"Gregorio -me pregunta Juan Poz-, ¿conoce Vd. la obra de Nicolás Gómez Dávila? He tropezado, en el curso de una investigación filológica, con sus "Escolios a un texto implícito", y me ha dado el pálpito de que quizás lo habría leido".
La conozco. Era, hasta este momento, uno de mis vicios solitarios. En este caso me parece mejor mostrar las razones de mi interés que explicarlas y para ello me voy a limitar a recoger algunos de sus pensamientos. Quizás al lector habitual de este café no le resulten extraños.
- La verdad está en la historia, pero la historia no es la verdad.
- Todo es trivial si el universo no esta comprometido en una aventura metafísica.
- La filosofía debería tan solo describir; pero si quiere predicar que predique lo eterno.
- “Credo ut inteligam". Traduzcamos así: creo para volverme inteligente.
- Dios no pide sumisión de la inteligencia, sino una sumisión inteligente
- El cristianismo no enseña que el problema tenga solución, sino que la invocación tiene respuesta
- Tan solo para Dios somos irreemplazables
- Solo nos convence plenamente la idea que no necesita argumentaciones para convencernos
- Lo que se piensa contra la Iglesia, si no se piensa desde la Iglesia, carece de interés
- Mas que cristiano, quizá soy un pagano que cree en Cristo.
- Después de toda revolución el revolucionario enseña que la revolución verdadera será la revolución de mañana.
- El amor al pueblo es vocación de aristócrata. El demócrata no lo ama sino en período electoral.
- Cierta manera desdeñosa de hablar del pueblo denuncia al plebeyo disfrazado.
- La historia está llena de bobos victoriosos.
- La historia sepulta, sin resolverlos, los problemas que plantea.
- Para las circunstancias conmovedoras sólo sirven lugares comunes. Una canción imbécil expresa mejor un gran dolor que un noble verso.
- El prestigio de la “cultura” hace comer al tonto sin hambre.
- Llámase buena educación los hábitos provenientes del respeto al superior transformados en trato entre iguales.
- Educar al hombre es impedirle la “libre expresión de su personalidad”.
- La sabiduría se reduce a no enseñarle a Dios cómo se deben hacer las cosas.
- El hombre no crea sus dioses a su imagen y semejanza, sino se concibe a la imagen y semejanza de los dioses en que cree.
- Cierta cortesía intelectual nos hace preferir la palabra ambigua. El vocablo unívoco somete el universo a su arbitraria rigidez.
- El máximo error moderno no es anunciar que Dios murió, sino creer que el diablo ha muerto.
- El historiador de las religiones debe aprender que los dioses no se parecen a las fuerzas de la naturaleza sino las fuerzas de la naturaleza a los dioses.
- La buena voluntad es la panacea de los tontos.
- Verdad es lo que dice el más inteligente. (Pero nadie sabe quién es el más inteligente).
- Hombre inteligente es el que mantiene su inteligencia a una temperatura independiente de la temperatura del medio que habita.
- La vulgaridad nace cuando la autenticidad se pierde. La autenticidad se pierde cuando la buscamos.
~"Nada más peligroso que herir los prejuicios del que dice no tener ninguno"
ResponderEliminar~"El que se acerca a un misterio sin su venia halla un vacío en su lugar".
NGD
Uno de Scmitt, que me parece en la misma onda:
ResponderEliminar'La mayoría toma por una metamorfosis el ponerse una barba postiza'
(Die meisten halten es für eine Metamorphose, wenn sie einen falschen Bart ablegen.)Glossarium: Aufzeichnungen der Jahre 1947 – 1951
Y yendo a cosas más serias,
http://www.abc.es/20101022/estilo-gastronomia/diez-mejores-ginebras-201010222021.html
¡Auténticas vita-minas -nos sirven para excavar en la mina de nuestra vida íntima- para combatir la "correctitis política"!
ResponderEliminarEstupenda selección.
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