... es lo que se lleva.
Todas las buenas gentes que se quedaron sin vecina ideológica a la derecha a la que despellejar, han encontrado en los sindicatos el justo fin de sus filípicas. Y todas las malas gentes que con tal de conseguir un titular son capaces de despellejar a su propia madre, han encontrado en los sindicatos un filón. Esta mañana me ha parecido oír en la radio a un tipo que felicitaba a un camionero por arrollar a los miembros de un piquete. Creo que en mi vida he visto y oído más comentarios hipócritas y groseros que en estos días. Resulta que, por lo visto, el país está lleno de gente sensata, preparada, competente y trabajadora, de multitudes laboriosas que no pueden ejercer de salvadores de la patria por culpa de los sindicatos vampirizadores. He oído y leído tanta barbaridad que hasta me han dado ganas de llamar a mi antiguo sindicato a ver si aún conservaban mi carnet.
Los sindicatos distan mucho -muchísimo, si quieren- de ser una causa perfecta. Pero los que se suben al púlpito para destacar esta obviedad o es que tienen alma de savonarolas o, simplemente, es que su aspiración en esta vida se reduce a ejercer de voceros de Vicente. Ya saben ustedes... a dónde va la gente. Y ahora lo cool es poner de vuelta y media a los sindicalistas.
Una sociedad, de hecho, es una articulación imperfecta de causas imperfectas. Y no deja de ser milagroso que, a pesar de que no hay costura que le venga a media, se las arregle para ir tirando. Entre las instituciones imperfectas, pero absolutamente imprescindibles, en una sociedad que aspire a un mínimo de cohesión social, es decir, en una sociedad que no lanza su ropa al fuego por el mero hecho de que no lleva la firma glamorosa de un modisto fashion, están las sindicales. A mi no me gustaría vivir, hoy por hoy, en una sociedad en la que el lugar de los sindicatos estuviese ocupado por gestorías. Si la derecha no entiende esto, es que está a un paso de pedir que los partidos políticos sean también sustituidos por un cuerpo técnico de gestores (siempre que tenga ella la llave del acceso a la meritocracia), que es lo que ensayó Franco en los tiempos de los planes de desarrollo... ¿Se acuerdan? Y si el pequeño proletariado intelectual tampoco lo entiende, es que ha perdido todo sentido del ridículo.
(A José Luis López Bulla, con un respeto grande y disidente)
¿El carnet ese suyo era del sindicato vertical?
ResponderEliminarEl considerar imprescindible la existencia de los sindicatos no significa que no deban ser criticados por muchos aspectos. Se necesitan cambios en ellos, y será muy de derechas o reaccionario, póngase la etiqueta que se quiera, pero la smiplificación: se critican y pides un cuerpo de gestores no es acorde con lo que muchos o algunos opinamos.
ResponderEliminarUn chiste de Gila.
ResponderEliminarUna notable multitud aguarda, agolpada a lo largo de la calle, el paso de la autoridad. De entre todos, se destaca uno, que, más avanzado, casi ocupa el centro de la calzada.
Un guardia se le acerca y le pregunta: ¿Se puede saber qué hace usted en ahí?
A lo que responde: es que yo soy el de la bomba.
Ah, bueno, dice el guardia. Es que hay gente que se pone en medio sólo para molestar.
Son un contrapeso vital. Nos tiramos piedras contra nuestro propio tejado. Todas las críticas justificables a los sindicatos son trasladables al apático ciudadano, ese ingrato que goza de los privilegios que otros pelearon (ellos) y que ahora piensa ufano que el despido libre es la solución, y trabajar más años. ¿Qué alternativa sugiere el trabajador que quiere abolir los sindicatos?
ResponderEliminar¡Caramba don Gregorio , resulta que es usted un hombre libre!.
ResponderEliminarA mi también me parece que los sindicatos , en tanto exista trabajo asalariado, son un mal necesario.Al menos en el sector privado...
A partir de Noviembre tendremos una edición free on line en español del libro de Samuel Bowles "Microeconomía , evolución y conducta". Lean el capítulo diez.
Por cierto , yo también tuve una gran admiración por el López Bulla pre-Liga Nordeste, en el que veía el equivalente a un Trentin o un Foa...
Aplaudo su entrada.
ResponderEliminarHay mucha gente que se olvida, mal que nos pese, que muchos de los derechos y garantías de que disfrutamos fueron obtenidos gracias al esfuerzo de muchas organizaciones sindicales.
Pero como usted dice, la derecha pronto pedirá que el mal de todo viene por culpa de los partidos; ya se oyen muchos chistes, difamaciones y generalizaciones sobre los políticos en muchos medios...
Un cordial saludo.
Grande
ResponderEliminarAplausos y más aplausos.
ResponderEliminarPero me da que acaban de dar fe de vida firmada en su carta de defunción. La calle será de quien la destroce.
Lola: De hecho los argumentos de los vándalos y los de los señoritos son bastante coincidentes. La democracia, en cualquier caso, no elimina las relaciones de fuerza, sino que les da curso legal.
ResponderEliminarPetrusdom: La crítica a los partidos políticos y a los sindicatos es, obviamente, tan legítima como necesaria, pero conviene tener presente la altura moral desde a que se hace.
La tentación de sustituir todo lo que va mal para que todo vaya bien es infantil y, si me apuran, belenestebinista, porque desconoce (y especialmente lo desconocen las belesnesteban con licenciatura, oficio y beneficio) que hacemos las cosas con la inteligencia que tenemos... y no más. Y esa es la naturaleza de las cosas políticas. Tradicionalmente esto era algo que sabía la derecha.
Creo que su protesta es matizable. Nada de eso no sucedería si los mismos sindicatos no hubiesen ido bastante a la deriva en los últimos años y hubiesen evitado la presencia de parásitos. Se ha reflejado un malestar que se expresaba a media voz y en esta ocasión ha sido más atrevido en expresarse. La lástima es que no se puede decir nada con serenidad, te etiquetan de derechas o de izquierdas con mucha facilidad.
ResponderEliminarA menudo se critica a determinadas formaciones políticas por no renovarse pero las cabezas visibles de los sindicatos no parecen renovarse demasiado, have décadas que veo la misma gente en los cargos 'de arriba'.
Conozco gente excelente de diferents sindicatos pero también, como esa multitud anónima y diversa, he tenido bastantes disgustos con sus medias verdades y su excesiva burocratización.
He oído demasiadas veces cosas como, por ejemplo 'estic al sindicat perquè ja estava tipa dels nens'. Els 'nens' son los del cole, hablo de mi sector. Vivimos en una época de poco entusiasmo y mucho desengaño, quizá teníamos demasiadas expectativas y, como dice, somos así y hace falta una cierta regeneración moral a todos los niveles.
Asumo las críticas de Julia, aunque no invalidan el post de Gregorio. Ý quería dejar constancia que tengo carnet sindical de un sindicato minoritario y sectorial, que se formó precisamente para ir en contra de la LOGSE desde los primeros minutos. Mientras que el chico que ahora sustituye al gran López Bulla (sin ironía, de enseñanza, tenía un discurso delirante y, a la postre, muy perverso. Y lo peor: lo sigue teniendo, inasequible al desaliento.
ResponderEliminarOtro matiz: No sólo la derecha está cargando contra los sindicatos. Vamos, es la única que puede exhibir un cierto pedigrí, en los últimos años, de oposición, en el sentido de relación de fuerzas, y de tomárselos en serio, por tanto. Ahí esta el drama actual de los 2 sindicatos mayoritarios. Que el poder los abrazaba.
Yo en mis sueños más placenteros me veo en el paraíso no junto a Eva, sino como todo un señorito funcionario que cobre más de 2000 euros mensuales con el pusto asegurado ad eternum y al que su cínica conciencia le sigue dictando eso de..."porque nosotros los de izquierdas representamos los valores de la justicia y la equidad, y los sindicatos con sus liberados defienden a los hombres de la perversidad del capitalismo".
ResponderEliminarEs que me parto
Júlia: Por alguna razón devolví yo mi carnet. Y no hacer mucho de eso.
ResponderEliminarHenri: Estoy viendo en casa la heroicidad diaria del pequeño empresario que lo primero que hace cada mes es apartar la nómina de su empleado. Y si queda algo... cobra, y si no, se queda al pairo. Sé lo que es eso y sé lo que es asociar tu sueldo a la antigüedad y no al rendimiento.
Para mi gusto, el problema no está en la existencia de los sindicatos, sino en su modo de existencia. He de confesar que aborrezco cada vez más a estos sindicatos realmente existentes, y más que nada por que impiden que existan sindicatos basados en la libre asociación y la defensa de intereses comunes a los asociados. Esto no quiere decir que desee eliminar los sindicatos para dejar a los trabajadores a merced de perversos empresarios capitalistas, sino que, a mi modo de ver, se han convertido en una pantomima grosera en la que se defienden grandes y rimbombantes causas ideológicas dejando de lado los intereses concretos de los que trabajamos, respiramos y padecemos.
ResponderEliminarYo, por mi parte, abogo por un sindicato que no sea una prolongación del poder del estado, sino un poder independiente de éste y capaz de ponerle trabas.
Saludos
Hay libertad sindical y libertad de afiliación. Los sindicatos no son otra cosas que la suma de sus afiliados y el resto de nuestra abstención.
ResponderEliminarTambién matizo su entrada. Me parece que la opinión de la mayoría, trabajadores y ex trabajadores, no es que los sindicatos se deban eliminar, sino lo que hay es una crítica a su papel, y por esto la huelga no ha sido un éxito. Gregorio: el drama hoy son los parados. ¿quien crea empleo? ¿qué medida proponen los sindicatos para crear empleo? Yo no he oído ni una palabra respecto a esto.
ResponderEliminarBásicamente esta huelga se opone a una reforma laboral que introduce una causa objetiva económica de despido. Porque para la bajada del 5% ya hicieron huelga en junio. De acuerdo que está indefinida y la definirá la jurisprudencia pero no se puede esperar más de este gobierno. Malo, pero es un mal menor y deberíamos confiar en la jurisprudencia. Hoy el 80% de las nuevas contrataciones son de duración determinada o temporal y con la reforma no te indemnizarán con 8 días sino con 12 días por mes trabajado. Si te despiden por causas objetivas son 20.
Muy de acuerdo con Ud Don Gregorio, no solo con el post si no con alguna de sus respuestas
ResponderEliminarLo que ocurre es que los sindicatos no han estado a la altura de la situación. Se han vendido al gobierno, de la mano, y es ahora más tarde que nunca cuando le han dado el cachete. Están profundamente politizados y tienen unos beneficios que la sociedad no entiende.
ResponderEliminarY cuando se habla de sindicatos, la gente se refiere a CC.OO o UGT, y no a otros sindicatos minoritarios que con mucho menos dinero hacen maravillas (CSIF, ANPE, etc..)
Pero lo que no es de recibo y más en una época en la que todos tenemos el cinturón ya demasiado apretado, es entrar a CC.OO y encontrarte a los liberados leyendo los periódicos en sus mesas. (y esto lo he visto yo, no el vecino).
Y al final, después de todo esto, llega el bestia de turno y dice que para qué necesitamos sindicatos. Cuando en realidad tendría que decir que no queremos a estos sindicatos sino a otros que hagan realmente esta función.
Libertad sindical y libertad de afiliación.
ResponderEliminarVa a ser que no.
Intente entrar a trabajar en cualquiera de las empresas publicas de mi ciudad sin pertenecer a un gran sindicato.(tienen establecidas cuotas, 30% ccoo,39% ugt, 2o% minoritarios 20% libre)
Intente crear un sindicato que no sea el oficial en el Corte Inglés, por decir una empresa conocida.
Intente no estar afiliado a una Camara de Comercio o a un Colegio Profesional.
Los sindicatos son coacción y subvención.
Anónimo Bastiat, la libertad sindical existe en España, lo que hay es una gran ignorancia por parte del 70% de los trabajadores que están cubiertos por convenios colectivos de lo imprescindible del papel sindical en la organización de la negociación colectiva.Probablemente aquí esté la explicación de la baja afiliación española - 17%- ;en los paises con tasas elevadas de afiliación , Suecia por ejemplo, es imprescindible estar afiliado un sindicato para estar dentro del convenio. En España , Francia o Italia es el delegado elegido por la plantilla, no los afiliados, el centro de la representatividad , pero detrás está la organización sindical.
ResponderEliminarLas razones , digamos doctrinales,de esta peculiaridad latina las ha explicado muy bien Alain Supiot en un librito muy recomendable "Crítica del Derecho del Trabajo", y perdón por mi pedantería.
No sé lo que pasa en su ciudad, en Asturias eso que usted comenta sucede en Hunosa y pocos sitios más. Pero basta contemplar las tasas de afiliación sindical en la Administración y empresas públicas para darse cuenta que el carnet no es ninguna condición necesaria de acceso.Vamos ,si le he entendido bien.
Lo del Corte Inglés y la inmensa mayoria del sector servicios es otra historia. Es ese sindicalismo de empresa con el que sueña la burguesía y sus enanitos...
Lo de las subvenciones, pues sí, se podría mejorar mucho.
Y lo de la coacción , pues claro, es que se trata de conformar un contrapoder.
Y por cierto, asimilar sindicatos y Colegiación profesional...
Menos Mises y Huerta de Soto y más Minsky y Bowles , ya digo.