Estoy desde hace varios días pendiente (de manera intermitente, claro) de esta foto. Lo que realmente me sorprende no es la imagen en sí, sino yo mismo, porque tengo mucho más clara su llamada que los motivos por los que asiento a la misma. Esto es, en definitiva, el platonismo, la conciencia de que en uno hay más sentidos de los que puede llegar a explicitar.
¿Pavosreales albinos, mundo alrevés, atractivas piernas y culo al aire en playa idílica? Yo me he quedado patitiesa mirándola, también, y sin palabras.
ResponderEliminarRostro que se esconde (¿quizás porque en el cerebro reside el mundo de los sentidos aunque los sintamos en otras partes del cuerpo?), el mundo al revés del Barroco, pies como parte principal del cuerpo (si es verdad que en sus plantas se hallan irradiados nuestros órganos), el mar con su espuma incluida solidificado en la arena. No deja de ser un tanto enigmática y sugerente.
ResponderEliminares pitufina, después de 20 años sin querer acostarse con alguno de sus compis de aldea
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