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miércoles, 31 de enero de 2007

On Plato’s Symposium

En el otoño de 1959 Strauss impartió un curso sobre El Banquete de Platón en la Universidad de Chicago. Por diversas razones el curso sólo ha visto la luz, tras la muerte de Strauss, gracias a la edición de Seth Benardete. Es, a mi modo de ver, uno de los textos más relevantes para conocer el pensamiento de un filósofo que a medida que va pasando el tiempo va agrandando sus perfiles. Transcribo, con una traducción un poco libre, algunos párrafos:

I

“En las cuestiones prácticas existe el derecho del primer ocupante: debe ser respetado lo establecido. En otros términos: la regla práctica es: ‘no despertar al perro dormido’ (let sleeping dogs lie), no alterar lo establecido. En las cuestiones teóricas no puede actuar de esta manera.".

II

“La filosofía propiamente dicha, aunque se preocupa por descubrir la verdad, no está animada por un celo misionero. Sócrates no ha contado nunca la historia del ‘Banquete’”

III

“La actividad teórica se propone la comprensión del Todo. Es una actividad que sobrepasa lo político y que nunca puede ser integrada plenamente en lo político. Hay una tensión entre la perfección intelectual y la perfección política o social”.

IV

“Filosofar es desnudarse al más alto nivel, el de la mente. La vida política no es nunca una vida al desnudo. Puedo decirlo también así: La vida política es, por supuesto, una vida pública. La vida erótica es una vida privada, y por lo tanto hay una tensión fundamental entre ambas. Hubo un hombre que en cierta manera exigió una politización absoluta de la vida y fue Marx. Marx habló de la colectivización del hombre generada por la sociedad comunista. Todo lo privado estaría relacionado con la división del trabajo, y por lo tanto la sociedad perfecta sería aquella en la que la división del trabajo fuera completamente abolida. Pero el mismo Marx, al menos en sus primeros escritos, menciona el hecho de que la raíz de la división del trabajo es la sexualidad del hombre. Según Marx, el hecho fundamental de la división del trabajo es la sexualidad. La conclusión paradójica sería que el perfecto comunismo debería abolir la diferencia sexual y producir hombres en tubos de ensayo. Hay algo fundamental y absolutamente irreductible en el hombre en el nivel de la vida erótica que coincide con la vida del espíritu: ninguna es susceptible de ser colectivizada.”

V

“Filosofar es dedicarse a la verdad sin atender ni la propia dignidad ni la nobleza, en la medida en que la verdad no es pura y simplemente noble o bella, sino en cierto modo, fea”.

8 comentarios:

  1. Como es sabido, las feministas harán la interpretación más radical de este origen "sexual" de la lucha de clases. ¿Será que Valerie Solanas representa al auténtico marxismo? En biología evolutiva también existen "controversias" (quiero decir, falsas controversias, en el mismo sentido que los debates sobre creacionismo) a cerca de la selección sexual darwiniana, que algunas biológas interpretan como una intolerable muestra de ceguera androcéntrica.

    Lo cual podría combinarse con aquella artista "feminista" antifálica que una vez nos descubriste.

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  2. Pero, la vida política ¿no es un producto generado en la vida íntima? ¿No se trata de una elección circunstancial? Entiendo que se trata de la parte pública o no, de la vida, y entiendo también que ese "político" se refiere a social en términos de ciudad o estado. La moral que rige en ambas debiera ser la misma, sino estariamos ante la falsedad.

    ¿O me estoy liando?

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  3. Eduardo, yo también pensé en Valerie Solanas al leer este texto de Strauss.
    No hace mucho me invitaron a participar en una mesa redonda SOBRE MACHISMO en una cárcel catalana (sí ya sé que suena bastante surrealista). La persona que me invitó es una gran amiga y no me atreví a decirle que no. Los oyentes eran unos cincuenta presos con condenas de todo tipo a las espaldas. Intenté ser educado hasta que uno de los que estaban conmigo en la mesa se le ocurrió decir que la determinación natural del género era algo que debía ser DECONSTRUIDO culturalmente. Me armé de valor e improvisé una loa a la naturaleza femenina, ensalzando a la madre naturaleza por hacernos diferentes y concluí confesando -cosa totalmente cierta- que me gustaba salir de vez en cuando con mi amigo Jaume Marzal por las Ramblas de Barcelona a contemplar la belleza (femenina) transeúnte por puro placer teórico. Nunca he sido aplaudido con más ganas. Desde aquel día sospecho que en las cárceles hay recluida una reserva del sentido común que hace tiempo fue expulsado de algunas aulas universitarias.

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  4. Luis, para Strauss sería exactamente al revés. Lo previo seria siempre la copertenencia: formar parte de un grupo que te acepta como uno de los suyos. Y en cada ámbito de copertenencia habría ya como elemento aglutinador del mismo, y por lo tanto esencial, una determinada orientación hacia el bien. Así, la moral y la religión serían constitutivamente políticas.
    Strauss tiene siemprepresente el concepto de "Ley" omnipresente en el Islam y el Judaísmo. Para ambas religiones la Ley es la directa manifestación de la presencia de Dios, es un mandato ante el cual lo único que cabe es arrodillarse.
    El cristianismo, por el contrario, habría introducido la diferencia entre Dios y el César al mismo tiempo que creado una relación con el otro basada en el amor (desde el punto de vista evangélico) y con Dios basada en la Fe (no en la ley, porque la promulgación de la ley es atributo del César).
    Esta es, básicamente, la crítica de Maquiavelo al cristianismo.
    El cristianismo estaría en el origen de la Ilustración, la democracia y el liberalismo pero, también, en la deriva individuaista del liberalismo y de la democracia y del socialismo, añadirá Nietzsche, a quien Strauss tiene siempre presente). La única manera de frenar esta deriva sería introducir elementos culturales que permitan un reencatamiento de la ley, es decir, del sentimiento de copertenencia.
    Perdona la extensión. Pero es que eres un pro-bocador.

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  5. Yo también soy de los que no soportan la corrección lingüística. En cierta ocasión, delante de un auditorio, se me ocurrió decir, de chacota: "sí, sí, hombres y mujeres somos jurídicamente iguales... pero ontológicamente diferentes". No sé si hubo alguno entre los que me oía que pillase la chorrada.

    Después de leer estos fragmentos straussianos, se me ocurre pensar que para creer en la mentira, primero hay que creer, como así lo declara Strauss, en la Verdad.

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  6. Sobre androcentrismo, falocentrismo, falogocentrismo, etc, me quedo con aquello de Luce Irigaray: "¿Es E=mc2 una ecuación sexuada?" (Añado, por si hace falta, que para ella era una pregunta retórica.

    Joaquín: sobre creer en la Verdad y en la Mentira, fragmentos de una entrevista con Vattimo que refería Espada hace tiempo (cito de memoria):

    "La verdad no existe, es una construcción que... (bla, bla, bla)."
    Dos párrafos más abajo: "...y luego todas aquellas mentiras horribles sobre la guerra de Iraq..."

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  7. Joaquín: Claro, para escepticismo el de Pirrón. Lo demás son poses.

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  8. Chema: y yo con el grito, cada vez más olvidado, de una de las primeras feministas, Mary Wollstonecraft: LA RAZÓN NO TIENE SEXO.

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