sus obras (no por lo eficaz de su gestión, que es el ideal práctico de cada familia sensata) mientras le dice al ciudadano que en realidad quien gobierna es el mismo ciudadano.

El ciudadano, de esta manera, se ha acostumbrado a hacer con su voto una promesa condicional al candidato al que vota esperando que éste cumpla incondicionalmente sus compromisos no con la comunidad, sino con él y sus intereses particulares. Es el comportamiento típico del niño mimado. Un síntoma de la falta de salud republicana. El resultado, a la larga, no puede ser más que el desencanto con la clase política. Y de ahí, la abstención.

Mañana y pasado mañana, ya lo veréis, todo el mundo se lamentará con lágrimas de cocodrilo del problema de la abstención. Y se oirá decir que una democracia con el grado de abstención que previsiblemente tendrá la nuestra, no es una democracia sana. Efectivamente. La prueba la tendremos pasado mañana: cuando tras jurar o prometer los cargos, todo el mundo se olvide de la abstención.

16 comentarios:

  1. @hor@ don Gregorio se h@ qued@do sin @. Lo mismo que h@ce mucho que el mundo se quedó sin mi voto (es brom@ pero y@ que p@recen d@rnos t@nt@ relev@nci@ @ los vot@ntes... el dí@ que encuentre un c@ndid@to que me guste, volveré @ vot@r. Mientr@s t@nto sólo deseo el @sesin@to de este dí@ por el tiempo p@r@ ver des@p@recer l@s p@nc@rt@s de ese gilipoll@s que @p@rece en ell@s y me @bstengo de explic@rle por qué me lo p@rece. Un s@ludo muy @rrob@do hoy ;)

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  2. Ay, Luri, si vivieras en San Rafael. Un candidato quiere traer aquí un polígono de d4esarrollo tecnológico, otro jura que comprará un camión de basuras y el tercero no lo s´çe, porque no se ha dignado enviarme propaganda electoral.

    Todos ellos se han p`resnetado ya en tres legislaturas, lo que hace que los resultados se repitan. A saber. el candidato socialista toma el poder, y una coalición indpeendiente y PP se lo arrebata luego.

    El camión y el polígono me tiene sin cuidado. El primero entiende que es obligación del aytuntamiento tenerlo y por ello da lo mismo que lo prometa o no. El polígono también es indiferente, porque no funcionará: ¿quien va a ir a instalar una oficina en un polígono tecnológico al norte de la sierra, a 80 kilómetros de Madrid, etc., etc.

    Así que mañana, chuletitas de cordero y a esperar la catarsis que debiera producirse, aunque no, todos van a ganar y nosotros también: seremos felices y comeremos chuletitas, con vino de Ribera del Duero.

    Por cierto, de la Autonomía de Castilla León no hablo porque la desconozco, es transparente, no se ve ni se siente.

    Seguiremos 4 años más con la Nacional pasando por el centro del pueblo. Ajo y agua, que se dice aquí.

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  3. Para mí, votar constituye un ejercicio de modestia porque nunca ganan mis candidatos. Sin embargo, y haciendo gala de mi absurdo optimismo, sigo votando...por si algún día...
    Abrazos.

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  4. Yo hace mucho que no voto, no sé si era por asco, aburrimiento o las dos cosas. Pero esta vez el ver en mi ciudad tanto derroche, tantas nuevas Iglesias Católicas, tantos barrios arruinados, tantas flores a María Rita,...la verdad, me he cabreado y voy a votar aunque sea un acto de beatería democrática.

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  5. La política es de esas cosas que sólo existen si se mira. ¡Por favor! ¡No voten!

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  6. Prometre no fa pobre, que dicen en catalán. Si yo fuese de una ciudad más pequeña o de un pueblo, donde se conoce más el percal, quizá votase, pero creo que hoy será la primera vez que no lo haré desde que se recuperó el tema, la campaña ha sido penosa, por decirlo con una palabra benevolente. Sí, cada político quiere hacer su pirámide, y 'em fan més por que una pedregada'. Pienso que el panorama no cambiará demasiado, aunque nunca se sabe.

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  7. Cuando siento el desencanto pienso en la dictadura voy y voto. No me preocupa tanto este interés de mucho alcalde de pasar a la posteridad con unas obras que sirven para poco como lo que el Sr. Gregorio llama “ocultación de la política tras la publicidad”. Supongo que debe de haber sesudos estudios sobre el tema, fundamentalmente americanos que son los que hace más años que están en el tema, la mezcla sondeos y publicidad acabó hace demasiado tiempo con cualquier traza de diálogo o contraste entre las opciones.

    Me estoy haciendo mayor, prefería la odiada propaganda, sabía mejor a que atenerme

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  8. Cerillo, ¿y que tal la dictadura de la abstención temporal, como una manera de que el ciudadano haga política frente al político?

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  9. ¡No hay que hacer política! ¡Es latrocinio!
    ¿Qué títulos tienen ustedes para capacitar a alguien para establecer impuestos, expropiar heredades y demás atropellos?
    La política es dictadura. Si alguien participa de ella o es un deficiente mental o es un déspota.

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  10. Pues yo sí que votaré, simplemente por respeto a todos los que han luchado para que tú y yo podamos ejercer este derecho. Por otra parte, creo que los políticos son un reflejo de los ciudadanos.

    Saludos

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  11. Es que los que lucharon por mí lucharon para que una electio no fuese mi esclavitud.

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  12. Yo también votaré. Por supuesto. Y no porque crea que los que votan tengan más o menos derecho a protestar que los que no votan, sino porque la alternativa a las elecciones no me gusta nada.
    Por otra parte las críticas que yo pueda hacer al funcionamiento de la democracia, que quede bien claro que las hago como su partidario y amigo.

    La democracia es una experiencia política rara, porque se alimenta exclusivamente de la confianza que los ciudadanos tienen en ella.

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  13. Si la democracia se alimentase de la confianza que los ciudadanos tienen en ella, entonces no existiría.

    Sócrates se enfadaría con usted, Sr. Gregorio.

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  14. Tumbaíto: Sócrates tendría sobrados motivos para enfadarse conmigo, en el caso de que yo pudiera merecerle algún interés...

    No olvide usted que, aunque nunca lloró por Atenas, siempre cumplió sus leyes, tanto a la hora aceptar su condena como a a hora de elegir o ser elegido, porque como ciudadano demócrata participó en el gobierno su la ciudad. No olvide tampoco que fue Critias, el tirano, el primero que le prohibió hablar en público.

    Ninguna otra ciudad antigua, excepto la democrática Atenas, hubiera soportado más de una semana a un ciudadano como Sócrates.

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  15. Sócrates no aceptaba las leyes de atenas porque fuese demócrata sino porque eran leyes. Y las leyes son anteriores a la democracia.

    Cuando un tirano prohíbe a alguien hablar en público significa que ese alguien le es muy muy querido; de lo contrario, le corta el cuello.

    Sócrates en una ciudad no democrática se habría integrado a las mil maravillas en la clase sacerdotal o funcionarial.

    Pero si se ve a una legua su imagen sacerdotal.

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  16. Tumbaíto: Sobre Sócrates me parece que no nos vamos a poner de acuerdo, a no ser que convoquemos su espíritu y él mismo nos saque de dudas. Pero, desde mi punto de vista, lo que Sócrates no es es un partidario de la Ilustración (sofística o de la otra). No se crea usted lo del testimonio de Delfos.
    Lo cierto es que tuvo discípulos tanto entre los partidarios del tirano Critias como entre los que se sublevaron militarmente contra él (el mismo Querefonte).

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